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Capítulo 43. Cruda Verdad

2 semanas, eso era el tiempo que había transcurrido desde que había llegado al hospital, la noticia ya había llegado a América, fue exactamente dos días después de que todo el país lo supo, llegó a televisión y periódicos, lo único que pude imaginar cuando recién me enteré fue en Lauren, Joseph y Veronica, los únicos conocidos que tenía en Nueva York, ni siquiera sabía si el padre de Damien se había enterado de esto, todavía faltaban muchas cosas por averiguar.

Mi recuperación iba en muy buen progreso, fui dando pequeñas caminatas para darle estimulación a mi pierna y mis citas con la psicóloga también parecían ir por buen camino, trabaje mucho con Nora, ella era excelente, me hizo pensar en muchas cosas positivas y le estaba agradecida por siempre estar disponible cuando necesitaba de su ayuda. Camine unos cuantos pasos como parte de mi terapia por los pasillos del hospital, me recomendaron los doctores que era lo mejor porque así sanaría con más rapidez.

Al terminar regresamos a la habitación, estaba cansada de estar recostada todo el tiempo y decidí sentarme en el centro de la cama, nos habían traído los periódicos donde se daba a hablar de la noticia y esta vez con la ayuda de Nora pudimos entenderlo todo, ella se retiró un poco después porque tenía asuntos pendientes que atender por lo que quedamos solo Robert y yo.

—Ahora entiendo porque la gente está como loca —comentó con un pequeño gesto en los labios, mostrando cierta pena —Lo que dice aquí es muy detallado, estoy seguro que sacaron esto de los detectives.

Suspiré, no sabían si quiera la mitad de la verdad y cuando yo estuviera dispuesta a decirlo sería una bomba que explotaría con más intensidad.

—Todavía falta mi versión —añadí con voz deprimente, contarlo sería la parte más difícil —No saben lo que les espera.

—¿Estás segura? —me preguntó con tono precavido, mirándome con cautela.

Asentí con firmeza, estaba harta de callar, lo dejaría correr, sacarlo de mi sistema para que dejara de hacerme más daño.

—Sí, quiero hacerlo, con la ayuda de Nora lo voy a lograr —respiré aliviada al pensar que la tenía a ella conmigo y que podía encontrar lo mejor de mí todo los días, al cambiar de tema se me estrujo el estómago porque era de algo que quería hablar desde un principio. —Por cierto, ¿Has sabido algo de la familia de Damien? ¿Sí su padre lo sabe?

Robert cambió de postura, su cuerpo se tensó al igual que su mandíbula, podían ser malas o buenas noticias, fuese lo que fuese todo me hacía sentir muy nerviosa, estudie su expresión, quería saber si realmente las cosas iban para bien.

—Me dijeron que está en Austria —me avisó en tono formal, por un momento su conducta de detective lo dominó—Nadie sabía que vivía ahí hasta que los detectives lo investigaron, también se sabe que no habla con él pero si le envía dinero cada seis meses para que pueda vivir, de todas maneras es la única familia de Damien que está cerca y se le notifico como debe ser, así lo marca la ley y es lo que se hizo.

Me imaginé a Joseph y Veronica, ellos debieron haber sabido esto por las noticias, me pregunté cual habría sido su reacción, moría por saberlo.

—¿Cómo crees que lo tome? —le pregunté con duda, la respuesta era quizá muy obvia pero todas las posibilidades estaban en discusión, nadie lo conocía y cualquiera podía ser su reacción.

—No lo sé —hizo un gesto que le arrugó la nariz —Estoy muy confundido, lo único que se es que todo esto de la familia disfuncional tuvo algo que ver con la personalidad de Damien, es muy evidente, se necesita indagar mucho en su caso.

No sabía si se me permitía hablar de lo que estaba a punto de decirle porque lo había dicho en mi declaración policial, de todas formas yo sabía que si le pedía que fuera confidencial lo haría así, era una promesa y no iba a romperla, confiaba en él.

—El problema no era su padre —lo corregí con voz sumamente baja, revisando que por la puerta entre abierta no se asomara ninguna persona —Era su madre, él la mató. Me lo confesó la última noche que pasé en la casa, me lo dijo todo, su odio, lo que había hecho.

