Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 44. Petición

Katherine Weber.

—Robert, ¿Podrías dejarme con Katherine un momento? Por favor.

No supe si había contestado, lo único que escuche fue la puerta abrirse y la sola presencia de Nora, no se cómo logré hacerlo pero alcé la vista y me encontré con sus ojos expuestos en tanta consolación, extendió sus brazos hacia a mí y yo de inmediato respondí a su abrazo, duramos unos minutos de tal forma que  yo había empezado a llorar y ella limpiaba cada lágrima que fuesen a caer antes de tiempo.

—Necesitas aclarar tu cabeza, ¿Quieres que me vaya también?

Aferré mis brazos hacia ella, no quería quedarme sola, la necesitaba ahora más que nunca.

—No puede estar pasándome esto —solloce cerca de su hombro, deshice mi abrazo para limpiarme yo misma las lágrimas, ya al tenerla de frente me di cuenta de que mi aspecto debía ser terrible  porque sus cejas fruncidas en gesto de preocupación me lo decían. —No se cómo manejar todo esto, ¿Qué voy a hacer?

—No necesitas tener una solución ahora —me tranquilizó con su voz tan suave y agradable —Debes pensar en ti y en tu hijo.

Un hijo, de nuevo. No concebía a la idea de que fuese a tener un nuevo bebé y del mismo hombre, no podía ser verdad, apenas podía tener la cordura necesaria para superar la tortura de Damien y con todo esto no había forma de que pudiera seguir cuerda.

—¿Katherine? —Nora se inclinó para leerme la expresión, atemorizada de lo que leía en ella.

No podía traer un hijo a este mundo, no estaba preparada, fue difícil superar la muerte de mi primer hijo y ahora que todo se repetía fue casi en automático que cualquier relación que tuviera con Damien fuera destruida y un nuevo bebé suyo significaba eso, una conexión entre nosotros.

—¿Lo quieres? ¿Quieres a ese bebé?

Este bebé se había concebido de un abuso, no traía consigo una sensación acogedora, hermosa, fue lo contrario, sentía repulsión, castigo, crueldad, quería quitarme toda ese sentimiento lúgubre en cuanto fuera posible.

Resignada, baje la cabeza, no supe que me sucedía, quería deshacerme de él pero una parte de mi conciencia que era muy considerada me toco el corazón y me hacía pensar que nada de esto era culpa de nadie, ni mía

—No lo sé —farfullé —No lo sé...Estoy confundida.

El anhelo de poder librarme de Damien dejo de existir, volvía a estar conectada a él con otro hijo más.

—¿Debería...? —le pregunté con titubeo, necesitaba otra opinión, lo que fuera para tomar una decisión —¿Debería tenerlo?

Nora enmudeció, le tomó esfuerzo poder tragar saliva y echo la cabeza hacia atrás en ligera sorpresa, le estaba dando una obligación muy grande en contestar porque ella sabía que yo podía aceptar cualquier decisión que me ofreciera porque confiaba ciegamente en ella.

—Es tú decisión, tú eres la única que puedes decidir, es tu cuerpo, es tu vida. Piénsalo de esta forma, Katherine, no lo hagas por Damien, hazlo por ti, será tu única familia.

La verdad me azotó con brutalidad, con discreción intenté ahogar el grito interno de completa decepción y humillación, no hubo nada que pensar después de eso, era mi hijo, mi única familia y era mío, nadie tendría porque enterarse de esto, seríamos solo él y yo y esta vez no permitiría que nadie le hiciera daño mucho menos su padre.

—Nadie debe saberlo —enfaticé con los ojos sobresaltados, tomándola del brazo para que mi urgencia fuera clara —Por favor, nadie debe decírselo.

Ella sabía a que me refería, sus ojos fueron firmes, no hubo ninguna duda, sabía que cumpliría con mi petición.

—No te preocupes, nadie se va a enterrar. —me prometió con voz baja.

Nuestra comunicación se rompió cuando una enfermera toco la puerta, le permití que pasara, era la misma que había traído la noticia de mi embarazo, ahora que ya lo sabía parecía que un peso de encima se había esfumado de su cuerpo, aunque de todas maneras lucía nerviosa, traía una bandeja de comida.

Nora la ayudó a traérmelo en lo que ella revisaba el suero de mi intravenosa.

—En un momento vendrá a hablar el doctor con usted —me informó con es vocecilla suya tan aguda, mirándome con cortesía.

En seguida miré a Nora, ella me prometió que estaría conmigo si lo deseaba. No pude comer muy bien después de lo que me había dicho la enfermera, tuve que comerlo todo con ayuda de Nora que me daba ánimos. Pasaron unos quince minutos y en efecto el doctor tocó a mi puerta y entró, saludo a Nora con una media sonrisa y se puso frente a mi cama.

