Dos semanas después.

Audrey estuvo trabajando en su campaña para formar un nuevo consejo escolar que diera cabida a todos los estudiantes sin distinciones algunas, Alan ha sido de mucha ayuda y gracias a él varios alumnos han decidido unirse a la pelirrosa formando un nuevo escuadrón.

—¿Qué tal si realizamos una reunión? —preguntó Alan—. Somos demasiados y creo que debemos organizarnos—explicó.

—Si, tienes razón—respondió Audrey—. ¿Pero dónde? —preguntó.

—El auditorio—contestó Alan.

—No creo que Mal esté de acuerdo... Ella no ve con buenos ojos que queramos cambiar las cosas—señaló la chica.

—Ya veo—dijo Alan decepcionado.

(....)

—Audrey, ha conseguido bastante apoyo—comentó Evie.

—Si, quien lo diría—habló Jay.

—Es solo un capricho—comentó Mal mirando a la chica—. Ya luego se cansará de estar fingiendo—agregó metiendo el tenedor fuertemente en su ensalada.

—No lo se—intervino Ben—. No creo que este fingiendo, a Audrey siempre le ha gustado ayudar a otros de hecho en invierno entregabamos ayuda a los chicos de Liest—agregó con un tono nostálgico.

—¿Y qué? —preguntó Mal—. Yo también he hecho cosas admirables ataque a mi propia madre por defender a Auradon—añadió elevando la voz.

El resto de los chicos no comprendían la actitud de Mal, pero la hija de Maléfica estaba viendo a Audrey como una competencia y por la forma que Ben hablaba de ella la hacía creer que su novio aún podría sentir algo por la chica rosa, y claramente eso la llenaba de celos incontrolables.

—Me gusta ver a Audrey asi—comentó Jane y esa fue la gota que rebalsó el vaso, Mal se levantó rápidamente de la mesa que compartían.

—¡Mal! —gritó Ben no teniendo respuesta, y no le quedó más remedio que salir tras de ella.

*****

Patrick ha estado completamente desconectado del plan que lo llevó a Auradon, sólo ha estado pendiente de Hilda quien se ha convertido en alguien muy especial para él, sin embargo, Josselyn no lo ve con buenos ojos y cree que debe hacer algo para separarlos.

—Ya te dije, Patrick—dijo con molestia—. No es bueno que estés tan cerca de Hilda—agregó.

—¿Por qué? —preguntó Patrick—. Audrey ha estado muy ocupada con su campaña para formar el consejo escolar, le he dejado mil mensajes y no responde...

—Deberías estar con ella—interrumpió Josselyn—. Acompañarla como lo haría un verdadero novio.

—Ya me aburre este tema—declaró el chico—. Le diré a Audrey la verdad que solo queríamos sacarle dinero—aseguró.

—Tú no dirás nada—gritó la peli negra.

—Tú, no puedes decirme que hacer—afirmó Patrick.

—Si puedo—aseguró Josselyn—. Puedo llamar a tus padres contarles todo—sacó su celular—. A tu madre no le va a gustar que su hijo sea un mentiroso y un ladrón...

—No es necesario—Patrick le quitó el celular—. Hablaré con Audrey y me uniré a la campaña—añadió sin ánimos.

—Eso quería escuchar—Josselyn le sonrió.

Patrick se sentó frustrado sin tener que decir.

*****

—¡Mal! —gritaba Ben la chica lo ignoraba—. ¿Qué pasa? —preguntó.

—¡Déjame en paz! —exclamó la chica.

—¡Bien! —dijo en voz baja Ben retrocediendo.

Mal comenzó a caminar más rápido sin darse cuenta que chocó con Audrey, quien llevaba una caja con folletos sobre su campaña.

—¡Ten más cuidado! —gritó Mal.

—Lo siento, Mal—se disculpó Audrey—. No veía bien con la caja y tu venias demasiado rápido—explicó recogiendo sus cosas.

—Bonitos folletos—dijo Mal en un tono que desconcertó a Audrey.

Audrey solo sonrió cortésmente y lista para irse Mal la tomó del brazo.

—Se lo que tramas y no lo conseguiras—advirtió Mal.

—Solo quiero que el consejo escolar sea más justo para todos—dijo Audrey sin sentirse intimidada.

—No lograrás destruirme—Mal aún no le soltaba el brazo.

—No todo gira en torno a ti, Mal—Audrey hizo un esfuerzo para soltar su brazo del agarre.

—¿Olvidas que seré la reina? ¿Olvida que Ben me escogió a mi? —interrogó la peli morada.

—Felicidades—dijo Audrey—. Ahora tengo demasiadas cosas que hacer y no tengo tiempo para hablar contigo—Agregó comenzando a caminar dejando a Mal sola y llena de rabia.

*****

Chad no desperdiciaba ninguna oportunidad para estar cerca de su novia Uma, si bien al principio a ella le costó recibir tanta atención ahora se siente la mujer más afortunada del mundo y claramente no cambiaría por nada a ese tonto lindo que la cautivó de a poco.

Para ellos era un día especial irían a cenar a casa de Cenicienta, situación que obviamente ponía nerviosa a Uma.

—Tal vez pueda utilizar un hechizo para comportarme—dijo eligiendo unos aretes junto a Evie.

—No, Cenicienta debe ser muy amable—dijo Evie dándole un par de perlas.

—¿Y si le caigo mal? —preguntó Uma apenada.

—No lo creo eres muy divertida—contestó Evie—. Además Chad habla muy bien de ti ese chico te ama—agregó con una sonrisa.

—Si, yo también lo amo mucho—confesó Uma—. Por eso quiero hacer todo bien—añadió.

—Para eso solo tienes que ser tu misma—aconsejó Evie—. Pondré algo de color en tus labios—eligió un tono rosa suave.

La puerta sonó era Chad quien se vistió como todo un príncipe.

—¿Esta lista mi princesa? —preguntó sonriente.

—Si—contestó Uma.

Evie les deseó lo mejor y ambos chicos salieron rumbo a la cena, Chad había contratado una limosina muy elegante de color azul.

—¡Wow! —exclamó sorprendida Uma—. Cuando vayamos donde mi madre trataré de conseguir un buen equipo de buceo—dijo.

—Lo será—dijo Chad—. Las damas primero.

Ambos chicos se subieron y el camino a la mansión Charming comenzó a medida que iban acercándose el estómago de Uma parecía apretarse, Chad se dio cuenta y tomó su mano para darle seguridad. Cuando se bajaron Cenicienta estaba esperándolos con una amplia sonrisa. Uma podría estar segura que todo saldría bien.

*****

Patrick había cumplido su palabra de seguir con el plan y para eso quedó en cenar con Audrey y su abuela quien era la más feliz de que los chicos estuviesen juntos.

—Patrick, en dos meses es el cumpleaños de Audrey—comentó Lea.

—¿Prepararán una fiesta? —preguntó Patrick.

—No—contestó Lea—. Sólo sería algo íntimo entre los más cercanos.

—Si—habló Audrey.

—Cuando se comprometan celebraremos en grande... Supongo que lo harán pronto—dijo Lea.

Audrey escupió su jugo y Patrick se puso nervioso para suerte de él recibió un mensaje de Hilda pidiéndole verse así que con la escusa de que lo necesitaba su madre se retiró de la casa.

—Abuela—llamó Audrey.

—¿Qué sucede, querida? —preguntó la mujer mayor.

—¿No estarás planeando una boda? —preguntó Audrey.

—Si—contestó sin problemas—. Ya vas a cumplir 17 años es momento de que te cases y unamos nuestro patrimonio con alguien de peso—explicó.

—¿En qué siglo te quedaste? —preguntó enojada y salió a dar una vuelta necesita asimilar lo que su abuela le había dicho.

Caminaba sin rumbo fijo bajo la luz de los focos y las estrellas que iluminaban de forma tenue la ciudad, llegó a una pequeña fuente que adornada uno de los jardines se sentó comenzando a jugar con las piedras que habían en el lugar.

—Por suerte no la lanzaste con fuerza—Harry se acercó a ella con una piedra pequeña que le había caído en el pie.

—Lo siento—se disculpó.

—No me pasó nada—rió Harry—. ¿Qué haces? —preguntó.

—Solo pensaba—contestó Audrey—. Pero quisiera no hablar de eso—pidió.

—Esta bien, Gil me dijo que tu campaña va increíble—comentó.

—He recibido bastante apoyo, Alan se ha convertido en un excelente jefe de campaña—sonrió genuinamente.

—Me encantaría poder ayudarte, pero pronto será el campeonato de torney y Jay nos tiene a full entrenando—explicó Harry.

Audrey le sonrió—No te preocupes, solo vota por mi en las elecciones—rió.

—Tenlo por seguro—Harry le tomó la mano.

Audrey sintió aquel contacto y no pudo evitar sentirse nerviosa a ella le gustaba Harry, y a él le gustaba ella, sin embargo, tenían tanto en contra que arriesgarse no era una opción.

Harry retiró su mano rápidamente y también comenzó a jugar con las piedras de cierta forma para ellos era suficiente sentir al otro cerca.

—Es un poco tarde—dijo Audrey observando su reloj.

—Si, mañana tengo entrenamiento temprano—apoyó Harry.

—¿Mañana? —preguntó Audrey.

—Jay quiere que entrenemos los sábados también—se encogió de hombros—. Te acompaño a casa.

Los dos chicos comenzaron a caminar platicando de la escuela y cosas así de pronto el frio se hizo presente, Audrey tomó el brazo del chico, él la abrazó y luego de un contacto visual cargado de sentimientos se besaron.

Era un beso desesperado y esperado cargado de pasión y dulzura que los envolvió en una burbuja de amor.

—Me gustas demasiado, Audrey—confesó Harry una vez que se separaron del beso.

—También me gustas—Audrey lo besó de nuevo—. Desde que no te importó bailar conmigo aquella vez—lo abrazó.

—Recuerdo ese momento con lujo de detalles—Harry sonrió.

—¿Qué significa esto? —la voz de Mal rompió esa burbuja.

Ninguno sabía que decir y Audrey sabía perfectamente lo que Mal haría.

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