-¿Realmente crees que tomaste la decisión correcta? -la sonrisa que David le dió, no le convenció por completo -Todo esto por una mujer...que estupidez -suspiro -Nunca entenderé vuestra relación.

Fue a su lado y puso una mano en su hombro -Supongo que ni nosotros nos entendemos -miro a lo lejos, y se centro en Alexia -Pero estoy seguro, de que la vida nos volverá a unir si así lo desea.

-¿Es usted David? -tanto Mike como David se voltearon para encontrarse con el primer al mando del FBI.

-Supongo que esta demás lo que voy a decir, pero espero más nunca verla en nuestras vidas -su expresión facial se endureció, pero el mensaje era claro.

-Un trato es un trato -lo miró de abajo hacia arriba, y arqueo una ceja -He visto de todo, pero realmente me sorprende que alguien tan importante como tú, se entregue solo por una mujer.

-Ves que no soy el único que piensa eso -dijo Mike.

Ignorando los comentarios de ambos, extendió las manos para luego unir sus muñecas -Solo llévame de una vez.

El oficial asintió sin decir una palabra, lo esposo y lo escoltó hasta el auto. Alexia, quien solo miraba todo sin tener el valor de acercarse a despedirse, fingía indiferencia hasta que las lágrimas empezaron a brotar sin control alguno. Sus piernas se movieron solas, y justo cuando casi llegaba, el auto ya había arrancado y se iba.

Lo que la detuvo no fue el hecho de que se fueran antes de ella llegar a su lado, sino, la imagen de David mirando por el cristal trasero, él cual cuando la vió negó con la cabeza.

Sus labios dijeron una frase, que si bien ella no la escucho, la entendió a la perfección.

-Sé feliz -dijo David antes de voltear y dejar a una desconcertada Alex.

En situaciones como estas, deberías sentirte como si se te fuera algo muy importante de tu vida, eso pensaba Alex. Sin embargo, su corazón se sentía aliviado, más ligero y una sonrisa se plasmó en sus labios.

-Por un nuevo comienzo -dijo mirando el auto a lo lejos.

5 Años después

-Y con esto damos comienzo a la firma de libros -culmino el dueño de la famosa biblioteca "Rêveur" (soñador) -Espero contar con su presencia siempre, señorita Alexia.

-Ni mis libros ni yo olvidamos de donde venimos -sonrió, le pidió que se inclinara y le susurro -Gracias por todo, Jacob.

Hizo una pequeña reverencia -Gracias a ti -dió un aplauso mientras miraba la gran fila de personas -Bien, primera persona.

Mil copias vendidas en un día, si que era una buena noticia. Se había pasado estos años viajando de un lado para otro con la excusa de ampliar sus fronteras, cuando en realidad solo buscaba olvidar todo.

New York le traía un dolor y recuerdos insoportables, Italia hacía que su corazón sangrara ante la ausencia de un gran amigo y un amor que nunca iba a florecer. México, Canadá, Australia y Portugal, fueron su hogar durante ese período de tiempo en el cual nunca dejo de escribir.

Conoció a Jacob por su relación con una editorial en Portugal e inmediatamente este le pidió que le dejara promocionar sus libros. Viajo a Francia y en tan solo un año, Londres la envolvió con sus pintorescas calles y personas. El problema, era que se sentía sola de nuevo. Atrapada en un sin fin de libros, ideas y pesadillas que no le dejaban conciliar el sueño.

-Estoy agotada -suspiro y presionó el botón del ascensor. No era un hotel de lujo pero si que muy acogedor. Lo suficiente amplio para una persona y su propio espacio privado para escribir, era su nuevo mundo.

Llego a su piso y salió del elevador, justo cuando sacó las llaves la puerta fue abierta.

El sonido del bolso en el suelo fue lo único que se escucho en ese lugar, su mente quedó en blanco -D-D-avid...

Envuelto con una toalla en la cintura, el pelo mojado y con una sonrisa perfecta David la abrazó como si fuera lo cotidiano -Bienvenida a casa, Alex.

Fin

✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳✳