Konohagakure.

Fugaku mira la celda con enojo, aprieta el cuello del muchacho — ¿Dónde diablo está? —gritó.

—No lo se señor, el lugar no fue manipulado ni nada por el estilo si usted quiere mire por sí mismo —dijo tratando de respirar.

Fugaku lo suelta y mira comprobando que el joven si tiene razón, el lugar no fue tocado ni profanado entonces ¿como el niño pudo salir? Muy pocas personas conocen este lugar y nadie sospecha que el niño kyūbi estaba aquí.

Su Sharingan brilla su maldita perra tenía planeado usarlo para atacar la aldea ahora tendrá que posponer su golpe de estado.

Sale del lugar y llega a su casa su esposa aparece frente a él —Bienvenido.

—No me moleste, estorbas.

Mikoto baja la cabeza cuando su marido se encerró en su despacho rápido fue a buscar a su hijo pequeño quien se había escondido —Sasu-chan.

—Mami, ese hombre me da miedo en ocasiones mi mira raro.

Mikoto abraza a su hijo con nerviosismo.

Itachi había llegado justamente cuando escuchó las palabras de su hermano cada día no soporta a su padre, maltrata a su madre y a su hermano pequeño a él solo le exige cada vez más. Va directo hacia su habitación e invoca dos cuervos y le pone como misión vigilar a su madre y hermano.

El y su primo han tratado de llevar todo con calma, las exigencias de su padre por igual las de danzo, el Hokage exigiendo información todo esto lo está estresando.

Hay algo que le preocupa, el niño de ojos azules tiene tiempo que no lo ve, siempre lo ha visto desde lejos para no asustarlo, ese pequeño había llamado su atención la última vez quedó muy preocupado esos hermosos ojos azules se miraban grises y sin vida.

Quería ayudarlo pero su padre siempre mantiene un ojo en él, y es posible que le hiciera daño por eso optó por alejarse del niño ahora es posible que haya sido una mala decisión.

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—¿Lo encontraste?

—No hokage-sama.

Hiruzen mueve sus dedos rápido en claro signo de nerviosismo —Tenemos que encontrarlo o si no...

Los 10 anbus miran al hokage extrañado, ninguno entiende que está pasando, uno de ellos propuso algo —Podemos decirle a Inu.

—NO — gritó el hokage.

Todo se sorprendieron por el grito de su líder. Hiruzen prende su pipa —El no puede enterarse de esto, sigan buscando a escondía.

—Si.

El hokage queda solo, se levanta y mira a través del gran ventanal —Tienes que aparecer...

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Kurama no podía creer lo que está sintiendo este pequeño niño porque tiene que pasar por más. Ahora mismo se encuentra en el baño naruto se  encontra vomitado mucho últimamente pensó que solo era al pasajero pero al sentir esa diminuta presencia quedó en shock.

<<¿Qué haré? ¿Cómo le digo a un niño la responsabilidad tan grande que tendrá?>>

Naruto tiembla todo su cuerpo está débil a pesar que todas las heridas ya están sanadas su mente y alma están roto, odia esto, odia sentirse débil y inútil.

—Kurama-san ¿qué me está pasando?

Kurama no sabe que responder —Vamos a bañarte cachorro.

Naruto confirma, en estos meses comenzó a confiar en Kurama, así dejando que este lo toque, cosa que al principio era imposible.

Kurama llena la bañera que ha estaba  con cuidado comienza a bañarlo, el niño poco a poco cierra los ojos. Kurama pasa su mano por el cabello del niño no pudo evitar llorar de impotencia.

—El maldito destino es una mierda cachorro, pero yo estaré para ti.

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Una mano comenzó a moverse haciendo que suene un pitido, el médico encargado entra rápido al ver que el paciente tiene signo se despertar con emoción le avisa al hokage quien no está para nada contento con la noticia.

El tercer hokage mira el cuerpo en la cama y pone sus manos atrás —El infierno está por desatarse.