Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 47. Oposición

Katherine Weber.

El tiempo había sido largo, monótono, creí que iba a perderme en tanta espera porque siendo realistas el tener que esperar era cansado, lo único que me mantenía cuerda era Robert que luchaba para que yo soportara la segunda prueba, me pregunté cuántas más tenía que pasar para descansar en paz, el sufrimiento nunca era demasiado pero ya está muy bien acostumbrada.

Bruno llegó al departamento con noticias del divorcio y el caso de mi propiedad, era increíble lo mucho que había avanzado en casi tres semanas, era un excelente abogado y lograba hacerlo tan rápido tal y como a mi me gustaba. Nos sentamos los tres en la mesa del comedor, alumbrados por un gran foco que descansaba sobre nuestras cabezas, me explicó que el trámite ya se había hecho y que la demanda estaría en sus manos pasado mañana.

—Tendrías que firmarlo tú cuando recién llegue, los términos ya están puestos, no quieres nada de su dinero, tampoco mencionaste tu embarazo.

—No —lo interrumpí en seco, que alguien pudiera enterarse seguía causándome molestia —Nadie debe saberlo, está prohibido mencionarlo.

Bruno se sacudió un poco para deshacerse de la tensión de su cuerpo, al igual que Robert.

—Es un hecho que ni Damien debe saberlo, entonces creo que acedera a firmar porque no pides en absoluto ningún solo centavo de su dinero ni tampoco pides compensación. Estoy seguro de que no habrá problema.

Era lo menos que podía esperar de Damien, una vida sin estar atados de por vida si es que lo hacía posible.

—¿Y que hay del asunto de la casa? ¿Se pudo hacer algo?

Se apretó los labios en un gesto complicado de interpretar, tuve que prepararme otra vez para escuchar las malas noticias, no había forma de huir, nunca las había, mi cabeza trabajaba para busca una posible solución para no perder compostura.

—Se hace lo posible pero créeme que no va hacer fácil, la casa le pertenece a alguien más, se vendió y supongo que solo existiría la manera de comprarla al reciente dueño.

Seguía dándole vueltas a una posible solución pero sus palabras me dejaban con muy escasa esperanza, ¿Qué se supone que iba a hacer cuando dejara este departamento?

—¿Eso quiere decir que...? No tendré a donde ir cuando me vaya —murmuré con un hilo de voz, diciendo lo último casi para mi misma.

—Haré lo posible —me prometió con una sonrisa poco convincente.

Esto no tenía sentido, debí haber pensado en esto desde un principio porque no solo debía preocuparme por mí también en mi hijo, si no teníamos un lugar que nos esperara en América no íbamos a poder comenzar una vida nueva y esto me enfurecía. Robert regresó conmigo luego de despedir a Bruno, mi angustia me tenía muy concentrada en mis pensamientos hasta que irrumpió en ellos cuando coloco una mano sobre mi hombro.

—Hay una solución, Katherine, siempre la hay.

Apreciaba su intento por animarme pero prefería que no me diera falsas esperanzas esta vez.

—No la hay, ya lo escuchaste, la casa ya es de alguien más y no se puede recuperar a menos que la pueda comprar.

—No necesitas comprar la casa —me aseguró con voz tajante, interrumpiendo mi meditación.

Me volví hacia él muy acomplejada, no sabía que clase de plan tenía entre manos pero quería saber que otra opción tenía para mí, me esforcé para no lucir muy desesperada y no intimidarlo demasiado.

—¿Qué quieres decir con eso? No entiendo.

Se tomó el tiempo de analizar mi reacción, inhalo un poco y para entonces yo estaba colapsando desde el interior.

—Puedes vivir conmigo en mi departamento.

Me tomo desprevenida, sin querer me estremecí, estaba en blanco, no supe que decir, deje pasar unos segundos que parecieron varios minutos completos, oh dios, ¿Qué debía hacer?

—¿Vivir contigo? —repetí con perplejidad, apartando mi vista un poco de él para que mi cabeza pudiera aclararse un momento. —No lo sé...Me refiero a que me has ayudado demasiado con esto y no quisiera ser una carga más en tu vida.

—No eres una carga —afirmó al tiempo que negaba con la cabeza —Katherine, necesito decirte esto porque es verdad y quiero que tu sepas que estoy aquí para ayudarte a salir adelante porque me importas.

Quería ver que era lo que reflejaba mi rostro en este momento porque sabía que mi reacción no había sido la más acertada, no quería lastimar a Robert porque en el fondo yo también lo apreciaba, lo quería pero necesitaba que fuera claro en todo esto, que era lo que quería de mí. Traté de no romper su ilusión mostrándome comprensiva, eliminando la tensión de mis facciones.

