Los años pasaron como hojas cayendo del árbol, listo para que crezcan otras hojas más fuertes y sanas. Esto es lo que más o menos hizo crecer una nueva amistad entre esta amistad.

Osano estaba esperando en la casa de Ayano, este seguía siendo tsundere y un enojón total, pero esta vez tenía la altura de 1.80, delgado, con el cabello un poco largo pero atado en un moño blanco con pecas rojas ajustado, su uniforme bien planchado y con su bufanda igual como el moño, y en cambio a su rostro, era extremadamente firme y demasiado guapo.

En eso salió Ayano, con su coleta y pelo lacio y negro como la oscuridad, ojos serios pero lindos junto con su uniforme planchado y firme, ella no quiere usar tantos accesorios como otras chicas, ella es la única casual. Pero su belleza era extremadamente linda, bueno, para los ojos de Osano.

Osano: Te estuve esperando dos minutos, esta vez es tu tiempo récord -dijo serio y un poco molesto-

Ayano: No entiendo, ¿debo siempre salir apenas llegues aquí? -dijo en un tono serio-

Osano: Recuerda que tus padres salieron de Japón hace unas semanas, y me dejaron a tu cuidado y más por qué tu padre de seguro me mata -dijo en un tono llorón-

Ayano solo rodó los ojos y apenas cerrando la puerta de su casa, Osano la llevo a rastras a la calle para ir a la Academia. No es que llegarán tarde, si no que a Osano le urgía que Ayano estuviera más con el, ya que tenía la confianza de su padre y de la madre de Ayano. Aparte por qué quería protegerla en cierta manera.

Ayano sabía que el se encargaría de ella, pero aunque sabe cuidarse sola, su padre no se lo permitiría, ya que era su princesa, su reina por así decirlo, ya que hay muchas veces en la que la conciente demasiado. Pero en cierta forma a Ayano le gustaba pasar el tiempo con Osano, pues fue su único amigo, aparte de Osana.

Osano era la única cosa que protege hasta hoy, ya que aunque no lo exprese, muy a fondo lo adoraba por ser su mejor amigo. Pero ella sabía que no podía sentir amor aunque ella lo intentaba. Fingir no le daba bien, así que no tenía nada más que decir y solo ser seria, cómo todos.

Y así llegaron a Academia, la escuela más prestigiosa de la ciudad, pero para los más antigüos era un lugar peligroso por qué, en un año, un asesino mató a unas compañeras de Academi, y otras se alejaron de un chico, pero es otro tema...

Osano: Ah, al fin llegamos, sabes, ahora los maestros empezaron a traer líderes para los clubs que añadieron el mes pasado, ¿Nos unimos a uno? -dijo emocionado-

Ayano: Seguro, pero ¿qué podemos escoger? -dijo un poco seca-

Osano: Que te parece si en el receso podemos checar cada uno de los clubes, y si no alcanzamos podemos tomar la hora extra para terminar de verlos todos -dijo mostrando una sonrisa-

Ayano: No suena mal, está bien Osano -dijo seria aunque Osano sabía que estaba un poco feliz-

No tardaron en ir a observar el club de cocina ya remodelado y muy rosado al parecer, ya que las maestras querían que se viera más alegre y eso ocurrió, pintarlo de rosa, pero el club no estaba solo la cocina bien acomodada ni rosada, si no que en él, estaba el líder del club de cocina... Amao.

Amao: Oh bienvenidos, ¿Se interesan por el club? -dijo muy alegre-

Ayano: Mi amigo y yo estamos observando, ¿No te molesta?

Amao: No se preocupen, vean lo que sea ^^ -pero al ver a Ayano, queda impresionado por su belleza-

Osano nota la mirada sobre Ayano, y este solo la abraza poniendo su brazo alrededor de su cuello, intentando alejarlo de Ayano.

Osano: Pues que lugar tan más espacioso, deberías hacer la cocina más grande jeje -dijo un poco molesto-

Amao: Oh, lo pensaré, ¿Quieren probar un postre? -dijo amablemente-

Ayano: Me gustaría, ¿que es ese pastel? -señalo un pastel en la cual estaba perfectamente decorado-

Amao: Oh es mi pastel de frambuesa, lo hice hace unas horas, prueben, ¡está delicioso!

Osano y Ayano se miraron entre si, y entonces probaron ambos un pedazo pequeño de pastel, a Osano se le brillaron los ojos, en cambio a Ayano no le gustó para nada el sabor, algo demasiado extraño.

Ayano: No me gustó... Tiene demasiada azúcar, el pan es demasiado duro para mí... -dijo seria aunque sonó un poco cruel-

Osano sintió eso, aunque lo molesto un poco en su interior se reía para poner en su lugar a ese cocinero que intentó coquetearla, pero... ¿Por qué se sentía así? No entendía nada, pero aún así siguió observando.

Amao quedó un poco impresionado, ya que este se ganaba ese premio por el mejor pastel, pero ¿Por qué a ella no le gustó? ¿Puso demasiada confianza en eso? Este es un caso extraño, pero eso no lo hizo caer.

Amao: Entonces me esforzaré para hacerte un platillo mejor, me gustan las opiniones acerca de mis postres, ¿te gustaría ser mi crítica personal? -dijo feliz-

Osano se impresionó y fulminó con la mirada a aquel cocinero con ojos menta bastante tierno y empalagoso. Pero lo que más le sorprendió es que Ayano aceptara.

Osano: (¿Qué trama esa tonta?).

Ayano: Bien seré tu crítica, veré qué tan bueno eres preparando postres, además, me gusta el pastel de fresas y chocolate.

Osano le brillaron los ojos, ese también era su pastel favorito, Osano quería aprender a utilizar eso contra a ese infeliz que intentaba coquetear con Ayano, ¿Estaba celoso? ¿Quizás algo egoísta? Todo... ¿Por Ayano?