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Capítulo 19.

Justo cuando volví a la ciudad y entré al edificio me dijeron que Miranda me estaba esperando impacientemente en el último piso del edificio. Salí disparada al elevador, si tardaba demasiado en llegar quizás me pondría exámenes o pruebas más cansadas, no sabía para qué me necesitaba en el último piso pero fui como si mi vida dependiera de aquello.

Para mi mala suerte este no funcionaba el elevador, me toco ir por la opción de las escaleras, no descansaba, corría y subía esas largas escaleras, era el edificio más grande de la ciudad ya podrán imaginar como estaba.

Al llegar al último piso me apoye en la pared, mientras respiraba rápidamente y sudaba un poco, había hecho más ejercicio que en estas 3 semanas. Al levantar la vista la vi a ella sentada muy feliz en un tipo trono con una pierna encima de la otra mientras disgustaba unas fresas, al verme de puso de pie y saco sus lentes negros de sol.

— Ya habías tardado, preparen el avión.

Ordenó a las personas que estaban por ahí, supuse que eran del servicio.

— ¿Que avión? ¿Para que me necesitabas?

— ¿Como que para que? Duh, te dije que íbamos a ir a New York. 

En eso mi cerebro hizo clic.

— Pensé que viajariamos en un avión del aeropuerto.

— Cariño, soy rica tengo mi propio avión privado.

— Mis maletas se quedaron abajo.

Ella se dio la vuelta y empezó a caminar con una gran elegancia hacia el avión.

— Eso es lo de menos, nunca llevo maletas, compro cosas nuevas allá.

Parpadie varias veces mientras fruncia el ceño, quizás tardaría en acostumbrarme a ella y sus grandes lujos. En eso se me acercó un camarero con una bandeja de fresas, tome como 5 de estas rápidamente para compensar mi casi desmayo al haber corrido 120 pisos.

Ya habíamos llegado y para mi sorpresa, al llegar al hotel que Miranda quería y como no le querían dar las mejores habitaciones.

Compro el hotel.

Ahora estaba yo en una de las habitaciones más lujosas por ella. Con eso me quedaba claro que cuando ella quería algo, llegaba hasta las últimas consecuencias.

Me habían traído una gran maleta con demasiada ropa, especialmente elegida por su diseñador. No podía con tanto lujo, pero que le hacía, no podía negarme. Toda la ropa era demasiada extravagante, terminé por ponerme un vestido de flores y un corsel negro.

Al salir del lugar ella portaba un vestido blanco pegado a su cuerpo resaltando todas sus curvas.

— ¿Ya sabes la dirección?

Empezamos a caminar por las calles y entre la gente, yo solo la seguía.

— Si, tu sígueme.

Me detuve al ver el gran edificio frente a mi, parece que el segundo nombre de mis hermanos es ser millonarios. Me quedé atrás y tuve tuve correr para alcanzarla.

— ¿Ya sabes que le dirás?

— Claro, quien seria yo si no pienso lo que diré.

Ella caminaba con un gran paso firma ya adentro, yo simplemente observaba el lugar, parecía un lugar tranquilo con trabajo y fuera de lo normal. Al llegar con la recepcionista que nos dio la bienvenida.

— Bienvenidas, ¿En qué puedo ayudarla, señorita?

— Quiero ver al dueño de esta empresa.

Ella tecleo unas cosas en su computadora.

— No está aquí, para hablar con el tiene que tener una cita 3 meses antes, pero le puedo hacer una cita para dentro de tres meses.

Miranda miró hacia varios lados y me hizo una seña para que cuide sus espaldas y haga lo que teníamos acordado, ella sacó sus gafas y la miró directamente a los ojos comenzando a brillar sus ojos, estaba empleando su poder, tener lo que ella quisiera con solo una mirada, mientras que la tenia ocupada yo me moví rápido y con mi magia empujé con el aire dos gafetes que llegaron hasta mis pies.

— Dime en donde esta el dueño de este lugar.

— Ultimo piso.

Tome dos gafetes de cualquier persona que sea, y cuando pasamos a la recepcionista le pase uno a Miranda. Estos gafetes eran para que vieran que estábamos autorizadas en pasar y no tuviéramos problemas.

— Bien hecho.

Susurro y yo sonreí un poco para así colocarme el gafete en mi cuello, volteando la parte del nombre y foto de la persona al que se lo robe. Tomamos el elevador mientras que sonreíamos a las personas de este, en cuanto se bajaron del elevador, dejamos de sonreír.

— Miranda, ¿esto es legal?

— Yo soy la ley, así que olvida eso, ahora concéntrate en como vamos a convencer a tu a hermano para que vuelva a Aspita.

—Nuestro hermano.

—A estas alturas estoy dudando si en verdad tienen mi sangre.

