Dash
—Habrá una función de teatro esta noche —Comentó Mindy emocionada, —Deberíamos ir.
—Me parece perfecto —Estuvo de acuerdo Owen, —¿Ada vienes?
—Emm claro, solo tengo que avisarle a mi madre.
—¿Quieres que te llevemos a tu casa? —Ofreció Owen.
Asentí con una sonrisa, —Si no es mucha molestia.
—Por supuesto que no —Comentó restándole importancia.
Me subí en la parte trasera de su auto mientras que Mindy iba de copiloto, hablando sobre lo increíble que era por fin tener una chica más en el grupo y no tener que lidiar ella sola con tres chicos, en el camino después de indicarles por donde llegar a mi casa, nos pusimos de acuerdo para esta noche.
—¡Aquí!—Grité de un impulso pues se estaba pasando de mi casa.
Frenó de una y miró a Mindy extrañado.
—¿En la mansión Miracle?
Puse los ojos en blanco y bufe, —Por supuesto que no, yo vivo allá —Apunté mi casa que se encontraba justo enfrente de la mansión.
—¿Por qué la camioneta de Dash está estacionada en tu casa? —Cuestionó Mindy un poco sorprendida.
—¡No tengo la menor idea!—Respondí sincera, —Nos vemos a las ocho.
Me despedí y me bajé del auto para adentrarme a mi casa. No sin antes darle un vistazo a la hermosa camioneta negra, no me juzguen, toda mi vida he deseado tener una, pero claramente mi madre no puede permitírselo. Después de almorzar, recordé que tenía que llamar a mamá para pedirle permiso de salir esta noche.
—Hola mami— Saludé una vez que respondió la llamada.
—Hola cariño, ¿cómo va todo?
—Excelente, de hecho hice amigos en el instituto y me invitaron esta noche a una función en el teatro, ¿Puedo ir?
—Claro que sí hija, solo ten mucho cuidado.
—Lo tendré, ¡Gracias!
—Ada, necesito que me hagas un favor.
—Por supuesto, ¿Que ocurre?
—Checa el correo, se supone que me mandaron unos oficios que necesito entregar en mi trabajo, pero no llegaron aquí a la oficina, ¿puedes ver si están ahí?
—Muy bien, checaré y te aviso.
—¡Gracias hija, nos vemos más tarde, te quiero!
—Igual mamá.
Me levanté del sofá y salí a la calle por el encargo de mi madre, bufé al notar que la camioneta se encontraba bloqueando justamente mi buzón. –Eres hermosa, pero me estorbas–. Comencé a buscar alguna forma de llegar hasta él pero no había ninguna bendita manera, maldije en voz alta la hermosa camioneta por bloquear mi camino. Un carraspeo de garganta me sobresalto. Me giré encontrando frente a mi al chico de la casa de enfrente.
—¿Se te perdió algo? —Cuestionó con voz ronca.
Tragué duro y retrocedí un paso, se veía demasiado intimidante, por no decir, perfectamente atractivo, tenerlo así de cerca me pone un poco nerviosa a decir verdad. Lo repasé de arriba abajo un par de veces, grabando en mi memoria cada detalle de su presencia, cuando volví la vista a su rostro caí en cuenta que aún esperaba mi respuesta, me observaba fijamente sin ninguna expresión en el rostro, completamente neutro, yo por supuesto no había dicho ni una sola palabra, solo lo miraba como estupida embobada.
—¿Em eh si, eres el dueño de la camioneta? —Pregunté en voz baja.
Ni siquiera se porque estoy tan nerviosa. Se quedó en silencio unos segundos.
—Si.
—Estas tapando mi buzón, ¿podrías moverla? —Pregunté apartando la vista hacia otro lado.
Sus ojos grises eran penetrantes, como si quisiera atravesarme con la mirada.
—No —Respondió automáticamente.
Lo miré confundida, Repasando su respuesta en mi cabeza—¿No?
No respondió, sólo me observó fijamente.
—¿Por qué? —Volví hablar un poco molesta por su actitud altanera.
—Porque no quiero —Respondió encogiendose de hombros.
Abrí la boca indignada, —Esta es mi casa.
—¿Y?
—Que no tienes ningún derecho de venir y estacionar tu camioneta aquí —Reproché tratando de mantener la calma.
Bien, la perfección de su atractivo, acaba de esfumarse supliéndose por su arrogante personalidad. Me crucé de brazos y respiré tres veces, no pienso discutir con él.
Sin previo aviso comenzó acercarse a mi lentamente, retrocedí unos pasos tratando de alejarme hasta que sentí la camioneta en mi espalda, mi corazón empezó acelerarse con cada paso que daba hacía mi, a él pareció no importarle porque no se detuvo, al contrario, levantó sus brazos poniéndolos a mis costados acorralándome.
—Este es mi pueblo, por lo tanto también es mi calle, y yo puedo hacer o no lo que se me de la gana —Susurró a centímetros de mi cara.
Mi piel se puso de gallina cuando su aliento chocó contra mi rostro. No dije nada, ni siquiera pude articular una palabra, la fuerza de mi cuerpo había desaparecido, me abandonó por completo. Después de lo que pareció una eternidad, se dio la vuelta y caminó de regreso a su casa. Solté pesadamente el aire que estaba conteniendo recuperando mi postura. ¿Que diablos acaba de pasar? Me adentré de nuevo en mi casa, mi cabeza estaba bastante confundida con lo sucedido, cada vez que recordaba sus penetrantes ojos grises se me ponían los pelos de punta y el corazón se me aceleraba queriendo salirse de mi pecho.
