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Capítulo 4

Patrick esperaba un tanto impaciente a Audrey, se movía de un lado a otro con nerviosismo, y es que no era conveniente que alguien más se hiciera amigo de la hija de Aurora.

—Lamento la tardanza—apareció Audrey, Patrick se sobre saltó un poco—. Estaba ocupada con algo—explicó.

—¿Interrumpí algo importante?—preguntó Patrick.

—No, solo leía un libro de historia—contestó Audrey—. ¿Para que me buscabas?—cuestionó.

—Queria invitarte a cenar a mi casa—respondió el chico.

—¿Hoy?—preguntó Audrey, Patrick asintió—. Debo pedirle permiso a mi abuela.

—Ya hablé con ella—dijo Patrick muy sonriente.

—Supongo que te veo luego—dijo Audrey con cortesía más que nada.

—Bien, iré a arreglar todo—Patrick se despidió de Audrey.

Audrey comenzó a caminar molesta no le gustaba que su abuela decidiera por ella, y aunque Patrick le caía muy bien no tenía muchas ganas de ganar con él, ya que quería enfocarse en ensayar las rutinas que Jane había  dejado.

Caminó hacia su casa un poco molesta y sin ganas de cruzarse con alguien más, llegó a casa y a la primera persona que vio fue a su abuela pensó en no reclamarle, sin embargo, no pudo evitar exigir una explicación.

—¿Desde cuándo decides mi vida?—preguntó con enojo.

—Audrey, querida—dijo Leah—. ¿Sucede algo?—preguntó sorprendida.

—No quiero que decidas mi vida—respondió Audrey.

—Chiquita, no se a que te refieres—Leah parecía no entender nada.

—Le dijiste a Patrick que iría a cenar a su casa, y la verdad es que yo no quería ir—dijo Audrey.

—A ver querida, Patrick es tu amigo me parece bien que vayas a cenar con él—dijo Leah con calma—. Y recuerda que nos conviene que se interese en ti.

—Pero Abuela...

—Pero nada, si tú no hubieses dejado que Mal se interpusiera en tu vida no tendría que armar este tipo de cosas—el enfado de Leah se hizo presente—. Irás a cenar con Patrick porque es lo mejor para ti y esta familia—afirmó.

Audrey se vio incapacitada de refutar aquella desición que su abuela había tomado, por lo que no tuvo más opción que subir con resignación a su habitación dejó su bolso en la silla y se tumbó en la cama a llorar.

—Señorita Audrey—la voz de Petra se escuchaba tras la puerta—. Tiene visita—informó.

—¿Acaso no se puede llorar tranquila en esta casa?—susurró—. ¿Quién es? Y ¿Qué quiere?—preguntó levantándose de su cama.

—El joven Chad—respondió la mujer—. Dice que es urgente.

—¿Chad?—preguntó mientras abría la puerta.

—Si yo, Audrey ya se que me dejaste encerrado y que casi me matas a mí y bueno a todo el pueblo...

—¿Qué quieres?—cuestionó Audrey.

—Tus apuntes de química—respondió Chad.

—Chad, tú detestas química—dijo Audrey.

—Pero quiero estudiar, por favor Audrey si que si—Chad se arrodilló.

—Esta bien, pero levántate me da un poco de miedo verte asi—dijo Audrey.

Audrey sacó su bolso para buscar su cuaderno de química cuando lo sacó una flor cayó al suelo era una orquídea de color lila.

—Ten—le dio el cuaderno a Chad.

—Audrey eres la mejor, bueno en realidad no tanto, pero muchas gracias—Chad salió rápidamente.

Audrey recogió aquella orquídea le parecía muy raro que estuviese entre sus cosas, pues ella no recordaba haberla puesto allí, sin dudas era un regalo de parte de alguien, pero de ¿Quién? Por ahora eso no importaba, lo que realmente importaba era el hecho de que ese simple gesto la había  le sacaba sonrisas verdaderas.

✨✨✨

Harry llego a su habitación un poco cansado porque caminó demasiado rápido, pero también estaba un poco confundido no podía negar que algo le pasaba cuando estaba cerca de Audrey, sin embargo, no podía descifrar que.

—Harry—su amigo Gil le habló—. ¿Qué tal la práctica?—preguntó.

—Jay, quiere que te integres al equipo porque Carlos está encargado del refugio de perros—contestó Harry.

—¿Y por qué yo?—preguntó Gil.

—Porque eres un pirata, y los piratas somos geniales—contestó Harry para que su amigo tuviese más confianza en si mismo.

—Genial—dijo Gil alegremente—. Me pondré a ejercitar.

Gil salió hasta el gimnasio, Harry se quedó en la habitación al fin podía descansar y pensar en si Audrey había visto aquella flor que él le había dejado entre sus cosas.

