Parecía algo irreal ante los ojos de BonHwa, ver a Jimin ahí, defendiéndola con tanto valor, acompañado de sus ojos dorado brillando con intensidad, dándole un aura aún más intimidante, pensó que estaba soñando pero al ver que JiHwan se levantaba lentamente de su cuerpo alzando sus manos le hizo caer en la realidad.

—Eso es, basura – Jimin se colocó frente a BonHwa a modo de protección – retrocede.

—Lograste engañarnos a todos, Park – JiHwan rió – mis felicitaciones para ti.

—Recapacité justo a tiempo – el alfa no bajaba la espada – no haría el sinfín de atrocidades que me propusieron.

Segundos después varios guardias de Hilgrand lograron rodear el lugar, haciendo sentir más segura a BonHwa, quien no podía parar de llorar, los hombres se abalanzaron sobre el alfa, dándole a oportunidad a Jimin de hablar con ella.

—J-Jimin...– elevó su vista hacia el castaño, el cual se dirigió a la parte de atrás de su cuerpo para desatar sus manos.

—Ya estoy aquí – le tomó por las mejillas y la recostó sobre su pecho – perdóname, perdóname, perdóname.

Ambos estaban fundidos en un abrazo llorando con intensidad, era una situación tan demandante, tan complicada que era como un sueño para los dos estar juntos de nuevo.

—Creí que te perdería – BonHwa sollozó – que no regresarías, que Kyrell ganaría. Lo siento, lo siento, todo esto es mi culpa.

—No es tu culpa, yo fui el que dudé de tí, de tu amor y de tus sentimientos hacia mí – sorbió su nariz – yo solo me puse en estos aprietos por ser tan idiota contigo, perdóname por el daño que te causé.

El chico apretó el cuerpo de BonHwa, sintiendo una paz que no había sentido en muchísimo tiempo, era como su lugar seguro, su todo.

—Gracias por salvarme – sus miradas se encontraron – por no dejarme sola esta vez.

—Sólo tienes lo que mereces, bonita, un alfa que te defendiera a morir – sonrió aguantando las lágrimas que querían seguir saliendo – así como yo tengo una Omega que me defendió hasta morir.

—Príncipe, reina – un guardia les llamó – ¿Qué desean hacer con este hombre?

Jimin bajó su mirada hasta BonHwa.

—¿Qué es lo que quieres hacer?

Ella se despegó de su alfa con suavidad, limpió sus lágrimas, se levantó y cambiando su semblante se dirigió al guardia.

—Voy a matarlo.

Caminó hasta donde se hallaba todos los guardias rodeando a JiHwan, estaba golpeado, herido y sometido por tres hombres, estiró su mano y una espada le fue entregada, siguió avanzando arrastrando el metal por el suelo, tratando de captar la atención del hombre.

—Sin tus hombres no vales nada, BonHwa – él comenzó a reír – sin Park no vales nada.

—Cállate, JiHwan – pateó su rostro – no tienes derecho de hablar.

—¿No puedo hablar en mi propio reino? – escupió un poco de sangre – ¡¿No escuchas que tu rey te está hablando?!

—Tú no eres mi rey, este reino me pertenece, y le pertenece a todo el pueblo que robaste durante años – alzó la espada haciendo un corte en su rostro – le pertenecía a mi madre, a mis abuelos, a todos, menos a ti, rata asquerosa.

De un sólo tajo, la enterró en su pecho, mirando como sus ojos querían salirse de sus cuencas, no se contuvo más y comenzó a llorar mientras sacaba la espada para volverla a introducir en su cuerpo algunas veces más.

—¡Esto es por mis padres, por todas las vidas tan inocentes que arrebataste! – gritaba con dolor – ¡Por arruinar mi vida y la de los que amo! ¡Te odio, te odio, te odio!

—Hey, hey, hey – Jimin la abrazó por detrás intentando apaciguarla – ya está muerto, ya no podrá hacernos daño, es suficiente.

Lentamente, le quitó la espada y se la entregó a un beta que se encontraba ahí, acunando nuevamente entre sus brazos a BonHwa.

—¿Qué hacemos con el cuerpo, majestad?

Recuerdos llegaron a la cabeza de Jimin cuando ese hombre que estaba ahora muerto, les había tendido una trampa y como se expresaba de los cuerpos sin vida ajenos.

—¡Una cosa más! Desháganse de los cuerpos del calabozo, su olor me fastidia y creo que servirán mucho más de abono a la tierra que de lo que sirvieron en su mediocre vida.

—Entierren su cuerpo en alguna parte del bosque – respondió con frialdad – servirá de abono para la tierra, mucho más de lo que sirvió a los demás.

Los hombres asintieron ante las indicaciones de su superior, mientras que él se dedicaba a abrazar a su chica y no soltarla. En ese momento era como un cristal frágil, a pesar de mostrarse fuerte e invencible.

—Jin y Tae...– BonHwa fue interrumpida por Jimin.

—Los saqué de aquí, posiblemente ya están llegando a Hilgrand, no te preocupes más, BonBon, ya todo terminó – sonrió acariciando su mejilla – vamos a casa.

La soltó por un momento y alejándose un poco, dejó salir su forma lobuna para agacharse y permitir que su Omega subiera a su lomo, ella accedió con una sonrisa, observando todo a su alrededor, era triste ver lo destruido que estaba un reino que le costó años de esfuerzo a su familia construir, sintió pena por todas las familias que habían muerto a lo largo del tiempo a causa de la insensibilidad de JiHwan, sin embargo, se convenció a sí misma que no podía retroceder el tiempo para poder salvar a todos, creía firmemente que ellos estaban en un lugar mejor lejos de su maldad.

Optó por recostarse sobre el lomo de Jimin, abrazando al lobo por los lados y acariciando su suave pelaje marrón, disfrutando de la calidez y el aroma que el alfa emanaba. Por su mente pasaban muchas cosas que quedaron sin concluir, se puso a pensar en que Kyrell y SoRa habían escapado, no había rastros de ellas, por lo que no tenía la certeza de que siguieran ahí en Phoenix ni tenía una idea de dónde pudieran estar, pero también pensó que ya no tenía de que preocuparse.

Si Jimin y ella estaban juntos de nuevo, ¿Quién podría contra ellos?

¡Pasó lo que tanto estábamos esperando!

Dios, estoy tan feliz de que esos dos estén juntos de nuevo uwu

También pasaba por aquí para agradecer las más de 1K de leídas y los más de 300 votos, de verdad, no merezco tanto de su parte, muchísimas gracias por seguirme en mis locuras. ❤️

Disfruten mucho la paz de los próximos capítulos, porque esto aún no termina, ¡Los amo! ❤️