Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Apenas puedo esperar a que sea hora de volver al bar. Son casi las 10 de la noche cuando entro directo a la barra con el chico latino.

— ¡Amigo! ¡Volviste!

Sirve el vaso de whisky sin preguntarme y lo pone delante de mi. Solo con mirarlo, el dulce sabor empalagoso me quema la garganta.

— Voy de paso — Le aseguro antes de tomar el vaso.

— Pues me alegro, estoy cansado de lidiar con ebrios y escandalosos.

Levanto mis cejas como respuesta antes de tomar el trago en mis manos. Por lo que veo, Ana lleva ya algunos minutos sobre el escenario.

Esta vez mi estrategia está enfocada totalmente en el trato que quiero proponerle. Quiero poner las cartas sobre la mesa lo más rápido posible.

— ¿Quién elige tus bebidas? ¿Los clientes?

Gruño cuando el sabor dulce me golpea de nuevo.

— Si, ¿Hay alguna bebida que quieras tomar? Pídela y la traeré para ti.

— ¿Y eso es todo? ¿Debí pedir mi bebida para dejar de tomar este whisky de mierda?

— ¡Pues claro! El cliente es lo primero, sobre todo uno tan bueno con las propinas.

Sonríe divertido y yo siento ganas de partirle la jodida boca de un puñetazo. Pero la figura de Ana moviéndose sobre el escenario distrae de nuevo mi mente.

En esta ocasión lleva una blusa roja con un escote profundo que no puedo dejar de mirar, ¿Por qué mierdas hace eso? ¿Por las malditas propinas?

— ¿Trabajas por aquí? — Pregunta de nuevo el curioso.

— No.

— Oh — susurra y se aleja para seguir sirviendo tarros.

Mantengo mi vista fija en la barra el resto de la noche. No quiero mirar a Ana y al resto de los borrachos devorarla con la mirada o terminaré arrastrándola fuera con mi abrigo en los hombros.

Sé paciente Grey, sé amable.

Cuando miro de nuevo mi reloj, es la hora de cerrar el bar. ¡Por fin! Pago mis tragos y salgo a la acera por dónde el resto de los clientes salen, pero yo espero por Ana.

Tomo el móvil para fingir una llamada cuando ella y José salen cerrando las puertas, y lo guardo cuando pasa por mi lado.

— Ana.

— Christian.

Se acomoda el cabello fuera del saco negro y comienza a caminar. Me pongo a su lado con las llaves en mi mano.

— ¿Me deja llevarla?

— ¿Otra vez? ¿No tiene algo más que hacer? — Dice con su pequeña ceja arqueada.

— Solo cumplo con mi deber ciudadano — Elevo una de las comisuras de mi boca.

Las mujeres aman esa sonrisa.

— Supongo que puedo aceptar entonces.

Camina conmigo hasta el auto y tengo que hacer uso de todo mi control para no sonreír como idiota. Amo cuando las cosas salen justo como las planee.

— Estaba pensando... — Digo cuando abro la puerta para que suba — Que debería ir a cenar, ¿Le gustaría ir conmigo?

— ¿Por qué? — Me mira con los ojos entrecerrados.

— Sería bueno cenar acompañado, para variar.

— ¿De verdad espera que le crea eso, Christian? — Gira en el asiento para mirarme — Que no tiene una novia o esposa en casa que lo esperan.

— No estoy casado — Me apresuro a decir — Y tampoco tengo novia.

Porque Camille es una excelente sumisa, pero no es mi novia. Nuestra relación es estrictamente física, por lo cual ni siquiera le he ofrecido un Collar de Consideración, mucho menos pienso llegar al nivel 2 con ella.

— ¿No? — Me mira aún con incredulidad — ¿Eres gay?

¿Qué mierdas dijo?

— ¿Qué? — Casi presiono el freno sin pensar — No soy gay.

— ¿Entonces levantas chicas en los bares y las llevas a casa? ¿Eres ese tipo de hombre?