//
Después de arreglarme para la función de esta noche, llamé a mi madre para contarle que no pude cumplir su encargo por culpa de la camioneta, no le dije nada sobre el chico y su extraña conversación, decidí omitir esa pequeña parte ya que no quería tener problemas, mi madre puede ser seriamente un peligro, es capaz de ir a gritarle un par de cosas para ponerlo en su "lugar" como diría ella.
Mi celular sonó con un mensaje de mindy diciendo que estaban fuera de mi casa, cuando salí la famosa camioneta ya no se encontraba ahí, giré los ojos al recordado la escenita de esta tarde.
—¿Lista? —Preguntó Owen con una sonrisa una vez que me subí a su auto.
Asentí sonriendo también.
—Andando entonces —Canturro Mindy emocionada.
Pará mí sorpresa el teatro estaba bastante lleno, creí que nadie solía asistir a este tipo de eventos. En la ciudad, normalmente era la gente adulta a la que le interesaban esa clase de cosas, pero aquí la mayoría eran chicos del instituto lo cual me sorprendía aún más.
—Pensé que estaría solo —Comenté viendo hacia todos lados.
—Bromeas, crested butte ama los eventos artísticos —Me informó Owen con orgullo.
—Hasta que aparecen —Habló una voz masculina detrás de nosotros.
Nos giramos para encontrar a Víctor y Axel.
—Hola Ada —Saludó uno de ellos, Víctor. Le regresé el saludo con un movimiento de mano y una sonrisa. Bueno al menos puedo descartar la idea de no caerle bien.
Antes de entrar, pasamos por la pequeña dulceria y compramos lo necesario para la función, palomitas, refrescos y algunos dulces. Mi parte favorita del cine y teatro, comer chucherías. Cuando estábamos por irnos un grupo de chicos de acercó a nosotros.
—¡Victor! —Habló una reconocida voz.
Frente a nosotros, impidiendo el paso de cualquiera se encontraban nada más y nada menos que los famosos Miracle, y a su lado otro chico de apariencia "Similar", quiero decir, los cuatro vestían ropa casual pero elegante, con accesorios evidentemente costosos y en su rostro el mismo gesto de pocos amigos.
—Dash —Respondió del mismo modo nuestro acompañante.
El nombrado anteriormente, hizo un movimiento de cabeza indicando que lo siguiera y se fue, no sin antes darme un vistazo de arriba abajo. Sin decir nada, Victor se alejó siguiéndolos.
—¿Que relación tiene Víctor con la élite? —Preguntó Mindy frunciendo el ceño.
—¿La élite? —Cuestioné con tono burlón. ¿En serio les llamaban así? Pensé que Mindy solo bromeaba con lo que me contó esta mañana en la cafetería.
—Si, Los Miracle, el gran grupo élite, los llaman así porque si pudiste darte cuenta ellos gozan de privilegios que otros no, ya que ocupan un estrato superior en la sociedad de este pueblo —Respondió Owen con cierta rabia en su voz, —Pero para mí son idiotas comunes.
—¿No te caen bien cierto? —Concluí al notar la molestia en sus palabras.
—Se sientes los Dioses del lugar— Continuó hablando Axel.
Solo asentí asimilando la situación.
—No es que pueda culparlos — Comentó Mindy con aire soñador y una sonrisita burlona, —Son irreal mente atractivos, pero no te acerques a ellos, se dice que no tienen alma.
Sonreí ante su comentario.
Axel rodó los ojos y Owen bufó, creo que definitivamente odian a la famosa "Élite". La función por fin comenzó, y de Víctor ni sus luces, creí que se nos uniría en algún punto de la noche pero no fue así, incluso en la salida brillaba por su ausencia.
—¿Donde estará Víctor? —Preguntó Owen extrañado mientras caminábamos fuera del teatro.
—Allá —Informó Mindy apuntando del otro lado de la calle.
Levanté la vista hacia donde señalaba y efectivamente, Víctor se encontraba junto a esos chicos, tenían diferentes autos aparcados a lo largo de la calle mientras bebían y festejaban animadamente, como si el sitio les perteneciera y nadie se atreviera a decirles una sola palabra.
—Iré hablar con él —Informó Owen caminando hacia ellos.
—No, mala idea —Razonó Mindy tratando de detenerlo.
Pero fue inutil, ya que él y Alex iban a medio camino.
—¿Vamos? —Pregunté no sabiendo que más hacer.
Mindy pegó una mano a su frente y negó, —Esto es una mala idea.
—¿Victor que haces con estos? — Escuché como hablaba Owen una vez que llegamos junto a ellos.
Todos clavaron su vista en nosotros, me retorcí incomoda ante sus miradas de superioridad.
—¿Estos? — Habló uno de ellos en tono burlon, —¿El panadero mediocre acaba de llamarnos, estos?
—No estoy hablando contigo Draven—Se defendió el rubio.
—¿Quién te crees para hablarme así imbecil? — Escupió molesto Draven dándole un fuerte empujón.
Retrocedí unos cuantos pasos alarmada, no quería formar parte de una pelea, mi madre enloquecería. Literalmente acabo de llegar a este pueblo, no quiero problemas y menos por una pelea de chicos.
—Calmate ya Draven — Habló Dash de manera calmada, — Víctor controla a tu amigo si no quiere tener problemas.
Dicho esto se montaron cada uno en sus lujosos autos y se fueron del lugar, dejándonos confundidos y sorprendidos, o bueno, por lo menos a mi si.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro