-Sigues igual de linda -dijo mirando las miles de fotos que tenía en la pared -¿Me pregunto que cara habrás puesto, cuando tu amiguito Roni te diga que no me conoce? -sonrió maliciosamente.

-Achú -estornudo Alex -Qué raro.

-¿Por qué? -pregunto David, para luego extenderle la mermelada.

-Juraría que alguien esta hablando de mi -dijo seria, pero no pudo evitar sonreir al ver la cara de David -Es un decir.

-Lo sé, pero el hecho de que alguien realmente este hablando de ti no me agrada para nada -ya tengo suficiente conmigo mismo, murmuro para si.

-Cambiando de tema, ¿que vas a hacer hoy? -mordió una tostada y espero que le respondiera.

-Tengo que ir a la empresa y tu iras conmigo -dijo serio -Pasaras el día a mi lado.

-¿Y porque piensas que te voy a seguir? -no mostraba expresión alguna, pero estaba molesta, muy molesta.

-Alexia -casi pudo oír el rechinar de sus dientes.

-De acuerdo, iré a cambiarme -cogió otra tostada y se la llevo en la boca -Ya no sé con quien estoy viviendo -dijo llegando a su habitación, por lo que David no pudo oírla.

Sin embargo ninguno estaba consiente de que estaban siendo observados por una persona, que lejos de una mera curiosidad más bien estaba planeando su próximo acercamiento.

-Mi gatita por fin esta abriendo los ojos -sonrió -Tranquila, te dejaré caer junto con él pero solo para tener la oportunidad de salvarte.

Llevaba enamorado de Alex desde el primer día que la conoció, desde ese día más nunca la volvió a ver.

Pasado

Ya no recordaba como era la luz del sol, su padre  siempre lo mantenían oculto, como decía él: tú eres nuestra baraja oculta. Pero ese día era diferente, estaba solo en casa, así que decidió salir y ver el exterior.

-¡Oye ten cuidado! -grito una chica y al voltearse para ver quien era, una pelota impactó con su frente haciéndolo caer.

-Demonios -dijo aún en el suelo.

-Lo siento -le extendió la mano y le regalo una linda sonrisa -Soy pésima en el fútbol.

Embelesado con el rostro inocente de la chica, pasaron unos segundos hasta que le tomó la mano y se levanto -No te preocupes, no me dolió -aseguro, aunque sí que le dolió.

-Aún así lo siento mucho -no pudo evitar mirar eso ojos azules, ya que no era muy usual en ese pueblo -¿Eres de por aquí?, tus ojos son muy bonitos.

-Gracias -dijo sonrojándose, pero se acordó de que nadie podía saber que era de ahí -Vine con mi madre a visitar a un pariente, pero ya casi nos vamos.

-Oh, que lástima -le extendió la mano -Cuando vuelvas ven a visitarme.

-¿Eh? -si que era muy confiada esta chica.

-¿Tu mamá no deja que visites a una amiga?.

-¿Amiga? -era la primera vez que alguien decía que era su amigo.

-Claro, mi nombre es Alexia y ¿el tuyo?.

Debía haberse inventado un nombre falso pero el impulso de no mentirle pudo más -Mi nombre es Máxwel.

-¡Alexia, vamos! -esta vez fue otro chico, el que grito a lo lejos.

-Ya me tengo que ir -le dió un beso en la mejilla -Fue un gusto conocerte.

Y así como llego se fue, dejando a un chico anonadó con la cantidad de emociones que sentía en ese momento.

Presente

Se tocó la cicatriz de la mejilla y muchos recuerdos vinieron a la mente, haciendo que su ira incrementara y conforme con lo que vió se fue del lugar en donde estaba escondido.

Al llegar a la empresa, David le dejo muy claro que hoy venía alguien importante así que debía estar calladita para que no molestara en la reunión.

-¿No es mejor que me vaya?, y así hablan solos -dijo estando ya en la entrada.

Se detuvo y la miro -Ya sabes que voy a responder, ¿verdad?.

-Sí ya lo se, me callo -dijo refunfuñando.

Ambos llegaron a la oficina y sin decir una palabra, Alex se sentó en uno de los butacones y puso manos a la obra con sus historias. Mientras que David firmaba algunos papeles y a veces, levantaba la vista para quedarse viendo a Alex. Los momentos incómodos no faltaron, ya que algunos empleados que iban a firmar documentos no se daban cuenta de que sus comentarios se oían.

Cosas como: "No parecen hermanos", "El jefe es tan apuesto", "Seguro es la competencia de la señorita Dafne" y muchos más comentarios, se podían oir desde el pasillo.

-El jefe es muy apuesto -dijo Alex imitando a la chica de antes -Si que eres popular.

-No te preocupes -puso un semblante serio -Última vez que ocurre esto -y no lo decía en broma.

-Espero que no la vayas a despedir por esa bobería -dijo sin levantar la vista de su portátil -Es cierto que eres apuesto, malo hubiera sido que te dijera otra cosa.

Dejo el bolígrafo sobre la mesa, se levanto y se detuvo delante de ella -¿Nunca sabes cuando callarte?.

Cerro el portátil, levanto la vista y en el momento que se iba a defender, David se inclinó y sin previo aviso unió sus labios con los de ella. No había nada romántico en ese beso, ambos querían tomar el control y sus ojos estaban fijos en los del otro. Sin embargo, Alex escucho el timbre del elevador y al percatarse de que David no hacía nada para apartarse, en un intento desesperado le muerde la lengua.

El dolor fue instantáneo y se alejo tapándose la boca -Rayos, ¿porque hiciste eso?.

Pero Alex no respondió sino que volvió a abrir su laptop y se puso a escribir de nuevo. Molesto con esa nueva actitud, se dispuso a protestar pero justo en ese momento entraron dos hombres.

-Veo que sigues con el mal hábito de nunca recibirme David -dijo el más viejo de los hombres.

-Siempre es un gusto volverlo a ver señor Wiliams, ¿como se encuentra la señorita Dafne? -pregunto por cortesía.

-Mi hija quería venir pero la deje encerrada en la casa -sonrió y luego miro a Alex -Veo que tenemos visitas.

-Disculpenla, cuando esta escribiendo se enajena del mundo, ¿verdad hermana? -dijo un poco más alto de lo normal.

Entendiendo la indirecta, rápidamente se levanto -Es un gusto conocerlo señor Wiliams, mi nombre es Alexia.

-El gusto es mío -afirmo, mirándola detenidamente -Dios que mala memoria la mía -dijo señalando a su acompañante -David te quiero presentar a nuestro nuevo socio.

Alex no se había percatado de la otra presencia masculina hasta que se tomo el tiempo de estudiar sus facciones, casi podía jurar que el tiempo se detuvo.

-¿Máx? -dijo sorprendida.

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