A la mañana siguiente Orquídea despertó por su cuenta casi al medio día. Encontró a Kero explorando su apartamento y mientras se frotaba los ojos noto que estaba sostenido algo entre sus manos.

—¿Eh Kero? ¿Qué es esto? —se preguntó Orquídea dejando ver una nueva llave en sus manos.

—Eso no puede ser, es una llave mágica —dijo Kero acercándose a toda velocidad para verla.

—¿Qué? ¿Y de dónde salió? Por cierto, Kero ¿qué hora es?

—Las once y cincuenta minutos, pero eso no importa, dime ¿tuviste algún sueño?

—¿Qué? Llegaré tarde, ¿por qué no me despertaste?

—¡Orquídea!

—Ni siquiera podré tomar algo de desayunar y, ¿me dejaran pasar a esta hora?

—¡Orquídea!

—Me quedé dormida sin hacer la tarea, ¿qué voy a hacer?

—¡Orquídea! —gritó Kero por tercera vez para llamar su atención—. Hoy es sábado —le recordó.

—¿Eh? —ella apenas reaccionó para revisar el calendario en su teléfono móvil—. Hay, es cierto, lo siento Kero. Creo que estaba confundida porque mi vuelo se cambió de fecha, debía llegar el lunes, pero terminé llegando antes del fin de semana.

Orquídea se tranquilizó en poco tiempo y se metió a la ducha, sin escuchar lo que Kero le preguntaba.

—Apenas estoy acostumbrándome a vivir en Japón, ¿pero, qué me decías sobre una llave? —preguntó ella luego de haberse cambiado la ropa en el baño.

Kero suspiró y volvió a mencionarle la nueva llave que apareció en las manos de Orquídea aquella mañana. Había algo diferente entre aquella llave y la llave de estrella que Sakura dejó para su nueva sucesora. Para empezar la nueva llave de Orquídea era un corazón en un círculo dorado y pequeñas alas a los lados, se asemejaba mucho a la llave de estrella, pero no era igual, la magia en la nueva llave era definitivamente el poder de Orquídea.

—¿Cómo llegó la llave hasta ti? ¿Tuviste algún sueño? Eso debe explicar porque se creo la nueva llave —quiso saber Kero.

—Claro, pero hay un problema.

—¿Cuál?

—No recuerdo lo que soñé —Orquídea se disculpó, tratando de hacer lo posible por recordar algo.

—¿Qué? —Kero se puso nervioso, jamás habría imaginado que eso pudiera suceder.

—Anoche me dormí demasiado cansada, realmente ni siquiera recuerdo cómo llegué a casa. Solo recuerdo desde la captura de la carta y hasta esa pelea con Tsukasa, después creo me quedé dormida y te pedí que me despertarás, pero no lo hiciste.

—Ah, bueno, es que pasaron muchas cosas y creí que sería mejor dejarte descansar.

—¡Kero!

—Está bien, supongo que no podemos hace nada sino lo recuerdas, pero deberíamos probar la nueva llave. Traeré el libro y las cartas

—De acuerdo, mientras tanto iré a la lavandería y luego saldré a comprar algunas cosas para el almuerzo —avisó Orquídea, revisando el calendario con los horarios que se le habían asignado para usar el cuarto de lavado en el edificio de estudiantes.

—¿Qué es eso? —preguntó Kero posándose a su lado por curiosidad.

—Son los horarios que tengo que seguir, este es un edificio para estudiantes, es por eso, que a cada uno se le asignan distintos horarios para la lavandería. Hoy me toca a partir de la una de la tarde, estoy a tiempo —explicó Orquídea para luego ir por su canasta de ropa al baño, mientras Kero buscaba el libro en el dormitorio.

—Ya me parecía raro no ver a tu familia en esta casa, ¿en dónde viven? —le preguntó Kero desde el cuarto, siendo un apartamento pequeño, Orquídea lograba escucharlo sin problemas.

—Mi mamá y mi hermana mayor se quedaron en mi país natal, está muy lejos de aquí. Yo vine a Japón por un intercambio estudiantil.

—Ya veo, por cierto pequeña Orquídea, ¿recuerdas dónde dejaste el libro de las cartas?

—Creo que está en mi mochila, sino búscalo en el estante de libros.

