Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo


Katherine Weber.

Habían tocado a la puerta, yo recordaba que no esperaba a nadie ni mucho menos Robert, me giré hacia Nora y Robert con cierta preocupación, nos encontrábamos en la mesa del comedor porque Nora quería despedirse de Robert en cuanto supo que se iría a Nueva York otra vez. Me levanté para recibir a quien fuera que estaba tocando mientras sentía por detrás de mí los ojos curiosos de los presentes.

Al abrir me di cuenta que era Bruno, tenía el rostro un poco avergonzado y alterado al mismo tiempo, me sorprendí, no lo esperaba hasta mañana, ¿Qué hacía aquí? Con una postura muy rígida trató de hacerme saber que era lo que había pasado y que lo traía hasta aquí.

—Buenas tardes, Katherine —me saludó con los labios un poco contraídos por intentar una sonrisa —¿Puedo pasar? Se que no me esperabas pero necesito hablar contigo.

Aturdida lo deje pasar, cuando entró fue de esperarse también leer la sorpresa en Robert quien me dirigió la mirada en busca de una explicación, me encogí de hombros detrás de Bruno en lo que esperaba a que yo retomara mi asiento con los demás.

—¿Qué te trae por aquí Bruno? Creí que te esperaríamos mañana. —comentó Robert muy confundido

Bruno seco el sudor de su frente que empezó a emerger de repente, titubeo, nunca lo había visto tan nervioso, era cómo si alguien lo acorralara, estaba asustado y yo por supuesto estaba disgustada, pensaba lo peor, quizá la demanda del divorcio no estaba siendo lo que se esperaba. Para los pocos segundos que tardó en contestar yo estaba impaciente, aferrando mis dedos al borde de la mesa que nos separaba, controlando mi taquicardia con disimulo.

—Necesito entregarle esto a Katherine —rápidamente sacó del bolsillo dentro de su abrigo una carta, tuve que levantarme para recibirlo y al hacerlo sus ojos de nueva cuenta en disculpa me traspasaban en pánico. —Es de Damien, me pidió que te lo entregara, dijo que era importante ya que...

No me di cuenta que había enmudecido porque estaba encerrada en mi propia burbuja privada cuando hice contacto con la carta de Damien, la examine, estaba en un sobre blanco muy simple, sin nombre ni dato alguno, lo rasgue para sacar el papel doblado de adentro y al desdoblarlo reconocí su letra, fue como traerme de vuelta al pasado, arrancándome la poca tranquilidad que llevaba conmigo.

Lo primero que noté fue mi nombre al inicio y que era un poco extensa. ¿Qué era esto? ¿Una carta de amenaza? Con paciencia fui leyendo todo a pesar de que los demás esperaban por la información.

Katherine:

Aun debes querer el divorcio, lo sé porque tu abogado no ha dejado de recordarme que debo hacerlo para no perder los pocos millones que me quedan, cree que puede asustarme pero yo me mantengo firme a mi decisión, no te lo daré, también sé que han intentado conseguirlo sin mi autorización y tengo que admitirlo, me ha incomodado que lo vayas a hacer y se convierta en realidad pero luego pensé...Estoy seguro de que eso no es lo que quiere, no puedes engañarme más, Katherine, lo veo en ti cómo te dije, aun veo que sufres por mí.

No voy a dejar que huyas con el bebé que llevas dentro y que seguro pensabas tener escondido por siempre. ¿Me equivoco? Claro que no, está claro que no ibas a decirle acerca de mí jamás porque seguro cuando creciera iba a averiguarlo, tú principal terror fue ¿Cómo puedo decirle que su padre es un monstruo? Sencillo, podemos borrarlo de nuestras vidas como si no existiera y vivir felices alejándonos de él, que original.

Respecto a mí, crees que lo sabes todo porque te confesé demasiados secretos pero pude contarte todo sobre mí y aun así no me conocerías realmente. Date una oportunidad de hacerlo porque no habrá otra forma en la que las cosas se puedan arreglar.

No puedes borrarme de tu vida ni yo tampoco pretendo borrarte de la mía, porque sabes que te quiero a mi lado, en el pasado pude haberte traído hasta mí para otro propósito pero justo en este momento te confieso que soy capaz de hacer lo que sea para ganarme un poco de tu confianza, piénsalo, estoy a tu disposición.