—¿A que te refieres realmente, Robert? —me mordí en labio, tenía que admitirlo, no podía dejar de mostrarme incomoda.

Titubeó, fue de esperarse, no encontraba las palabras para decírmelo y esperaba que no lo hiciera.

—En todo este tiempo yo...—enmudeció, meneó la cabeza con los ojos cerrados, esperaba que no se dejara guiar por su impulso y parecía que intentaba dominarlo —Nada, olvídalo, solo considera que puedes quedarte conmigo, no lo dudes, lo digo para que puedas conseguir el tiempo necesario para conseguir otro hogar.

Suspiré llena de alivio, ya había empezado a alarmarme, las manos me habían sudado al igual que la frente que estaba perlada por la humedad, fingí me acomodaba el cabello para quitar la evidencia.

—Eres muy amable en ofrecerte pero no quiero ser molestia, no sabemos en cuanto tiempo podré conseguir una aunque de todos modos lo consideraré.

Le regale una sonrisita y él parecía conforme con eso, le tome la mano y le di un apretón, me gustaba sentir a Robert cerca, me hacía sentir muy segura, siempre era de esa manera y quizá podía acostumbrarme a ello hasta el punto de no poder vivir sin él. Me acerqué para poner mi cabeza sobre su hombro, en seguida me rodeo con un brazo, podía ser solo mi imaginación pero también estaba cómoda cuando me tocaba porque solo así me hacía ver que todo era real y me gustaba que estuviera a mi lado, no quería pensar en cuando me dejara porque iría entonces tras de él.

—Gracias por cuidarme, Robert —susurré con voz baja, concentrándome en nuestras manos entrelazadas.

Soltó una risa entre dientes y yo hice un gesto de confusión.

—Eso he hecho desde un principio, incluso cuando me odiabas y yo siempre detrás de ti en lo que tu huías de mí.

—Me haces sentir mal —añadí, mordiéndome el labio —Muy pero muy mal.

—No te preocupes, valió la pena, esta es la mejor recompensa que se puede tener.

Yo también coincidí en ello cuando sonreí para mi misma, pegándome más al hombro de Robert para dejarle saber que lo consideraba igual.

(...)

—Así que...¿También lo darán de alta pronto?

Nora asintió, yo estaba inmóvil, pronto estaría él de nuevo entre las calles o por al menos unos días porque estaba bajo vigilancia por órdenes de un juez, Bruno me había dicho hace poco que el juicio se haría en unas cuantas semanas más, que no me desesperara, yo estaba más que tranquila porque la demanda de divorcio había llegado y yo había firmado, se les notificó a los abogados de Damien y también mis requerimientos, esperaba que lo firmara, era lo único porque no había pedido más que eso.

—Mañana —me aseguró con severidad —Por cierto sigue con amnesia, nada ha cambiado, Scott me dice que las cosas están abriéndose camino, parece que el no recordar le está dando la posibilidad de escuchar y de poder demostrar un poco de su personalidad.

—¿Y las terapias?

—Eso lo decidirá un juez el día en que se realice el juicio, solo así se podrá saber si irá a la cárcel o al hospital, solo puedo imaginar la gran masa de gente que estará afuera, imagínate, si cuando tu te fuiste habían muchos reporteros esperándote no quiero saber cuántos habrá cuando él salga.

—Nunca le ha gustado la excesiva atención —resople con ligereza —Va a pasarla muy mal.

—¿Y tú? —inclinó la cabeza para escudriñar mi rostro, levantó las cejas cuando respondí a su mirada —¿Qué ha pasado con el divorcio?

—Ya lo firme, todo está en orden —le expliqué con voz formal, respirando tranquilidad —Solo falta que él de su firma y oficialmente estaremos divorciados.

Nora tenia una pequeña mueca en los labios, parecía de impedimento, quería saber que estaba pensando y descubrí que no le parecía bueno lo que había dicho.

—Hay una cosa que debes de saber —me confesó, todavía manteniendo esa pequeña mueca pero esta vez no tan pronunciada, con disimulo parecía esconder una sonrisa —En todo este tiempo Scott me dijo que Damien ha estado preguntando por ti y que cuando se le dijo que ya habían dado de alta preguntó si ya te habías ido del país, dijo que quería hablar contigo pero como fue de esperarse no le cumplieron la petición.

Hubo una flama en mi interior que aumentó de tamaño, apoderándose de mi cuerpo para cubrirlo de un calor impaciente, mis ojos rodeaban el rostro de Nora para seguir buscando información, suplicándole que pudiera decirme más acerca de Damien, siempre sentía que la adrenalina fluía por mis venas cuando hablaba de él, lo que fuera, siempre tenía ansiedad por saber cada detalle que lo vinculara, un hambre cada vez más insaciable.

—¿Eso dijo? —exclamé, atónita, el calor viajo hacia mi rostro, ruborizándome de manera involuntaria —¿Qué habrá sido lo que quería decirme?

Los pequeños ojos de Nora centellaban también en curiosidad, nadie podía resistirse a saberlo.

—No lo sé pero Scott me dijo que parecía ser urgente, fue de esperarse que se pusiera violento pero Scott siempre suele resolver cuando Damien pasa por una crisis.

Quería verme, ¿Qué era eso tan importante que deseaba decirme? ¿Pudo haberse enterado de mi embarazo? No, eso era imposible, él no tenía idea, yo había pedido mucha confidencialidad, fue mi única regla, esto podría tratarse de alguna otra cosa, mi duda me carcomía, no iba a descansar hasta saberlo.

—Sea lo que sea, supongo que no debía ser importante, no sabe nada de mí, soy una total desconocida para él.

—Sí, tal vez tengas razón pero eres la única familia que está cerca suyo, todavía eres su esposa.

La mandíbula se me tenso al instante, la idea me provocaba un malestar en el estómago, un dolor agudo directo en el pecho que se encajaba justo en mi corazón.

—No por mucho. Eso es seguro. —afirme, manteniendo callado el remordimiento que sin querer me asaltó.

(...)

No podía dejar de pensarlo, todavía estaba en mi cabeza vagando como una manera efectiva de molestarme, dos días completos me había tomado el querer superar lo que Nora me había dicho, Damien ansioso por verme de nuevo, quería encontrarle una buena razón a su desesperación pues la primera vez que lo vi le había dejado en claro que lo odiaba, el rencor hacia él y que la fuerza del mismo era descomunal. No podía dejarlo, iba a ser complicado borrarlo de mi cabeza y mis pensamientos aunque lo tratara con cada distracción.

La tarde era tranquila, yo estaba en mi habitación descansando de otra larga entrevista que di para un canal de televisión, Robert estaba siempre fuera, trabajando con sus colegas en todo, odiaba la soledad por completo, me traía muy amargos recuerdos por eso cuando Robert estaba fuera trataba de tener la televisión encendida o una tarea pero esta vez el cansancio me abatió.

Recosté mi cabeza en la almohada cuando el teléfono sonó, casi corrí para no perder la llamada.

—¿Diga?

—Buenas tardes, Katherine, soy Bruno.

—Oh, hola, ¿Cómo va todo?

Tardó un poco en responder pues inhalo y exhalo aire con brusquedad.

—No tan bien, se trata del divorcio.

No quise alarmarme pero no podía hacer nada al respecto, no podía controlar mi sobresalto aunque lo intentara.

—¿Qué pasa con eso?

—No quiere firmarlo, acabo de ir a hablar con él para pedírselo y se ha negado rotundamente.

Oculté media cara con mi mano, incapaz de entender esto o más bien la razón de su negación, ¿Qué maldita afición tenía por hacerme la vida miserable?

—Pero... ¿Por qué? No entiendo, ¿Cómo que no quiere firmar? —le reclamé, estaba molesta, era inaceptable. —No le he pedido ni un maldito centavo, ¿Qué es lo quiere?

Hubo un silencio que amenazaba con lo peor.

—Quiere verte, dice que no firmara nada hasta que hables con él.

No tenía opción, si quería algo de él iba a tener que cumplir con su requerimiento, no sabía si debía hacerlo o tratar de llegar a este divorcio con más cargos legales, no iba a aceptar aunque fuera una salida fácil de tener lo que deseaba, ¿Podría más mi orgullo? Podía matar dos pájaros de un tiro, obtener el divorcio oficial y descubrir de una maldita vez que era lo último que Damien quería de mí.



Maratón!!!!!!

Ya casi las 24 mil leídas, tenia que celebrar jajaja. Cómo se darán cuenta Robert guarda otras intenciones, ¿Que dicen? Yo siento que Katherine esta confundida y todo esto la va a tener loca, ¿Creen que sea más feliz con Robert? Es buen partido jaja

No se olviden de votar hermosas y de comentar que respondo a todo <3

Besotes y gracias por leerme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro