Una parte de su hogar estaba consumiéndose en llamas, por lo que corrió hasta llegar al interior, observó como todos corrían desesperados por no saber que estaba pasando. Les indicó con rapidez que salieran de ahí, chocando con algunas mucamas en el camino.

—¡BonHwa! – ChungHa se acercó a ella – ¿Qué está ocurriendo?

—Asegúrate de que todos se pongan a salvo lejos de aquí – la tomó de los hombros – por favor, haz lo que te pido.

—¡Taehyung se quedó atrapado en los calabozos! – RyuJin corrió en dirección a BonHwa – SeokJin intentó descender pero era imposible, ahora está sacando a las personas del castillo.

—Yo me encargaré – suspiró – váyanse de aquí.

—Es peligroso – refutó la Omega rubia – ven con nosotras.

—No puedo hacerlo, así que aléjense de los alrededores – BonHwa observó como ninguna parecía quererse ir – ¡Váyanse, ahora!

Ellas asintieron corriendo hacia la salida, BonHwa por su parte, tomó una gran bocanada de aire y aceleró su paso hacia los calabozos, todo ardía con fuerza, había demasiado humo, nublando un poco la vista de la Omega, no obstante, estaba preparada para ello. Usó un poco de su magia para crear un rocío de agua intentando apaciguar el fuego para poder proseguir su camino, no lo logró del todo pero al menos parecía funcionar. Todo se volvía más intenso a medida que avanzaba, el humo comenzaba a colarse en su nariz sofocándola, poco le importó aquello pues siguió avanzando hasta llegar a la celda dónde se hallaba su alfa. Espero algunos segundos a que el humo se dispersara un poco para adentrarse al lugar.

De un momento a otro se abalanzó sobre él para quitarlo de encima de Taehyung, golpeó su rostro en repetidas ocasiones deteniéndose cuando el alfa logró propinarle un golpe en el estómago, la cargó de la cintura azotándola contra el suelo, esta vez él era el que golpeaba con rudeza el rostro de BonHwa. Ella intentaba cubrir su rostro con sus manos y brazos sin embargo, Jimin optó por tomar sus muñecas con una sola de sus manos.

—¡Basta, Park! – gritó la Omega – ¿Qué crees que haces?

Un hilo de sangre resbalaba por su piel, su cabello estaba desaliñado y su ropa manchada, no entendía de dónde había sacado el valor para confrontarlo sin quebrarse al instante.

—Lo que debí haber hecho desde hace mucho tiempo, Bae – pudo notar que sus ojos se oscurecieron dando paso a un aterrador brillo púrpura – matarte.

—¡¿Por qué haces esto?! – por un instante la mente del castaño dió paso a que un recuerdo se reprodujera en su mente – ¡¿Kyrell te lo pidió?!

Jimin le miró desconcertado, giró su cuerpo en cuanto vió que ella se acercó a él con la intención de volver a golpearlo, se levantó y golpeó con fuerza sus piernas logrando derribarla. Se colocó encima de su cuerpo y tomó sus manos colocándolas a los costados.

—¿Por qué haces ésto? – ambos se miraban con la respiración agitada – ¿Mi padre te lo pidió?

—No tengo porque darte explicaciones – habló con los ojos llorosos – concrétate a luchar y punto.

Jimin parpadeó rápidamente observando todo a su alrededor, notando como su Omega estaba siendo sometida por su persona mientras las lágrimas resbalaban silenciosamente a los costados de su rostro y como Taehyung se hallaba inconsciente en la entrada de la celda.

¿Qué estaba haciendo?

Entre las llamas apareció Kyrell, observando todo con una gran sonrisa en el rostro, para después acercarse a él y acariciar su espalda.

—¿Todo bien, príncipe? – aproximó su boca a su oído – ¿Listo para hacer lo que acordamos?

—Y-Yo...– la mujer mordió el lóbulo de su oreja.

—Sé que quieres esto – rió – no debes desviarte de tu misión.

—Jimin...– suplicó BonHwa con la voz entrecortada – por favor, regresa.

