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Capitulo 13.

Se veía mal.

Realmente se veía mal la herida en mi abdomen junto con varios moretones, no me había molestado en parar la hemorragia, la verdad sabia que se curaria sola.

—Sofia, ¿Cómo mierda te hiciste esto? Debemos ir a un hospital.

Mordí mi labio y frunci el ceño, tratando de no sumarle importancia.

—No, ¿De qué hablas? No es para tanto.

Jason aún dudaba así que se separó de mí.

—¿Como me dices que no es para tanto? Si esa herida esta profunda y te estas casi desangrado.

Llevó sus manos a su cabello mientras que yo suponía que ya no haríamos nada así que me volví a poner mi ropa.

—Voy a llamar a una ambulancia.

Al ver que se acercaría a su celular entré en pánico con ganas de llorar, ya iba mal mi dia como para tener que soportar a un humano haciendo un drama gigante.

—¡Mierda! ya te dije que estoy bien Jason.

Grité mientras lo miraba con enojó, el simplemente asintió con la cabeza retirando el móvil de su oreja y colgando la llamada.

—Esta bien, esta bien, ¿mejor?

Bufé y tomé mis cosas para salir de la habitación, pero él tomo mi brazo sentí leve dolor por los moretones.

—¿Pero por que te vas? No lo hagas.

—Jason, si yo te digo que no es para tanto, tienes que confiar en mí y en lo que quiero, de todas formas tengo que irme.

Solté mi brazo y abrí la puerta, salí de la habitación para así soltar el aire que tenía retenido, apretaba varias veces mis manos tratando de calmarme, sabía que se preocupaba por mí pero tuve miedo por un momento. Al llegar a mi habitación noté que Michael estaba sentado en el sofá pequeño que había, simplemente me miró pasar directo al baño sin hacerme ninguna pregunta acerca de porqué tenía una mancha gigante de sangre en mi blusa.

Al entrar al baño retiré mi blusa y empecé a limpiar la herida noté que ya había parado, simplemente limpie.  Adentro del espejo había guardado con llave unos pequeños frascos, saque uno con un líquido azul, me ayudaría a que esta herida desapareciera más rápido, lo rocíe en esta y ardió un poco pero aguante el dolor. Coloqué una venda, no era necesario pero se vería mal si lo dejo así.

La herida de mi brazo ya no estaba, era normal ya que había sido con un objeto humano.

Humanos.

Los había observado y vivido entre ellos gracias al haberme criado acá en vez del mundo sobrenaturalista, gracias a ello puedo mezclarme con facilidad. Estaba mi pijama adentro de un cajón que había en el baño. Tenía miedo que los que se encargan de limpiar la ropa de los estudiantes se espantaran con esta sangre así que la metí en una bolsa.

Salí del baño y sentía su mirada sobre mi, aunque era muy grande el cuarto y podíamos tener el espacio suficiente, sentía aún sus cercanía. 

— ¿Debería preguntar acerca de esa mancha de sangre o lo tomo como algo casual?

— Tómalo casual.

Se encogió de hombros y asintió con la cabeza para así seguir viendo su celular. 

— Te vi en el entrenamiento.

Ay mierda.

— A si, estaba pasando el rato.

— ¿En un entrenamiento de fútbol?

— Si.

Era normal que tuviera una mancha de sangre gigante pero no era normal que estuviera en un entrenamiento pasando el rato. Que raro era.

— Bien, una pregunta más, ¿Estas libre mañana?

— Supongo que si.

— Bien, mañana conocerás a mis padres.

¿Escuche bien? Casi sentía como quería vomitar y desmayarme.

— ¡¿Que?! ¿Te volviste loco? ¿Por que querría conocer a tu familia?

— ¿Porque es parte de conocerme a mi?

— Entonces prefiero no conocerte.

— Bueno entonces, presentarme a tus padres.

El había dejado su celular de lado, lo había dejado en el sillón y se acomodo de forma en que pudiera mirarme.
Se notaba su diversión en su rostro.

— Viajan mucho, no están aquí en el país.

— Entonces mañana vas conmigo a mi casa y nada de excusas.