—Harry, Gil ¿Están?—Era Uma.

—Si—gritó Harry—. Pasa

Uma entró en la habitación—¿Y Gil?— preguntó.

—Fue al gimnasio—contestó Harry—. ¿Qué haces aquí?—preguntó.

—Estaba aburrida, Evie tenía una cita de celebración de aniversario con Doug, y Mal tenía reunión con el hada madrina—contestó Uma con aburrimiento.

—Asi que estás aburrida—dijo Harry, Uma asintió—.¿Qué tal si hacemos algo para divertirnos?—preguntó.

—Escuché que hay una cena en la casa de Patrick ¿Podríamos hacer una aparición?—preguntó Uma y Harry estuvo de acuerdo.

Planearon lo que sería su gran aparición en aquella cena obviamente tuvieron que descartar ciertas cosas para no herir a nadie. Pusieron en una bolsa unas bombas de humo, un poco de pintura y máscaras para causar un poco de terror.

Salieron de la habitación de Harry y para su mala suerte se encontraron con Chad.

—¿Dónde van a esta hora?—preguntó Chad.

—Por ahí—contestó Harry.

—Tenemos que arreglar ciertas cosas—dijo Uma, pero una de las máscaras se cayó al suelo.

—¿Irán a una fiesta de disfraces?—preguntó Chad—. ¿Puedo ir?

—No,no y no—respondió Harry.

—Deja que vaya puede servir—intervino Uma.

—¿Servir para qué?—preguntó el pequeño Garfio.

—Es un príncipe será más fácil entrar—susurró Uma.

—Esta bien Chad, puedes ir—dijo Harry, Chad dio un pequeño salto.

—Iré por un disfraz—dijo, pero antes de que saliera Uma le agarró el brazo lo que provocó un momento algo incómodo entre ambos.

—No es necesario tenemos una máscara de más—dijo Uma.

—Bueno, bueno, bueno seguirán agarrados de las manos o nos vamos ya—dijo Harry.

Uma se separó rápidamente de Chad y comenzó a caminar los chicos la siguieron.

✨✨✨

Audrey se terminó de vestir con un vestido rosa con terminados azules que le había comprado su abuela.

—Señorita Audrey, el joven Patrick la espera abajo—informó Petra.

—En seguida bajo—dijo Audrey.

Arregló su cabello en una trenza que quiso decorar con aquella orquídea tan linda que le había dejado. Bajó a la sala donde un elegante Patrick la esperaba.

—¿Qué llevas en el pelo?—preguntó la abuela.

—Un accesorio—contestó Audrey—. Hola Patrick.

—Audrey, te ves bella—halagó Patrick—. Si nos disculpa reina Leah nos iremos.

—No traigas a mi nieta muy tarde—dijo Leah.

Ambos salieron rumbo a la casa de Patrick.

—Invité a los chicos—dijo Patrick.

—¿Qué chicos?—preguntó Audrey intrigada.

—Josselyn y Alan—contestó—. Son mis amigos y quiero que los conozcas más—agregó.

Audrey asintió cuando llegaron a la casa los otros chicos ya se encontraban allí bebiendo un poco de jugo, se saludaron de forma cordial.

—Nuestra compañera de porrismo—dijo con entusiasmo Alan.

—La mejor porrista de Auradon—halagó Josselyn algo que le pareció muy extraño a Audrey.

—La cena está servida—informó Lucas el empleado.

Los cuatro chicos se sentaron a comer, pero de pronto un golpe fuerte hizo que se levantarán de sus asientos.

—¿Qué fue eso?—preguntó Alan.

—No lo sé—respondió Patrick—. Iré a avisarles a los empleados.

Pasaron diez minutos, y está vez las luces comenzaron a parpadear lentamente, tres sombras podían divisar se en el umbral de la puerta.

—¿Quiénes son?—preguntó Patrick con miedo.

—Cha...—un codazo golpeó su estómago—. Tu peor pesadilla—respondió la voz.

En ese instante la luz se apagó de golpe, y Audrey salió corriendo de la casa.

—¡Audrey!—gritó alguien y salió corriendo.

Audrey corría y corría a toda prisa quería llegar lo más rápido posible a su casa.

—¡Audrey!—volvió a gritar el chico está vez pudo alcanzarla y tomó su brazo.

—¿Quién eres?—gritó Audrey.

—Soy yo Harry, lo siento—contestó el chico.

—¿Harry? Eres un tonto—dijo Audrey.

—Solo queríamos divertirnos ¿Por que saliste corriendo?—preguntó.

—Le tengo pánico a la oscuridad—contestó Audrey.

—No lo sabía—Harry rió.

—¿Por qué te ríes?—preguntó Audrey con enojo.

