40. Firmar el tratado de paz.
Capítulo 40. Firmar el tratado de paz.
Me quedé junto a él, terminamos alquilando una casa en el bosque, cerca del lago, un lugar donde pudiésemos estar a salvo. De mientras que encontraba algo para abrir mi local, le ayudaba en el bar, pues su socio se marchó unos días a Japón a reunirse con unos proveedores.
Era feliz, estando con él no necesitaba nada más.
Limpiaba la barra cuando Alex entró en el local, lucía tremendamente preocupado, así que di un codazo a Rogger para que le echase un cable. Él por el contrario pensó que quería otra cosa, y terminó agarrándome de la cintura para besarme apasionadamente, haciéndome reír.
- ¿Aún no te lo ha contado? – pregunté, sentándome junto a él, en la barra, dejando a Rogger sorprendido por ver allí a su amigo. Se metió tras la barra y sirvió unas copas, la mía ginebra con fresas, pues le gustaba ver como me las comía, mirándole con deseo. Era todo un caso en aquellos días – deja las indirectas, Roggy – me quejé, bromeando, haciendo que me mirase con cara de malas pulgas, pues odiaba que le llamase así. Sonreí, divertida, para luego volver la vista hacia Alex – este es un tema serio, nuestro amigo está sufriendo por amor – Rogger rompió a carcajadas tan pronto como dije aquello, pues era la primera vez que me refería a él como "nuestro amigo".
- ¿Por qué seguís bromeando con este tema? – se quejó, poniendo un par de billetes sobre la mesa, para luego ponerse en pie y mirar hacia nosotros – me voy a recogerla.
- Y todo esto porque Abby está embarazada – se quejó él, apoyando los codos en la barra, mirándome con atención – espero que no te pongas igual de irritante que ella cuando estés en estado – perdí la sonrisa tan pronto como escuché aquellas palabras - ¿Aún estás preocupada por Klaus? – preguntó, mientras yo asentía, intentando cambiar de tema, pues no quería confesarle aún sobre el bebé que perdí – No dejaré que nada malo suceda, lo sabes ¿no? – asentí, para luego acariciar su mejilla, quedándome allí, embobada.
- Quizás debería fumarme la pipa de la paz con Abby antes de la boda de Dulce ¿no? – pregunté, haciéndole reír, para luego coger mi mano entre las suyas y besándola, enamorado.
- Te quiero.
- Y yo a ti.
Ron me hizo el favor de quedarse a ayudar a Rogger mientras yo hablaba con Abby, fui a verla a su casa, no podía ser de otra forma, pues sabía que ella me odiaba.
Alex me abrió la puerta, sorprendido de verme allí.
- Camile no quiero que la alteres – pidió Alex, mirando hacia la mujer que amaba.
- Vengo en son de paz – aseguré, levantando los brazos, como si intentase demostrar que venía desarmada. Abby asintió, mirando hacia mí, para luego mirar hacia Alex y hacerle la misma señal.
- Pasa – me invitó ella, mientras Alex miraba hacia nosotras – ve a dar una vuelta, te llamaré si te necesito – él asintió, para luego besarla en la mejilla y salir de la casa después.
- Hacéis buena pareja – acepté, pues era cierto. Ella me hizo una señal para que me sentase frente a ella en la mesa, incluso me ofreció un poco de agua que acepté – me alegro que al fin él sea feliz – añadí, justo después de dar un sorbo a mi vaso, mirando hacia ella – yo no sabía que él tenía sentimientos por ti cuando acepté casarme con él, Abby – aseguré, bajando la cabeza entonces, porque hablar del pasado siempre fue difícil para mí – si lo hubiese sabido lo hubiese dejado ir.
- ¿Le querías? – preguntó Abby, cogiéndome desprevenida, pero aún así, quería ser sincera con ella hasta el final. Negué con la cabeza, dejándola bastante sorprendida.
- Él era bueno conmigo – aseguré – cuidaba de mí, así que lo acepté. Pero nada más – proseguía, bajando la cabeza de nuevo – ni siquiera llegamos a acostarnos del todo, Abby – reconocí, dejándola altamente sorprendida – yo estaba herida y él... supongo que no podía dejarte ir.
- ¿Por qué me cuentas todo esto? – preguntó, mientras yo miraba hacia ella, y le sonreía levemente, con un enorme nudo en mi garganta.
- Porque quiero que sepas la verdad – declaré, pensando en él, sonriendo entonces de verdad – antes de conocer a Rogger ni siquiera sabía lo que era el amor.
- Siento las cosas que dije el otro día, en la tienda – se disculpó, al darse cuenta de que era sincera – sólo estaba confundida, pensé...
- No importa – la calmé, observando entonces como ella tocaba su vientre, sonriendo con lentitud.
- Alexandra ha dado una patada – me informó – debe saber que su tía está aquí.
- ¿Alexandra? – pregunté, pues ni siquiera sabía que esa niña tenía nombre.
- Quiero ponerle el nombre de su padre – aseguró ella, mientras yo la cortaba antes de haber dicho nada más.
- Su padre odia su propio nombre, Abby – le dije, logrando que ella mirase hacia mí, sin comprender – por eso siempre quería que le llamasen Alex.
- ¿Cómo sabes eso?
- A pesar de que no éramos amantes, éramos amigos – le dije, intentando calmarla – si quieres encontrar un nombre que realmente sea importante para él... quizás deberías elegir el de su abuela Zoe, creo que fue la única persona que lo quiso en esa familia – aseguré, haciendo que ella asintiese, al darse cuenta de que era cierto, y de que yo era sincera con mis disculpas.
- ¿quieres sentirla? – preguntó, agarrando mi mano para tocar su barriga. Sentí las patadas, la sentí moviéndose en su interior y me quedé embobada, mientras mi mente se iba lejos, pensando en el pasado.
"Ha tenido un aborto"
Resonó en mi cabeza, de nuevo, pero cuando quité la mano, Abby no pareció darse cuenta de que las cosas no iban bien.
Ella se levantó, parecía que la conversación había terminado, pero yo seguía con la mirada perdida en la mesa, incapaz de reaccionar aún.
- Tuve un aborto – dije en voz alta, haciendo que Abby se detuviese y mirase hacia mí, y yo me sorprendiese a mí misma por haberlo dicho en voz alta. Me arrepentí en cuanto lo dije - ¡Por favor, no digas nada! – supliqué, aterrada, mientras ella se sentaba frente a mí y me cogía de las manos, apretándolas, dándome fuerzas – Rogger no lo sabe aún...
- No pasa nada, Camile – me calmó, mirándome con cautela, mientras yo levantaba la vista para observarla – cuando menos te lo esperes volverás a quedarte embarazada – proseguía – incluso sin que lo esperes si quiera – sonrió al pensar en ello y yo no entendí su reacción – aunque nunca olvidarás a esa personita que estuvo creciendo dentro de ti y que ya no está... eso nunca se olvida.
- Tú... - le descubrí entonces. Ella también pasó por lo mismo, ella también perdió un bebé. Asintió, con una sonrisa melancólica en su rostro – Lo siento muchísimo.
- No pasa nada – me calmó, limpiándose las lágrimas, sujetando aún mis manos con la que tenía libre – ahora estoy bien.
- Me alegra haber venido – le dije, agradecida, porque me sentía mucho mejor después de hablar con ella – me alegra haberlo aclarado.
- Gracias, Camile – agradeció ella, acompañándome hasta la puerta, para luego volver a agarrar mi mano, al mismo tiempo que Alex entraba por la puerta admirándonos a ambas – lo harás bien, estoy segura de eso – aceptó, abrazándome después, dejándome sorprendida con ello, incluso Alex se quedó patidifuso – gracias por hacer feliz a mi hermano – dejé caer un par de lágrimas, porque sabía que ella me estaba dando permiso para que estuviese con Rogger, y eso me hacía feliz, que su familia no se opusiese. Se separó entonces, pero no soltó mi mano aún. Miré hacia ella, escuchando sus palabras de nuevo – estaré aquí si necesitas hablar – asentí, agradecida, limpiando mis lágrimas, para luego marcharme sin más, dirigiendo una leve mirada a Alex antes de hacerlo.
- ¿Se puede saber qué coño ha pasado? – preguntó Alex, divertido, haciendo que Abby rompiese en carcajadas
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