La celebración ya se estaba terminando, por lo que muchos asistentes se estaban retirando a sus respectivas casas para descansar. Si bien estaban felices por el fin de la barrera que separaba Auradon de la Isla de los perdidos,  había quienes no veían con buenos ojos la llegada de tantos villanos, y entre ellos estaba Lea, la madre de Aurora y abuela de Audrey.

—Es increíble que hayas bailado con ese chico—regañó Lea a su nieta.

—Solo fue un baile, abuela—dijo rendida la chica.

—Este mundo ya no será nuestro, será de todos ellos, y finalmente terminaremos desterrados—se quejó la mujer mayor.

—¿Olvidas que uno de ellos me salvó?—cuestionó Audrey.

—Si no hubieses hecho tonterías nadie tendría que haberte salvado—contestó Lea con molestia—Debemos buscar otra forma de conseguir que tú seas la reina.

—¿Qué? Por si no te enteraste Ben se  casará con Mal—dijo Audrey—. Además no quiero hacer nada en contra de ellos les pedí disculpas de corazón, y finalmente quiero estar con alguien que me quiera a mi—afirmó.

—Audrey, nadie podría quererte—aseguró su abuela—Entiende que aunque quieras cambiar, y hayas pedido perdón nadie confiará en ti—añadió provocando lágrimas en su nieta.

—Eso es falso, Jane ha vuelto a ser mi mejor amiga—refutó Audrey.

—Querida, es la hija de la hada madrina lleva la caridad en su sangre—le brindó una sonrisa falsa.

—Buenas noches abuela—Audrey se paró frente a su habitación y entro sin esperar respuesta alguna por parte de su abuela.

Se quitó sus zapatos para darse un leve masaje en los pies mientras hacía eso pensaba en las palabras de su abuela ¿Acaso solo eran amables con ella por lástima? ¿De verdad la habían perdonado? Ella creía que si, pero también creía que su abuela tenía razón en que debía ser reina.

—Debes hacer lo correcto—se dijo a si misma.

Se acostó en su cama y se durmió.

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Obviamente algunos asistentes seguían de fiesta entre ellos Mal y sus amigos junto a los piratas Uma, Gil y Harry quién observaba a cada chica que pasaba cerca de él.

—¿Podrías dejar de hacer eso?—preguntó Uma—Es molesto.

—Solo busco a la que será mi compañera de vida—se defendió Harry.

—Creí que ya la habías encontrado—interrumpió Gil—. La chica de traje rosa—agregó ante la mirada atenta de los demás chicos.

—¿Audrey?—preguntó Jane.

—Solo fue un baile—dijo tajantemente Harry.

En realidad había sido solo un baile, pero Harry sintió algo especial cuando observó aquellos ojos que le transmitieron ternura y encanto. Sacudió su cabeza para eliminar ese pensamiento de su mente.

—¿Estás bien?—preguntó Gil.

—Creo que solo estoy cansado—contestó Harry.

—Es un poco tarde—dijo Ben—. Te llevaré a tu habitación, por ahora ustedes—apuntó a Gil—. Se quedarán en el castillo.

Ambos chicos asintieron, Ben los condujo a su habitación que ya estaba preparada para recibir a dos residentes quienes al verla saltaron de la emoción sobre las camas tan blandas y limpias que tenían a su disposición.

—Gracias, Ben—agradeció Gil.

—No es nada—dijo Ben—Los dejo para que terminen de instalarse.

—Mi padre sería feliz acá—dijo Harry mirando su gancho que le recordaba tanto a su padre.

—¿Crees que algún día vuelva?—preguntó Gil.

—No lo sé—contestó Harry con tristeza—Bueno amigo es hora de dormir adiós—se tapó y cerró sus ojos para dormir.

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Lunes 7:30 a.m

Unos golpes en la puerta hicieron que el sueño de Gil se esfumara, un poco aturdido se levantó para abrir chocó contra la cama de su amigo quien aún dormía plácidamente, otro golpe más se hizo presente.

—¿Quién?—preguntó Gil.

—Soy Ben—respondieron desde el otro lado.

Gil abrió la puerta saludó a Ben.

—¿Aún no estan listos?—preguntó el principe—. ¿Él aún duerme?—apuntó a Harry.

—¿Listo para qué?—pregunto Gil.

—Para la escuela ayer les dijimos que tenían su primera clase hoy a las 8 de la mañana—respondió Ben.

—Iremos a la escuela ¡Creí que tendría vacaciones!—exclamó el otro chico.

—Gil, vistete—apuró Ben—Harry, Harry despierta—sacudió al chico.

—Ya entendí deja de moverme—se quejó Harry—. ¿Por qué tanto alboroto? ¿Quién se volvió loco o loca?—preguntó.