Al acercarnos a la única oficina que había en el último piso yo empecé a percatarme de unos sonidos no muy normales, frunci el ceño para luego ver como Miranda me detuvo, parecía como una matanza, saque de las mangas dos cuchillos demoníacos y ella sacó dos dagas, empezamos a acercarnos en silencio, para luego llevarnos una sorpresa.

Al abrir la puerta nos encontramos a dos chicas a los lados de un hombre con cabello despeinado, camisa de botones abierta y por suerte con pantalones.

— Puta madre, ¿Que mierda? — él se levantó del sillón dejando a las dos chicas atrás procediendo a acomodarse la camisa junto con corbata. — ¿Quienes son? ¿Y porque me interrumpen de esa manera? ¿Que le hicieron a mi recepcionista? Llamare a la policía.

Mire de reojo a Miranda y procedí a dar un pie adentro.

— No creó que sea necesario. — hable mientras ya estaba adentro. — Porfavor diles que se vayan de paso. —señale a las chicas.

Se notaba demasiado desconcertado, no sabía que estaba pasando.

— Mira, no se quienes son pero llamare a la policía.

— No creo que quieras que tu familia termine haciendo mierda a unos simples policías. —Hablo esta vez Miranda sonriendo de lado a lado mientras lo veía, para luego hacerlo aún lado y sentarse en la silla donde iba él, pasando una pierna encima de la otra sonriendo.

— Mierda. — dijo el al vernos y quizás recordando.

— ¿Déjame ver si entendí, me estas diciendo que son mis hermanas que yo creó que murieron y vinieron aquí a llevarme de vuelta a la ciudad para que me una y defienda demonios?

Ya habíamos charlado un poco, Miranda se encontraba frente a nosotros como la jefa y líder que era.

— Si.

El se levantó y soltó una risa mientras se acercaba a servirse un trago.

— Es una grandiosidad broma, mis hermanas murieron hace 11 años.

Miranda se puso de pie y se acercó acercó el.

— Oh, querido hermano nos estás subestimando demasiado. — dijo Miranda.

— Hey, no eres el único que puedo sobrevivir. — dije mientras jugaba con unos premios en forma de persona.

Él tenía un cabello entre rubio y castaño, sus ojos eran grises casi blancos muy peculiares y portaba un traje con un poco de barba notoria, no se porque pero se notaba que no había estado durmiendo bien estos días ya que tenia unas leves ojeras, se notaba un poco demacrado y por la foto que había visto antes de él se notaba muy diferente.

— Lo siento, sigo sin creerlo.

— Sofia, ven y haz lo tuyo.

Suspiré y deje aquellas figuras en paz, me acerque tome un suspiro ya que me había puesto a practicar esto varias veces, era un hechizo difícil ya que me daba un fuerte dolor en la cabeza después. Lo miré fijamente dejando a la luz mis ojos violetas para así entrar a su mente y jalar cada recuerdo que tenía. Al terminar empecé a sentir un fuerte dolor seguido con un zumbido que podía soportar. Se nos quedó mirando unos momentos desconcertado.

— Esto es increíble, pensé pensé ya no tenía más familia, pero no regresaré.

— ¿Me estas diciendo que sacrifique mi bienestar para que al final dijeras que no? — hable mientras sentía el fuerte dolor.

— Escuchen, yo tengo una vida aquí y realmente no me interesa volver.

En cuanto iba a abrir la boca, Miranda se adelanto. Sacó una tarjeta de su bolso y se la dio.

— Si cambias de opinión estaré en esta dirección por 3 días, si no la aceptas, jamás volveremos a molestar.

Me sentía de algún modo como si Miranda fuera mi madre y yo la cría. Ya habían pasado 3 días desde aquel acontecimiento, ya estábamos listas para abordar en el avión. En esos 3 días, Miranda me había estado ayudando a practicar aunque sea en la habitación, cada día que pasaba era un día más de aprender de ella y estaba agradecida.

Por alguna razón ella estaba esperando unos minutos más.

— ¿A quien esperamos?

— A él.

— Pero no vino en estos 3 días.

— Va a venir, te lo aseguro.

Dude un poco y justo cuando sucedió realmente me sorprendi. Era Liam acercándose a nosotras rápidamente. Al verlo Miranda me miró con una sonrisa y yo estaba asombrada.

— Ya habías tardado, hermanito.

— A las personas de nuestra sangre no se les deja atrás. —sonrió y le devolvemos la sonrisa.

El viaje fue tranquilo, conté un poco acerca de mi vida, Miranda dio un resumen de la agencia y Liam contó de su empresa, no dimos muchos detalles. Al llegar a Aspita observo todos de esta, Liam era tranquilo, era como una copia de Miranda pero en hombre, pero un poco más relajado. Miranda se había encargado de hacerles saber a todos que nosotros éramos los nuevos ceo's del lugar, cosa que agradecí pero sentía que era una responsabilidad muy grande.

