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Seguir hacia delante.


Extra 2:

Seguir hacia delante.

No volvimos a saber nada de los Potter en mucho tiempo, lo cual era raro, pues sabía que ellos volverían para hacerme daño, pero para mi sorpresa no fue así. Y sólo podía preguntarme... ¿por qué? ¿Qué había sucedido para que me dejasen en paz, así como así?

Unos meses mas tarde del nacimiento de la pequeña Zoe, en navidad, asistimos a la preciosa boda de Dulce y Ron. Y después de eso, pasaron algunos años hasta que Abby y Alex se prometieran. Llegados a ese punto, quizás en algún momento debía aceptar la propuesta de Rogger sobre casarnos, pero aún estaba esperando... aún esperaba a vengarme de esos tipos, antes de poder seguir adelante con mi vida.

Aquella tarde, estaba en mi taller, justo encima del taller de Rogger. Me lo había montado muy bien, hacía joyas en aquel lugar, y luego las repartía por diferentes tiendas para que las vendieran, la de Dulce era una de ellas.

Abby entró por la puerta, seguida por su séquito de bebes ¡Por Dios! Esa mujer no dejaría de tener hijos jamás, hasta 7 querían llegar.

- ¡Abby! – la llamé, al verla aparecer, levantándome de mi mesa de trabajo, dejando todo mangas por hombro, para luego abrazarla, como pude, pues ella volvía a estar embarazada - ¿qué te trae por mi pequeña morada? – pregunté, haciéndola sonreír.

- Quiero encargarte nuestros anillos, para nuestra boda – aseguraba, haciéndome sonreír a mí también.

- Será un placer, ya lo sabes – acepté, mientras miraba hacia mi sobrina favorita, que jugaba con pompas de jabón que su madre le había comprado - ¿ya no saludas a tu tía? – pregunté hacia ella, haciendo que dejase de lado las pompas y se me echase encima. La abracé, con fuerza, llenándole el rostro de besos, para luego soltarla y dejarla jugar con sus hermanos – está hecha toda una pillina, ¿no?

- Los niños te adoran – añadía mi cuñada, mientras yo me ponía en pie y la animaba a sentarse en una de las sillas, para que no se cansara. Sabía que el pequeño Dylan la estaba cansando demasiado – quizás Rogger y tú... deberíais animaros.

- Aún no le he contado nada... - comencé, algo abochornada - ... no he encontrado el momento para hablarle sobre...

- ¿Cómo que no? – preguntó ella, con incredulidad – Si fue él mismo el que me lo dijo hace años, que tu le habías contado sobre el bebé que perdiste – la miré, con incredulidad, sin saber que responder al respecto.

- Yo no le he contado nada – insistí, a la defensiva.

- Pues él ya lo sabe – se quejó ella – así que deja de poner excusas y ...

- Además, aún estoy esperando para mi venganza, ya sabes que no puedo seguir adelante hasta...

- ¿Rogger no te lo ha dicho? – preguntó con incredulidad, mientras yo volvía a preocuparme. Rogger me estaba ocultando muchas cosas, al parecer – Los detuvieron el año pasado, una chica los denunció y Dylan murió de una cuchillada en la cárcel – me anunció, mientras yo me llevaba las manos a la boca, con la sorpresa – Habla con él, Alex se lo contó todo, hace tiempo.

Despedí a Abby y a los pequeños, y luego busqué a Rogger en el taller, pero no había ni rastro de él, cuando le pregunté a los chicos dónde estaba el dueño se encogieron de hombros, sin más, así que volví a mis quehaceres, para luego apuntar en la agenda de pedidos los anillos de Abby.

Un carraspeo al otro lado de la estancia, junto a la puerta, me hicieron volver a mirar hacia ese lugar, olvidándome de todo lo demás. Rogger estaba allí, con una gran sonrisa, sacando de detrás de él un hermoso ramo de rosas rojas. Sonreí, como una idiota, olvidándome incluso de mi nombre.

