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V E I N T I S E I S

El bosque estaba sumido en completa oscuridad, las antorchas y los candiles que portaban los guardias eran los únicos medios por el cual podían observar a que altura del camino iban. La tensión en el ambiente era terrible, especialmente para BonHwa, odiaba sentirse tan llena de inseguridad e ideas que ella misma había formado en su cabeza, tenía miedo de muchas cosas, el pasado la estaba atacando segundo tras segundo y no tenía la certeza de poder soportar todo.

—¿Estás bien? – Taehyung acercó su caballo hasta el de ella – ¿Viste algo?

—No, todo está normal – suspiró – por ahora. 

Giró su vista hacia su izquierda y observó a lo lejos aquel lago que tanto la atormentado en esos últimos días, para ella, ver ese lugar era motivo de tristeza por haber perdido a su alfa a manos de la mujer que le estaba arruinando su juventud. Jimin no quería salir de su mente, rondaba en sus pensamientos todo el día sin parar, al igual que Jungkook. A diferencia del primero, este último preocupaba a BonHwa de una manera fraternal, amaba al chico con todo su corazón, pero sin mezclar meramente sus sentimientos, era una cuestión de que todos pudieran diferenciar el amor que le tenía a ambos alfas sin que la gente lo confundiera y esparciera rumores absurdos e ilógicos.

—Majestad – un guardia le llamó – mire.

Señaló hacia el frente y pudo notar como la aldea más cercana a los límites de Phoenix ardía en llamas, frunció el ceño y entrecerró sus ojos para observar un poco más nítido a lo lejos. Algunas personas corrían despavoridas hacia el bosque, captando la atención de todos, principalmente de BonHwa.

—¡Por favor, ayúdenos! – una mujer gritó desde lejos – ¡Hagan algo, nuestra ciudad se incendia!

—¿Qué vas a hacer? – habló rápidamente SeokJin – ¿Quieres hacer algo?

—Obviamente, no puedo dejarlos – respondió de inmediato, suspiró acomodando las ideas en su cabeza – de acuerdo, chicas, conduzcan a esta gente a Hilgrand, lleven consigo algunos guardias y encarguense de que estén a salvo.

—¿Y tú? – cuestionó RyuJin – ¿Qué harás?

—Taehyung, SeokJin y los guardias restantes vendrán conmigo a Phoenix – las miró fijamente – si alguien quiere hacerles daño, no se compadezcan y tiren a matar. Primero está la vida de ustedes.

Las miradas de ChungHa y Taehyung se encontraron momentáneamente, sentían una especie de conexión que no podían descifrar por completo, sus inmensas ganas de darse amor parecían no apaciguarse, ninguno había puesto de su parte por continuar con ese sentimientos que les embargaba, sin embargo, el alfa tomó la iniciativa y dirigió su caballo hasta donde estaba la Omega.

—Cuídate, por favor – estiró su mano para tomar la de ella – vive, ¿Sí?

—También te pido eso a ti – respondió en voz baja – vive.

Se vieron mutuamente a los labios, llegando a su mente un recuerdo más de los que habían llegado con anterioridad.

—Eres mía, ChungHa...– susurró en su oído, causando escalofríos en la chica al escuchar la voz tan grave de Taehyung – siempre lo fuiste.

—No sé que haya ocurrido entre nosotros antes...– optó por hacer lo mismo que él, susurró con sensualidad aquellas palabras que habían salido de su boca – pero deseo ésto, te deseo, Taehyung.

Sus miradas se encontraron nuevamente sintiendo nuevamente esa conexión extraña, se sonrieron y cada uno tomó su camino aparte. BonHwa apresuró al caballo, su cabello se movía con la fuerza del viento y en cierto punto comenzaban a arder sus ojos por el humo aproximándose a ella.

Su corazón se estrujó al ver el mismo caos que observó en Hilgrand durante su primera vida, esta vez era doblemente grotesco, porque no sólo se atrevieron a quemar el lugar, sino que había guardias asesinando a cualquiera que se atravesara.

Se bajó de su caballo y sacando la espada que tenía a un costado comenzó a luchar con cada uno de ellos, la sangre se impregnaba en su ropa y en su rostro, eso le hacía sentir incómoda, pero su furia acompañada de su dolor eran más grandes como para tener piedad y no asesinarlos. Algunos de ellos quisieron matarla por la espalda, pero ahí estuvieron SeokJin y Taehyung para cubrirla.

—Son demasiados – habló SeokJin – no vamos a poder solos.

—¿Los guardias?

—Están rescatando personas – Taehyung se alejó un momento para clavar su espada en un beta – sólo estamos nosotros contra ellos.

BonHwa se detuvo un momento quitando el sudor de su frente, suspiró y le entregó su arma a SeokJin. Alzó sus manos, cerró sus ojos para concentrarse y posteriormente formó un gran halo color azul brillante, al abrir sus ojos, estos eran del mismo color de lo que había formado, sorprendiendo a los dos detrás de ella. Con fuerza lo lanzó hacia el frente, generando pánico entre los ciudadanos y los guardias de Phoenix, sin embargo, aquella magia era apaciguar el fuego y destruir a los guardias.

Poco a poco, las llamas iban bajando, los hombres desaparecían y sólo quedaron algunos que lograron esquivar el halo. BonHwa se acercó a uno que estaba escondido detrás de una choza ardiente, sacó una flecha de su bolso y quitándose el arco le apuntó en forma de amenaza.

—¡Por favor, no me mate, por favor! – temblaba y gritaba – ¡Piedad, piedad!

—¿Quién te mandó hacer esto? – estiró más la cuerda del arco – habla.

SeokJin y Taehyung se quedaron estupefactos al ver a BonHwa, se sintieron tan insignificantes ante su voz de Omega, era algo que pocas veces habían visto, incluso su porte era distinto, su mirada feroz, su voz intimidante, desbordaba poder por cualquier parte.

—L-La señorita K-Kyrell...– sollozó – están afuera en el jardín frontal del palacio.

Ella asintió dejando salir la flecha hacia el corazón del hombre, bajó el arco girando su vista a ambos chicos quienes les veían sorprendidos.

—Creí que lo dejarías vivir.

—Esa misma piedad se la pidieron decenas de personas inocentes y él no tuvo el corazón de detenerse – frunció su ceño – ¿Por qué debería de tener piedad ante un asesino?

Un silencio abrumador se hizo presente entre ellos, ella tomó de su bolsa una cantimplora con agua, bebió un poco y la extendió hacia ellos.

—Gracias...– musitaron agarrando el objeto.

—Hidrátense lo mejor que puedan, nuestra próxima parada es en el palacio de JiHwan.

¿Verdad que se está poniendo buenísimo el asunto?

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