-Analizando la situación, no me esperaba algo así...-Comentaba Susan, Desmond tomaba nota de lo recopilado acerca del sujeto en cuanto a la salud de éste.

-Su estado físico se mantiene en buenas condiciones hasta el 78,3% de todo su cuerpo. Sin embargo, ha sufrido daños crónicos físicos en los que deberíamos introducirle una cifra muy elevada de sustancias químicas, y eso podía empeorar su condición y traer consecuencias fatales, en los peores casos habría mutaciones genéticas o incluso la muerte, debemos ser cuidadosos con lo que metemos en su interior-Aclaraba Anna, en el momento entró Katrina en la habitación por una puerta a la derecha que conducía a la esterilización la cual debían hacer tras sentir organismos con propiedades no dignas de las condiciones adecuadas, como por ejemplo, una roca de algún planeta desconocido.

-¿Qué daños crónicos en concreto ha sufrido, Anna?-Preguntó acomodándose el pelo con su mano izquierda, luego se puso al lado de su compañera.

-Pues, el más visible, son sus piernas. Están atrofiadas, supongo que ya lo sabréis, pero esto quiere decir que debido a estar tanto tiempo en la cámara, sus músculos se han ''reducido'' y esto ha implicado que sus piernas ahora no tengan la capacidad de moverse. En resumen: Se ha quedado paralítico-Explicó la rubia de ojos marrones, la muchacha que encontró las cámaras envueltas en carámbanos de hielo anotó aquello en un libreto que contenía la info. del joven.

-¿Su salud mental cómo se mantiene?-Preguntó Desmond, Anna le entregó un papel que acabó en manos de Katrina.

-Realmente me sorprende, creí que estaría más grave. Katrina sabe a qué se debe por sus años en Andrómeda. No ha sido como en otros casos, pero ya os contaré qué es realmente lo que le sucede, o Katrina, que también sabe de ello-Respondió, Katrina sólo se limitó a leer lo que decía el papelucho.

Nombre: Desconocido.

Edad: Desconocida.

Localización: Planeta E-3450D.

Raza: Humano (?).

Estátus: Vivo.

Ritmo cardíaco (escala 1-10): 6.

Hallazgo: Criogenizado.

Temperatura corporal: -90 ºC tras ser sacado de su cámara. 10 ºC actualmente.

Estado físico: Extremidades inferiores atrofiadas de los músculos. Respiración muy dificultosa, incapaz de respirar por cuenta propia, sólo por aerosoles. Palpitaciones controladas mediante electros. Garganta seriamente irritada. Movimientos rígidos, lentos y difíciles de ejecutar en sus órganos externos de mano y antebrazo derecho (hasta el codo), cuello, boca y párpados. Sangre con algunos coágulos que fueron extraídos mediante el sistema H-PO3. Sistema nervioso lento y sólo capacitado para el 1,3% de sus actividades físicas. Encéfalo dañado a nivel 6,7.

Una vez leyó todo lo que se incluía en el documento, de dirigió a aclarar ciertas algo importantísimo con Anna.

-¿Sobrevivirá?-Preguntó, la de ojos marrones se quedó callado un poco, después tomó aire.

-Sí. Pero está muy enfermo. Va a ser difícil que su organismo se ''reinicie'' por así decir. Aún así, tiene un sistema muy fuerte, es capaz de soportar todo esto... Pero yo no quiero tenerle de esta forma, para ser sincera, aunque... Tenemos que salvarle ya no sólo porque nos responda o algo así, si no porque es persona y se merece vivir...-Comentó la muchacha, hubo un profundo silencio, ella no apartaba su vista de en frente, admirando las preciosas vistas de la nebulosa.

-No cabe duda, y yo quiero que él se mantenga fuerte, pero por desgracia debemos tenerle así si queremos que salga saludable al menos al 90%-Aclaró Jones, ninguno dijo nada al respecto, Desmond sólo se digno a hacer una expresión de afirmación-Iré a hablar con él a ver qué tal se encuentra. Seguro que ha mejorado un poquito más-Dijo alejándose del lugar, todos la miraron y la sonrieron ante su gesto.

Caminó un poco hasta llegar a la enfermería, allí había sido trasladado para mantenerse en un cuidado digno de expertos. En aquel lugar, ellos solían curarse como era de lógica o almacenaban, preparaban o lo que fueran ciertas cosas del mundo de la medicina. El joven se mantenía en la habitación de ''aíslamiento'', que era donde tenían de costumbre tener colocados los productos químicos más serios, aunque como sabían que podría perjudicarle un ambiente así, programaron el proceso EDD: Estirlización, desinfección y desintegración de las partículas de estas sustancias tan extremas.

La camilla en la que él se mantenía estaba algo introducida en la pared, como en las resonancias, pero en este caso sólo de la cabeza, muy poco, e inclinada hacia delante. Una luz azul procedente de un tubo fluorescente fabricada con materiales reciclables y sin riesgo de contaminación iluminaba su figura. Era como las camillas de hospital, inclinada en modo de silla, con sus sábanas y etc. y, alrededor suyo, había una bolsita de suero intravenoso, un aparato de frecuencia cardíaca, electros en su pecho, los aerosoles... Vamos, que era como ver a un robot siendo creado, el corazón de Katrina se desgarraba cada vez que lo veía.

A unos pocos centímetros de la puerta, empezaron a oírse la inspiración y espiración del muchacho que hacían que te angustiases al oírlas. Caminó lentamente por el lugar hasta estar a su costado izquierdo, él no pudo ser capaz más que de respirar, estaba tratando de dormirse de nuevo.

-¿Estás dormido?-Preguntó en voz muy bajita la chica, no hubo respuesta, sus ojos se abrieron muy lentamente, hasta abrir los ojos le dolía.

-No-Contestó, no se movió, sólo pudo continuar tratando de captar el aire que surgía de la mascarilla del aparato que lo hacía capaz de respirar.

-Supuse que querrías dormir. Debes descansar-La voz de Jones sonaba tan tranquilizador, el muchachito giró el cuello con todas sus pocas fuerzas hasta tener la figura de Katrina frente a sus ojos.

-Ya se me pasará...-Comentó el rubio, su voz era tan baja, estaba tan ronca y difícil de ser expulsada que daba la sensación de que en algún momento se podía quedar mudo el pobre.

-Claro. Ya mejorarás, tú no te preocupes-Sonrió ella, él hizo lo mismo como pudo, pues hasta tan sólo sonreír le costaba-No fuerces mucho la sonrisa, tienes los músculos de la cara bastante rígidos. No quiero que se ponga peor la cosa-Dijo llevando su mano derecha a su rostro, acariciándolo un poco, estaba demasiado frío para ser verdad, pero cada vez la temperatura de su cuerpo era más alta.

-Sí... Supongo-Comentó tratando de hacer que su voz se oyera un pelín mejor, pero nada dio resultado.

Unos segundos más tarde, ella volvió a mirar a la hoja que contenía la información del chaval, algo había de lo que no se tenía información: Nombre y edad.

-Oye... No sé si te acordarás, pero si es así... ¿Me puedes decir qué edad tienes, por favor?-Le cuestionó de manera dulce y transmitiéndole confianza, él se apartó con su mano derecha la máscara que transportaba el oxígeno que necesitaba de su rostro.

-Tengo 23... 23 años...-Respondió, acto seguido se colocó de nuevo la máscara por precaución y miedo a que le faltase el aire.

-Oh, eres muy joven... Ya veo...-Comentaba al respecto de su edad, sabía que era joven, pero no se supuso que sería más joven que ella-Y, ahora que te vi hacerlo, ¿crees que eres capaz de respirar sin esa cosa en tu cara?-Dijo señalando la mascarilla, éste negó despacio con la cabeza.

-No. Me cuesta mucho respirar, es agobiante. A veces siento que hay algo que me está presionando el pecho muy pero que muy fuerte, como si me hubieran puesto una caja fuerte blindada en el pecho. Es super incómodo... No me gusta nada...-La dijo en respuesta el de ojos azules, Katrina se mordió el labio al oír sus palabras, era una persona algo sensible con estas cosas, y aquello la destrozaba.

-Lo sé, cielo, es algo super incómodo. Ya verás que cuando estés mucho mejor, podrás respirar de manera más tranquila-Le comentó con calma y tratando de relajarle, se giró a mirar de nuevo el papel y observó que el nombre era lo único que les quedaba por saber-No me dijiste tu nombre... ¿Cómo te llamas, cariño?-Preguntó muy dulce, él se volvió a quitar la máscara por un momento para que ella pudiese oírle con claridad.

-Me llamo James. James Alan Hetfield-Respondió, ella anotó el nombre en la hojita y esbozó una sonrisita.

-Vaya, James... Qué nombre tan bonito tienes-Comentó, él sonrió con aquel piropo.

-Gracias-Concluyó para ponerse la máscara una vez más, realmente odiaba tener aquello puesto.

Ahora ya sabían quién era aquel muchachito luchando por mantenerse con vida en aquella camilla.

James... Tiene pinta de ser un chaval muy interesante...