Para él era como tener sobre sus hombros a un ángel y a un diablo diciéndole que hacer, se sintió confundido y abrumado en ese momento, su lobo le pedía a gritos hacerle caso a BonHwa pero había algo que lo detenía y que no sabía de dónde provenía.

—Es tiempo de irnos, Park – Kyrell se alejó de Jimin – ya tenemos lo que necesitamos.

Nuevamente los ojos de Jimin se oscurecieron, su expresión se endureció y soltó a la Omega con brusquedad, como si ya no le importara. Se levantó para después pararse a un lado de la mujer, dejando totalmente desconcertada a BonHwa, una ligera esperanza se estaba formando en su corazón cuando vió a Jimin dudar de sí mismo, la cual fue rota al verlo alejarse de ella para ir con Kyrell.

—¿Estás feliz? – BonHwa se puso de pie encarando a Kyrell – ¿Estás satisfecha con todo lo que causaste?

—Oh cariño, como no tienes una idea – sonrió con malicia – aunque aún tengo muchas sorpresas preparadas para ti.

—¿Qué más puede pasar? – extendió sus manos a sus costados – ya me quitaste todo.

—¿Estás retándome? Porque puedo ser mucho peor de lo que he sido.

—No te tengo miedo, bruja – entrecerró sus ojos – puedo vencerte ahora mismo, sin la necesidad de esconderme detrás del sufrimiento humano.

—Te espero en Phoenix, querida – ignoró sus palabras – puedes ir desde ya si así lo deseas.

BonHwa alzó sus manos formando algunas bolas mágicas hacia ella, sin embargo, ambos se esfumaron en cuanto ella dejó salir su magia. Observó como todo se caía a pedazos y el fuego parecía haberlos atrapado en aquella celda, así que cerró sus ojos y alzando sus manos nuevamente reconstruiría todo.

—Reversionis – como por arte de magia, una ola azul brillante azotó con fuerza el castillo, desapareciendo por completo el fuego y construyendo nuevamente lo que había sido consumido por las llamas.

Caminó hasta Taehyung y con esfuerzo lo cargó entre sus brazos para llevarlo a su habitación, el chico abrió sus ojos y tosió sin cuidado alguno.

—Bon...– ella negó con su cabeza.

—No hables, sólo descansa – intentó transmitirle un poco de paz en su manera de hablar – estás a salvo.

Abrió con una patada su alcoba para después recostarlo sobre su cama, poco después Namjoon y los demás entraron para revisar que todo estuviera en orden. Ella se alejó del alfa saliendo en silencio del lugar, se recargó en la pared, colocó sus manos en su cara y se deslizó hasta llegar al suelo, dejó que todo fluyera en su cuerpo, sus emociones se habían apoderado de su mente, de su corazón y de todo su accionar. Las lágrimas volvían a fluir sin control, igual que una cascada infinita, sus sollozos reflejaban el dolor que sentía y que embargaba su ser, unos brazos la envolvieron colocando su cabeza sobre su pecho.

—Llora todo lo que necesites, no te reprimas más – SeokJin suspiró – aquí estaré para tí.

Su corazón dolía de una manera que jamás había experimentado, su Omega chillaba ante el rechazo de su alfa, sentía una presión en el pecho que no le dejaba respirar con normalidad, quería retroceder el tiempo y acomodar todo a la perfección para que su amor hubiese nacido sin tragedias, sin dolor y sin sufrimiento. Era demasiado doloroso para ella traer de vuelta aquellas pequeñas memorias en dónde alguna vez pudieron disfrutar del amor que les correspondía, de aquellos besos y caricias que hacían única su relación y que de los cuales sólo ellos eran testigos. Deseaba con todas sus fuerzas que todo fuese un mal sueño y que pronto despertaría de la pesadilla más grande de su vida, no obstante, caer en la realidad tan abruptamente era un golpe bajo para ella, le hacía sentirse aún más miserable que antes.

—Lo perdí, Jin – apretó la camisa del beta entre sus manos – perdí a mi Jimin.

¿Qué dice el público? ¿La acabamos antes de que se termine el año?