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Capítulo Extra 🖤 (8)

POV. Ana.

Nunca antes intenté huir de Christian. Al menos, no de forma conciente.

Hace 25 años empaqué una mochila con mi vida y compré un auto para obtener un nuevo inicio que jamás llegó. ¿Pero ahora? Ahora tengo mucho qué perder.

Salgo de la sala de lectura con nada más que dinero en efectivo y tomo el pasillo hacia el baño, pero en lugar de entrar sigo de largo hasta las escaleras. Debería usar el ascensor pero eso llamaría la atención del viejo Taylor.

Apenas voy en el piso 14 cuando decido quitarme los tacones y bajar descalza el resto del camino hasta la parte trasera del vestíbulo. Una vez que estoy ahí, giro por el pasillo de limpieza y hacia la salida de empleados que da al estacionamiento.

Me pongo de nuevo los zapatos cuando camino sin detenerme a la siguiente esquina porque no sé cuántas cámaras más podrían estar instaladas en la acera de GEH. Tan pronto como veo el concurrido tráfico, subo a un taxi.

— ¿A dónde la llevo? — Pregunta el hombre mirandome por el retrovisor.

— Yo... hum... ¿Podría solo conducir fuera de Seattle?

— ¿Algún lugar de preferencia?

Mis hombros se encogen y el hombre niega con la cabeza murmurando en voz baja mientras retoma el tráfico de medio día. Mi vista se posa entonces en la ventanilla y en las personas que caminan.

El taxista reduce la velocidad después de dos horas de conducir sobre la carretera, estacionando en una concurrida calle de una ciudad pequeña.

— Estamos en Longview, señora. Es lo más lejos que puedo ir, — Gira para mirarme — Son $374.40.

Mierda, eso aún suena como una pequeña fortuna. Tomo mi bolso para sacar los billetes y entregarlos al hombre antes de descender de su auto. No sé dónde estoy ni lo que debería hacer, solo camino por ahí algunas calles hasta que encuentro una plaza y me siento en la banca..

Veo a las personas entrar y salir de una iglesia, hablando y sonriendo mientras yo estoy desorientada; estoy enojada pero quiero llorar y eso me confunde más. El sol comienza a ocultarse y yo sigo aquí sin una idea de qué hacer con mi vida.

— Ana.

Esa voz.

— ¿Qué mierda haces aquí?

Y ese tono.

Trago el nudo en mi garganta antes de hablar con sinceridad, porque nada justifica mi arrebato.

— No lo sé.

Levanto la vista hacia mi esposo, vestido todo de negro como es usual en él, los labios presionados en una fina línea y las manos en los bolsillos. Solo las canas en su sien me recuerdan los años que han pasado.

— Vamos a casa.

— No estoy lista. — Susurro. Christian se sienta a mi lado en la banca dejando un pequeño espacio para mirarme.

— ¿Es la menopausia?

Idiota.

— No. — Respondo con el ceño fruncido.

— ¿Segura?

— ¿Qué haces aquí, Christian?

— Mi necia esposa desapareció de nuestra oficina y Taylor casi sufre un infarto buscándote. Sube el culo al auto para que podamos volver.

— No.

— Ana... — Gruñe, luego resopla. — ¿Esto es por lo de Phoebe mudándose de casa?

Mis ojos se llenan de lágrimas con la mención de mi bebé yendo a vivir al campus porque quiere ser una estudiante más y hacer su vida.

— ¡Mi hija me dejó! ¡Ella aún no está lista! — Chillo. — ¡Primero Teddy y ahora ella!

— Mierda, Ana. ¿No pudiste tener tu jodida crisis de la mediana edad en Grey House, donde pudiera mantenerte vigilada? ¡Despedí a tu jodido  guardaespaldas!

— ¡Es que no lo entiendes! Ahora que ya no están los niños, ¿Qué va a pasar? ¡Ya no estás obligado a estar conmigo!