El rostro de Robert se hundió en una sorpresa e indignación inmensa, sus ojos se abrieron casi por completo y su mandíbula había caído en seco, él como yo también se aseguró de que nadie hubiera escuchado eso, su curiosidad revoloteo en sus ojos que buscaban más información.

—¿Te confesó cada muerte? —casi jadeó del puro horror —¿Cómo lo hizo?

—No, solo el de su madre. La envenenó porque engañó a su padre y también porque le robaba dinero para mantener a su amante, eso lo enfureció y más cuando ella negó todo, Damien se enfureció, le tomó un odio increíble a su madre y la enveneno. Yo supongo que hacía todo eso como una manera de seguir alimentando su odio hacia su madre ahora que ella había desaparecido...

—Una manera de seguir descargando su ira —completó con voz ausente.

—Hay que esperar su versión cuando despierte, estoy segura de que dirá una cosa muy diferente.

—¿Y que harás cuando despierte? —inquirió con mucho interés.

Ni siquiera me había hecho una idea que iba a hacer cuando aquello pasara, creía que jamás pasaría porque habían pasado dos semanas y con facilidad pasarían más, la suerte siempre estaba de su lado y podía morir sin haber dicho ninguna sola palabra que lo condenara.

Baje la cabeza, no podía ni siquiera imaginarlo, me costaba trabajo pensar en cualquier reacción, nada más que de nueva cuenta el miedo porque era eso lo que todavía rondaba dentro de mí, que volviera a lastimarme aunque estuviera lejos.

—No lo sé, aun pienso en que puede volver a lastimarme —solté una carcajada seca, sin ánimos —Sé que es imposible pero tengo deseos de que despierte como también que no, quiero que lo haga para que pueda pagar pero también deseo que muera y que su presencia finalmente se desaparezca del mundo para vivir en paz. Y también irme de aquí, ni siquiera se a dónde porque no tengo un lugar que me reciba.

No tenía un hogar en ningún lado, ni siquiera en Nueva York, mi casa había sido vendida por Damien, solo tenía mis pertenencias, cuando esto acabara y yo pudiera volver no habría en donde caer, eso había sido consecuencia mía por haber permitido que Damien tomara por completo mi vida y mi existencia.

A juzgar por la expresión complicada de Robert supe que no tenía nada bueno que decirme y yo agradecía que no intentara animarme, en ese caso nadie podía hacerlo, tendría que hablar con un abogado y ver que podía hacer.

—Necesitaré a un abogado —repuse con voz casual —Es la única manera de ver que puedo hacer para recuperar la casa.

—Podemos conseguir uno —me aseguró con rapidez, sus ojos destellaron en esperanza —Hay muchos que se están ofreciendo para representarte, solo necesitas ver tus opciones y de inmediato lo tendrías. Puedo ayudar en ello si gustas.

Le sonreí más que con cortesía con mucho agradecimiento, seguía siendo mi protector, mi ayuda fiel, no le costaba darme tanto apoyo y yo seguía sin creer que fuera tan fácil para él hacerlo. Me acerque para tomarle la mano y le di un apretón.

—No puedo dejarlo en mejores manos.

Su sonrisa le cubrió todo el rostro y me regresó el apretón con más fuerza, luego de unos segundos de silencio retomó la conversación con algo más de naturalidad.

—¿Cómo está el malestar en tu cabeza y en el dolor en tu abdomen? Supe que te hicieron unos análisis.

Apenas una semana yo me había estado quejando de un dolor horrible en la cabeza y en el estómago, primero vino el problema en mi cabeza, sentía un golpeteo en la sien que iba y venía y una sensación hueca en el estómago que llego cuatro días después, prefirieron tomar muestra de sangre para ver si no se trataba de una infección.

—Sigue un poco —hice un mohín, encogiéndome de hombros como si el asunto no fuera nada grave —Mañana me tomaran unas radiografías en la cabeza para ver si no hay una anomalía y quizá me den los resultados de la muestra pronto.

Una ligera preocupación vagó por las facciones de Robert.