—¿Cómo se siente?

—Bien, supongo —respondí sin mucho entusiasmo.

Revisó mi archivo médico y suspiró, aquí venía, iba a decírmelo aunque ya lo supiera.

—Necesitamos hacer una prueba para ver cuantas semanas tiene de embarazo, tenemos suerte de que su desnutrición se haya tratado a tiempo y su pierna ya está mejorando.

—¿Cuándo puedo irme? —pregunté con rapidez, parecía que no había escuchado nada de lo que me dijo.

Lo tomó por sorpresa mi repentina pregunta, meditó y buscando ayuda en Nora pero se las halló para decirme lo que fuera.

—Depende de la recuperación, necesitamos ver si su embarazo no es de alto riesgo, usted paso por condiciones muy difíciles y puede llegar a perderlo si no verificamos que todo esté bien.

De inmediato sentí las manos de Nora sobre mi hombro, abrazándome, dándome el apoyo como siempre tan incondicional, lo que menos quería escuchar era eso, debía mantener conmigo a lo único que iba a estar conmigo cuando pudiera irme de aquí, ahora más que nunca debía aferrarme a mi hijo por el bien de los dos.

Quería que fuera sincero conmigo, si las cosas no iban a salir bien era mejor saberlo antes de hacerme ilusiones.

—¿Cree que lo pueda perder?

Evalué su expresión, no se podía interpretar nada más que severidad que era lo que siempre mostraba.

—No demos conclusiones precipitadas, por eso necesitamos cambiar su alimentación, le daremos de comer con mas frecuencia y revisaremos en el ultrasonido cuantas semanas lleva de gestación, algunas pruebas más de sangre y así descartaremos el riesgo. ¿Está bien?

Evité torcer el gesto, no quería saber cuánto en cuanto tiempo se necesitaba para descartar el riesgo pero haría todo lo que él me pidiera.

—Está bien, haré lo que sea.

Asintió complacido.

—De acuerdo, en unas dos horas veré a realizarle un ultrasonido y otra prueba de sangre. Descanse.

Al irse el doctor sujete todavía la mano de Nora, no se por qué una sensación temerosa emergía de mí cuerpo, alertándome o preparándome más bien para las noticias fueran buenas o malas.


(...)

Hicieron las pruebas necesarias, se confirmó que tenía un mes exacto de embarazo, todavía no podían creer que hubiera sobrevivido, después de la desnutrición y la hipotermia estaban seguros de que un aborto pudo haber ocurrido en cualquier momento, su desarrollo iba normal y parecía que no existía riesgo de ningún tipo, en el fondo una sensación cálida y dulce cubrió mi corazón, estaba bien, eso era lo importante.

Por recomendación me pidieron caminar un poco por el hospital, eso ayudaría a la estimulación de mi pierna, haría todo lo que me dijeran por salir de aquí cuanto antes, necesitaba irme de verdad, empezar de cero y olvidarme de  las secuelas de la pesadilla. Nora me ayudó a dar unas caminatas, estaba feliz de salir de mi habitación y darme un respiro, me pregunté dónde estaría Robert y supuse que también debía darse un aire diferente, a todos nos urgía.

—Quiero irme cuanto antes —le dije con la evidente desesperación —No puedo estar más aquí, siento que mi estancia en el hospital es eterno.

Ella dio una sonrisa imperceptible.

—No será para siempre, ya casi estas recuperada, a punto de salir, solo deja pasar unos días más, no necesitarás más que eso. —el cambio de su voz me alertaba una pregunta incomoda —Por cierto, ¿Te irás sin verlo?

Me giré bruscamente hacia ella como reacción involuntaria, mi corazón se paró y después mis latidos se dispararon en pánico puro, siempre habría una relación al terror cuando alguien lo mencionara, lo sería siempre.

Antes de poder responderle vimos a Robert entrar por el pasillo, yo respiré aliviada de que al fin pudiera encontrarme con él, se acercó a pasos acelerados cuando nos vio, más de cerca vi que llevaba colgada en toda su expresión una desilusión que parecía estar lastimándolo, me congele unos segundos, sus ojos se concentraron en mi, parecían ignorar a Nora, venía con las manos en los bolsillos, lo noté un poco indispuesto, raro en él.

—¿Robert? —fruncí las cejas en confusión —¿Qué pasa?

Tenía la respiración algo agitada y con ojos profundos me respondió:

—Quiere verte, Damien pregunta por ti. 


Lo sé, estoy loca por subir capítulo a esta hora pero me dio ganas de subir jajaja, aprovechando que estaba escribiendo.

El siguiente capítulo va a estar...preparense!!!!!!!!!! Además de un poco largo jajaja

Las amo un montón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro