Comenzamos con pequeños quejidos de un pequeño niño, el cual forcejeaba con una fuerza invisible que solo existía en su cabeza, creando aventuras infinitas, para poder divertirse y realizar sus sueños sin necesidad de viajar a cualquier lugar. Entre la corrida otro pequeño se le atravesó y ambos niños terminaron de manera estrepitosa en el duro suelo, sintiendo entre sus pieles y rodillas talladas la tierra húmeda y el pasto semi-arrancado.

Los ojitos del niño más bajo se humedecieron rápidamente y las lágrimas comenzaron a caer sobre sus pómulos regordetes. El pequeño de piel acanelada estuvo a punto de gritarle pequeños insultos por cursarse en su camino, pero al ver el llanto silencio del pequeño toda la furia que sentía en su cuerpecito terminó siendo reemplazada por preocupación.

Se acercó, intentó llamar su atención, tomó una flor del suelo y se la dió, le ofrecía su pequeña pelota de bolsillo, y sus canicas también, pero nada llamaba la atención del chiquillo. ¿Cómo podría Taehyung detener el llanto del niño desconocido? Sin saber que hacer, y desesperado, abrazó al niño de mejillas regordetas hasta que su llanto cesó.

Cuando ambos pequeños se hubieron calmado, sus cuerpos se separaron un poco y miraron a los ojos con una sonrisa.

-Lo siento... Creo que en realidad fue mi culpa que ambos terminaramos en el suelo.

Comentó Taehyung, pero acto seguido el chiquillo contrario, con una voz aguda, suave y serena le volvió a contestar:

-No te preocupes, mi nombre es Jimin, un gusto -sonrió.

-El mío es Taehyung, el gusto es mío -respondió con una sonrisa cuadrada.

Dieron una pequeña charla entre sí, y al pasar el rato se levantaron para correr jugueteando tras de sí.

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Con el pasar de los años, los niños fueron creciendo juntos, comenzando con pequeños avistamientos en el parque, hasta luego a ser amigos e incluso quedarse en casa del otro.

Corrían, jugueteando, hacían bromas, y disfrutaban de la adrenalina y la diversión de que no los fueran a atrapar.

-¡Corre! ¡El señor Jung está detrás de nosotros!

-¡Eso hago!

Iban corriendo uno tras otro, huyendo del vecino del más alto después de que se brincaran a sacar una pelota del patio del señor. Mientras jugaban dentro del patio del pequeño Taehyung, se voló al patio del vecino, emprendiendo sus mentes creativas e infantiles formando una aventura de escaladores y rescatistas, pero cuando el señor Jung iba a salir a tomar el aire alcanzó a verlos brincando de de nuevo la barda, pensando que se habían robado algo

Corrieron y corrieron hasta llegar al parque a unas cuadras de la casa, perdiendo la vista del joven mayor. Taehyung detuvo sus piernitas y riéndose, en cambio su compañero se encorvó respirando agitadamente sujetándose de sus rodillas. Taehyung lo llamó, pero al obtener respuesta lo volteó a ver, viendo que si amigo estaba rojo, y preocupado sacó de su mochilita una pequeña botella de agua ofreciéndosela al más bajo.

-Perdón... -murmuró.

-No te preocupes -se irguió de nuevo el cachetón y le sonrió cerrando sus ojitos en pequeñas rendijas, provocando un sentimiento cálido y desconocido en el menor.

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Dos pequeños, uno bajito pelinegro, y otro más alto y castaño se encontraban jugando con las canicas, uno había apostado sus dos canicas, pero pasando los minutos iba ganando el más bajito, por lo que cuando ganó las últimas canicas que quedaban le preguntó a su compañero.

-¿Y ahora con que me vas a pagar? -preguntó con sonrisa burlona mostrando su diente chueco.

-Uhmm... Yo... -Taehyung se quedó nervioso y estático, no tenía ni dulces ni canicas así que se le ocurrió una idea.

Se acercó a un confuso Jimin, y depositó sus labios con forma de poquito en una de las mejillas regordetas del mayor.

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Ambos fueron a una biblioteca a usar una computadora, estaban buscando respuestas para la tarea de ambos, y el internet, siendo la fuente más rápida d e información, decidieron buscar en las páginas aquellas, pero un pequeño cuadrito en una esquina los invitó a entrar, confundidos e invadidos por la curiosidad se miraron a los ojos y dieron clic en el cuadrito mandándolos a una página que ellos no conocían su existencia.

Los ojos de los pequeños iban viendo aquellos videos que extraños parecían para sus inocentes mentes, viendo como su "lapicito" entraba en lugares "sucios" de otras personas.

Hasta que llegó la bibliotecaria a ayudarles a los pequeños, y les cerró la página asustada dejando aún más confundidos a los pequeños. Quien les ayudó a terminar la tarea, pero con las nuevas dudas de los chiquillos evitandolas para no responderlas.