No podía ni con mi vida.

Actualmente estaba con mi uniforme de batalla en la sala de entrenamientos, estaba bebiendo agua esperándolos. Liam estaba sentado y mirándose a sí mismo en el traje.

— ¿Quien mierda hizo estos trajes y pensé que eran buenos para los hombres?

Solté una risa y me acerque a él para así vernos en el espejo.

— No son tan malos.

— Oye, quizás no te lo dije pero estoy muy feliz de que estés con bien, sinceramente como eras la pequeña no pensé que sobrevivías, pero sobrepasaste las expectativas.

— Fue difícil, pero créeme que los admiro demasiado a ustedes dos y estoy feliz de tener a mi familia de nuevo.

Me sonrió sinceramente para yo devolverle la sonrisa y abrazarnos después.

— Prometo que siempre te protegeré y no te abandonaré.

— Hey, ositos a pelear. — Grito Miranda entrando a la sala y arrojandonos una botella de agua.

Nos separamos y mientras nos acercábamos al centro Liam habló.

— No creo que sea buena idea.

— Coincido con Liam.

— No tengan miedo, es increíble tener grandes rivales.

Miranda había tenido la grandiosa idea de combatir entre los 3.

— Bueno si tu lo dices. — hablo Liam para así proceder a entender su magia que era totalmente blanca

Luego de eso sonrió Miranda y encendió su magia, era un color fuego. Murmure "dios mío" para luego encender mi magia violeta.

Ellos ya se estaban preparando para atacarse, ya que se sonreían.

— Oigan, no creo que sea buena idea.

Y quedaron en el aire mis palabras porque en ese momento parecían dos gatos peleando. Negué con la cabeza varias veces para así suspirar y correr hacia ellos.

Di una patada a Miranda haciendo que retrocederá, en eso aventó su magia contra mi, pero esquive, Liam soltó un golpe contra mi pero esquive, en ese momento sentí el impacto de la magia de Miranda en mi rodilla pero aún así aguante. Liam soltó magia contra Miranda y ella hizo un escudo protector. Aproveche para emplear mi habilidad de teletransportarme varias veces, di un golpe a Liam y me teletransporte atrás de Miranda para darle una patada y terminar de volver a mi lugar.

Miranda sonrió victoriosa por alguna razón y saco sus grandes alas de fuego esa fue una alerta de que ya éramos comida, o bueno era yo, ya que Liam sacó las de él.

— Hey, ¡Yo aun no desarrollo eso! Esto ya no es equitativo.

Entonces me aparte y los vi luchar, ella movía sus alas para dar golpes y el igual, ella dio una patada pero él la detuvo y terminó por tirarla al suelo en eso me teletransporte atrás de él y le di una patada para que cayera al suelo, Miranda había rodado por el suelo, ya habían guardado sus alas, en eso quisieron lanzarme un hechizo desde el suelo pero utilice mi escudo para protegerme y teletransportarme hacia otro lugar.

Liam se puso de pie y en eso movió el suelo de un golpe interrumpiendo mi teletransportación provocando que cayera al suelo por aturdirme. Miranda se puso de pié y tomó varios shuriken que eran como estrellas con puntas filosas. Arrojo una a Liam pero la esquivo pero rozó su traje negro rompiéndolo.

— Era nuevo, desquiciada. — hablo mientras miraba a Miranda, esta se encogió de hombros para así rodar en el piso al verme correr y aventar una contra mi dando en un borde de mi traje pegándome a la pared.

— Me rindo. — dije mientras elevaba las manos al aire, soltó una risa y fue a mi para retirarla.

— Pelean como niñas. — hablo Miranda para luego tomar de su botella de agua.

— No, no yo casi te gano. — dijo Liam.

— Tengo que hacer algo en Loods, disfruten su tarde peleando.

— ¿A donde? — pregunto Liam desconcertado y tomando agua.

— Es la anterior universidad de humanos a donde iba, actualmente se descubrió que el hijo del asesino de nuestros padres está ahí por ella o aún no sabemos porque.

— ¿Y por qué la envías a ella? Es peligroso Miranda.

— No le digas nada, yo fui la que dio la idea, estoy dispuesta a arriesgarme. — Dije mientras tomaba mi capa.

— Ya es tardé no deberías de ir.

— Deje pendiente algo allá, no tardo lo juro.

— No estoy tranquilo, déjame acompañarte.

Mire a Miranda para ver su aprobación y me hizo una seña que fuéramos los dos. Al salir del edificio él veía las calles como yo la primera vez.

