El tiempo paso y trate de olvidar aquel día en las vías del tren. Trate de poner la sensación en el rincón de mis recuerdo junto a todo lo demás que prefiero olvidar. Hoy volvería al banco de sangre por segunda vez, estaba un poco ansiosa, porque me dirían como fue recibida mi sangre por los clientes. Yo solo espero que la hayan comprado porque si nadie la compra no tendré ese ingreso económico que necesito para poder pagar mi renta a tiempo.

  Esta vez el camino hacia el banco de sangre fue mas placentero y pude disfrutar del panorama de este lado de la ciudad. Todas las estructuras se ven tan limpias, nuevas y resplandecientes. Es un contraste completamente al barrio en donde vivo, donde los caminos están llenos de barro y los edificios son viejos.

  Cuando la maquina termino el proceso de extraer la sangre ya estaba lista para irme del lugar pero una de las enfermeras me detuvo. Me informo que necesitaban discutir e hablar algunas cosas conmigo. La enfermera me dijo que la siguiera. Me llevo al elevador y subimos al 5to piso se abrió la puerta del elevador y había una pequeña area de espera y un pasillo con una sola puerta al final. —Te está esperando, puedes pasar— me dijo la enfermera y cerro la puerta del elevador casi empujándome de el. La enfermera se puso visiblemente nerviosa definitivamente no puede ser una buena señal. Tome pequeños pasos hasta la puerta y toque tímidamente la puerta.
—Puedes pasar— La voz familiar de una mujer me respondió.
No puede ser.... quede inmóvil, Debo correr pensé pero antes de ponerme en acción ya ella me había agarrado y cerro de la puerta.
—Eso no es muy amable de tu parte, después de no ver a una amiga en tanto tiempo lo menos que puedes hacer es darme un abrazo—
Oriana Pierre me apretaba como acostumbraba hacer en el internado. Me abrazaba como si yo fuera una muñeca. Siempre fue así desde aquel día que nos conocimos en el internado, demasiada confianzuda con sus cariños.
— ¿Como as estado?— me preguntó. Siempre me sorprende, pensé ma reprocharía y me preguntaría la razón de mi escapada del internado.
—Sabes...No estoy enojada por lo menos ya no. No puedo negar que me sentí un poco abandonada y sola. Pero nunca fue fácil para ti estar allí— Por fin la pude mirar a la cara. Siempre fue hermosa pero ahora tenia una madures femenina que debe dejar a todos los que la vean impresionados.
—Estas mas alta— por fin le hable. Mi comentario le saco una sonrisa a la Dhampir.
—Estoy bien, no me falta nada y tu?— le pregunté.

—Super, soy Jefa y señora de este lugar. Papá y mamá ya no me presiona para que me case con nadie y...—
antes de que ella terminara de contarme le corte —Que bueno! Por lo menos te salvaste del odioso de Anibal— espero que mi interrupción no haya sido tan obvia. Vi en su mirada entendimiento
—Si, de lo que me salve.— Oriana y yo quedamos en un corto silencio. Hasta que me atreví a preguntar —¿Como sabias que estaba aquí? — le pregunte suavemente. —Soo, mi dulce Soo me lo dijo tu sangre. Que sigue igual de dulce como siempre. Fue una casualidad encontrarte. Un cliente me pidió comprar mas de ella y me ofreció bastante para reservarla. Me dio curiosidad por el sabor del liquido y pues aquí estamos—
—Oh— fue lo único que salió de mi boca. Claro que me sorprendió como es que pueden identificar a alguien por la sangre. No se como lo hacen pero para ellos es normal.   
—No te preocupes no le dire a nadie que te encontré, sera otro de nuestros secretos—
No puede dejar de sentirme culpable por irme sin decirle a Oriana. Ella siempre confió en mi. Pero no pude arriesgarme en el momento y no tuve tiempo para pensarlo dos veces. Tenia que salir de allí y aproveche la oportunidad.

Pasado:

Corre, corre sigue corriendo me repetía eso una y otra vez. No aguantaba nada mas sentirme inferior e impotente. No me atreví a llevarme nada que no fuera originalmente mío. Así que solo me lleve la pequeña mochila con la que llegue al internado la tenia siempre preparada en mi armario pero no sabia que el momento se fuera apresurar de esta manera. Espero que mi ausencia la noten cuando ya me allá montado en el tren y este muy muy lejos. Sabia por donde me podia montar fácilmente sin ser notada, cuando el tren cruzara cerca de los terrenos hay una area que siempre tiene que esperar por paso ese seria el momento. Trac track.... esta cerca. Llegue por fin, empece a buscar una puerta o hueco y por fin vi una entrada. Las campanas comenzaron a anunciar que se me estaba acabando el tiempo. Me monte cayendo de lado con fuerza.
Un grito llego a mis oídos —¡No!— no, vire para mirar y lo vi a El parado casi como estatua, pero ya era muy tarde el tren ya estaba a toda velocidad. El se quedo inmóvil observándome como me alejaba cada vez mas . Con sus ojos llenos de furia y de algo mas que no e podido descifrar a la distancia.