23. Mil formas
El señor Jerome Delmar sólo había apartado un momento de su apretada agenda para recibirnos cuando llegamos a su empresa esa mañana. Después de que inició la sesión de fotos y la filmación del video, se había retirado a su oficina privada para revisar las hojas de especificaciones de una colección planeada para la temporada de invierno próxima. Justo antes de iniciar la tarea, dedicó un minuto para prepararse un tazón de poutine, esa afamada comida reconfortante que adoran en Canadá.
Qué lástima que yo haya decidido perturbar su momento de confort. No por maldad, pero sí para que me confesara algo muy importante.
—¡Señor Delmar! —había exclamado yo mientras abría la puerta de golpe, haciéndole pegar un pequeño grito y arrojar su cuchara hacia atrás.
—¡Joven Lincoln! ¿Pasó algo? —preguntó asustado desde su asiento. Aún ahora me siento mal por haberlo incomodado.
—Disculpe la molestia, pero necesito que me explique a qué se debe que Mizuki Yawara se encuentre en este edificio.
—Un momento... ¿De quién habla?
Iba a explicar con un poco más de histeria lo que había presenciado cuando algo me golpeó la espalda y me hizo caer, perdiendo la agresividad en el proceso. Era Jerome Junior.
—¡Tranquilo, Junior! Es sólo el joven Lincoln —dijo su padre. El chico se apresuró a levantarme, con una vergüenza notoria. Yo solo le sonreí, igual de apenado.
—Disculpe a mi hijo. Él se toma muy en serio la tarea de protegerme. ¿De quién necesita saber?
—De una modelo llamada Mizuki Yawara. Ella fue quien saboteó el show de modas de mi hermana Leni.
Escuchar eso le hizo tomar el teléfono y preguntarle a la recepcionista acerca de esa visitante indeseable. Tras un minuto de charla, me explicó:
—Siento mucho que la hayan encontrado en este lugar, pero no está aquí por voluntad mía. Ella será la modelo emergente que promoverá uno de mis colegas en el evento general, así que vinieron a hacer un trámite rutinario.
Escuchar eso me hizo volver a perder la calma.
—Un momento. ¿Ella va a estar aquí también mientras Leni se presenta ante los medios? Usted sabe lo mal que quedó mi hermana tras ese horrible percance, ¿verdad?
—Lamento que deba ser así. Pero no hay nada que pueda hacer. Es una contratación ajena.
—¿Qué puedo hacer? ¿Y qué puede hacer Leni?
Tras una breve pausa, sugirió:
—Lo mejor es que ella conserve una actitud profesional. Que separe su rencor personal hacia la señorita Yawara mientras dure el evento.
—Un momento... ¿"Actitud profesional"? ¿Cree que Leni, con lo que le pasó, sea capaz de mantenerla? Yo lo dudo, ella es una chica muy frágil.
El tono amable del señor Delmar se desvaneció con rapidez.
—Entonces la señorita Leni deber reconsiderar si dedicarse a una carrera como diseñadora es una buena idea. En este ámbito tan competitivo deberá tratar con rivales y sentirá hostilidad con frecuencia. Si no está preparada, y por el bien de la organización, me temo que no podré incluirla en mi evento. Por desgracia, hablo muy en serio.
Estuve casi diez segundos en silencio. Luego, apoyé las manos en su escritorio y le dije de frente:
—No será necesario. Ella será profesional.
—Perfecto —fue su escueta respuesta.
Estaba claro que no iba a perder todo lo que habíamos logrado hasta el momento. Pero no tenía idea de qué hacer. Para comenzar, decidí buscar a Leni, y la encontré charlando con Stuart en uno de los sofás de la recepción. Vi su dorado cabello desde atrás, y por los movimientos de su cabeza parecía que hablaba en voz baja.
Ella lo tomaba de las manos mientras no me había visto.
—¡Lincoln! —clamó Stuart al verme.
—¡Linky! —dijo mi hermana con una súbita sonrisa a la vez que le soltaba las manos. —Espero que no te hayas asustado por mi reacción ante esa mujer.
—No. Tranquila. Debes estar siempre tranquila. El señor Delmar me dijo que nadie debe perder el control durante el evento. ¿Crees que será posible?
—¡Sí! No te preocupes, Linky. Verás que no volverá a pasar. Stu también confía en mí. ¿No es cierto?