—Nadie, debemos ir a la escuela—dijo Ben.

—¿Qué pasa si no voy?—cuestionó Harry.

—Es una de las condiciones para que se queden—contestó Ben.

—Bueno me vestiré entonces—bufó Harry.

—Que sea rápido mira que tenemos 15 minutos nada más—pidió Ben.

—En un minuto estoy—dijo Harry.

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Sabes que un día será completamente malo cuando la alarma no suena en el momento preciso, tal como le sucedió a Audrey.

—¡No lo puedo creer!—exclamó con enojo.

Se levantó rápido de la cama tomó uno de sus tantos trajes rosados y se vistió lo más rápido que puso, sacó su bolso y se fue corriendo hacia la escuela apenas llegaría a tiempo a su salón, ya tendría una advertencia y eso que era solo su primer día.

Ya eran las 8:05 era tarde y sabía perfectamente que el maestro Bones no toleraba la impuntualidad, ya resignada oyó unas voces tras ella era Ben acompañado de dos chicos uno que no conocía y el otro con quién había bailado en la fiesta, se regañó por no haberle preguntado el nombre a ese chico.

—Audrey ¿Por qué no has entrado?—preguntó Ben.

—Mi alarma no sonó, y llegué atrasada—contestó.

—No eres la única aquí Gil y Harry se olvidaron que hoy era su primer día de clases—dijo Ben, al fin sabía el nombre del pirata con quién había bailado.

—Hola—saludó Gil, Audrey respondió con una sonrisa.

—Princesa Audrey—Harry hizo un ademán.

—Debemos entrar le explicaré al maestro lo que sucedió con ustedes—dijo Ben.

El rubio tocó la puerta y el maestro salió al ver a los chicos preguntó que había sucedido, Ben comenzó a explicarle y el señor Bones pareció comprender.

—Esta bien pueden entrar—dijo, Gil y Ben entraron primero—Usted no señorita Audrey.

Audrey quiso responder, pero Harry fue más rápido.

—Audrey llegó tarde por mi culpa, quise hacerle una broma y atrasé su reloj despertador—dijo Harry, Audrey lo miró sorprendida—. Ruego que la deje entrar a clases.

—Jovencito, las bromas de mal gusto están prohibidas en Auradon lo enviaré a tomar clases de bondad con la hada madrina, pueden entrar a clases—dijo el maestro.

—Gracias—susurró Audrey mientras hacían el ingreso.

Ambos ingresaron y tomaron sus respectivos asientos Audrey junto a Josselyn la hija de Jazmín y Aladdín quien no se veía muy segura de tenerla al lado, por su parte Harry tomó asiento junto a Gil quien se veía entusiasmado copiando lo del pizarrón.

Unas cuantas explicaciones sobre las ecuaciones de tercer grado, y el señor Bones dio por finalizada la clase de matemáticas.

—Esto es increíble—Gil estaba muy emocionado.

—¿Y ahora qué?—preguntó Harry.

—Ahora comemos algo, y nos preparamos para el taller de artes—dijo Ben.

Los chicos salieron del salón y fueron a la cafetería donde estaban Mal, Evie, Carlos, Jay, Loonie, Jane, Doug y Uma.

—Hasta que aparecen—regañó Uma.

—¿Dónde estabas?¿No fuiste a clase?—preguntó Gil.

—Tenía Geografía—contestó Uma—. Tuve que enseñarle al tonto de Chad donde estaba cada océano fue agotador.

—En un momento creí que lo golpearías—dijo Carlos.

—Admito que tuve ganas, pero no quiero ser una villana—dijo Uma.

—Nosotros tuvimos matemáticas—dijo Gil.

Así fue el recreo que tuvieron luego fueron al salón de artes, dónde estarían todos los de ese año juntos.

—No soportaba estar lejos de Mal—dijo Ben.

—Esa es la única clase en que no estamos juntos—Mal hizo un puchero.

—Basta de cursilerias—pidió Uma.

—Crei que ahora que se casarían no vendrían a la escuela—dijo Harry.

—Olvidamos decirles que nos casaremos luego de terminar la escuela—dijo Mal.

—Bienvenidos a la clase de artes, soy la profesora Candice—se presentó la mujer—. Elijan un compañero—dijo todos comenzaron a escoger a alguien algunos a sus amigos otros a quien tenían cerca, aún así alguien quedó sin compañía.

—Eso pasa cuando quieres hacer daño, te quedas sola—murmuró una chica.

—¿Una pareja que quiera aceptar a esta adorable chica?—preguntó la maestra.

Audrey miraba con atención, pero se decepcionó al ver que nadie levantaba la mano para recibirla ni siquiera su "mejor amiga",  en ese momento las palabras de su abuela tomaba sentido, y solo quería llorar, pero una voz se escuchó.

—Nosotros—era Harry quien había levantado la mano para recibirla en su equipo.

Audrey caminó hacia los chicos Gil le sonreía mientras Harry estaba con el semblante serio.

—Gracias—dijo cuando llegó junto a ellos.

—Gil creyó que sería buena idea tenerte en nuestro equipo—dijo Harry.

—Bueno chicos hoy haremos pinturas de lo que ustedes quieran, pero deben estar relacionadas con la de su compañero—explicó la maestra.

Todos comenzaron a trabajar en sus pinturas Jay y Loonie harían algo relacionado con la guerra, Jane y Carlos estaban dibujando muchos animales entre ellos un retrato de Chico, Evie y Doug estaban entretenidos con sus diseños de moda, Mal y Ben se habían decidido por representar el amor.

—No dibujaré eso—gritó Uma quién por segunda vez en el día tuvo que hacer equipo con Chad.

—Es ideal para principiantes como tú—dijo el chico.

—Uma, Chad—la maestra les llamó la atención—. Trabajen en silencio—pidió.

Uma hizo una mueca, y guardó silencio, en una mesa próxima trabajaba el equipo de Gil, Harry y Audrey quienes parecían complementarse de buena manera.

—Puedes acercarme el color rosa—pidió Audrey.

—Ten, princesa—Harry le acercó el acrílico color rosa la chica solo le sonrió.

Llegó el momento de presentar las obras de pintura donde cada pareja explicaba la relación que había en sus pinturas para la maestra era algo entretenido de escuchar hasta que llegó el turno de Uma y Chad.

—¿Qué es eso?—preguntó tratando de entender aquella pintura.

—Chad tuvo la idea de dibujar líneas porque según él son interesantes—contestó Uma.

—En realidad fue culpa de Uma, le dije que hiciéramos algo del bosque encantado y ella no quiso como se nos acabó el tiempo tuvimos que hacer algo rápido y salieron estás líneas—afirmó Chad.

—Deberan hacer esto de nuevo—avisó la maestra—Ahora el turno de Gil, Audrey y Harry.

Los tres chicos se levantaron se sus asientos para mostrar sus pinturas, si bien sus paisajes se relacionaban ya que los tres eran sobre el verano.

La clase terminó y venía la hora del almuerzo la cafetería estaba llena todos se sentaban en algún lugar cerca de sus amigos,  Audrey observaba cada mesa con detención analizando dónde podría sentarse divisó a Jane pero estaba junto a Carlos, asi que decidió ir a comer a un lugar lejos de las personas. Y ahí estaba ella jugando con su comida más que nada viendo como los fideos perdían su calidez y se volvían fríos como su corazón también lo estaba haciendo.

—Princesa Audrey ¿Qué haces aquí?—preguntó Harry.

—¿No lo ves? Nadie quiere comer conmigo—contestó Audrey lanzando comida al suelo.

—No hagas eso ¿No sabes que hay gente que no tiene nada que comer?—regañó el chico.

—¿Debería importarme?—preguntó Audrey con enojo.

—Pues si eres una princesa se supone que debes interesarte por el bien de los demás y hacer cosas amables—contestó Harry.

—¿Y quién se interesa por mi? Pedí perdón por lo que hice, pero aún así nadie quiere hablarme ni siquiera Jane—comenzó a llorar—. A nadie le importo.

—A tu abuela le importas—dijo Harry—. Se ve que ella te quiere.

—Pues no la conoces—dijo Audrey—. A ella solo le importa el poder, y que yo me casé con un príncipe para mantener el buen nombre de la familia.

—Una chica linda como tú pronto encontrará un príncipe azul—dijo Harry—. Mi intención no era interrumpir tu almuerzo así que debo irme.

—¿Por qué haces eso?—preguntó Audrey.

—¿Hacer que?—preguntó Harry confundido.

—Eso tratarme bien considerando que casi mató a todos incluida tu mejor amiga—dijo Audrey—. Y además ni siquiera me conoces, por qué mentir por mi frente a un maestro, por qué aceptarme en tu equipo de trabajo, por qué detenerte a hablar conmigo—interrogó.

—Porque no quiero que nadie más pase por lo que yo pasé ser rechazado es horrible y te hace infeliz sin sentimientos—contestó el chico.

Audrey se quedó en silencio ella también había rechazado a mucha gente en el pasado—Lo lamento—susurró.

—No sigas desperdiciando la comida—dijo Harry para luego irse.

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Primer capítulo de esta historia cuéntenme que les pareció!