—¿En la mochila? —Kero fue abrir el cierre y encontró algo que lo sorprendió mucho—. ¡Aaah! —gritó al ver que el libro de las carta había cambiado.

—¿Qué sucede? ¿Kero, estás bien?

—Es…es imposible. El libro está…—no terminó de decir lo que pensaba y fue volando a revisar las cartas—. Las cartas también.

—Kero, dime qué pasa, estoy algo ocupada no puedo ir hasta ahí —le pidió Orquídea que seguía ocupada limpiando en la sala de estar.

—Orquídea, el libro y las cartas cambiaron. —Kero fue hasta ella a la cocina.

El pequeño guardián apenas podía sostener el libro y las cartas al mismo tiempo, así que terminó chocando sobre la mesa de la cocina antes de mostrárselos a Orquídea.

—¿Kero, estás bien?

—Estoy bien, pero mira el libro ahora tiene tu nombre.

Kero le mostró a Orquídea como el libro tenía grabado su nombre en la portada y en la contratapa, además el color era ligeramente diferente al libro original de Sakura. El nuevo libro de Orquídea tenía un tono rosado bajo combinado con rojo, además había un símbolo diferente con un corazón sobre la estrella que representaba un nuevo círculo de magia grabado en el libro y en el reverso de las cartas que Orquídea había capturado.

—Esto no tiene sentido, no debería suceder tan rápido —replicó Kero sin superar la sorpresa.

—Es verdad, todavía no pasé por el juicio de Yue y apenas acabamos de obtener dos cartas, pero es sorprendente y siendo honesta me gusta mucho —sonrió Orquídea al sostener el libro que ahora le pertenecía por completo.

«Nunca había sucedido algo igual, aunque con Sakura también pasaron muchas cosas que Clow no previó, tal vez esto no sea malo, pero… ». —pensaba Kero en que quizá se debía al poder de Orquídea, que logró ser reconocido por el libro, era un caso especial, pero supuso que no imposible.

—Kero, ¿significa que debo usar las dos llaves de ahora en adelante? —preguntó curiosa por lo que tendría que hacer para sellar las cartas y usar las que ya tenían su nombre grabado.

—No estoy seguro, primero prueba activar la nueva llave de corazón.

—Claro, ¿cómo lo hago?

—Debes usar un hechizo. Piensa en el que usaste con la llave de estrella.

—De acuerdo, veamos. Llave que guardas el poder de los deseos, muestra tu verdadera forma ante Orquídea, quien aceptó la misión contigo. ¡Libérate! —pronunció como un nuevo hechizo para activar el poder de su nueva llave.

Al terminar sus palabras surgieron efecto y la llave se transformó en un báculo por medio del conjuro.

—Lo hiciste muy bien, prueba a usar una carta —pidió Kero todavía dudoso de como tendrían que manejar el poder de las cartas de ahora en adelante.

—Sí, entonces, The Windy —dijo Orquídea para convocar una brisa suave que recorrió la habitación y luego se desvaneció lentamente.

—Parece que puedes usar las cartas sin problemas, ahora solo debemos esperar a que una nueva carta aparezca solo entonces, sabremos si la puedes sellar con el nuevo báculo de corazón o si debes volver a utilizar el báculo de estrella.

Kero pareció muy tranquilo cuando dijo todo eso, pero a la vez trataba de pensar en una razón por la cual el libro y las cartas cambiaron tan repentinamente.

«La única forma de que el libro cambie tan pronto, sería si ambos guardianes aceptamos a nuestra nueva maestra, pero todavía no encontré a Yue. Tal vez Yue ya conoce a nuestra nueva ama y la aceptó, pero si es así ¿por qué no se revela?, no estoy seguro de lo que está pasando…»—se decía Kero internamente para no preocupar a Orquídea.

De pronto, alguien tocó la puerta y se escuchó la voz de una chica.

—¡Orquídea! Soy Sora, ¿dejaron un paquete para ti en la recepción? —llamó a la puerta.

—Ya voy —avisó Orquídea para ir a abrir, mientras que Kero se congeló fingiendo ser un muñeco de peluche como en los viejos tiempos.

—Parece que es de Camelia, tu hermana siempre se preocupa mucho por ti —dijo Sora cuando Orquídea abrió la puerta para entregarle una caja mediana en sus manos.

