"Jade como las hojas de un árbol frondoso"

Christopher cargó a Annelisse para llegar rápidamente al castillo, no sin antes despedirse de la manada de hombres lobo, sin duda alguna, jamás habría imaginado que crearía una alianza con seres tan opuestos, que consideraba rivales, a pesar de nunca haber tenido un verdadero conflicto con ellos. 

Annelisse estaba inquieta, su corazón latía frenéticamente en su pecho, a la expectativa de lo que podría suceder. Se sentía demasiado osada con sus pedidos, estaba segura que Christopher lo negaría, y las posibilidades parecían disminuir con cada paso que daban hacia el castillo, el rostro impávido de Christopher no la tranquilizó en absoluto. 

El silencio se hacía cada vez más espeso. 

En cuanto la enorme puerta de entrada se abrió Celic salió pavoneándose con cierto regocijo en su mirada, el felino maulló suavemente y soltó: — ¡Niña molesta, has vuelto! —los ojos del gato vagaron por su cuerpo, sobre el andrajoso vestido que llevó durante días. — ¡Y además, luces terrible! 

Annelisse lo fulminó con la mirada y luego bajó la mirada al vestido, estaba horroroso, desgastado y sucio, se veía terrible... No logró imaginar como estaría su rostro, cubierto de mugre y demás suciedad.  

Sin embargo, cuando abrió sus labios para responderle a Celic, su mirada se enfocó en Christopher y en la sombra  lúgubre que parecía rodearlo. 

  — Christopher —susurró ella mientras se acercó con cautela. Extrañamente, sentía que el hombre que estaba ante ella no parecía el mismo que la había salvado de las garras del mal hace poco.

  — Mi linaje familiar descendía de la realeza—comenzó él a la vez que tomó su mano y la guió por el pasillo hacia sus aposentos, Annelisse tomó una respiración profunda cuando sus dedos se entrelazaron. — No era un reino muy grande, pero sí prospero, mi hermano mayor heredaría la corona pero... Su codicia nos llevó a la perdición. 

Cuando aquellas palabras dejaron su boca, la tristeza se apoderó de sus facciones y Christopher tomó una temblorosa respiración profunda antes de continuar. Él comenzó a hablar, su voz profunda la llevó a imaginar lo sucedido. 

  —  Stephan Jakov quería más que la corona, las riquezas... Estaba involucrado en las artes oscuras y se relacionó con una mujer, ella lo guió en la oscuridad y...

  — Era un vampiro —adivinó Annelisse, claramente no había otra explicación. No podía creerlo. 

  — Exactamente —concedió Christopher y tomó su mano para depositar un beso en el dorso —. Mi hermano fue seducido más por la idea de la inmortalidad que por la belleza de aquella mujer y ella lo convirtió. 

¿Quién no querría ser inmortal si le da la posibilidad? Sobretodo, si heredaría el reino, un legado familiar. Annelisse sentía en su corazón que no podía culpar por completo al hermano de Christopher, Stephan Jakov, seguramente el codicioso de su padre habría hecho lo mismo. 

Además, de haber sido de otra forma, ella y Christopher no se hubieran conocido.

Ella sacudió la cabeza, la simple idea era impensable.

— Pero, resultó que aquella femina tenía un compañero de sangre, quién estuvo furioso cuando se enteró de lo ocurrido y decidió acabar con las personas cercanas de aquel que robó a su compañera... La mujer de mi hermano y su hija recién nacida fueron asesinadas cruelmente, luego mis padres y... — paró de repente, ahogando un sonido desgarrador en su garganta —Decidió dejarme con vida, me convirtió.

Para cuando el silencio sepulcral regresó, las lágrimas no derramadas nadaban en los ojos grisaceos de Annelisse. Tanta maldad y oscuridad que para ella era desconocida ¿Cómo podría alguien asesinar a un inocente? Ella no logró comprenderlo.

— ¿Y tu hermano? —preguntó la joven con un nudo en la garganta.

— Se marchó. Aquella bestia lo dejó con vida para que sufriera la pérdida y la soledad. Los pocos sirvientes que has conocido son lo que quedó de alquel reino tras la tragedia, fue una noche espantosa, todo un clan de vampiros atacó bajo las ordenes de ese maldito... Cuando aprendí a defenderme, más o menos, cincuenta años más tarde de mi transformación... Lo busqué, lo encontré y lo asesiné, con ayuda de mi hermano, a quién no he visto desde entonces.

Pérdida.

Soledad.

Tragedia.

Esas palabras se grabaron con fuego en la mente de Annelisse. Su corazón se comprimió al imaginar el dolor que le causó todo eso a Christopher... Por alguna razón, sentía que su suplicio también le afectaba, profundamente, como un dolor hueco en aquel organo palpitante.

Ella alzó la mirada y encontró sus ojos zafiros cargados en tristeza, ni un rastro de aquella tonalidad ambarina que tomaban cuando el vampiro tenía sed o experimentaba emociones fuertes. Annelisse dejó que sus ojos vagaran con la facciones que había aprendido a amar con el transcurso de los días y sin dudarlo, lo besó.

Nunca imaginó que llegaría el día en que tomara la iniciativa, pero así fue, un beso cargado de ansiendad y deseo, con roces necesitados. Christopher tomó su rostro entre sus manos y la apartó, acariciando sus mejillas, por las que ahora surcaban lágrimas saladas.

— No puedo convertirte —soltó el vampiro con convicción, limpiando las sonrojadas mejillas de la joven. — Eso sería arrastrarte en mi castigo, este es mi infierno, no el tuyo.

Ella negó rotundamente con la cabeza.

— Quiero compartir tus penas, sé que moriré, en algún momento, tal vez mañana, tal vez en años... Pero no quiero que sea así, no quiero apartarme de tu lado y aunque mi corazón deje de latir, sé que no dejará de amarte.

Los ojos del vampiro se abriron de par en par, las palabras de la joven paralizaron sus pensamiento coherentes y solo se enfocó en una en partircular, aquella que describía ese bellísimo sentimiento que solía ser narrado con desesperación y exquisitez en los libros.

Algo que pensó jamás hallaría en la pénumbra del mundo, como un resplandor fugaz en la oscuridad.

— Mi corazón dejó de latir hace muchísimo tiempo, pero aveces creo escuchar de nuevo su retumbar, aunque sea solo mi imaginación y esté perdiendo mis cabales, sé que me siento vivo porque estás aquí y no puedo negar que el sentimiento es mutuo. Mi  oscuro corazón jamás latira de nuevo, pero siempre podrá amarte.

Las mejillas de la joven se tiñeron se rojo y bajó la mirada mientras sentía un aleteo profundo en su pecho, algo parecía moverse en su interior, con calidez y belleza ¿En qué momento se dejó engatusar por sus sentimientos?  No lo sabía, pero sin duda, no se arrepentía. 

Ella alejó su espeso cabello de la curvatura de su frágil cuello y le ofreció a Christopher una visión muy tentativa de su vena palpitante. Solo bastaba con una mordida y compartirle de su sangre para forzar el cambio, dejando su humanidad atrás para empezar a vivir como un ser que pertenece a las sombras.

Christopher lucía inseguro, el vampiro no quería tomar una decisión precipitada, menos aún arrancarle su vida. Seguramente, Annelisse aún deseaba ver a su familiar una última vez y eso él se lo concedería.

— Hazlo — pidió ella, su voz ronca y sin titubeos.

N/A: ¡Hola! ¡Sé que querrán matarme por dejar este capítulo hasta aquí! ¡Paciencia por favor, tardo en actualizar porque la universidad me quita tiempo! Pero, fue una capítulo hermoso ¿no? Tengo UNAS PREGUNTAS que son muy IMPORTANTES y me gustaría que por favor respondieran en los comentarios o me envíen un mensaje :3 

1) ¿Quiénes creen que serán los protagonistas del segundo libro de la trilogía? y ¿Quiénes les gustaría que fueran? ¿Algún personaje existente o uno nuevo? El título será OSCURA ADICCIÓN 7u7

2) ¿Crees que la historia está cerca del final? ¿Qué crees que ocurrira? :o

3) ¿Cuántos años tienes? Quiero concer a mis lectores :D

Eso es todo, los amo <3 Recuerden seguirme, mis redes sociales y mis otras historias están en mi pefil, entre esas EFÍMERA ETERNIDAD, una historia donde dedico capítulos y son más largos que los de Oscura Obsesión.