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Capítulo 11.

—Te dije que me la regresaras así tal cual la tomaste.

Ya había regresado a la habitación solo estaba Michael. No me había percatado lo sucia que la dejé al estar practicando, por lo que mi orgullo lo hice aun lado, ya que me sentía un poco mal.

—Perdón, si quieres la limpiare yo misma.

Lo miré a los ojos con arrepentimiento y solo murmuro.

—Esta bien, de igual manera no la uso mucho, comprare una nueva.

Termino arrojándola al bote de basura y me quedé extrañada. Estaba en buenas condiciones, ¿Por que la tiro a la basura? Lo que callamos los pobres.

—Por cierto, lindo conjunto de ropa.

Dijo antes de ir al escrito a seguir escribiendo en algo, quizás tarea yo debería estar haciendo eso en vez de jugar a la maga.

—Gracias supongo, tengo una pregunta, ¿Por que eres así?

—¿Así cómo?

Me miro con indiferencia y con mal humor, claro como si no se notará tanto sus extraños cambios de humor.

—Pues, ¿así de frío?

—Sofia, yo no soy frío. 

—¿Misterioso, mal humorado?

—Tan poco lo soy, soy divertido.

Una risa salio de mis labios y me senté en mi cama mirándolo mientras empezaba a deshacerme de mis botas para ponerme otros zapatos más cómodos.

—Claro y yo puedo volar.

El giro su silla y me miró de frente pensando bien lo que diría, se puso una mano en el mentón para luego hablar.

—Esta bien, conoceme solo 1 o 2 meses bien, conoce mi entorno y pasa tiempo conmigo veras como es que cambias opinión.

¿Que? Quede totalmente extrañada y paralizada, cuando lo conocí no era así bueno no es que lo conozca tanto.

—¿Que hay de la regla 2?

—¿Cuál regla dos? ¿Acaso hay reglas?

Las reglas que propuso al iniciar mi primer día murieron tan rápido.

—Esta bien, aceptó.

—Pero, en eso yo también tengo que conocerte a ti.

Apuntó con su dedo hacía mi persona, se levantó de la silla y se acercó a mi provocando que yo también me pusiera de pié. 

—¿Que quieres saber de mí? No tengo nada que ocultar.

Trague grueso al notar lo cerca que estaba de mí, sentí como puso dos de sus dedos en mi mentón haciendo que lo mirara a los ojos.

—Quiero saber todo de ti, se que tienes muchas cosas que ocultar y en el camino me conocerás a mí.

Su rostro se fue acercando al mío, mi cuerpo empezó a temblar, sentía mi corazón casi salirse de mi, mis manos sudaban y a la vez sentía nervios. ¿Que me pasaba? Apenas una o dos semanas que lo conocía. ¿Por que me siento así? No hay coherencia en eso.

Por instinto cerré mis ojos pero al no sentir nada sobre mis labios los abrí, el estaba ya dándome espacio mientras me miraba con una sonrisa de lado y sus brazos cruzados.

Que idiota es.

Me enderece y mire hacia otro lado.

—Si, esta bien aceptó besar eso.

—¿Que? ¿Quieres besarme?

Dios que tonta soy. Jamás me había sucedido esto y menos frente a un chico idiota.

—Digo, si quiero conocerte.

—Bien, ponte de nuevo esas botas, vamos a salir.

—¿Ahorita ya?

—Si, ¿Que tiene de malo?

El se dio la vuelta para meterse al vestidor, ahora yo volví a ponerme las botas de nuevo, me daba tanta flojera hacerlo. Pero ya que, me metí en esto.
Aun era de tardé algunos de la universidad estaban fuera del edificio charlando en las mesas que había fuera de los lugares de comida al aire libre. Michael se había cambiado parecía que combinaban nuestros conjuntos, sentía las miradas sobre nosotros, ya que el era popular, bueno no tanto pero su físico atractivo llamaba la atención de muchas.

Traté de hacerme hacía aún lado manteniendo distancia entre el y yo esperando a que no se dieran cuenta que íbamos juntos, pero él tomó mi mano rápidamente sentí los nervios por mi cuerpo, lo miré fijamente haciéndole señas de que me soltará. Pero el nisiquiera se inmutó a hacerme caso.

Empezó a caminar conmigo detrás sin soltar mi mano, pasamos frente a todos, podía sentir las miradas sobre mi y él. De un momento a otro soltó mi mano y se subió a su motocicleta mientras yo observaba.

—¿Te vas a quedar ahí parada o vienes?

Suspiré y me acerque a esta para subirme al estar arriba de ella puse una de mis manos en su hombro sintiendo un poco de incomodidad.

—¿A donde vamos?

—Tú quédate en silencio y agárrate fuerte.

—Por favor, no es la primera vez que me subo a una cosa de estas se que no tengo que sujetarme tanto.

Mis palabras quedaron al aire al ver que arranco de manera rápida y a alta velocidad, trate de tomar sus hombros con fuerza pero con miedo terminé por rodearlo con mis brazos a él, en cuanto lo hice el bajo la velocidad un poco. Al llegar al lugar me baje de esta acomodando mi cabello y mi ropa, el hizo lo mismo miré con atención el lugar y ¿Por que estábamos en una pizzeria?

Lo seguí hasta entrar al local pero esta vez de igual forma tomó mi mano hasta una de las mesas. Lo miré extrañada hasta que el habló. 

—¿Por qué siempre me miras así? —Hablo él mientras me miraba.

—Porqué siempre haces cosas que no espero. —dije con sinceridad.

Una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro, esta vez no era de burla se veía honesta.

—Este lugar es dónde me traía mi padre junto con mis hermanos, además que sirven mi comida favorita. 

En ese momento llegó un mesero y tomó su orden, nos quedamos en silencio unos segundos yo jugaba con una servilleta por encima de la mesa pata luego notar como el retiraba la servilleta y acariciaba mi mano.

—¿Por qué tus manos son tan cómodas?

Me quedé sin palabras, así que el también lo sentía. Lo miré a los ojos sin saber que decir pero en eso llegó el mesero dejando la pizza sobre la mesa tendiendo que separar nuestras manos.

¿Que estaba haciendo yo?

Charlamos un poco mientras comíamos, le daba elogios a la pizza mientras el me contaba las cosas que hacía con su familia.

—¿Entonces tienes 2 hermanos?

Noté como su actitud cambiaba y aclaró su garganta retirando la mirada de mi.

—No, solo 1.

No sabía si preguntar o no pero tenía que hacerlo.

—¿Que le sucedió al otro?

Su mirada se volvió fría y a la vez con dolor. Quizás había preguntado algo que no debía.

—Murió asesinado.

Mierda, Steve me dijo que fue asesinado pero puedo ver que a Michael le duele no puede ser su asesino, quiero preguntar pero algo me dice que no debo.

Acerque mi mano a la suya tomándola provocando que el mirara mi mano en la suya para luego subir la mirada hacia mi rostro.

—Debe ser difícil, yo también perdí a alguien de esa forma.

Su mirada fría cambió a una calida.

—Sofia, ¿Cómo puedes poner rápidamente a las personas cómodas cuando están contigo? Yo jamás hubiera dicho esto así nada más.

Solté una leve risa.

—Supongo que es mi don.

—¿Y que hay de ti? ¿Tienes hermanos?

Hice una mueca sabiendo que era el momento de saber de mi, eso era lo que llevaba evitando desde hace mucho.

—Si, se podría decir.

—¿Te llevas bien con ellos?

—Hace tiempo que no se nada de ellos realmente. —rei un poco nerviosa. —Y espero que estén bien.

—Debe ser difícil, vas a ver que aparecerán todo estará bien, debes de aprovechar que siguen con vida.

Al terminar de comer salimos del lugar de la misma manera tomando mi mano, saque mi celular y mientras revisaba unos mensajes él me lo arrebato de mis manos y tomó un fotografía de los dos juntos. No paraba de ver la foto me parecía inusual estar con él de esta forma. Regresamos al edificio mientras que los chicos estaban afuera de este en las mesas comiendo. Michael no se había percatado de eso porque al bajar tomó mi mano pero al escuchar su nombre a sus espaldas soltó rápidamente esta y se alejo un poco de mi para ir a donde estaban ellos.

Comimos con ellos mientras charlábamos de cosas sin sentido, pero había algo raro. Michael no me miraba en absoluto, nisiquiera dijo nada acerca de nuestra salida digo no es que quiera que se enteren solo pensé que me trataría mejor frente a todos. Al terminar el no subió conmigo al edificio se fue.

Una hora después me encuentraba con Jason en mi cuarto a solas, el estaba tirado conmigo en la cama mientras me besaba, aún no sabía si era lo correcto. Sentía como sus manos pasaban por mi cuerpo mientras que yo acariciaba su cabello teñido ceniza, de un momento a otro empezamos a dejarnos llevar para empezar a retirar de nuestra ropa pero el se separó de mis labios para mirarme.

—¿Estas segura que quieres que sea el primero?

En ese momento sentí como la calentura del momento se me fue, me quedé extrañada mirándolo y a la vez con ganas de reír.

—Jason, no soy virgen.

El se quedó muy extrañado y murmuró.

— ¿Segura? Puedes decírmelo no me burlare.

Volteé lo ojos para luego tomarlo del cuello de su camisa y atraer sus labios a los míos para después dejarnos llevar por el momento y conectar nuestros cuerpos, quizás solo en eso podíamos conectar. 