—Esperemos que no sea nada grave.

Mostré una media sonrisa y en eso tocaron la puerta de mi habitación, le di el pase a quien fuera porque estaba entre abierta, era mi enfermera, la que siempre me daba los medicamentos y vigilaba mi estado, lo decía también porque era la única en el hospital que entendía y hablaba mi idioma. Al verla mi sonrisa desapareció, su rostro estaba agitado, asustado, lo contenía pero sus ojos lo delataban hasta casi gritarlo, estaba asombrada como también confundida, inhalaba profundamente y se acercó a mi cama.

Sus ojos inquietos me habían dejado inmóvil, sin darme oportunidad de prepararme para lo que intuía.

—¿Qué pasa? —le pregunté controlando mi pánico lo mejor que podía, contemple el folder que llevaba en la mano, ella era profesional que en segundos recuperó la postura y carraspeo.

—Son sus resultados de sangre —volvió a carraspear, echo un vistazo rápido a Robert y luego a mí que casi en amenazas le pedía que me lo dijera. —Y dicen que usted está embarazada.

Hubo un horrible peso inmenso que cayó directo en mi cuerpo, no pude quitármelo de encima, me apretó tan fuerte que la sangre se acumuló en mi cabeza, sentí un calor abrasador, un fuego alrededor de mí, no podía parpadear, quería despertar, reaccionar pero esta sensación extra corporal estaba fuera de mi control.

Segundos más tarde hiperventile, el aire ya no era suficiente para mí, necesitaba cada vez más antes de que pudiera desfallecer. Lo único que hice fue extender la mano para que me entregara los resultados, no supe ni porque lo hice si de nada servía leerlos, de todos modos al tenerlos en mis manos me di cuenta de que era la forma de poder sentar cabeza y hacerme frente a esta realidad.

—No...No...—jadee entre espasmos histéricos. —No puede ser, no por favor. Dime que no es cierto, por favor...Debe ser otra cosa...un error.

Ella solo podía callar y eso era una confirmación más que segura, no supe a donde aferrarme, la cabeza estaba a punto de estallarme, el dolor de la sien se agudizo que me hizo llorar, quería poner en control todo el remolino de pensamientos que me iban atormentando, no pude razonar, no estaba centrada en nada cuando sentí las manos de Robert en mis hombros, agitándome.

Escuche su voz gritándome con desesperación junto con la de alguien más, era un eco al fondo, distorsionado hasta que se acercó y habló con más fuerza, me perdía cada vez más en el abismo, faltando poco para enterrarme viva.

Reconocí la voz ya estando literalmente a mi lado, era Nora.

—¿Katherine? ¡Mírame!

Hice un esfuerzo casi milagroso para dirigir mis ojos ausentes a ella si no fuese porque también me tomo del otro hombro y con la ayuda de Robert me hicieron girarme. Al toparme con el rostro inexpresivo de Nora creí que podía ignorar la catástrofe en mi interior pero sus facciones estaban desarmadas, ella también traía noticias, y aunque no pude formular la pregunta ella supo leerme el pensamiento.

—Damien, despertó. —susurró, cerca de mi rostro.

Todo colapso, el derrumbe de mi cuerpo fue inevitable, no pude detenerlo, el tiempo se detuvo, todo fue un apagón a mi alrededor, inesperado y yo deje de atormentarme finalmente por la opresión de mi propio ser por lo que durara este escape involuntario parecido a la muerte.


Hola!!!  Wattpad avisó que estará de nuevo en actualización y sabía que no iba a poder traer el capítulo ya más tarde. Siempre a wattpad se le da por actualizar cuando yo voy a subir :( me odia, si, es horrible

¿Que creen que va a hacer esta mujer? Ay dios!!! Me va a dar un infarto y eso que yo lo estoy escribiendo jajaja no saben como estoy, me come la ansiedad de decirles todo, llevo unos cuantos escritos y OMAIGA , oh si :)

YA SOMOS 21 MIL LEIDAS Y 2 MIL VOTOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! NO PUEDE SER. LAS AMO

Disfruten, bellas. Nos leemos 

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