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Capítulo 14. Juicio

Katherine Weber.

Tuve que despedirme de Lilian, no iba a poder quedarme con ella por este día únicamente, le prometí que volvería mañana a primera hora para estar con ella día y noche. No quise despegarme pero necesitaba hacer esto, después de meses y de haberlo estado esperando hoy finalmente se realizaría el juicio de Damien, tenía que estar ahí para dar mi testimonio, era mi obligación hacerlo, mi propósito era hundirlo, mandarlo a la cárcel por el resto de su vida por lo que me había hecho, no iba a detenerme hasta no haberlo logrado.

Nora sería la que estaría sustituyéndome en el hospital, sabía que Lilian estaría en muy buenas manos con ella vigilándola por lo que me iba un poco más tranquila y segura.

—¿La cuidarías por mi? Prometo regresar mañana mismo —le dije a Nora sin quitar mi vista de Lilian, acaricie su mejilla con el cuidado de una pluma para no lastimarla, a pesar de haber pasado casi tres semanas ella lucía todavía muy frágil y delicada.

Me sonrió de una manera tan dulce que inclusive el gesto la hizo lucir mucho más joven.

—Por supuesto que sí, lo sabes, estaré aquí el tiempo necesario, no te preocupes que no pienso dejarla. Lily es importante para mi también, voy a estar al pendiente de lo que se necesite.

Lily era como Nora la llamaba de cariño, siempre era así, el diminutivo que ella usaba para dirigirse a mi hija y que yo también empecé a usar. Abracé tan fuerte a Nora que si llegue a lastimarla o incomodarla ella no se quejó, con lágrimas evidentes en los ojos me despedí de Lily y de Nora, Bruno ya me esperaba afuera del lugar pues nos esperaba casi una hora de camino, no quise irme y a duras penas fui caminando hasta la puerta todavía despidiéndome de las dos.

Antes de salir pude leer en los labios de Nora una última frase

—Mucha suerte.

Cuando me encontré con Bruno nos saludamos con la formalidad de siempre, me preguntó por la salud de Lily y con decepción le dije que todo seguía igual, que esperaba que en estos días o semanas pudiera ganar peso y recuperarse lo más pronto posible para poder llevarla a casa.

—Ella se pondrá bien, Katherine, es fuerte—me animó cuando se dio cuenta de que mi estado  empeoraba poco a poco —Se que superará esto porque ella nació para estar a tu lado, si no fuese así no hubiera sobrevivido a todo lo que les pasaba encerradas en aquella casa.

Un gran agujero en el estómago se formó cuando recordé que sin saber yo no era la única que estaba sufriendo los tormentos y los horrores psicópatas de Damien, desconocía en ese entonces la existencia de Lily y que vivió dentro de mi sufriendo conmigo toda aquella desgracia y sufrimiento. Ella y yo teníamos una conexión y si yo había superado esto ella de igual manera lo haría, solo que tristemente a ella le tomaría más tiempo que a mí.

Agradecí el intento de Bruno por animarme y le pedí que me explicarla lo que debía hacer mientras  caminábamos  hacia la salida para ir a su auto. Nos esperaba un largo recorrido por lo que nuestra conversación fue una manera muy efectiva para que el tiempo transcurriera rápido.

—No te preocupes por nada, ya hemos ensayado esto la semana pasada, lo harás excelente —de nueva cuenta me animaba lo mejor que podía —Lo difícil déjamelo a mí, lo único que tienes que decir es la verdad, lo que paso y es todo.

Comencé a sentirme nerviosa justo ahora , escucharlo hablar e imaginarme inmediatamente en el juzgado con toda esa gente, periodistas y a Damien ahí mismo los nervios no tardaron en comerme poco a poco, sentí la necesidad de tener a Nora conmigo pero no iba a ser posible, ella no iba poder estar conmigo y además yo tenía que aprender a hacer esto sola, enfrentarme a Damien por mi cuenta.

Froté una y otra vez mis manos contra mis rodillas para quitarme el sudor excesivo, lo imaginaba frente a mí, a diez  metros desde su asiento en el juzgado con su atractiva abogada a un lado suyo.

—Lo más difícil de esto no es la presión de la gente ni de nadie más, si no tener que verlo otra vez, ya fue bastante difícil encontrármelo aquella vez que me dio su declaración por escrito. Seguro tendrá un montón de preguntas —intenté tragar saliva, un nudo me impedía pasar el trago amargo de mis pensamientos —Querrá saber dónde está el bebé, me verá y se preguntará todo acerca de lo que pasó.

—Nadie tiene porque decírselo —me tranquilizó de inmediato —Nadie sabe de tú hija, solo los más cercanos, tampoco puede exigir verla, ella no lleva su apellido, es tuya ahora.

—Exacto —coincidí firme —Ella es mía, se lo voya dejar muy en claro.    

Después de eso no quisimos volver a tocar el tema, Bruno comenzó a darme las indicaciones y también me explicó que clase de ambiente era el que nos esperaba, prácticamente me entrenó para que aquello no fuera a tomarme desprevenida. Me informó minutos más tarde que ya habíamos llegado al edificio, entrabamos por la parte de atrás siendo escoltados por un auto más grande que el nuestro.

Preocupada y nerviosa comencé a sentir que teníamos a un montón de personas vigilando nuestros pasos.

—No te preocupes, Katherine, es solo para reforzar seguridad, por la puerta principal hay reporteros que seguro quieren vernos llegar.

Traté de calmarme, estábamos siendo resguardados, eso no tenía nada de malo, estaba bien, estaríamos a salvo en cuanto bajáramos del auto. Era extraño pero era como fingir ser una celebridad por eso corto momento, pues al bajar cinco personas de traje nos condujeron hacia la entrada de emergencia del edificio pues cualquier reportero iba a querer tener la exclusiva de mi llegada, corrimos cuando dos reporteros se percataron de nuestra entrada discreta y cautelosa llamándonos a todo pulmón desde el otro extremo. Rápido nos mantuvieron fuera de alcance, cerraron la puerta con seguro después de entrar, una vez en el edificio pudimos descansar de la pequeña persecución.

—A eso era a lo que me refería —comentó Bruno con la respiración agitada.

Suspiré de alivio, al menos ya había pasado y si nos encontrábamos con ellos de nuevo sería dentro del juzgado donde debían tener más respeto y consideración si querían permanecer ahí.

—Espero que los que se encuentren adentro no sean tal salvajes como ellos porque sería un problema —explique, manteniendo a raya mi pánico al respecto de la escena que iba a hacerse si todo se salía de control.

Bruno negó sin problemas.

—Los que están adentro tienen años que los respaldan, no son simples reporteros de chismes. Vamos, iremos a nuestra sala privada para seguir hablando de lo que te estaba explicando.

Con las cinco personas que nos cuidaban, avanzamos por un largo pasillo que estaba vacío luego nos hicieron entrar a una salita donde podíamos estar hablando sin ser molestados, yo iba detrás de Bruno cuando él decidió darme acceso para entrar primero fue entonces cuando lo vi, no me había esperado esta sorpresa, no sabía en que momento había decidido tomar un vuelo para venir hasta acá, mi corazón palpitó locamente de emoción y lloré de la impresión.

—¡¡Robert!! —grité con mi mandíbula desencajada, él ya me esperaba con los brazos abiertos listo para recibirme.

Lo apretuje tanto que pude sentir como se asfixiaba alrededor de mis brazos, estaba tan contenta que no cabía en mí, me regresó el abrazo acariciándome el cabello, estaba perpleja, no podía creer que estaba aquí conmigo justo cuando más lo necesitaba, tenía que ser un sueño.

—Dios mío, perdóname pero es que no puedo creerlo —me disculpe cuando al soltarlo noté su rostro enrojecido por falta de oxígeno — ¿Cómo llegaste? ¿Por qué nadie me dijo nada?

Miré con culpabilidad a Bruno porque él también debía saber de esto ya que no lucía tan sorprendido como yo, seguro fue cómplice. Robert rió con disimulo a mi lado y me acomodó el cabello que se había desarreglado.

—Llegué esta mañana, nadie te iba a decir nada de mi repentina visita porque lo planee junto con Nora, ella sabía que me necesitabas y yo accedí por supuesto.

Por escasos segundos me imagine a Nora haciendo las llamadas con Robert para planear todo sin que yo lo supiera, sonreí sin poder creerlo, habían hecho un muy buen trabajo, no me esperé que planearan esto para mí, no iba a saber cómo pagarles todo lo que estaban haciendo.

—Sigo con creerlo, estás aquí —admití, meneando la cabeza con incredulidad —No sabes la falta que me haces, justo ahora te necesito ya que Nora no puede estar conmigo, cuida de Lily.

Robert sabía de Lily porque aunque lleváramos tiempo separados yo lo tenía informado mediante correos electrónicos, todo lo que pasaba con ella y sus pocos progresos. Por supuesto las facciones de Robert cambiaron tanto como los míos, podía ver a través de sus ojos su  tristeza y la mía mezcladas en una sola, era ver una flama extigiendose poco a poco.

—Para eso estoy aquí, Katherine, vine a darte mi apoyo a ti y a Lilian, aprovechare este tiempo contigo para apoyarte, lo sabes y justo ahora es cuando más me necesitas —se acercó a mi y me acarició la mejilla con suavidad, me perdí un segundo en sus ojos y le regalé una sonrisa —Aquí estoy y voy a ayudarte a superar finalmente este trago amargo en tu vida, es hora de cerrar el ciclo.

Con ojos cariños, nobles y dulces me contempló, dedicándome una sonrisa que iluminó un poco su rostro, al menos lo suficiente para hacerme sentir bien conmigo misma, tranquila y en paz.

—Es todo lo que necesito —declaré sin quitarle los ojos de encima, alimentándome de la sensación reconfortante que su mirada emanaba.

Abrió de nueva cuenta sus brazos para mí y yo me hundí en su cuerpo para perderme aunque fueran unos segundos, quise regresar a casa, transportarme a esos días y momentos en Nueva York que podían darme fuerzas y seguir con disposición y valentía. Cubrió mi cuerpo en un abrazo tal y como si me cubriera con alas inmensas que me protegían de la catástrofe que se avecinaba hacia nosotros.

Fue cuando disfruté de una paz que hace meses había estado necesitando, de apoyo y comprensión que me impulsaba a dar finalmente el paso de enfrentarme a mi peor pesadilla que estaría esperándome paraacabar conmigo.

Damien Westermann.

Sentado y con la cabeza agachada esperaba la visita de Nina, no sabía si estábamos retrasados o no pero lo único que quería era verla, al menos poder escuchar su voz, la ansiedad me consumía y lo demostraba con mis pies inquietos que se movían sin parar marcando los segundos más rápido de lo que en realidad era. No fue hasta que escuche el metal de la reja arrastrarse para abrirse, ahí fue cuando el guardia le dio acceso a Nina quien iba acompañada de Paul que como siempre conservaba esa expresión congelada, de piedra.

Nina estaba tan nerviosa como yo, pude notarlo cuando le toque el brazo, temblaba, su respiración estaba acelerada.

—Perdón por llegar tarde, estaba terminado de arreglar los últimos detalles. —me explicó con la voz igual de temblorosa, lucía avergonzada y asustada y no se porque sentí que quería disculparse pero no por llegar tarde —Se que querías que llegara temprano pero tuve que quedarme más en la sala con los demás abogados y terminarlo todo. ¿Cómo estás?

No podía describir el remolino de sensaciones extrañas y enfermizas que me estaban consumiendo por lo que lo resumí lo mejor que pude.

—Extraño —suspiré frustrado —No lo sé, no puedo entender si en verdad me siento nervioso o asustado, en una mezcla confusa.

—Lo sé, te entiendo —asintió un par de veces, trató de quitarse la tensión de encima pero era inútil —Es difícil de explicar, en fin, te traje esto, es solo para que puedas darle una leída rápida y podamos irnos.

Me entregó la carpeta donde venia todo lo que debía conocer, lo resumió para mí así que no fue nada difícil darle una leída y que la información se quedara en mi cabeza, mientras tanto le daba indicaciones a Paul y sin verlo venir él había desaparecido aunque seguro volvería en un momento.

Inhalaba y exhalaba aire cada segundo, también agitaba su cuerpo para intentar quitarse esa tensión, lucía mucho peor que yo, me hacía sentir muy mal, culpable e incomodo, observé como iba de un lado a otro de la celda, mordiéndose las uñas.

—¿Nina? —pregunté para que saliera de su trance —¿Estás bien?

—Sí —mintió, lo supe porque su cara lo decía todo, no podía sostener seriedad, se le resbalaba en seguida —Todo bien.

Sus nervios eran peores que los míos y aunque no lo demostrara yo estaba a punto de partirme en dos, tenía derecho a demostrarlo porque sería yo el condenado pero eso no era lo que aterraba, yo sabía que habría un montón de gente ahí esperando a verme pero solo una presencia ahí era la que me escandalizaba, la de Katherine. No se lo dije, sabía que era así, tal vez por eso lucía por fuera un poco más calmado y es que volver a verla era para mi una clase de recompensa. Tenía miedo, quería cambiar aquella sensación pero no había mucho que hacer al respecto.

No pasaron ni cinco minutos cuando nos dieron la indicación, ya había llegado la hora. Nina comenzó a temblar de verdad, inclusive el guardia que nos dio el aviso se preocupó por ella.

—Estoy bien —susurró, manteniendo una mano levantada para evitar que se acercara —No se preocupe, ¿Puede darnos unos segundos? Vamos en seguida.

El guardia se comportó muy reacio al respecto.

—Debo llevarlo ahora, lo están esperando.

—Solo unos segundos, por favor —le pidió con un tono muy demandante en lugar de amable

El guardia no le quedó de otra que aceptarlo ya que no podía discutir con ella, de mala gana se fue de la celda alejándose unos cinco metros, dándonos así el espacio y la privacidad que necesitábamos.

—¿Todo ha quedado claro? —me preguntó, todavía con el temblor de su cuerpo delatándola, su intento de seriedad y formalidad estaba poco definida. —De todas maneras estaremos ahí y tú no tendrás que hacer nada, déjame todo a mí.

De repente ella titubeó al girarse hacia la salida, había algo que la retenía, sin rodeos se acercó y me depositó un beso rápido en la mejilla pero al parecer eso no terminaba con la ansiedad que no la dejaba salir. Nuestras miradas quietas lo decían todo al mismo tiempo, estábamos tan asustados, inquietos, nos estaba matando por dentro, sabía que ella podía ver cómo me lastimaba todo esto, me cortaba hasta provocarme una gran herida que no dejaba de sangrar.

—Aquí estaré para ti, ya lo sabes —me susurró, sin haber alejado su rostro del mío cuando me dio el beso en la mejilla por lo que podía sentir su aliento prácticamente adentro de mi boca, saboreándolo con la lengua —Te quiero.

Acto seguido me besó en los labios, creí que sería algo rápido por el corto tiempo que teníamos pero no, ella decidió tomarse el tiempo necesario para dejarlo en claro, echó sus brazos a mi cuello, manteniendo así su beso más prolongado y perseverante, le respondí por supuesto porque de verdad sabía que iba a necesitarlo.

Traté de sonreír un poco pero no pude, ni siquiera lo intenté. Una vez separados el guardia en el momento exacto que tomamos distancia llegó para dar por terminado nuestro momento.

—Es ahora, no podemos perder más tiempo. —metió un pie a la celda para presionarnos a avanzar.

Asentí, suspiré cuando me di cuenta que yo era quien debía avanzar. Me giré hacia ella para no perderla de vista pues necesitaba tenerla a mi lado en el preciso momento cuando entrara al juzgado, ella se posó a un lado del guardia así que la tenía delante de mí, de vez en cuando me echaba mirada de reojo para ver si yo estaba bien.

No iba a poder mentirle a ella ni a nadie, quería que todos pudieran darse cuenta de lo que me estaba carcomiendo por dentro, sabía que no era tarea fácil el que mi rostro pudiera decirlo porque no era de expresar mis emociones pero si fuese esta la oportunidad de poder hacerlo muchos sabrían de mi arrepentimiento.

Katherine Weber.

Todos se debieron haber percatado de mi ansiedad, tenía miles de miradas encima de mí, el jurado, los presentes, el juez y la prensa, por supuesto que no estaba preparada para la magnitud de esto, la intimidación de sus miradas era tan enorme que a  pesar de que ellos estuvieran alejados de mí lo podía sentir tan cerca. Estaba sentada a lado de Bruno, Robert se había sentado como espectador justo detrás de mí, me volvía hacia él para tomar valentía, un refugio temporal en lo que volvía a mi cruel realidad.

Todo iba bien hasta que anunciaron su llegada, el juez con voz inexpresiva pidió que entrara a la sala.

—El señor Damien Westermann hágase presente en la sala, por favor.

Cuando dio la orden una puerta que estaba del otro extremo de la sala se abrió, sabía que de ahí saldría Damien, que aunque estuviéramos separados por doce metros tendría que cruzar la mitad de la habitación para llegar a su lugar correspondiente donde lo esperaba Nina Schiffer, su abogada quien estaba levantada para recibirlo, dando su atención al igual que yo a la puerta que estaba abierta.

El hilo de mis pensamientos se interrumpió, mi mente quedó en total silencio cuando de la puerta salió Damien con la cabeza medianamente agachada, lo suficiente para verle un poco la cara, llevaba uniforme en naranja neón con esposas en las manos, un guardia lo guiaba del brazo sin permitirle alzar mucho la cabeza porque en seguida la habitación se llenó de la luz blanquecina de Flashes  gracias a  los periodistas que deseaban sacarle fotografía. Tuve la oportunidad de examinarlo con total libertad, iba bien peinado y también afeitado, su apariencia era tal pulcra, limpia, nada que criticar, ni siquiera lucía cansado, era increíble verlo tan normal, ¿Cómo podía estarlo justo cuando su vida estaba a punto de terminar? ¿No se daba cuenta que era su sentencia, su despedida al mundo?

Incrédula miré hacia Bruno que al igual que yo estaba atónito, nadie podía reposar tan tranquilo en la cárcel y menos en este precio momento donde lo  esperábamos con un rostro derrotado, demacrado, perdido. Solté una risa llena de sorpresa y molestia, sin matiz alguno de gracia, era imposible verlo tan conservado, mi risa fue tan bajita que seguro nadie lo escucho pero  de pronto él levantó la vista por al menos unos cuantos segundos y como yo estaba segura que no tenía permitido contacto visual con nadie se encontró específicamente con el mío.

No supe si sabía dónde me encontraba o si pudo escuchar aquella risa cargada de molestia (cuando sabía que no podía ser así) el punto es que el motivo fue de lo que menos me preocupe en ese momento. Los latidos de mi corazón se pausaron, la escena se estancó tal y como si el tiempo se hubiera quedado congelado, sus ojos me habían arrastrado sin darme la posibilidad de huir, sus ojos azules eran relampagueantes, vividos y escandaloso que no pude ignorarlo. A pesar de la distancia vague por un corto tiempo en esos ojos, vi su alma torturada, el dolor, la tristeza y luego una brecha mínima de esperanza y consuelo.

Tal y como lo esperé esa chispa de sorpresa al no ver mi barriga le dio un aspecto de miedo y confusión,  miles de preguntas se asomaban a una resolución fácil de leer en sus ojos y facciones. Nadie iba a poder decirle nada, no conocería los detalles jamás.

Parpadee al salir de aquella vieja y extraña sensación que cubrió a mi cuerpo, los latidos de mi corazón saltaron desenfrenados después de haber estado inmóviles y poco a poco me invadió una sensación  extra corporal del que solo Bruno se dio cuenta.

—Katherine, Katherine —me había llamado cuatro veces sin saber —¿Todo bien? ¿Quieres un poco de agua?

Ya tenía cerca de mí un vaso lleno de agua y un pañuelo de seda que me permitía quitarme el sudor frío de la frente.

—Sí, gracias —susurré todavía sin fuerzas, me bebí el agua completa y me quite el sudor de la cara a toquecitos.

—Ya ha pasado lo peor, lo has hecho muy bien.

Le agradecí con una media sonrisa, me acomodé sobre la silla, no se porque quería mirar hacia la mesa contigua que era donde él estaba. Maldita sea, ¿Por qué quería mirar hacia allá? Quería hacerlo pero también el luchar contra esa tentación me hacía sentir mal, con náuseas y mareada, era prueba contundente que estaba luchando contra mí misma. Termine por obligarme a hacerlo, con cautela y discreción observé hacia ese lado y vi que su abogada le susurraba algo después guié mis ojos hacia abajo que era donde estaban sus brazos y ahí vi que ella le tomó la mano, entrelazando sus dedos y le dio un largo y duro apretón, Damien solo suspiró, dejando correr fuera la carga del pecho. Ella lo soltó rápido creyendo que alguien pudiera verlos o tomar fotografía, yo sabía bien que debajo de las mesas nadie podía tener acceso visual tan preciso como lo teníamos nosotros que estábamos a lado aunque de todas maneras me alegré que lo hiciera.

Era fácil la conclusión, Damien y Nina tenían algo, no sabía hasta donde pudo haber llegado el arreglo o la relación pero de lo que estaba segura es que ella lucía enamorada, que ella debió haberlo iniciado todo desde un principio porque aunque quisiera solapar los roces que tenía con él su expresión corporal y su rostro que se encendía al momento de girarse hacia Damien lo decía todo. Ella debió haber despertado el corazón dormido de Damien, y pensar en eso me inquietó, emergió en mí una precipitada y absurda frustración que intenté controlar a toda costa, por supuesto perdí concentración de lo que pasaba a mi alrededor por lo que decline a seguir viéndolos, voltee mi cara hacia otra dirección lejos de ellos. 

—Creo que te podrás dar cuenta fácilmente —le comenté a Bruno, inclinándome para que pudiera escucharme, no comprendió de lo que hablaba.

Les echó un vistazo rápido a Nina y Damien, tardó en procesar o relacionar lo que le dije pero era listo y supo de que hablaba.

—¿Damien y Nina? ¿Una relación además de las de negocios? ¿Por qué lo dices?

Yo lo sabía, si tan solo tenía que ver el rostro de Nina, esa expresión, esa locura que corría dentro de sus ojos, su enamoramiento, ¿Por qué? Fácil, reconocía esa cara, era la mía cuando recién había conocido a Damien, esa cara lo decía todo, era tan familiar, era todo un peligro andante, fue ahí cuando me compadecí de Nina porque ahora era ella quien estaría atrapada en un sueño inexistente, un amor maldito, una ilusión que la mataría poco a poco.


Chicaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas perdón por subir tarde es que tuve que corregirlo ya muy tarde por eso es que lo subí a esta hora.

Espero que el capítulo no se les haga muy largo y si es así lo pueden leer por partes jajaja lo sé, son muchas palabras, con casi 4,000 palabras, de verdad a veces quiero hacerlos cortos pero no me salen :S

No se olviden de dar estrellita y comentar guapas :) Así me doy cuenta que les gusto el capítulo.

Les mando besotes enormes y un montón de gracias por todo


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