— Tampoco.

Su ceño se frunce, pero no dice más porque estaciono junto al valet parking de la Columbia Tower. Mi restaurante está aún abierto y esperando por mi.

— ¿Vamos a cenar aqui? — Levanta la vista hacia la punta del edificio.

— Si, ¿Siempre eres tan desconfiada?

— Si.

Quiero cerrarle más el jodido abrigo negro que lleva para que nadie la vea, pero sé que probablemente se asustaría con mi comportamiento. Esta chica aún no es mía y ya quiero decirle qué vestir.

— Buenas noches, señor Grey — La chica de la entrada nos recibe.

— ¿Christian Grey? — Ana vuelve a arquear su ceja — ¿Eres un cliente frecuente?

No respondo, solo señalo el pasillo con la cabeza para que siga a la chica hasta nuestra mesa. Los comensales son pocos a esta hora, y eso nos proveerá la privacidad que necesito.

— Pediré lo que pidas tú — Dice cuando la camarera recoge nuestros menús.

Así que pido los platillos con carne termino medio, ensalada y un vino blanco que me gusta. Suficiente Whisky barato para mí.

— ¿Deseas pedir un postre? — Pregunto tratando de alentar su buen humor.

— No, gracias señor Grey. Creo que es hora de retirarnos.

Este es mi momento.

— Antes de eso, me gustaría hablar contigo sobre un asunto — Ella cruza los brazos sobre su pecho — Voy a ser honesto contigo, me resultas muy atractiva.

— ¿Y? — Sigue en su postura defensiva.

— Quiero tenerte, y estoy dispuesto a recompensarte con lo que quieras: joyas, vestidos, dinero...

— No soy una puta.

— No dije que lo fueras, Ana. Dije que quiero ofrecerte algo a cambio, tal vez algo de dinero para que compres un auto.

— ¿Cuánto? — Gruñe con irritación.

— 100 mil dólares, seguro que encuentras algo qué hacer con ese dinero.

— 300 mil.

¿Qué?

No deja su postura desafiante, pero por lo menos ahora estamos negociando.

— ¿Qué? — Repito en voz alta.

— Vamos a ser honestos, Christian — Dice repitiendo mis palabras — Eres joven y atractivo, puedes tener a la mujer que tú desees en cualquier momento y sin pagarle, pero por alguna razón me quieres a mi.

Mis manos se entrelazan sobre la mesa y ahora me siento en modo negocios, como si estuviera negociando una adquisición para GEH. Ahora ella sonríe y apoya los brazos en la mesa para juguetear con su copa.

— Y estoy segura que puedes pagar ese dinero. Ahora es tu desición, puedes negarte y retirar tu propuesta o aceptar y darme lo que pido.

Pequeña estafadora.

— Pagaré 300 mil por dos días.

— ¿Dos días? No, estamos hablando de un periodo de tiempo muy largo. 500 mil.

Mierda. Nunca he pagado tanto por sexo.

— 500 mil dólares por 48 horas, y no puedes ir al bar.

— ¿Quieres tenerme encerrada? — Se ríe pero no es con diversión.

— Pienso hacer valer cada uno de esos dólares.

— Entonces será en efectivo.

— No hay problema.

Esta pequeña chica que de inocente no tiene nada acaba de chantajearme, golpeando mi orgullo lo suficiente como para que quiera impresionarla.

— ¿Es un trato? — Extiendo mi mano hacia ella.

— Voy a pensarlo.

— No, ya negociamos, ahora tienes qué aceptar.

— No — Agita su índice frente a mi — Solo quería saber qué estabas dispuesto a ofrecerme. Ahora que lo sé, puedo pensarlo con calma.

— No — gruño de nuevo.

— Si. Ahora llévame a casa, te daré mi respuesta mañana.

~ • ~

Jajaja Nahhh...

Pero a veces surgen más ideas para una historia que para otra.

¡No desesperéis!

¡Los maratones están cerca!

🤭🤭😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro