Capitulo 7
-¡Por fin libre! -dijo Alex al bajarse del auto -Te puedes ir Nico, pásame a buscar a eso de las 5 de la tarde.
-El señor David me dijo que..-pero fue interrumpido.
-Me da igual lo que te haya dicho -se quitó las gafas -Haz lo que te digo o te prometo que puedo llegar a hacer más molesta que tu jefe.
-Disfrute de su paseo señorita Alexia -arranco el auto y se fue.
Había salido temprano de ese apartamento, antes de que David se despertara y cambiara de opinión sobre dejarla salir. No pensaba dejar que un gilipollas como él, tratara de dejarla encerrada. Su objetivo al salir hoy, era despejar la mente, ir a lugares nuevos y si no era mucho pedir conseguir un poco de inspiración para sus libros ya que estaba un poco atascada. Por supuesto si ibas a New York, la estatua de la Libertad no puede faltar así que ese fue su primer destino.
El mirador estaba prácticamente vacío, cosa que agradeció ya que no quería estar rodeada de mucha gente. La vista era hermosa a pesar del feo color gris que empezaba a predominar en el cielo.
-Me hubiera gustado que David estuviera aquí -y al momento que escucho lo que dijo, casi se quiso tirar de ahí -¡¿Pero que estoy diciendo!?, ¿soy masoquista o que demonios? -se pregunto molesta.
Con el momento arruinado decidió seguir con sus planes, siguiente parada visitar todas las tiendas y cafeterías de la ciudad. Empezó por probar un delicioso moca en uno de los Cafés que estaban cerca del centro comercial, luego vinieron las compras que consistían en pequeños regalos para sus amigos.
-Todavía me falta el regalo de Luk -llevaba un buen tiempo caminando y no había encontrado nada para él.
-¿Piensas comprar esa corbata? -pregunto un chico de cabello negro, ojos azules pero al tener mascarilla sus demás facciones no eran visibles.
-¿Eh? -contesto confundida, hasta que se dió cuenta de que se había quedado parada delante de la sección de corbatas -No, es toda tuya.
-Gracias -la cogió y en vez de irse se quedo a su lado -Disculpa mi intromisión, pero te oí decir que no encontrabas un regalo para un chico, ¿por qué no le compras una corbata que le pueda gustar?.
-¡Esa es una buena idea! -miró las opciones y al final se decidió por una, de color negro con rayas blancas -List.. -pero al ver una de color dorado como el cabello de David, no pudo resistirse y la agarro también -Ahora si.
Ambos fueron a la caja para pagar y Alex estaba muy agradecida con el misterioso chico. Cuando salieron como agradecimiento le invito a un sandwich y contra todos los pronósticos el chico acepto.
-Realmente te debo una -dijo antes de morder su bocadillo -Llevaba tiempo buscando ese regalo.
Solo la miraba y no había tocado su sándwich -Me alegra haber sido útil.
-¿No comes? -pregunto extrañada.
Al quitarse la máscara se pudo ver una pequeña cicatriz en una de sus mejillas -Pensé que solo querías una, ¿son para tu novio y tu hermano?.
Vale, es raro que haya acertado a la primera..se dijo así misma -Acertaste, ¿como te llamas?.
-Mi nombre es Máx y al igual que tú, vine a comprar un regalo a un amigo -mordió su sándwich y sonrió -Eres muy bonita.
No pudo evitar sonrojarse -Gracias, tu también eres guapo -carraspeo -¿De donde es tu amigo?.
-Vive en Italia, hace un tiempo que no lo veo y lo único que se de él, es que tiene una novia que se llama Amelia.
-¡En serio! -lo miro -¿Por casualidad se llama, Roni?.
-Sí, ¿como lo sabes? -dijo sorprendido.
-Soy amiga de ambos, los conozco hace un tiempo.
-Qué gran coincidencia -sonrió -Roni nunca me dijo que tenía una amiga tan linda, lo hubiera ido a visitar más seguido.
Era más que evidente que era un don juan nato, pero por muy buen chico que parezca era un extraño y Alex no bajaba la guardia. Tenía muy claro lo que debía decir y lo que no. El tiempo se fue volando, Máx estuvo conversando con ella por un buen tiempo hasta que miro el reloj y dijo que tenía otros compromisos.
Cargada con bolsas y satisfecha con el día, llamo antes a Nico para que la fuera a buscar, él cual no demoró ni 15 minutos tiempo record considerando lo lejos que se encontraba del apartamento. Al llegar, David la recibió con una cara de molesto que asustaría a cualquiera, pero para Alex esa era solo una de sus facetas de controlador.
-Ahórrate los sermones -dejo las bolsas en la sala y fue hasta la nevera por una cerveza -La bolsa dorada es para ti.
Pero no se movió, más bien ni la escucho -¿Acaso crees que mis ordenes son un chiste?, no tienes derecho a refutar mi autoridad con mis empleados.
Dejo la botella y lo miro -Acepte que me llevara no que me siguiera a todos lados, no estoy refutando nada solo pongo límites.
-No estas en posición de poner nada, vives conmigo y es mi trabajo mantenerte segura.
¡Maldito hijo de perra, solo eres un mentiroso!, grito mentalmente -¡Entiende que no estoy para discutir David! -se masajeo la frente -Tuve un día agradable e incluso te compre algo, solo dejémoslo ahí.
Y sin dejarlo hablar de nuevo, recogió las bolsas menos la de él y paso por su lado para ir a su cuarto.
-Te olvidaste de una -dijo sin mirarla.
-Te acabo de decir que es tuya -y el sentimiento de traición que se le había olvidado al comprar esa corbata, volvió a aparecer justo cuando cerro la puerta.
Se acercó a la bolsa y cuando la abrió, una hermosa corbata que hacía contraste con su pelo le dió la bienvenida. La tomó y se puso delante de uno de los espejos para confirmar lo que era obvio, le quedaba hermosa.
-Si tan solo se quedara así de linda e ingenua para siempre -murmuró mientras miraba el pasillo por donde se fue Alex -Todo fuera más fácil.
Alexia terminaba de acomodar todo cuando se acordó de que tenía que llamar a Roni, normalmente llamaría a Amelia para poder hablar con él pero debido al sumo cuidado para que no se filtrara información, Roni le dió su número del trabajo.
-Roni soy yo, Alex -dijo nada más él cogió la llamada -¿Has averiguado algo?.
-Nada de interés por ahora -tosió -Pero Alex, ese hombre es muy poderoso no acabo de entender que relación puedes tener con él.
-Eso no importa Roni, esas cosas no son relevantes me entiendes -le aseguro -Tu trabajo es solo para decirme lo que debo o no debo saber.
-De acuerdo. Por otro lado tampoco me gusta guardarle secretos a Amelia pero supongo que si no se lo dices es por algo.
-No quiero involucrarla en mis problemas -y de repente se acordó de Máx -Cambiando de tema, hoy conocí a uno de tus amigos que nunca nos has presentado.
-¿Quién? -pregunto extrañado, ya que no tenía amistades en New York.
-Máx, cabello oscuro, ojos azules y una pequeña cicatriz en la mejilla derecha -era imposible no acordarse de él.
-Alexia, atiende bien lo que te voy a decir -un escalofrío recorrió por su columna vertebral.
-¿Qué pasa? -dijo confundida.
-No conozco a ningún Máx y menos con esa descripción -se quedó en silencio por un segundo -Te lo juro por lo más importante de mi vida que es Amelia, no conozco a ese tipo.
-¿Entonces a quién conocí esta mañana? -se preguntó impactada.
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