Ahora soy yo quien ruega por ti. Se que en cada decisión que tomas yo estoy ahí.

Estaré dónde siempre, esperando una pronta respuesta.

Damien

Levanté mis ojos hacia los tres pares de ojos aterrados que me contemplaban, insistiéndome en silencio que pudiera decir algo, quise hacerlo pero las paredes de mi garganta se habían cerrado por el terror que había petrificado a mi cuerpo dejándolo sin posibilidad absoluta de razonamiento, me convertí en una pieza apenas viviente que se apartaba poco a poco de la realidad, iba a desplomarme ahí mismo si no fuesen por los movimientos fugaces de Robert. Me aferré a su brazo lo más que pude, estaba siendo vencedora de un posible colapso nervioso ahí mismo frente a todos.

—Él lo sabe...Ya lo sabe —musité en un hilo de voz, fui repitiéndolo cada vez más histérica —Sabe del embarazo.

Nora soltó un jadeo de sorpresa mientras que los demás se había congelado también, ¿Quién se lo había dicho? Era un secreto que estaba decidida a guardar conmigo por siempre, juré que iba a proteger a mi bebe sin importar lo que costara, empezando por alejarlo de su padre, un ser despreciable, inhumano, un demente enfermo.

Pude sentir los brazos de Robert rodeándome el cuerpo para asegurarse de que no iba a estrellarme contra el suelo, se lo agradecía porque mi piernas estaban adormecidas, hormigueándome al intento de sostenerme por mi misma.

—¿Cómo que sabe del embarazo? —objetó a mi lado Robert con voz incrédula y también enfadada, me quitó la carta y la leyó entre líneas —Bruno, ¿Qué es esto? No entiendo porque te habría dado una carta. ¿Quién se lo dijo?

Estaba tan interesada en lo que iba a decirnos que con todo y el malestar que sufría, alcé mis ojos y entre Robert y yo lo encaramos para una explicación.

—Fui a su casa para tratar de convencerlo de que firmara el divorcio pero no logré nada, antes de irme hablé con su abogado, le dije que era mejor que convenciera a Damien de firmar si no quería ver más demandas —tragó saliva con dificultad —Le dije que tú no querías ni un centavo de su cliente ni aunque estuvieras embarazada, le advertí que no se lo dijera a nadie porque iba a quitarle todo el dinero que le quedaba a Damien y es obvio que no le conviene. Me fui directo hacia mi departamento cuando recibí una llamada para regresar a la casa, fui y su abogado me entregó la carta, me aseguró que no tenía idea de que era y que la indicación era que yo te lo entregara de inmediato.

El cuerpo de Robert se estremeció de coraje, podía sentí las vibraciones de sus brazos y la rigidez que subía hasta su rostro.

—Debió haberte escuchado —indicó él sin evitar su tono irritado —No pudo haber existido otra manera de que lo supiera.

Bruno se excusó con el rostro cayéndose en pedazos por la culpabilidad y la vergüenza, Robert lo acusó estando muy seguro pero yo quería saber que era lo que tenía decir en su defensa porque conocía a Damien, tenía muchos trucos bajo la manga que el responsable podía ser cualquiera.

—Nosotros hablamos a casi nueve metros de la puerta, Robert —nos informó con la frente poblada de arrugas, el ceño fruncido y los ojos llenos de frustración —Te puedo jurar que no nos pudo haber escuchado, nuestras voces eran muy bajas, se necesitaba salir para que él pudiera escuchar la conversación.

La mirada rabiosa de Robert era intimidante, me refugie en Nora quien estaba un poco temerosa presenciando todo esto, ella se ablandó cuando nuestros ojos se encontraron, quise ir con ella porque ahora me sentía amenazada entre Robert y Bruno si es que las cosas se salían de control.

Todavía podía sentir la vibración agitada de Robert lo que me hizo buscar refugio en Nora, pude caminar gracias a que ella no se encontraba lejos, la abracé y ella me acaricio los hombros ahuyentando la tensión.

—Nadie puede asegurar que no escucho nada, no conoces a ese hombre, siempre tiene la forma de oír y ver todo —masculló, ahora que tenia los brazos libres pudo hacer grandes ademanes por el aire, exponiendo su alteración —¡No tienes idea! No debía saberlo, es todo un peligro para Katherine que él sepa de esto, lo que menos necesita es estar alterada, no puedes exponerla a más estrés, ya ha pasado por suficiente...

—Robert —irrumpí su frase, ya era suficiente, Bruno no merecía que lo tratan de esta manera, me había ayudado mucho y no podíamos ser mal agradecidos —Ya basta, él no merece que lo trates así, ha hecho mucho por mí.

—Pero Katherine ahora que él lo sabe...

Esta vez lo detuve con un tono menos amistoso.

—¡No digas nada! Es peor cuando veo que estás haciendo el problema mucho más grande, por favor, no sigas.

Robert calló de inmediato, por supuesto tuve que ocultar mi colapso con mucha seriedad, no podía perder los estribos aquí mismo porque ya era suficiente para Bruno tener que ser señalado por mi también. Ya no se podía hacer nada, lo sabía todo, ¿Que iba a poder hacer en este caso? ¿Irme? ¿Y si eso lo provocaba?

—Ya no puede hacer nada, Katherine —respondió Robert con voz tajante, leyendo mis preguntas mentales en mi expresión horrorizada —No podrá herirte a ti ni a nadie, no tiene poder en absoluto.

Era verdad, ya no tenía poder para destruir a nadie más y no sabía porque aun así mi inquietud seguía haciéndome estremecer del miedo, tal y como si me sintiera desprotegida.

—Es cierto, Katherine, él ya no puede hacerte daño —aseguró Nora, con voz conciliadora, frotándome con lentitud los hombros —No debes temer a sus amenazas, no tienen sentido.

Sonreí son un poco complacida de todas sus palabras de aliento pero no tenia miedo de que Damien pudiera dañarme porque sabía que no intentaba hacerme nada, yo sufría más bien por la decisión imposible que tenia que tomar acerca de lo que me pedía.

—Él no me amenazó —me mordí el labio, dificultándose la manera de poder decírselos —Su carta no decía eso, él me pidió...otra oportunidad.

El rostro asombrado de Robert intensaba asimilar lo que había escuchado al igual que los demás, yo sabía que le afectaba todo esto, le había lazando una puñalada directo al pecho cuando desvié la mirada de la suya, no quería que malinterpretara la seriedad en mis ojos.

—¿Eso quiere decir...? —preguntó con la voz desvaneciéndose.

Por el rabillo del ojo pude darme cuenta que estaba aferrando las manos a la espalda de una silla, aguardando por mi respuesta con la mandíbula apretada, fingiendo ante los demás pero no servía para mí.

—¿Qué cosa? —le pregunté con suavidad.

—¿Vas a dársela? ¿Estás pensando en hacerlo? —inquirió con mucho interés.

Que estuviera entrometiéndose me impedía pensar, no quería ser grosera pero mi reacción instintiva fue decirle que me dejara en paz pero como teníamos presentes tuve que optar por lo más apropiado y era darles una respuesta a todos.

¿Debía hacerlo? ¿Y más cuando sabía de la existencia del bebe? Cómo deseaba tener una respuesta inmediata, natural, sin rodeos, que fuera tan sencillo aclarar mis sentimientos porque me había enamorado de un monstruo y a pesar de eso no podía evitar sentirme mal por él. Se aferraba a lo único que pretendía conocer, a lo desconocido, a mí.

Vi que Robert se dirigía a mí, se plantó justo en frente y busco mi mirada, creí que estaría enojado pero fue lo contrario, era gentil, con eso me atrajo hacia él.

—Katherine —pronuncio mi nombre con la delicadeza de un susurro. —Mañana regreso a Nueva York, esta podría ser una buena razón para irte de aquí conmigo y empezar desde cero. ¿Qué dices.

La desesperación que corría por la habitación me arrastraba a decidir ahora, dar pie a mi próximo destino, quedarme y esperar a lo que tuviera que pasar entre Damien y yo o irme con Robert para desprenderme de mi pasado traumático y empezar desde cero a su lado. ¿Qué decisión tenía lo que necesitaba para ser feliz?

Cualquier decisión que fuese la definitiva no iba a poner punto final a la historia entre Damien y yo, porque no existía el final, solo ciclos que se cerraban y daban pie a otros más, con nuevas batallas que enfrentar por delante.


Gracias a Tamiyuki por increible Manip que les puse en multimedia.❤❤❤ 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro