Al abrir sus ojos, Alex se encontró cara a cara con un David profundamente dormido. El peso que sentía en su cintura era el brazo de él, que al parecer no tenía intención de moverse. Sin darse cuenta, Alex miraba detenidamente las facciones de él, sus labios atraparon más su atención, lo del otro día no sabía si llamarlo un beso pero no era la primera vez que David le besaba, en el pasado ese era su pequeño secreto.

En el fondo aun le guardaba rencor por abandonarla hace 10 años, estaba sola e indefensa, lo odiaba por irse y se odiaba a ella misma por ser tan dependiente a él. Con el tiempo pensó que en un hipotético futuro, David llegaría y se la llevaría de ese horrible lugar pero nunca sucedió y las cicatrices empezaron a hacer estragos tanto en su vida como en su personalidad. Le quería, le quería tanto que dolía ver en lo que se han convertido ahora.

-Te amo -murmuro y una lágrima sale sin aviso. Se quita el brazo de encima y se levanta.

Al sentir el sonido de la puerta cerrarse, abre los ojos -Yo...también -dijo a la nada.

Un sentimiento de culpa invadió el corazón de David y en el caso de Alexia la duda se apodero de su mente. Pero ninguno iba a convertirse en un impedimento para el otro, era lo mejor para ambos, se decían así mismos.

Pobres, solo se mentían para no afrontar la realidad.

Cuando David llego a la sala, se encontró con una Alexia seria que miraba algo en su computadora.

-¿Quieres café? -pregunto, mientras trataba de olvidar lo de antes.

Levanto la vista -Si y una tostada -una sonrisa forzada invadió su rostro.

Asintió -¿Sabes lo difícil y doloroso que es sonreír, cuando en realidad quieres llorar? -dijo mientras prendía la tostadora.

-¿Eso a que viene? -dejo el portátil a un lado y se acerco a él -¿Quien finge qué? -trato de hacerse la desentendida.

Sacó las tostadas, las puso en un plato y sirvió el café -Hablo de ti Alexia, no quiero que me vuelvas a dar una sonrisa falsa.

-Yo no..

Le tomó el mentón y acercó su rostro -Tienes los ojos rojos, ¿crees que no me voy a dar cuenta?.

-¡Es tú maldita culpa que esten así! -dijo molesta -Me duele David, me duele muchísimo.

No pudo evitar abrazarla -Solo estas confundida, cuando recuperes tu vida verás que ya no te dolerá más -y sintió su propio corazón crujir.

Otra vez me aleja de su vida, pensó. Se limpio las lágrimas y se separó de él -Encontré un apartamento, me voy hoy.

¿Por qué se empeñaba en alejarla?, ni él lo sabía -¿Tan rápido?, ¿en dónde?.

-Es relativamente cerca de aquí, era necesario una reservación y como no la tenía use tu nombre -su sinceridad lo dejo pasmado -No fue necesario decir más, me dieron el apartamento en un abrir y cerrar de ojos.

-Me alegra saber que mi nombre te fue de utilidad -o eso creo..-Los gastos...

-Corren por tu cuenta -finalizó -Después de todo ese era el trato, tú nombre no fue lo único que utilice, la tarjeta de crédito cumplió su función también -sonrió, pero esta vez era una sonrisa de auto-satisfacción.

-Seguro pensaste, "¡que bien se siente gastar dinero que no me pertenece!" -dijo imitando la voz de Alex.

-Ará, fui descubierta -cruzó los brazos -Para ti solo será un gasto menor.

-Nunca me canso de decir que eres increíble -suspiro.

Y sin que se dieran cuenta la calma volvió y con ella, el ambiente relajado de siempre. A eso de las 10:00am, ya las maletas estaban listas y Nico la esperaba afuera del hotel. El nuevo apartamento no era tan grande como el de David, pero no dejaba de ser lujoso y eso le daba su toque. Quería estar sola y ya lo había logrado, estando cómoda, oyó el timbre y le pareció super extraño ya que David se había ido a su empresa, más nadie sabía que se mudo así que cogió un cuchillo y lo escondió en su ropa.

Abrió la puerta y se llevo una enorme sorpresa -Mike, ¿como has llegado hasta aquí?.

-¿Me dejas pasar? -dijo viendo la actitud defensiva de Alex.

Lo miró con desconfianza pero le dejo pasar, ambos se sentaron y Alex sacó el cuchillo que tenía escondido para dejarlo delante de ella.

-De verdad pensabas utilizarlo -señalo el arma.

-Si era necesario, por supuesto -dijo como si fuera obvio -No me has respondido, ¿como sabes de este lugar?.

-Tenía que dejarle unos papeles a tú hermano, me iba a bajar del auto en cuanto te vi con unas maletas y pensé que te ibas del país -admitió -Sé que parezco un acosador ahora que digo todo en voz alta, pero como tenemos algo pendiente quería hablar contigo sobre algo.

-¿Es sobre Máx? -su atención se centro en él.

-Verás hay algo que no te he dicho de Máx, mi hermano sufre un trastorno de personalidad doble -explico lentamente -A diferencia de otros, no es que cambie su forma de ser sino que una de ellas siempre vive en el pasado y la otra es el presente.

-Vive el pasado como si fuera el presente, ¿es lo que me quieres decir? -¿que demonios? -¿Entonces a qué Máx conocí?.

-Cuando eramos niños, su primer episodio fue cuando actuaba y hablaba como si volviera a hacer un bebe -hizo una mueca -Mi padre lo regaño pensando que solo estaba jugando hasta que el episodio se repitió durante toda su niñez.

-Entonces...

Aspiro -Conociste al pasado, para poder diferenciar a uno del otro los nombré, Máx es el pasado y Máxwel el presente. Antes era fácil diferenciar uno del otro, pero lo más probable es que ahora ambas personalidades esten mezcladas.

-La teoría de que Máx me conoce sigue en pie, sin embargo no le recuerdo -aunque hay muchas cosas que su mente había olvidado -¿Como le encontramos?.

-Primero quiero verificar que es él, luego nos pondremos en función de buscarlo -se levanto -Ya me tengo que ir, mantente en contacto.

Le acompaño y luego cerro la puerta.

-Es como si me obligara a buscarlo en los rincones oscuros de mi mente -se recostó por completo.

Estaba molesto consigo mismo, por quedarse dormido así que no pudo ver en donde se mudo Alexia. Se tiro en el colchón de nuevo mientras miraba hacia el techo. Los otros días vió a su hermano en la calle, por suerte logro mezclarse con la gente y paso desapercibido.

-No lo necesito en mi vida -se dijo así mismo -Así como papá, nunca me necesito en realidad -un dolor insoportable atreveso su cabeza de repente, era tan inaguantable que puso ambas manos en ella -Detente, detente Máxwel ahora son uno, no te pienso dar todo el control.

De repente la puerta de su habitación se abrió.

-Toma, pensé que pasaría esto -le extendió una pastilla y un vaso de agua.

Con las manos temblorosas, cogió ambas cosas y se trago el medicamento -Gracias, se que puedo confiar en ti.

Se sentó a su lado, mientras le acariciaba la cabeza -Por supuesto, siempre estaré para vigilar cada uno de tus pasos y nunca falles.

Y sin poderlo evitar, Máx cae dormido profundamente. Lo arropa y se va en silencio de allí.

Se toco su collar -Pronto tendré la victoria y nada podrá detenerme.

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