Por unos segundos capté algo extraño en Stuart. Antes de recibir la pregunta por parte de mi hermana, me vio a mí con una intensidad breve, pero que tenía un aire de solicitud de ayuda. Tras ese breve instante, dio una gran sonrisa a Leni.
—¡Por supuesto, hermosa! A una diosa nunca le hará estorbo una hormiga. No vas a seguirle su jueguito infantil de provocación a esa fulana —fue su respuesta, mientras le daba una caricia rápida en su rostro perfecto con la mano derecha. La bella chica sonrió con ternura.
Una de las maquillistas llamó a Leni, diciéndole que la sesión proseguiría con las últimas fotografías: las de la diseñadora. La rubia se puso de pie y me tomó la mano.
—Vamos. Tú debes estar presente —me dijo.
—Yo debo irme —dijo Stuart sin mucho ánimo. Se puso de pie y se dirigió hacia la salida con rapidez y sin voltear.
—¡Te veo luego, Stu! —fue la alegre reacción de la rubia, mientras me llevaba hacia el estudio. Yo en cambio, no dejaba de pensar en otra de las extrañas actitudes de Stuart quien, supuse, quiso darme a entender algo importante.
La sesión fue breve. Además, tuvo un estilo diferente. Ella optó por posar con más seriedad, adoptando poses elegantes y regalando miradas intensas a la cámara. Muy diferente a la sesión de fotos que hice con ella en casa, pareciera que hace ya mucho tiempo, en la que sonreía con inocencia y me lanzaba besos constantemente.
Comparar ambas sesiones me hizo otra vez pensar en la posibilidad de que Leni cambiara. ¿Será que por culpa de la japonesa ocurrirá lo que tanto temo?
Y a todo esto, tras tanto pensar en el cambio de alguien importante, recordé otro. Uno que yo intenté.
Mientras la sesión terminaba, tomé mi celular y envié un mensaje escrito a Luan.
"HOLA LU, ESTAS AHI???"
Ella respondió tras un minuto.
"Hola, ratón sin cola XDDD ¿Qué tal Montreal?"
"TODO BONITO, TE KIERO PRGUNTAR ALGO"
"Adelante"
"RECUERDAS CUANDO INTENTE QUE CAMBIARAS???"
"Pues claro, cabeza de chorlito. Fue uno de los pocos planes retorcidos que no me parecieron graciosos. ¿Por qué preguntas?"
"CREO KE LENI YA NO ES LA MISMA DESDE LO K PASO EN EL DESFILE DE MODAS. AHORA ES MAS RUDA. NO KIERO K CAMBIE"
"Eso significa que la quieres más que a mi."
Tras unos segundos de haberme horrorizado con su último mensaje, ella envió un emoji de Pac-Man.
"Fue una broma, Linky. Ya en serio. Intuyo que me preguntas eso porque recordaste mi caso, tras considerar evitar el cambio de Leni"
"ME CONOCES MUY BIEN, HERMANITA. KE OPINAS???"
"Sabes de primera mano que todos adoramos a Leni. A diferencia mía, no le haría daño a una mosca, y su corazón es oro puro, tal como su marca de ropa lo dice. Si a alguien no le conviene un cambio, es a ella"
"AUNQUE SU CAMBIO INCLUYA DARLE SU MERECIDO A MIZU-CHII???"
"Eso no suena nada mal. Esa niña malcriada merece una buena patada en su redondo trasero. Pero no tiene que ser Leni quien la castigue"
"DEBERIA HACERLO YO??? SABES QUE SOY INCAPAZ DE LASTIMAR A UNA CHICA"
"Hay mil formas de pelar un gato"
"SOLO NECESITO UNA, Y KE NO SEA VIOLENTA"
"La tendrás. Para eso necesitaremos a Stuart, y posiblemente, a Lisa"
La vocecita de Leni me hizo levantar la mirada.
—¿No viste la sesión? Fue muy especial. Espero que te haya gustado verme como profesional.
—S-Sí, te veías asombrosa. Vas a impresionar a todos los medios —contesté, haciendo el celular a un lado. Normalmente, escuchar eso la alegraría mucho. Pero no vi eso esta vez: en lugar de ello, asintió con la cabeza y colocó en su rostro una sonrisa de determinación.
—Lo sé —dijo. Y se alejó, pero sin menear las caderas al caminar, ni con sus bracitos flexionados. Caminó como lo haría otra persona.
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