- ¿Son para mí? – pregunté, asombrada, agarrándolas, mientras él asentía - ¡Son preciosas, Rogger! Pero... ¿A qué debo el honor? Tú no sueles... - pero me detuve al ver como sacaba de su bolsillo una pequeña cajita, abriéndola, enseñándome el anillo que hice aquella vez, nuestro anillo - ... ¿qué...?

- Por tercera vez, Camile ... - comenzó, haciéndome reír, mientras él sacaba el anillo de la caja, y me lo ponía de nuevo, en mi dedo anular - ... este hombre simple viene a pedirte que te cases con él.

- Ya te dije que sí, Rogger – me quejé, mientras él sonreía, cogiéndome ambas manos con las suyas, acercándome a él, dándome un cálido beso en los labios.

- Las otras veces eran meras formalidades – añadió, divertido – esta vez ya lo tengo todo organizado, tan sólo me falta la novia.

- ¿Por qué ahora? – pregunté, bajando la cabeza, algo avergonzada - ¿por qué has esperado tanto?

- Primero fue el nacimiento de Zoe, después la boda de Dulce, luego tu espera con aquellos cabrones, y más tarde...

- Hablando de eso – le corté - ¿por qué no me dijiste que los habían detenido? – pregunté, haciendo que él se sorprendiese con ello, se suponía que yo no debía saberlo aún – Abby me lo ha contado.

- Estaba intentando arreglarlo, con Alex – me dijo, sin más – conseguimos que una de las chicas a las que violaron hablase – declaró, dejándome claro que todo aquello era obra de ambos – y luego los arrestaron, pero el juez dijo que podrían salir en cualquier momento, sus padres eran influyentes y era un tema complicado – se quejaba – Así que... tuve que buscar otra forma... - lo comprendí entonces, la razón por la que Dylan había muerto en la cárcel.

- Dime que no tienes nada que ver con la muerte de Dylan Holt – pedí, pero él bajó la cabeza, dejándome claro que mis sospechas eran ciertas, separándome de pronto - ¡Rogger! – me quejé, mientras él volvía a mirar hacia mí, molesto por mi actitud.

- No había otra manera – respondió – lo intenté todo, durante años, te lo juro, pero ...

- Rogger... - comencé, sin saber bien qué decir, pero estaba molesta, muy molesta con él.

- No podía dejar que volviese a hacerte daño – me dijo, acercándose a mí de nuevo – no podía dejar que volviese a quitarnos lo que tenemos, Camile – insistía, mientras yo negaba con la cabeza, con lágrimas en los ojos, dolida con su actitud – Te quiero, y no puedo volver a perderte.

- Pero Rogger...

- Si no lo hubiese echo yo... - comenzó, agarrando mi rostro entre sus manos, dulcemente – lo habrías echo tú – añadió. Y era cierto. Yo necesitaba hacerlo para poder seguir adelante con mi vida – y sinceramente, prefiero cargar con ese peso yo – Asentí, en señal de que entendía su punto de vista – Te quiero – recalcó – eres la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida, y no podía dejar que ellos volvieran.

- Lo sé – acepté, porque era cierto.

- Ellos ya nos han quitado demasiado – insistió. Supe en ese instante, que se estaba refiriendo al bebé que perdí – y en este momento, tan sólo quiero tenerlo todo contigo, todo.

- Quieres que nos casemos – terminé por él, haciéndole sonreír, asintiendo a mi pregunta – nos casaremos entonces.

- No sólo quiero eso, Camile – me contradijo, mientras yo le miraba con atención, con una tonta sonrisa en el rostro – Ya te he dicho que contigo lo quiero todo, quiero formar una familia contigo – rompí a reír en cuanto dijo aquello, aunque sabía que era cierto, pero me encantaba verle así de ñoño.

- Te quiero, Rogger – admití, para luego lanzarme a sus labios, volviendo a besarle, pero esta vez, con pasión.

- Te quiero, mi amor – concluyó él, entre besos.


Y aquí otro extra, este es el segundo, y el próximo sería el último. Espero que os esté gustando :D

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