Al terminar el se tiro a un lado de mi mientras que yo con la sábana la pegaba a mi cuerpo y revisaba mi teléfono.

—Eso fue increíble, otra vez.

El se acercó a mi de nuevo con la intención de ponerse encima de mi pero lo aparté y me hice aún lado.

—Estas loco, vete a tu habitación fue un milagro que Michael no estuviera.

—Creo que le tengo un poco de envidia, ¿por que el puede estar contigo todos los días?

—Jason, él es mi compañero de cuarto es obvio que tiene que estar aquí todos los días.

Él se puso de pié y empezó a ponerse sus pantalones mientras me miraba, era muy atractivo. No era muy parecido a algo romántico ya que esto solo era físico pero algo es algo.

—¿Estas libre mañana? ¿No quieres ir a un concierto conmigo?

—Si creó que si, podríamos ir con los demás seria increíble.

Su rostro cambió a algo más serio sin dejar de mirarme.

—Me refería a tu y yo solos.

Mordí mi labio inferior y me senté en la cama sin dejar de pegar la sábana a mi cuerpo desnudo y lo miré.

— Jason, no busco una relación ni salir con nadie.

—¿Por que no querrías salir conmigo? Normalmente las chicas son las que me invitan.

—No me malinterpretes, tu eres atractivo pero esto es solo físico no emocional, prefiero dejarlo como solo amigos.

—Auch, nunca nadie me había rechazado.

Se inclino a mi y puso sus dos brazos a mis lados, sonrió contra mis labios y susurro.

—Si así puedo estar cerca de ti esta bien.

Dejo un leve beso en mis labios, tomó sus cosas y se fue de la habitación dejándome sola en ella. Quizás así era mi destino, sabía que Jason no estaba enamorado de mi, apenas me conocía y la verdad es que no estaba segura si estoy preparada para enamorarme.

Vaya día ya es tardé, tal vez debería dormir un poco. Pegue mi cabeza a la almohada mientras me acomodaba para dormir, cerré levemente mis ojos para luego caer en cuenta.

Michael, podría llegar y estoy desnuda.

Me puse de pie y empecé a cambiarme de manera rápida. Y en ese momento me tiré a dormir, mañana tenía clases así que debía estar al cien por ciento.

Se escuchó una llave pasar por la puerta, no hice caso ya que sabía que era Michael. Seguí tratando de dormir pero en ese momento sentí como tocaron mi tobillo. Mi mirada fue de la mano hasta su cara pero entré la oscuridad solo pude ver sus ojos rojos que me atormentaban, por instinto moví mi tobillo con fuerza y traté de alejarlo para ponerme de pié. 

—Michael, ¿eres tú?

Susurre aún sabiendo que no lo era, en ese momento me atacó con una hechizo que me provocó caer.

Rápido reacciona tienes magia.

Él se fue acercando a mi mientras yo retrocedía en el suelo buscando mi teléfono, prendí la luz con este y pude ver que portaba un cuchillos junto a su cara deformada. Mi miedo se esparció por mi cuerpo, ya no podía retroceder estaba pegada a la puerta.

Mi cuerpo temblaba mientras sujetaba mi celular, con el cuchillo el apartó mi celular en ese momento reaccione y lancé de mis manos magia contra el haciéndolo retroceder, el me miró con enojo.

No debí hacer eso.

Me puse de pie y corrí hacia aún lado viendo como el cuchillo era lanzado hacia donde yo estaba antes clavándose en la puerta, me posicione en posición de combate aún portaba el cuchillo en mano por lo que sentí como acuchillo mi brazo pero en cuando lo levantó con una patada terminé tirándolo al suelo.

—Progresaste, ¿no?

—Un poco. 

Él se posiciono en la misma forma que estaba yo, mis ojos brillaban en la oscuridad de un color morado brillante mientras que los de el un rojos fuerte.

Di el primer golpe que fue bloqueado por uno de sus antebrazos, para luego el dar el siguiente golpe con fuerza, traté de apartarlo pero su fuerza era mucho mayor entrenada que la mía. Me apartó de él y desde lejos lancé más de mi magia provocando que le afectará, desearía poder conocer más de esta.

—Tus hechizos son inútiles, pero esto lo dejamos para cuando estés mayor entrenada, no sirve de nada pelear contra una mocosa.

Y desapareció, me di cuenta que mi brazo sangraba a la vez que mis rodillas y los fuertes golpes que dejó ardían, esperaba a sanar ya que eso no me hacía mucho efecto en mi, no esas simples armas podían derrotarme y el lo sabía.

Trataba de asustarme solamente, si el quisiera matarme ya lo hubiera hecho.

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