V E I N T I N U E V E
—La noche es fría, bonita – Jimin abrazó a BonHwa – no deberíamos estar aquí.
—Quería un poco de paz – suspiró – y un tiempo a solas contigo.
Ambos estaban sentados en el mismo lugar que tuvieron su primera conversación, esta vez estaba abrazados acariciando sus pieles, sintiendo el calor mutuo y disfrutando sus aromas hasta saciarse. El aire movía sus cabellos, sus narices se encontraban rojas y las puntas de sus manos frías, el silencio era reconfortante para ello, después de tantos gritos y ruidos ensordecedores, era como un regalo que la vida les había brindado.
—Supongo que tienes muchas dudas – el castaño miró hacia el cielo – así que pregúntame lo que quieras.
—¿Cómo llegaste hasta el lago? – fue lo primero que llegó a su cabeza – está bastante escondido, casi nadie entra ahí.
—No voy a mentirte, me sentí devastado al verte besándote con Jungkook, los celos me estaban consumiendo y no hice nada por detenerlos – chasqueó su boca – yo sólo corrí y corrí sin detenerme ni mirar hacia atrás, hasta que llegué a ese lago. Estaba sentado en la orilla cuando ella se apareció, discutimos y a partir de ahí, no recuerdo nada más.
—¿No recuerdas absolutamente nada?
Él negó de inmediato.
—Caí en la realidad cuando estábamos en el calabozo, fue como un choque verte debajo de mí y ver todo en llamas, no entendía como es que obedecía a todo lo que Kyrell me pedía.
—Para mí también fue un gran choque verte diciéndome que me odiabas – suspiró – que Jungkook era mi amante, que jamás te amé y que sólo te utilicé. Fue bastante doloroso, ¿Sabes?
—Nunca me cansaré de pedirte perdón – besó su cabeza – te he causado tanto daño que no se cómo recompensarte.
—Lo importante es que eres tú de nuevo – ella acarició su mano y posteriormente la besó con suavidad – y que nada ni nadie podrá quebrantarnos de nuevo.
Para Jimin fue muy difícil darse cuenta de la realidad, aquella visita clandestina a los calabozos fue como quitarse una venda de los ojos, Jungkook fue aquel que le ayudó a salir del abismo en el que se estaba sumiendo, le debía demasiado al alfa, principalmente el haber cuidado de su Omega en su ausencia.
—¿Qué quieres, Park? – Jungkook le miró molesto – ¿Veniste a burlarte?
—Sólo lo quiero charlar – suspiró – ¿Por qué estás aquí?
—¿Kyrell te mandó a hacer esto?
—Vine por mi cuenta, Jeon – se acercó a él sintiéndose inseguro – ¿Qué está mal conmigo?
El semblante del alfa logró suavizarse un poco al escuchar el tono habitual del castaño.
—¿De qué hablas? No te entiendo.
—¿Qué hago aquí y por qué no puedo resistirme ante lo que dice Kyrell? – tomó las manos del chico – debe haber alguna explicación a esto, pero yo no la encuentro, tú podrías ayudarme.
—No sabes lo grande que es esto, así que sólo puedo decirte una cosa – Jungkook soltó sus manos – sigue fingiendo y mantendrás a salvo a muchas personas.
En ese momento, todas las imágenes de aquella noche se avecinaban en su mente, llegaban una tras otra sin parar, incluso una especie de neblina negra salió del pecho de Jimin, disipándose en el ambiente, logrando él mismo deshacer el hechizo de Kyrell.
—Creo que es tiempo de volver – BonHwa captó la atención de Jimin – deben estar muy preocupados todos en Hilgrand.
—Nuestro deber llama, así que ve a verlos – se separó de ella – yo te alcanzaré allá.
—¿Por qué?
—Necesito ir a Timoría, no está bien que el pueblo esté a la deriva por las malas decisiones de mi madre.
—Te prometo que iremos más tarde – entrelazó sus manos con las de Jimin – juntos, no tenemos porque esconder más nuestro amor.
Ambos se levantaron tomándose de las manos, se miraron fijamente y unieron sus labios creando un beso suave y lento, lleno de muchas emociones que escondían un deseo más allá de un roce.
Se necesitaban el uno al otro mucho más de lo que su mente pudiera imaginar, aquel beso sólo era el comienzo de una nueva historia de amor, sin aparentes enemigos ni magia negra interviniendo.
Solo eran Jimin y BonHwa, dos jóvenes enamorados destinados a ser la salvación de muchas personas.
—No puedo conciliar el sueño, no puedo.
—Debes hacerlo, SeokJin – NaMi bostezó – no es bueno para tí estar así.
—¿Y si ella corre peligro? – el chico siguió caminando – ¡Ni siquiera sé cómo llegué aquí!
—Un guardia nos dijo haber visto a Jimin pidiendo que los ayudaran – ChungHa le extendió una taza de té – pero no es información certera.
—Recuerdo haberlo visto atacando a algunos guardias – Taehyung ladeó su cabeza – fue extraño, porque se supone que estaba de lado de Kyrell.
—¡Chicos, chicos! – RyuJin se asomó por la puerta – BonHwa está aquí.
Todos salieron despavoridos hacia la entrada del castillo, notaron como venía montada sobre un lobo marrón que conocían a la perfección, los guardias hacían reverencias frente a ella mientras sólo les correspondía con una sonrisa débil, giró su rostro y sus ojos se iluminaron al ver a toda su gente a salvo. Se bajó del lomo de Jimin y corrió hasta abrazar a SeokJin con fuerza, el beta acariciaba su espalda sintiendo un alivio que no podía tener desde algunas horas atrás.
—¿Estás bien? ¿No te pasó nada?
—Estoy completa – BonHwa sonrió – eso es lo que importa.
—Gracias al cielo que estás con vida, Bon – la rubia se abalanzó sobre ella, quitando a SeokJin del medio – nos tenías muy preocupados.
Mientras ella conversaba con aquellos chicos, Taehyung se acercó al castaño quien había vuelto a su forma humana, se sentía demasiado avergonzado como para llegar a saludar tan abiertamente.
—Hola, Taehyung – masculló en voz baja, el mencionado no dijo una sola palabra y abrazó con suavidad a su amigo.
—No sabes lo mucho que te extrañé – rió dejando libres algunas lágrimas que contenía en sus ojos – me hace tan feliz verte de nuevo aquí, siendo tú y no el idiota de antes.
—Eso no volverá a suceder, así que descuida, todo volvió a la normalidad – se separó de él para después verlo a los ojos – ¿Dónde está Jungkook?
—Se durmió después de que Namjoon curó sus heridas – suspiró – es al que peor le fue.
—Hablaré con él cuando despierte, tengo muchas cosas que decirle.
Pasaron algunos minutos en los que pudieron charlar, en dónde a groso modo se contaron todo su sentir y sus anécdotas, para ambos fue sorprendente ver por todo lo que habían pasado en tan poco tiempo, jamás se imaginaron llevar la vida que habían estado llevando.
—Jimin – BonHwa le llamó – iré a dormir, ¿Vienes?
Él asintió con una sonrisa, se despidió de Taehyung y cuando pasó junto a todos en la entrada se sintió cohibido ante las miradas que le dedicaban, sin embargo, ya no le importa eso.
Mientras BonHwa lo viera con amor, no le hacía falta nada más.
Gracias por todos sus comentarios tan lindos, en verdad, me encanta leerlos. ❤️
Disfruten, ¡Los amo! ❤️
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