— Se notan felices.

— Todos aquí están muy felices, fue lo que note al llegar acá.

Atravesamos la pared y seguimos por el túnel.

— ¿No abra posibilidad de hacer uno de estos pero hacia mi empresa? — Dijo mientras estaba asombrado por traspasar la pared.

— Consúltalo con Miranda, ella es la jefa aquí. — solté una pequeña risa.

Al ya estar en tierra firme, camine hasta llegar a los dormitorios. Al ver que estaban cerrados me quedé mirando la entrada.

— Esta cerrado debería volver mañana. — dije mientras me daba la vuelta pero sujeto mi brazo.

— Tienes magia y estas con una persona poderosa, volemos la puerta y ya.

— Liam, tu y yo sabemos que eso no es normal.

— Bueno, te ayudo a entrar por la ventana, ¿Que habitacion es?

— Es la 234 no creó que podamos escalar todo el edificio. 

— Que va, volemos el candado.

Se acercó a la puerta, tomó el candado y lo apretó hasta romperlo para así abrirse la puerta.

— Te espero acá afuera, ve.

Asentí con la cabeza y me apresure a llegar a la habitación, al llegar saque las llaves de mi bolsillo que aún llevaba conmigo.

Abrí la puerta y al estar adentro noté que estaba en él en su escritorio.

Michael O'Brien

Horas antes

Me encontraba en el patio de la universidad recargado en una pared mientras observaba a todos con atención.

— Hey, estas un poco distraído.

Taylor me saco de mi investigación, sinceramente no quería fallarle, me había puesto a investigar bien lo que había pedido apesar de querer preguntarle.

— ¿Que opinan de Fron? ¿Creen que sea raro? Siento que oculta algo.

Señale al chico que estaba sentado solo en una banca comiendo su sándwich.

— Michael, que se coma los mocos no lo hace raro, incluso yo lo he hecho. — Todos volteamos a ver a Adam y este se encogió de hombros. — ¿Que?

Suspiré y tome el puente de mi nariz para presionarlo. No había conseguido nada.

— Hey, ¿Que te tiene tan preocupado?

Dave se acercó a mi para darme unas palmadas en la espalda.

— Siento que alguien esta ocultando algo aquí, pero no encuentro a nadie fuera de lo normal.

— Sofia te dejo con traumas. — Soltó una risa Dave para luego hablar. — Como extraño a esa chica.

— ¿Alguien a sabido algo de ella? — Pregunto Jason.

— Yo hablo con ella por medio de cartas, dejo una carta en mi mesa de noche y al día siguiente ya hay otra de ella, es raro pero increíble. — dijo Adam con una sonrisa.

— ¿Por qué contigo solo hace eso? — Dijo Taylor.

— Que decir, soy su favorito.

No sabía su decir que yo la había estado viendo, o que venía a visitarme de vez en cuando vestida de un modo muy raro, decidí quedarme callado.

— Hey, Michael ahí tienes a uno rarito. — Dijo Dave señalando aun lado mío.

Volteé mi vista y noté como pasaba Steven con demasiados chicos atrás de él y varias porristas, llevaba una gran sonrisa de idiota.

Un momento, fruncí el ceño y me puse de pié.

— Tengo que ir a hacer unas cosas, nos vemos luego.

Ellos se miraron entre sí como si hubiera perdido la cabeza. Al ver a Steven solo me acerque a él como si fuera una coincidencia.

— O'Brien, ¿Que te trae por acá? — Dijo Steven con su perfección que daba asco.

— Estaba mirando el campus, debe ser muy difícil ser presidente de la clase, más aparte capitán del equipo de fútbol, campeón de natación, más aparte ser perfecto, ¿no?

— Veo que has estado observándome, pero la respuesta a tu pregunta es que si, es cansado cosas que jamás podrías hacer tu, sin ofender verdad.

Sonreí para mi mismo al tener que aguantarme las ganas de romperle la cara en ese momento.

— Claro, por eso me pregunto, ¿Cómo le haces? Porque te veo y me quedo como wow es algo que jamas podría hacer yo.

— El secreto es ser yo, Michael.

Noté su demasiada energía consigo mismo.

— Tienes mucha energía, más que la de una persona normal.

— Es un don.

— Increíble don, nos vemos.

— Si quieres clases, te las doy te hacen falta.

— Si, claro.

Me aleje de ese idiota y saque aquel papel en blanco que me había dado ella, anoté el nombre de Steven haven en grande.

Holaa, espero que les haya gustado el capitulo fue un poco largo pero necesitaba explicar varios puntos.

Espero que conozcan a Liam mucho mejor. :3

Sin más, muchas gracias por todo y nos vemos en el prox capitulo. 

Cam. G ♡





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