Christian pone los ojos en blanco y se pone de pie, reconozco su expresión de fastidio.

— Aún eres mi esposa, pequeña necia. Y te amo. No estás yendo a ninguna jodida parte.

Es mi turno de presionar mis labios con fuerza para no sonreír ante su colosal declaración amorosa.

— ¿Podemos tener otro bebé?

Su ceño se frunce.

— No.

— ¿Puedo adoptar uno?

— No.

— ¿Puedo tener una mascota?

— No.

— ¿Un perro chiquitito?

— Mierda, no. Ya tuve suficiente con todas las mascotas raras de Ted.

— Entonces...

Mi vista cae de nuevo sobre las personas que pasan por la otra acera, mirándonos y a los otros 10 hombres recargados en las cuatro Suvs negras de vidrios oscuros.

— Te diré que haremos. — Estira su mano para que yo la tome. — Ahora que los niños ya no están en casa, podemos tomar unas largas vacaciones.

— ¿Me llevarás a París? ¿Y a Roma?

— Si es lo que quieres.

— Me encantaría. — Susurro, con los ojos aún llorosos.

Su móvil suena con una notificación de llamada, así que Christian se aparta un poco para tomarlo y contestar.

— ¿Ted? — Frunce el ceño con confusión, mi hijo hablándole tan fuerte que escucho.

— Eh, hola papá. ¿Estás ocupado?

— No. ¿Qué ocurre? ¿Todo bien en el trabajo?

Teddy eligió estudiar arquitectura, alejándose completamente del negocio familiar y dejando las esperanzas de Christian en manos de Phoebe.

— Si, si, todo bien. ¿Mamá está contigo?

Christian vuelve a mirarme y se aleja un poco, gruñendo hacia mi hijo.

— ¿Qué mierda hiciste ahora?

— ¿Te acuerdas de mi novia Lauren? — Lo escucho decir antes de que Christian se detenga junto a un árbol.

Gira para mirarme aún con el teléfono pegado en la oreja, gruñendo algo que entiendo a la perfección.

— Gracias, Dios. — Dice luciendo aliviado. — Hablaremos de esto más tarde, Theodore.

Termina la llamada guardando el móvil para acercarse de nuevo.

— ¿Qué paso? ¿Teddy está bien? ¿Está en problemas?

La expresión de mi esposo me confunde completamente.

— Nena, sube tu precioso culo al auto porque Ted embarazó a alguien y serás abuela.

— ¿Abuela?

— Si.

— ¡Seré abuela! — Chillo. — ¡Y tú un abuelo! Pero apenas tengo 46, ¡Soy muy joven para ser abuela!

Christian apoya sus manos en mis hombros y me guía hasta la primera SUV, todos los hombres de seguridad esperando indicaciones.

— Y ya no tengo las cosas de bebé de Teddy o Phoebe, tendré que ir de compras.

— Así es, nena.

— ¿Y las vacaciones? ¡Tenemos que ir de vacaciones ahora! Así podré ayudar con el bebé.

— Lo sé.

Espera a que me siente y abrocha el cinturón de seguridad. Antes de que se aleje, tomo su rostro con mis manos.

— Te amo, Christian.

— Y yo te amo a ti, Ana.

No estoy preocupada por mi hijo. Si tiene la mitad de la suerte que yo tuve, tendrá una hermosa familia y será tan feliz que todo habrá valido la pena.

🖤🖤🖤

Este es el último extra de los que tenía planeado y me queda una sensación de nostalgia con esta parejita.

No sé si habrá más extras porque pretendo dedicarme a las que ya están en curso, pero si se me ocurre algo más delante lo tendrán aquí.

Como siempre les agradezco por el apoyo, por la oportunidad que me brindan y a mis historias de entretenerlas.

No olviden pasarse por las otras historias que ya no sé ni cuántas son jajaja pero les aseguro que están hechas con mucho amor.

Saluditos 😘

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