🌷1. Orquídea llega a Japón🌷
—¡No puedo llegar tarde! —suspiró Orquídea de camino a la escuela.
Llevaba corriendo cinco minutos desde la estación, por haberse quedado dormida. Ella se emociono demasiado el día anterior y no pudo dormir temprano como había planeado, al final su hermana mayor, Camelia, tenía razón. Orquídea era una dormilona sin remedio.
«Ya casi llegó» —pensó Orquídea, pidiendo a todos los dioses que la puerta todavía estuviera abierta.
Para su mala suerte la puerta principal ya estaba cerrada. Las rejas frente al edificio escolar le impedían la entrada, pero no parecían ser problema para un chico que llegó segundos después que ella y se elevó sin mucho esfuerzo saltando por el cerco.
—¡Oye! ¡Eso no está permitido! —gritó Orquídea.
—¿En serio? ¿Por qué no solo haces lo mismo? —respondió sin mucho interés hacia ella—. Nadie está viendo, amenos que prefieres quedarte ahí.
Orquídea lo pensó solo dos segundos y tiró su mochila sobre la cabeza del chico, para poder sostenerse por sí sola en la cerca.
—Lo que decidas no es asunto mío —dijo él, antes que la mochila de Orquídea le cayera encima—. ¡Oye!
—Gracias por sostenerla por mí —agradeció para tomar sus cosas y empezar otra carrera hacia su salón de clases.
—¡Espera ahí!
—No me sigas. ¿Estás loco?
—No te sigo esa es mi aula —indicó mientras ambos abrían la puerta a la vez.
—Buen día alumnos, ambos llegaron tarde, así que deben esperar afuera como indican las reglas —sentenció el profesor que estaba dictando clases dentro del aula en el que irrumpieron.
Ambos tuvieron que quedarse fuera y esperar hasta que la primera clase terminara, para poder entrar al aula. Mientras tanto Orquídea bostezo por aburrimiento más que por cansancio y pareció contagiar a su compañero que estaba parado junto a ella.
—¿Eres estudiante de intercambio? No te había visto antes —preguntó él, queriendo centrar su atención en algo más que no fuera el pasillo de la escuela.
—Sí, acabo de llegar apenas ayer —respondió Orquídea, curiosa por la conversación con ese chico que era de su nueva escuela.
—Ya veo, no eres muy responsable ¿verdad?
—¿Qué? —Orquídea parecía sorprendida e indignada a la vez por la forma, que tenía de hablarle, alguien que apenas conocía.
—Llegar tarde a tu primer día de escuela, no me parece muy responsable de tu parte —siguió él como si no se diera cuenta de su error.
—Lo mismo podría decir de ti, ¿acaso no llegaste tarde también? Apuesto que lo haces seguido —replicó ella, pensando que si él era insolente, ella también podría serlo, solo un poco.
—Eres irresponsable y también prejuiciosa, que mala combinación.
—¿Qué acabas de decir? —Orquídea se enfado por sus palabras—. No hables como si me conocieras, apenas te he visto esta mañana, tú eres el prejuicioso aquí —gritó ella y aquel chico tuvo que hacerle una señal poniendo su dedo índice sobre sus labios, para que ella no siguiera hablando alto.
—Tranquila, solo estaba bromeando —reconoció alejándose de ella unos pasos—. Pero, tienes un carácter terrible —susurró en voz baja la última frase.
—¿Qué dijiste?
—Solo te pregunté tu nombre —corrigió para volver a hablarle.
—Me llamo Orquídea.
—¿Y tú apellido? —volvió a preguntar él.
Orquídea había olvidado, que algunas personas preferían llamar a quienes apenas conocen por su apellido, en lugar que por su nombre.
—Soy Orquídea Minamoto ¿y tú?—respondió sintiéndose un poco rara por tener que decir su nombre completo. En su país era más común hablar informalmente y usar el primer nombre de cualquier persona para llamarlo, incluso si apenas se conocían.
—Minamoto, soy Tsukasa Li, me puedes decir Tsukasa —respondió dándole cierta sensación de confianza.
—Ustedes dos, dejen de hablar —los interrumpió un profesor que pasaba por ahí.
Ambos se quedaron callados hasta que empezó la segunda clase. El profesor finalmente los dejó pasar y presentó a Orquídea delante de todos. Ella ocupó un asiento libre frente a Tsukasa. Más tarde y al finalizar las clases, ambos fueron enviados para dejar materiales y libros a la biblioteca escolar, como forma de disculpar su tardanza.
—Dejaré estas cajas en el almacén, ¿puedes ir a devolver esos libros tú sola? —le preguntó Tsukasa que había tomado la carga más pesada por ella.
—Claro, solo son cinco libros, volveré por mi cuenta no tienes que esperarme —respondió Orquídea que todavía estaba algo molesta con él por sus anteriores bromas.