—Dices que le tienes pánico a la oscuridad, pero estamos aquí en medio del bosque y es de noche—contestó Harry.

—Cuando era pequeña mi abuela me encerraba en el armario, sin nada de luz solo oscuridad—contó Audrey—. Aquí por lo menos está la luz de la luna—Audrey comenzó a caminar.

—Tu abuela parece un monstruo—dijo Harry—. Y yo creía que el mío lo era.

—Lo es—dijo Audrey—. Por cierto, ¿Máscara de payaso?—preguntó mirando la máscara que Harry aún llevaba en sus manos.

—Fue lo único que se nos ocurrió—contestó Harry.

—¿Y por qué la broma?—cuestionó Audrey.

—Solo por diversión—respondió Harry—. Por cierto lamento haberte asustado tanto—se disculpó.

—No hay problema—dijo Harry.

Ambos siguieron conversando de la broma y de como estarían los chicos dentro de la casa de Patrick.

✨✨✨

—Ustedes casi nos matan del susto—acusó Patrick.

—Pero no lo hicimos—dijo Chad.

—Creo que deberíamos llamar al hada madrina—interrumpió Josselyn.

—¡No!—exclamó Uma—. Solo queríamos asustarlos un poco—dijo.

—Hay que admitir que fue una gran broma—intervino Alan.

—No me parece graciosa—Patrick se veía completamente enojado.

—Llamaré al hada madrina—Josselyn sacó su teléfono.

—No, vamos chicos ellos ya se iban—intervino Alan.

—Si ya nos vamos—Uma agarró del brazo a Chad y salieron de la casa de Patrick.

Los dos corrieron hasta que tropezaron con unas ramas que estaban en el suelo lo que los hizo caer estrepitosamente.

—Chad ¿Estás bien?—preguntó Uma arreglando su ropa.

—Si—respondió el rubio.

—¿Por qué siempre tengo que salvarte?—preguntó la hija de Úrsula con enojo.

—Porque soy encantador—Chad sonrió.

—¿Encantador?—Uma rió—. Eres muy divertido.

—Lo sé tú también lo eres—dijo Chad.

Uma sonrió nunca antes había recibido un halago por parte de un chico que no fuera ni Gil ni Harry a quienes consideraba como sus hermanos.

—¿Y Harry?—preguntó Uma al recordar a su amigo.

—No te preocupes por él mejor hablemos—contestó Chad.

—¿De qué?—preguntó Uma.

—De lo que sea de ti por ejemplo—contestó Chad.

—Sabes tengo sueño—dijo Uma y se dio la vuelta para irse.

—¿Por qué no quieres que te conozca?—preguntó Chad—Me interesas Uma—afirmó.

✨✨✨

Por otro lado Audrey y Harry seguían platicando ahora de lo bonitas que eran las estrellas de pronto el chico se giró y se dio cuenta que la pelirosa llevaba en su cabellos la orquídea que el le había regalado.

—Lindo detalle—dijo sonriendo.

—Gracias—dijo Audrey—. Alguien la puso en mi bolso y me pareció un lindo detalle usarla—explicó.

—¿Te gustan?—preguntó Harry.

—Toda mi vida me han regalado flores, pero nunca orquídeas y creo que son muy especiales—Audrey sonrió.

—Como tú—dijo Harry.

—No tengo nada especial—dijo Audrey.

—Para mi si—confesó Harry.

En ese momento todo se tornó diferente, una atmósfera de ensueño se cayó sobre ambos.

—Harry...—Audrey se calló un instante—. Eres muy especial—le brindó una cálida sonrisa.

—Gracias—susurró el chico.

—Se está haciendo tarde debo volver a casa—dijo Audrey.

—Te acompañaré—Harry se levantó y ambos comenzaron a caminar.

Fue una caminata cargada de pensamientos por parte de ambos donde comenzaban a nacer ciertos sentimientos que podían llegar a ser abrumadores para ambos.

—Creo que debes entrar—dijo Harry.

—Si, gracias Harry—le dio un beso en la mejilla.

Audrey entró a su casa y Harry se fue esta vez estaba convencido de que Audrey le gustaba un poco.

✨✨✨

—No encontré a Audrey por ninguna parte—dijo Patrick con molestia.

—¿Cómo pierdes a esa princesa?—preguntó Josselyn.

—No la perdí, ella salió corriendo cuando fue el apagón—respondió el chico.

Patrick daba vueltas y vueltas pensando en alguna idea para disculparse con Leah por no acompañar a Audrey hasta su casa.

—Un vigilante me dijo que vio a Audrey entrar a su casa—informó Alan.

—Mañana me disculparé con ella—dijo Patrick—. Pero esos chicos me las pagaran—aseguró.

—De eso estamos seguro—afirmó Josselyn.

✨✨✨✨✨✨✨


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