Se levantó y tomó su celular para luego tirar se a su cama. Me manipulo yo lo sabía, no me quedó de otra más que meterme a mi cama y cerrar mis ojos. Desde que tenía el anillo sentía un poco de protección pero no como lo que había sentido la anterior vez que dormí con el.

Que raro se escuchaba eso último.

Aun me queda por investigar eso que siento.

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Al día siguiente en la mañana ya estaba en el vestidor, no sabía que utilizar, es decir se que no debí tener una aceptación en esa familia pero me daba miedo, opte por utilizar un pantalón negro ya que sabía que quizás iríamos en su motocicleta, por último una chaqueta de cuero por el frío que me daría. Salí de este lugar y el ya estaba parado en la puerta esperándome.

— No estoy segura si debería ir.

— Tu querías conocerme, ¿no?

Trague grueso y asentí con la cabeza para así salir, sentía sus pasos detrás de mi y eso me traía malos recuerdos como la persecución en el bosque. Me detuve y espere a que estuviera a mi lado para así no tener que entrar en pánico, sentía su mirada, no me hacía sentir incomodidad, si no nervios lo miré a los ojos ya al salir del edificio y me detuve.

— ¿Otra vez me veo fatal?

El sonrió y paso un mechón de mi cabello hacia atrás.

— Si.

Murmuró con una sonrisa mientras me miraba a los ojos, podía sentir los latidos de su corazón de un momento a otro, mis ojos bajaron a sus labios y sentía un impulso, nuestras manos querían tocarse, no querían, necesitaban. Mi respiración se aceleró pero pronto el entró en razón y se separó de mi rápidamente, gracias a eso yo también entre en razón.

El me paso el casco mientras se notaba nervioso, puso dos de sus dedos en el puente de su nariz y suspiro, se puso el casco y se subió a la motocicleta para hacer eso seguido yo.

Me sentía el doble de protegida con él. 

Nisiquiera lo conozco y siento esto.

Es realmente imposible.

El viaje fue tranquilo, me hacía sentir en paz y a la vez con ganas de quedarme con él, pero toda esas sensaciones se acabaron al llegar a su casa, al bajar noté que se notaba linda y tranquila pero me asustaba.

El bajo y le di mi casco, me hizo una seña de que lo siguiera así que lo hice, el me abrió la puerta y entré aún con pasos inseguros. Al pasar sentí por unos segundos sus dedos en mi cintura, al estar completamente adentro el olor de comida se sintió en el aire, de pronto una señora de mediana edad pasó con una sonrisa dejando comida en una mesa. Al vernos su felicidad se esparció y se acercó a Michael.

— Cariño, viniste.

Lo abrazo y el le devolvió el abrazo con una pequeña sonrisa, desearía poder sentir eso. En cuanto ella se separó me miro con amabilidad y murmuró.

— ¿ Y tu cariño? ¿Quien eres?

En cuanto iba a hablar, él me robo la palabra.

— Ella es Sofia, madre, mi novia.

Que mierda.

¿Escuche bien?

Lo iba a golpear al salir de ahí.

Sonreí forzadamente y solté una sonrisa nerviosa para luego darle un pequeño golpe sin que se viera a Michael.

— Mucho gusto, señora.

— Dios, el gusto es mío, pero mira que linda eres, pareces el alma gemela de mi muchacho. 

— Mamá, no me digas así.

Sonreí y rei nerviosa. Ya nisiquiera quería decir más, quería escapar. 

— Todavía no esta la comida, pero pueden ir a tu habitación a esperar, ¿Por que no le muestras el lugar?

— Claro, vamos.

Tomó mi mano y mis ganas de patearon eran más grandes, no dije nada al ya estar adentro de la habitación y que el haya cerrado la puerta nisiquiera me dedique a mirar la habitación, me acerque a él y le di una patada donde no le da el sol. Hizo una mueca de dolor.

— Mierda, ¿Que te pasa?

— Me pasa que ahora soy tu novia, estúpido.

Lo miré con enojo y con ganas de patearlo más, el vio mis intenciones y se escamo.

— Ya ya, tranquila fue lo único que se me pasó por la mente.

— Eres un idiota.

Ya al estar sin dolor se enderezó y murmuró.