—De acuerdo, no iba hacerlo de todos modos —replicó diciendo la última frase en voz baja—, ni siquiera puedes decir gracias, por ayudarte con más de la mitad del trabajo —se quejó para sí mismo mientras se alejaba.
—Por cierto, gracias —dijo ella finalmente, antes que él pudiera salir por completo de su vista.
Orquídea sonrió por haber conocido a alguien tan interesante, como aquel chico de cabello castaño y ojos verdes que lo hacían parecer un extranjero al igual que ella, pero de algún modo sus rasgos orientales eran notorios. No parecía una mala persona, solo alguien opuesto a ella y con quien era divertido hablar, pues sus personalidades chocaban naturalmente de forma divertida.
—Buen día, el profesor Domoto me envió para devolver estos libros —dijo Orquídea en la recepción para dejar los libros en el mostrador—. ¿Podría tomar prestado algún libro para las clases aquí? —preguntó curiosa por ver entre las estanterías.
—Claro, busca algo que te guste y tráelo aquí para registrarlo, puedes llevar hasta tres libros prestados —le informó la recepcionistas encargada de la biblioteca.
—Gracias.
Orquídea se apresuró a ir a recorrer los estantes. La biblioteca era inmensa y estaba ordenada por secciones, ella se dirigió primero al estante de libros de historia de Japón y luego al de novelas. Planeaba llevarse con ella solo dos libros, pero todo cambió cuando observó algo más interesante, estaba en uno de los estantes más alejados, en una esquina donde habían libros que parecían muy antiguos.
—Esto parece… —murmuró tomando un libro de forro rosado y aplicaciones doradas del estante—. Es el libro de cartas Sakura, ¿alguien se lo olvido aquí? Parece una réplica muy bien hecha —mencionó pensando que se trataba de una de esas manualidades que vendían en las tiendas de mangas en Japón.
Orquídea tomó el libro sellado y lo sostuvo con ambas manos, cuando de pronto el candado que parecía cerrado se abrió. Ella seguía creyendo que pertenecía a alguien que lo olvido por error en la biblioteca escolar. Con esa idea decidió abrirlo para revisar su interior y saber a qué editorial o marca pertenecía para poder conseguir uno similar.
«Pasaré por la tienda esta tarde, quizá pueda hacerles un pedido, siempre he querido tener el juego de cartas de mi anime favorito» —pensó mientras abría el libro y encontró la primera carta en su interior.
—Me concentre tanto en el japonés que mi pronunciación en inglés no es muy buena, veamos cómo se llamaba esta carta —ella trataba de encontrar las palabras correctas, mientras sostenía la carta viento en sus manos.
—Win, no es más bien Wings, no…
—Señorita la biblioteca cerrará por hoy, ¿ya tiene los libros que desea pedir prestados? —preguntó pero al ver los libros en las manos de Orquídea lo dio por hecho—. Oh, genial, vamos acompáñeme —pidió guiándola hacia el mostrador para registrar los libros que se llevaría.
—Espere, es que encontré un libro que parecía que alguien perdió —quiso explicar Orquídea.
—Veamos, es uno sobre la historia de Japón y el otro es una novela romántica —mencionó tomando el libro rosado en sus manos.
—¿Novela romántica? —preguntó Orquídea confundida y notando que lo que tenía la bibliotecaria en sus manos, era realmente un libro diferente al que ella había tomado.
—Sí, los libros que viste antes en ese viejo estante han estado aquí por décadas. Fueron olvidados por los estudiantes, pero ha pasado mucho tiempo y nadie los reclamó, así que permanecen en ese olvidado estante hace tiempo —explicó la encargada con cierta nostalgia—. Como sea está bien si te lo llevas, considéralo tuyo desde ahora —dijo amablemente a modo de regalárselo.
—No, no puedo hacer eso. Dijo que son objeto olvidados, ¿qué pasa si el dueño real aparece? —negó Orquídea para no meterse en problemas.
—No hay tal cosa, los objetos de ese estante fueron olvidados hace mucho. Además es mejor que alguien más lo tenga a que este acumulando polvo por otros cincuenta años —insistió la bibliotecaria poniendo los libros en una bolsa para dárselos a Orquídea.
—¿Dijo cincuenta años?
—O quizá más, bueno nunca se sabe. De todos modos considérate su nueva dueña —pronunció observando a Orquídea con una mirada algo diferente—. Ah, pero no olvides devolver el libro de historia, ese si que es parte del inventario —sonrió volviendo a una actitud normal a la antes.
Orquídea agradeció y salió de ahí de la biblioteca con dirección al autobús para volver a casa.
Fue en el autobús, cuando las cosas empezaron a parecer fuera de lo común. Para empezar el libro volvió a ser el de las cartas y Orquídea pensó que debió haber visto mal por estar cansada, ya que no había dormido mucho ese día. Al final, lo guardó en su mochila hasta que algo más mágico sucedió.
El autobús hizo una parada, pero de pronto todo se detuvo y quedó en absoluto silencio. Orquídea parecía ser la única que podía moverse en ese espacio detenido en el tiempo. Todo le parecía un sueño de esos raros que tenía cuando dormía después de comer muchos postres, pero solo por curiosidad y por presentimiento decidió sacar nuevamente el libro y ver las cartas en su interior.
Se sorprendió, al por fin recordar como pronuncia el nombre de una de ellas en inglés. La carta del tiempo, estaba posicionada delante en el maso, así que esa fue la que leyó primero.
—The Time —pronunció, pero el tiempo a su alrededor no continuó.
Orquídea entonces decidió revisar otra de esas cartas, con más confianza en que estaba soñando pensó en usar la primera carta que Sakura Kinomoto usó en el anime. La carta viento, probablemente no funcionaría en aquel espacio detenido, pero si era un sueño cualquier cosa podía ser posible, así que debía intentarlo.
—The Windy —pronunció y apenas lo dijo una gran ráfaga salió del libro.
Al mismo tiempo una luz intensa la rodeó y las cartas salieron volando de par en par, debido al tornado que se había formado. Al terminar aquel fuerte viento, dio paso a que el tiempo volviera a correr. Orquídea estaba sorprendida, nadie más parecía haber visto lo que ocurrió porque el tiempo volvió justo después de que las cartas volarán y ella se quedará solo con una de ellas en su mano.
—¿Qué acaba de suceder? —se dijo a sí misma en un suspiro.
Orquídea miro por la ventana y no parecía que estuviera soñando, ¿había despertado de aquel sueño extraño o había sido real?, ella todavía no lo sabía.
El libro de las cartas no estaba en sus manos, pero si tenía la carta viento sujetada. Era extraño y lo fue aún más, cuando un niño se acercó a ella diciéndole que tiró su peluche llavero por accidente.
—Es de usted —dijo el niño dejando ver a un pequeño muñeco de color amarillo en sus manos—. Se cayó de su mochila —añadió.
El pequeño dejó el peluche con ella y se bajo en la parada que hizo el autobús. Orquídea no tuvo tiempo de rechazarlo, pero al verlo noto algo familiar. Ella había visto cientos de animes, pero Sakura Card Captor fue el primero y se convirtió en su favorito, por eso podía decir que aquel muñeco era similar al que salía en ese anime.
—¿Es un Kero? ¿Alguien más lo tiro? ¿Por qué dijo que se cayó de mi mochila? —se preguntó acomodándose en el asiento, pensó en volver a revisar sus cosas y se dio cuenta que su mochila si estaba abierta.
El libro y sus demás pertenencias estaban ahí, así que también puso el peluche sin darle más vueltas y bajo en la parada para llegar a su departamento. Una vez dentro pensó en dormir un poco, era probable que el día tan extraño que tuvo se terminará si tenía sus horas de sueño completas. O al menos eso pensaba, hasta que el pequeño peluche que llevó con ella, salió de su mochila sin mucho esfuerzo.
—Hola, mi nombre es Kerberos, estoy aquí porque eres la nueva dueña de las cartas Sakura —se presentó y Orquídea cayó de rodillas al suelo al verlo frente a su mesa de desayuno.
—¿Tú? ¿Cómo? ¿Qué dijiste?
—El libro te eligió, eres la nueva dueña de las cartas, la sucesora de mi anterior dueña la gran Maga Sakura —mencionó felizmente—. Te estuve esperando, ¿cómo te llamas nueva ama?
—Yo… Soy Orquídea Minamoto —respondió todavía bastante confundida.
—Muy bien Orquídea desde hoy te mostraré el mundo de la magia, con ayuda de las cartas que están en este libro —aseguró antes de ver que estaba vacío.
—¡Ah! No, no puede ser, ¿por qué solo hay una carta?. Pequeña Orquídea, ¿acaso dijiste el nombre de esta carta en voz alta? —preguntó Kero mostrándole la carta viento, que fue la única que Orquídea colocó en la mochila junto a él.
—Sí, pero es que pensé que era un sueño, verás el tiempo se congeló y las cartas salieron volando, pero luego todo volvió a la normalidad cuando usé esa carta —le contó a Kero.
—Ya veo, bueno entonces…
—¿Entonces?
—Felicidades, ha nacido una nueva Card Captor. Orquídea eres la nueva cazadora de cartas —festejó tomándose de una buena manera el desastre que Orquídea pensó que había sucedido.
—¿Hablas en serio? ¿Todo esto no es un sueño, verdad? ¿Pero, cómo es posible? ¿De verdad eres Kero? —preguntó y entonces Kero se dio cuenta de cómo lo llamaba.
—Pequeña Orquídea, ¿por qué me llamas Kero? ¡Espera! ¿Qué es eso? —pronunció observando las decoraciones en la habitación de Orquídea.
—Es un peluche de Sakura y Shaoran, me lo dieron por mi cumpleaños el año pasado y lo traje conmigo a Japón —le contó y fue entonces cuando Kero se dio cuenta de algo más grande había ocurrido.
—Pequeña Orquídea, ¿acaso ya sabías quién soy? ¿en este tiempo saben quién es Sakura y sobre sus poderes?
🌷🌷🌷
—¿Qué soy un dibujo animado? —Kero se mostró interesado en ver su fotografía y la animación que le dieron a su personaje en el anime.
—Uno lindo, también hay varios libros sobre sus aventuras. ¡Mira! —Orquídea le mostró su colección de mangas de Sakura.
—¡Ya sé lo que pasó aquí! —exclamó Kero orgulloso de haber resuelto el misterio.
—¿A sí?
—Sí, está es una dimensión diferente a la mía. Es por eso que todo es tan diferente. Por alguna razón el libro término aquí, es un poco extraño y difícil de explicar ahora mismo.
—¿Eso quiere decir que no soy la verdadera sucesora, verdad? —se lamentó Orquídea con un largo suspiro.
—No, definitivamente tú eres la dueña de las cartas. Así que no preocupes pequeña Orquídea y concéntrate en hallar las demás cartas, si sabes de Sakura también sabes que tuvimos muchos problemas para capturar las cartas en el pasado.
—Sí lo sé, pero como lo haré ahora, en esta dimensión la magia no existe.
—Eso no es posible, si no hubiera magia en este mundo el libro no hubiera venido hasta aquí en primer lugar. Tú tienes magia pequeña Orquídea, la suficiente para romper sello del libro de Sakura —aseguró Kero, para luego ir volando a encender la televisión—. Podemos buscar pistas de las cartas en las noticias.
—Está bien, todavía estoy procesando todo esto, pero ¿cómo haré para capturarlas?
—Por supuesto, usando el báculo estrella. Extiende tus manos pequeña Orquídea. —Kero le entregó la antigua llave de Sakura a Orquídea.
—Ya sabes que decir para activar su magia ¿verdad? Todo será más fácil ahora que sabes sobre la magia. Pero, ten cuidado no todo lo escrito en esos libros es lo que en realidad pasó —le advirtió Kero sonando serio, pero aún así seguía comiendo una gelatina de frambuesa qué Orquídea le había dado.
—¿A qué te refieres?
—Lo sabrás a su tiempo, no te preocupes porque ahora estoy contigo, puedes confiar en mí y preguntar lo que desees —aseguró sonando más amable y confiable.
—Gracias, pero todavía no sé si podré hacerlo bien —dudó ella estando nerviosa aunque a la vez su corazón latía de genuina emoción.
—Puedes hacerlo, eres la nueva card captor —la ánimo Kero—. Y aquí parece que está tu primera misión. Una carta esta causando estragos y moviendo un enjambre de mosquitos hacia la ciudad. Esa debe ser…
—La carta de Fly, o quizá la carta Flight —Orquídea completo las suposiciones de Kero.
—Esperemos que no sea esa última, vamos allá.
—¡Espera! —Orquídea corrió rápidamente hacia su armario.
—¿Qué sucede? ¿Estás nerviosa?
—No es eso, pero creo que sería mejor si llevó un antifaz. Solo por si debo hacer algo vergonzoso delante de otras personas.
—Tranquila, mi anterior ama puso un hechizo especial en la cartas. Para aquellos sin magia el poder de las cartas no es evidente, lo verán como un fenómeno natural o algo parecido —explicó Kero tranquilamente.
—Aun así, es mejor prevenir cualquier evento inesperado, ¡vamos!
Y así fue como la aventura de Orquídea iniciaba, una nueva card captor de una dimensión diferente, tendría el deber de capturar las cartas mágicas y mantener el delicado equilibrio de la magia, en un mundo que no estaba acostumbrado a lo fantástico. Pero, ella aún no sabía que esas no serían sus únicas responsabilidades y los problemas estaban por empezar.
🌷🌷🌷
—Finalmente, las cartas han aparecido en este mundo.
Esa persona sonrió con tranquilidad y se dirigió rápidamente hacia donde su instinto le indicaba que se encontraba la primera carta. Esa persona era un mago de alto nivel que podía sentir la magia de las cartas naturalmente, aunque no significaba que le pertenecieran.
La magia había sido liberada, pero en una dimensión que no era la suya, las cartas estaban confundidas y esperaban por un nuevo amo que las guiará.
¿Quién llegaría primero hasta ellas? ¿La elegida por el libro de Sakura o alguien más que codiciaba su poder?
Continuará…
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