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Pasaron los años, ya ambos iban a la preparatoria siendo que estudiaban juntos en la misma. Taehyung se presentó como Alfa a la edad de 14 años, en cambio Jimin tardó hasta los 15 para presentarse resultando un Omega de buen cuerpo y carismática sonrisa. Taehyung siempre se embobaba al verlo, pero al ser mejores amigos fingía demencia y no decía nada. Pero aun así el veía a Jimin como su obra de arte preferida.

Siempre que algún Beta u otro Alfa fuera tras Jimin, reinaba gruñendo a aquél. Nuestro cachetón personaje creía que su amigo solamente era muy sobreprotector pero la realidad era otra, su mejor amigo se había enamorado de él.

Jimin siempre sacaba buenas calificaciones, el Omega favorito de los estudiantes, y la envidia de los y las Omegas, y el amor eterno del Alfa de su amigo más cercano.

Sin embargo, Taehyung temía quedar en la friendzone y que este dejara de ser su amigo. No quería ser el responsable de que terminara una amistad de 10 años.

Hizo varios intentos, desde cartas, notas, regalos secretos, incluso lo intentó de frente, y debido a que él estaba en el club de actuación, Jimin nunca lo entendió como algo serio, y creyó que su mejor amigo quería combatir los nervios y ensayar un poco de manera improvisada.

Eso poco a poco rompía el corazón de nuestro protagonista de piel acanelada.

Un día a Jimin se le declaró un alfa demasiado guapo y atractivo, de una estatura parecida a la de Taehyung, menor que ambos, piel pálida, labios rojizos, cabello levemente largo y ondulado color negro, ojos serios de tono oscuro, en su mayor parte de outfit usaba ropa negra, a excepción de sus zapatos, que eran botas de estilo militar. Era demasiado musculoso, y su voz alcanzaba tonos increíbles. Cualquiera pensaría que Jimin se había ganado la lotería.

En el momento que se le declararon, Tae estaba sentado en la misma banca que Jimin a un lado, escuchando y observando todo, ahogando sus gruñidos desde su alfa interno al ver la sonrisa de su ser más amado, el sonrojo, y el brillo de sus ojos. Taehyung apretó la banca con ambas manos sintiendo la impotencia desde su más profundo ser, desviando la mirada. Si levantó abruptamente sin importarle que ambos (Omega y Alfa) lo miraran raros y confundidos, alejándose de ahí sin decir palabra alguna.

Jungkook estuvo a punto de seguir con su cortejo, pero Jimin se despidió amablemente, y preocupado fue detrás de su amigo de la infancia. Lo buscó en la biblioteca, en el aula, en los baños e incluso en la sala de actuación, pero no lo encontraba, parecía haberse esfumado. Solo faltaba revisar la zona de construcción, dónde estaban construyendo nuevas aulas para las próximas generaciones, pero Jimin era muy miedoso.

Respiró hondo y se acercó al edificio, entró y siguió buscando hasta que escuchó un llanto grave, se tapó con ambas manos su boca ahogando un grito; estaba muy asustado. Respiró hondo, cerró sus ojos y se tranquilizó un poco. Se acercó a averiguar el origen, pero al ver quién lloraba su pánico se esfumó, siendo reemplazada por preocupación.

Quien se encontraba ahí escondido, limpiando sus lágrimas hecho bolita era nadamás que Taehyung, su alfa.

Jimin se puso de rodillas en silencio, y tomó el rostro contrario con ambas manos.

-¿Porqué lloras Te-Te? No debes de llorar, te hace ve feo.

-No es importante -contestó con voz ronca desviando la mirada.

Jimin no seguro de aquello, volvió a tomar su rostro y besó su frente.

-No te preocupes, puedes confiar en mí.

-Pero... Tú eres por quién lloro. Porque tú serás el Omega de Jungkook, y mío no... Perdón por haberme enamorado, perdón por no haberlo dicho, perdón por ser tonto y patético y no un buen alfa para haberte conquistado.

Jimin no respondió, solo sonrió achinados más sus ojos brillosos, y conectó ambas bocas en un delicado beso.

Limpiando con sus pulgares las lágrimas contrarias y marcando un ritmo lento en aquél beso siguieron enfrascándose en su mundo.

Al separarse Jimin murmuró.

-Feliz 14 de Febrero, alfa mío.

Y al recordar la fecha, Taehyung abrió sus ojos de par en par asustado, no sé acordaba de la fecha y los tonos rojizos se le subieron a la cabeza. Abrió su boca a punto de excusarse, pero Jimin lo interrumpió.

-Te amo, y no me quedaré con Jungkook, yo ya había elegido a mi alfa mucho antes, y ese eres tú.

Instintivamente cerró sus labios aún confundido, pero el más bajito volvió a conectar sus bocas en otro suave beso.