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Capitulo 5: Punto de quiebre

Capítulo 5

Punto de Quiebre

Raven:

Cuando Jediel me soltó volvió a repetir "Vas a alejarte de mí hermanita"

— ¿Acaso estas celoso?

—Si te dijera que es así.

—No te creería, no me buscaste de nuevo.

Su mirada fue intensa. —Sí lo hice, tantas veces, realmente tantas que superan el conteo con dedos, tú no estabas allí.

Me sorprendió oír eso, pero no es como si importara ahora.

—No voy a permitir que corrompas a mi hermanita.

— No quiero hacerle daño, pero...

—No te dejaré.

— ¿Sigues en el closet? —Pregunte.

Él asintió. —Nadie debe saberlo, no quiero traer vergüenza a mi familia, tarde o temprano se enterarán y Angie, es todo lo que les quedara, no voy a permitir que la manches.

Sus palabras dolieron, él pensaba igual, yo era una mancha, era corrupción y decadencia. Después de todo, mi madre tenía razón, "Nacido de la lujuria y la violencia para provocar lujuria e incitar violencia"

—Entonces ¿vas a decirle que soy? Eso sería exponerte. Sabes ya la he besado, es dulce y pura, ya ensucié a tu pequeño ángel, es demasiado tarde.

Dije queriendo herirlo como él me había herido a mí. Si era una mancha que supiera que ya ensucie a su pequeña princesa.

—Sólo han sido un par de besos y si tengo que hacerlo lo hare. No permitiré que este plan siga. ¿Quién fue el de la idea, Edmund o su padre? Gabriel no es así.

— ¿Gabriel es tu ex? —Pregunte dudoso. Un pinchazo se instaló en mi pecho y sentí un sabor a vinagre en la lengua.

Jediel, se echó a reír, tanto que se agarraba el estómago. Su rostro iluminado por la risa era realmente hermoso. Le mire indignado.

—¡Dios no!, nada que ver, a Gabriel le gustan las chicas, él era amigo de mi ex y bueno, él está enamorado de mi actual novia y está enfadado conmigo porque sabe que sólo uso a Chantal, como pantalla. Como sea voy a ir ahora mismo a reclamar a los Coltron.

— ¡No!

Grite, intente disuadirlo, suplique incluso, pero él estaba terco de enfrentarlos, pero yo no quería que supieran que había sido descubierto, que falle y mucho menos qué supieran que Jediel, me reconoció porque se había acostado conmigo, entonces supe que no era por mí, sino por él.

Si yo me marchaba ahora todo estaría como antes, Ángel, seguiría con su futuro prometedor y él no sería expuesto.

Pero él me ignoro, me beso una vez mas, de manera intensa y se marchó. Estaba temblando bajo el árbol pensando en el sabor picante y en el dulce también. De pronto sólo quise que ambos desaparecieran de mi boca.

Saque un cigarrillo y lo fume. Una vez terminado me sentí mejor con el sabor del tabaco reconfortándome, me aleje hasta una agencia de cervezas donde compre un six, que me bebí una tras otra, no era asiduo a la cerveza por que rara vez tenía para comprarla, pero gracias al señor Coltron, había dinero en mi bolsillo, así que no tuve problema en adquirir la bebida y echármela como si de agua se tratase buscando aletargar mis sentidos y que mi mente dejara de molestar, venían a mi recuerdos brevemente enterrados, momentos oscuros y violentos que marcaron mi infancia y que definieron en lo que me había convertido. Un paria, un sexoservidor y también en parte un adicto, llevaba tiempo sin un toque por la falta de dinero, pero ahora sentía que necesitaba con urgencia un pase, era como si mi mente ordenase a mi cuerpo a seguir una ruta letal, como un robot que ha fallado y una vez terminado su propósito, su programación lo induce a autodestruirse. Me bebí la última cerveza recordando una conversación anterior con ángel.

— ¿Ya comiste algo?

—Seh, me desayune una cerveza y de colación un cigarrito.

—Eso no es comida y está muy mal beber desde tan temprano y fumar puah, además eso sólo dañara tu salud.

Y a continuación me había dado un sándwich de mantequilla de maní y una cajita de leche, de esas que toman los niños pequeños.

Pero ahora necesitaba esa cerveza más que cualquier nutriente y necesitaba algo peor. Sabia donde conseguir lo que quería, algo que me hiciera volar. Estaba lejos, pero no importaba, camine hacia la terminal de autobuses temblando, la nieve caía sobre mí con fuerza, tan blanca como el polvo que añoraba ingerir.