—Gracias por traerla hasta aquí, Sora.

—No es nada, por cierto. ¿Ya tuviste tu primer día en la escuela? ¿Cómo estuvo? Todavía recuerdo lo difícil que fue para mí cuando hice mi intercambio escolar —comentó para alargar la conversación.

—Estuvo bien, aunque todavía me cuesta levantarme temprano —admitió Orquídea riéndose de sus recuerdos por llegar tarde a la escuela.

—Sí, a mí también me pasaba seguido. Bueno, me voy, no olvides que prometiste almorzar con nosotros mañana, Haru también estará esperando —le recordó y luego se despidió.

Orquídea agradeció y la despidió, después de cerrar la puerta se dispuso a abrir el paquete.

—¿Qué es eso pequeña Orquídea?

—Un regalo de Camelia, mi hermana mayor, son abrigos de invierno y algunos dulces que son famosos en nuestra ciudad —le mostró luego de ver el contenido de la caja.

—¿Dulces?

—Sí, prueba algunos, los tofis y el chocolate blanco son los más deliciosos.

—¡Yupi! —celebró Kero al obtener algunas golosinas solo para él—. Por cierto, ¿sobre qué almuerzo hablaba esa chica?

—Quedé en almorzar con Sora y su familia mañana, verás Sora es la mejor amiga de mi hermana. Ambas estuvieron juntas en la misma aula cuando Sora hizo un intercambio de estudios en mi país. Le prometió a mi hermana que me cuidaría mientras estaba aquí —le contó Orquídea mientras comía unos dulces junto a él.

—Bien, entonces iré contigo.

—¿Quieres ir? Bueno, podría llevarte en mi bolso, pero Haru estará ahí y si te ve pensará qué estoy llevando un peluche como una niña pequeña, sería un poco vergonzoso, ¿Kero no prefieres quedarte en casa? Te daré más dulces si te quedas aquí.

—No, ya dije que iré. Además no me dijiste quién es ese tal Haru —indagó Kero para saber más acerca de los amigos de Orquídea.

—Sora y Haru van en el último año de la secundaria alta, son hermanos, ambos son hijos de la dueña del edificio para estudiantes y quienes supervisan los  dormitorios. Haru se encarga del edificio de al lado donde están los dormitorios de los chicos, mientras que Sora es la encargada de este edificio donde nos hospedamos las chicas —le explicó Orquídea.

«Si es así, podría ser que Yue se disfrazó en uno de esos hermanos para estar cerca de Orquídea o ¿quizás tomó la forma de otro estudiante cómo lo hizo en el pasado? Debería asegurarme y comprobar la identidad de ese tal Haru». —pensó Kero decidido a asistir a ese almuerzo.

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Más tarde, mientras Orquídea preparaba todo lo necesario para su almuerzo, Kero se acercó con la excusa de querer saber lo que cocinaba, decidió que era importante contarle un poco más acerca de las dimensiones y el posible descendiente de Sakura que Orquídea había conocido en la escuela.

—Hoy tendremos un guiso de carne y jugó de durazno para almorzar.

—Se ve delicioso, aunque realmente no necesito comer.

—Lo sé, pero igual pensé que podría gustarte algo de mi ciudad natal y lo preparé para ambos —admitió Orquídea con algo de nostalgia, había llegado hace poco, pero sería mentira si dijera que no extrañaba a su madre y su hermana.

—Entonces lo comeré con gusto —sonrió Kero para animarla.

—Claro, pronto estará listo.

—Por cierto, pequeña Orquídea, ¿recuerdas ese mocoso grosero de ayer?

—¿Te refieres a Tsukasa?

—Sí, ese mocoso creo que es un descendiente de Sakura, mi antigua dueña —soltó de repente haciendo que Orquídea dejará caer una cuchara dentro de la olla en la que cocinaba.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? ¿Descendiente de Sakura y Shaoran? —preguntó mientras trataba de recuperar la cuchara que había tirado dentro del guiso.

—Sí o al menos eso pienso, quizá sea mejor que te expliqué, cómo el libro llegó a esta dimensión buscando a su verdadera dueña —dijo Kero para explicarle desde el principio lo que sucedió.

Y es que existían diferentes dimensiones que se conectaban entre sí, incluida la dimensión de Orquídea y la de donde provenía Kero y el libro de cartas. En un principio esas dimensiones no debían cruzarse o conectarse sino era por un gran poder, sin embargo debido un hechizo poderoso de Sakura, algunos portales fueron abiertos. El deseo de Sakura era que el libro llegará a las manos correctas de una persona que quisiera usar su poder para el bien, teniendo eso en cuenta la magia dirigió el libro a un viaje por distintas dimensiones buscando y esperando a la persona correcta.
Hasta que al final llegó a manos de Orquídea y ella logró romper el sello convirtiéndose en la sucesora de Sakura.

A la vez apareció alguien inusual, ese era Tsukasa, un chico que también poseía magia y sabía acerca de las cartas. Por lo que Kero pensaba que ese chico podía  venir de la dimensión original y sabía de las cartas porque Sakura era su ancestro, pero eso también sería un caso muy extraño, porque para empezar no debería poder cruzar el portal entre dimensiones.

—¿Entonces el libro llegó por medio de ese hechizo? —preguntó Orquídea para estar segura de entenderlo.

—Sí, el libro tiene un hechizo específico para llegar a la persona correcta sin importar donde esté.

—Entonces, tal vez, Tsukasa vino persiguiéndolo de alguna forma.

—No debería ser posible, ya que el libro no lo eligió, pero supongo que por ahora es la única explicación que parece encajar. De todos modos no nos preocupemos por ese mocoso, debes encontrar y sellar las cartas que faltan antes que él.

—Pero sí es un descendiente de Sakura y Shaoran de otra dimensión, ¿no sería él quién debe tener el libro? —dudó.

Orquídea estaba preocupada pensando que estaba usurpando el lugar del legítimo dueño de las cartas, al saber que podía existir alguien más apto para reunirlas y que incluso podía ser pariente directo de su heroína.

—¿De qué hablas pequeña Orquídea?

—Creo que debí darme cuenta cuando dijo que se llamaba Tsukasa Li, era claro que él era un descendiente y le correspondía tener la magia de las cartas —Orquídea se dejaba llevar por sus pensamientos.

—¡Orquídea!

—¿Debería decirle la próxima vez que lo vea en la escuela?

—¡Orquídea!

—¿Qué hago si me reconoció? ¿Estará molesto?

—¡Orquídea! —gritó Kero nuevamente para llamarle la atención—. Deja de pensar en ese mocoso, ya te lo dije, tú eres la única dueña de las cartas, eres la nueva cazadora de cartas que fue elegida por Sakura en persona.

—Pero, Kero no sería justo si hay un descendiente directo. Creo que él sería el heredero legítimo.

—Así no es como funciona la magia, no dudes de ti misma, pequeña Orquídea, eres la más capaz para el trabajo. Además el libro te eligió, ahora incluso tiene tu nombre y un nuevo hechizo para la llave que se creo con tu poder —le recordó Kero disipando por completo las dudas e inseguridades que tenía Orquídea.

—Gracias Kero, está bien, entonces seguiré reuniendo las cartas antes que Tsukasa —se prometió a sí misma.

—Eso es, ahora ¿algo huele a quemado? —preguntó sabiendo que Orquídea se distrajo tanto que dejó que el guiso de carne que almorzarían quedará carbonizado.

—¡Aaah! Tendré que pedir algo de comer —se lamentó ella tras apagar el fuego y sacar la olla de la cocina.

—No te preocupes, ya estoy en eso hay un restaurante de guiso de carne en la aplicación de tu teléfono, vaya que tienen de todo en estos celulares —admiró Kero mientras ordenaba la comida a domicilio para ambos.

—Sí, es realmente el mejor inventó de esta época —sonrió Orquídea riéndose para relajarse un poco, pues Kero parecía tener todo bajo control. Sin darse cuenta ya no se sentía tan sola en un país nuevo.

«Si ese mocoso se llama Tsukasa Li, estaría usando el apellido de esa familia, pero conocí a los hijos de Sakura y ninguno llevaba ese nombre. ¿Quizá no sea un descendiente después de todo?, sin embargo, esos ojos eran como los de Sakura» —pensaba Kero en la apariencia de Tsukasa y los rasgos que observó, cuando apareció frente a ellos.

Continuará…