— ¿Quien no quisiera estar conmigo?

— Yo.

— Auch.

Ya calmada, pude observar la habitación con tranquilidad era de colores oscuros, se veía muy bien. Había pocos posters pegados en la pared.

— Tenía mucho que no venía acá así que aún hay cosas que están iguales aún.

— Es lindo.

Me gire a verlo pero mi sorpresa es que estaba muy cerca de mí, nos miramos a los ojos sentí las mismas emociones que siento cuando estoy con el, mis labios se entreabrieron.

Reacciona.

Nuestras manos se tocaron, se sintió como una chispa, mi respiración estaba acelerada a la vez que mi corazón.

Cuando menos lo espere, sus labios estaban sobre los míos, encajaban tan bien. Fue un beso suave por instinto moví mis labios tratando de llevar un ritmo rápido, se separó y susurro.

— Tranquila.

Sus labios volvieron a estar en contacto con los míos, mis ojos se cerraron mientras el acariciaba mi mano con lentitud, mis emociones contenidas explotaron, me sentía tan tranquila que quería quedarme toda la vida así.

Reacciona.

Me separe con miedo de él, retrocedí y por los nervios no sabia que decir ante eso, quería huir.

— Yo lo siento, no era mi intención.

Hablé mientras apretaba mis manos, retenía aire y trataba de tener lejanía entre él y yo.

— ¿Te estas disculpando por algo que yo hice y quería hacer?

Carajo, esto no podía ser más difícil. 

Lleve mi mano a mi frente y suspiré.

— No se si fue lo correcto.

Pareciera que esas palabras lo hicieron entrar en razón ya que recobro la postura y volví a ver esa mirada insignificante que me dio cuando me vio por primera vez.

— Es cierto, no vale la pena.

Se dio la vuelta y siguió su rumbo hacia la puerta, antes de abrirla murmuró de nuevo.

— Te hablaré cuando este la comida,

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Ya había pasado media hora, estaba sentada enfrente de Michael, su madre estaba en un extremo de la mesa y su hermano mayor estaba del otro extremo. Estaba muy buena la comida, la estaba disfrutando de verdad, era silenciosa la cena hasta que habló su madre.

— ¿Y cuanto tiempo llevan juntos?

Mire a Michael de reojo para que hablara pero parece que no pensaba hacerlo así que yo hablé.

— No mucho, solo poquito.

— Espero que duren demasiado, me caes muy bien, linda, ¿Te gusto la cena?

— Claro, me encantó cocina increíble. 

Ella me miró con una sonrisa y murmuró.

— Tienes una energía muy positiva, cuando gustes esta es tu casa también.

Por lo que me habían dicho es que su padre no estaría para cenar por su trabajo, así que gracias a dios solo estaba con su hermano y su madre, y él claro.

Cortaba con agresividad la comida, como si quisiera darme una indirecta.

— Claro, madre pero aveces "no se sabe si es lo correcto"

Auch. Sentí tan fuerte la indirecta.

— Aveces una persona no está segura.

Partí un pedazo y lo lleve a mi boca sin dejar de mirarlo.

— Por no querer enfrentar las situaciones.

— Bueno, aveces no vale la pena.

— Claro, no vale la pena, ¿sabes que es estúpido? Cuando una persona no sabe lo que quiere. 

— Quizás esa persona no conoce bien a la persona.

— Y tampoco está persona conoce bien a la persona, pero aun así siente y esa persona es completamente miedosa a lo nuevo.

Me quede sin argumentos, fue cuando me di cuenta que estaban presentes los demás.

— Sofía, aun me resultas familiar.

Su hermano cambió de tema.

— Realmente no recuerdo haberlo visto en ningún lado.

— ¿Tu madre no se llama Clara?

— No, se llama Renata, mis padres no están en el país.

— Ya veo, creo que te confundí con otra persona.

La cena transcurrió como debía, sentía una que otra mirada de él y de vez en cuando lo miraba, admitía que sentía algo pero aún no lo conocía del todo, aún necesito encontrar un porqué a estos sentimientos. 

¿Por que siento esto cuando estoy contigo Michael?

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Cam G. ♡

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