Pero sonreí, en mis labios no quedaban rastros del sabor de los hermanos Fanel, ni dulce, ni picante.

Angelitza:

Estoy preocupada por Raven, esta mañana no asistió a la escuela y ya pasan horas desde la hora asignada para su tutoría. Él no ha llamado y ya he dejado cuatro mensajes en su móvil. Quizá estoy siendo una pesada, tal vez se sienta acosado por mi actitud, pero la verdad no sé cómo se supone que debería comportarme.

Finalmente logró calmarme y enfocarme en la lectura del libro que tengo en las manos, estaba en uno de los pasajes más emocionantes de la historia cuando un ruido seco me alarmó, observe con cuidado y note unas manchas blanquecinas en el ventanal, a eso le siguió otro ruido sordo y caí en la cuenta de que alguien estaba aventando bolas de nieve.

Me acerque a la ventana y divise a un joven ¿Raven? Bajé la escalera y fui directo a abrirle.

Cuando le vi me quedé impactada, era él, pero no se veía como el mismo, había algo raro, todo en su forma de mirarme y moverse cambio.

— ¿Raven...?

Él no respondió, pero avanzo hacia la entrada y cerró la puerta al entrar, me tomo por los hombros con fuerza y me arrincono contra una pared. Le mire algo asustada, ironía del caso que estuviese sola en ese momento, mi familia fue a una gala benéfica. Los ojos de Raven, estaban inyectados en sangre y su aliento olía a alcohol y alguna otra cosa. Tenía las manos congeladas como si hubiese pasado mucho rato bajo la nieve.

"Debo hacerlo "murmuro, yo no sabía a qué se refería, pero de pronto estaba tumbada en el sofá con él encima. Su peso no era mucho por su delgadez, pero aun así me era difícil apartarlo. Intente empujarle y él asalto mi boca.

Sus besos no fueron como los de la pasada tarde, no hubo cariño, ni suavidad, no había más que un mecánico y forzado contacto de labios.

—Raven, cálmate por favor...

—Debo corromperte... Tengo que...

Murmuro mientras buscaba como deshacerse de mi ropa y allí estaba yo, atrapada en un cuadro surrealista a punto de ser violada, pero no temía por mí, si no por él que se veía demasiado roto. Lleve mi mano a su mejilla y le acaricie.

—No, tú no tienes que hacer esto.

—Es mi destino "Nacido de la lujuria y la violencia para provocar lujuria y violencia"— cito, yo no sabía si era la frase de alguna serie, película o libro. Él seguía tocándome de una forma casi errática.

—Por favor, no...

Suplique, él busco mis ojos antes de responder. "debo hacerlo" era evidente que estaba borracho y quizá también drogado, pero había algo más profundo que le estaba atormentando y le llevaba a actuar de esta forma.

—Eres dulce, no lo mereces, pero debo mancharte para...

Su voz se oía frágil, como si cada palabra doliera, ya no tenía miedo, sólo quería ayudarle, pero no sabía cómo.

—Soy producto de una violación...Nacido de la lujuria y la violencia, eso dijo ella, para incitar lujuria y violencia, ella sabía... Lo sabía, sabía lo que él me hacía, su novio, luego se volvió mi proxeneta, pero dijo que era mi destino, que lo merecía.

La comprensión de esas palabras me dejo dolida y triste, no sabía que había detonado ese trauma y él había buscado un escape, pero sólo se hacía más daño. Entonces finalmente llore. Él vio mis lágrimas y asintió, era lo que se esperaba de una potencial víctima de violación.

—Lo siento mucho...

Susurre y entonces él lo noto.

— ¿Estas llorando por mí?

—Lo siento mucho...

Repetí con las lágrimas desbordándose, sólo quería abrazarle y confortarlo, protegerlo. Recordé mi pesadilla, el cuervo que destrozaba mi corazón y luego se disculpaba.

Entonces él se levantó dejándome libre, estaba confundido.

—Tú lloras por mí...

Entonces se dirigió a la puerta y salió. Yo me levante y le seguí, no podía dejarle irse así, tenía que ayudarlo, pero no logre darle alcance a tiempo.

Todo sucedió muy rápido, la cortina de nieve, el flashazo de las luces incandescentes, el ruido del chirrido del freno y del golpe, después solo quedo la visión de un joven tirado en el piso tiñendo de rojo la escarchada nieve.

Grite desesperada, intente llegar a él y reanimarlo, pero todo fue inútil.

La nieve le cubrió en segundos, mientras yo luchaba por evitarlo.

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