Q U I N C E
Habían transcurrido seis días desde el inicio de las fiestas en Hilgrand, cada año conmemoraban la memoria de los difuntos reyes, tomando su muerte como un sacrificio por el bienestar del pueblo y enalteciendo su gran valentía, era presidido por BonHwa y tenía duración de una semana.
En este, todos convivían en la plaza principal, sin importar los puestos o clases sociales, comían, hacían juegos y solían contar anécdotas alrededor de una gran fogata formada en el centro, muchos de los ciudadanos no podían quedarse porque tenían cachorros que cuidar o eran muy grandes para mantenerse despiertos hasta altas horas de la noche.
Jungkook y BonHwa parecían hacerse cada vez más inseparables, al igual que ChungHa y Taehyung quienes trataban de vencer su timidez para poder entablar una conversación, por su parte, RyuJin era el buzón de quejas de SeokJin, el beta amaba desahogarse con la Omega de todos los enojos que su prima le hacía pasar.
El más afectado con todo esto era Jimin, pasaba la mayor parte del tiempo solo en su alcoba, decidió no acudir a las festividades para no lastimarse más a él mismo, ver qué todos en el pueblo trataban bien a Jungkook y que cuando él se apareció por única ocasión lo miraron con desprecio, incluida su Omega, le hizo sentirse miserable.
Llorar por las noches mientras miraba la luna por su ventana se había vuelto su rutina diaria, sólo comía en la tarde y no tenía ganas ni de levantarse de la cama, de no ser por Taehyung que le invitaba a pasar tiempo con ChungHa, sin embargo, se sentía incómodo estando en medio de ellos, así que optaba por decir que estaba cansado o que haría otras cosas.
Finalmente era el último día de las festividades, todos en el palacio se movían de un lado a otro, alistando todo para el gran cierre que BonHwa daría, intentaba leer algunos libros pero su mente sólo podía tener presente las risas de la chica y Jungkook cerca de su habitación.
Alguien tocó la puerta captando su atención, suspiró y un suave adelante salió de la boca del alfa, fingió una sonrisa cuando vió a Taehyung entrar con un tazón de fruta picada y un vaso de agua. Se lo entregó en sus manos y musitó en voz baja un agradecimiento, su amigo lo observó totalmente decaído, como cuando estaba en Timoría.
—¿Qué te pasa, Jimin?
—No me he sentido bien, eso es todo.
—¿Vamos a comenzar nuevamente con secretos? – ambos alfas se vieron fijamente a los ojos – porque no estoy dispuesto a pasar por lo mismo.
—Lo lamento, ¿Sí? – Jimin dejó el tenedor a un lado – no quiero agobiarte con mis problemas existenciales.
—Oh vamos, para estamos los amigos, no solo para la diversión – palmeó con suavidad su muslo – cuéntamelo todo.
—No creo poder recuperar el amor de BonHwa, menos teniendo a un rival como Jungkook.
—¿Por qué lo dices?
—Es casi perfecto – suspiró – atractivo, buen cuerpo, atento, caballeroso, simpático. Así puedo pasarme todo el día entero hablando de sus cualidades.
—¿Acaso tú no lo eres?
—Soy todo lo contrario, sólo soy un patán.
—¿En qué concepto te tienes, Park? – su amigo frunció su ceño disgustado – eres eso y mucho más que él.
—Para BonHwa no, Tae.
—¿Y cómo estás tan seguro de eso?
—No necesito ser adivino para saberlo, tan solo observa como lo ve a él y como me ve a mí.
—¿Será porque te portaste mal con ella y el alfa musculoso no? – Taehyung alzó sus cejas – ese hombre podrá tener toda la atención de tu chica, pero en una semana no podrá ganar su corazón, ese late exclusivamente por ti, mi querido amigo.
Jimin guardó silencio analizando las palabras del alfa frente a él, tomó un trozo de pera y lo masticó con lentitud. Taehyung se levantó al no ver ninguna respuesta, se dirigió a la puerta pero se detuvo sonriente ante las palabras de Jimin.
—¿A qué hora es el cierre?
—Al anochecer – giró su rostro – date prisa u corta algunas flores, oí que le gustan las rosas rojas.
Jimin sonrió.
—Gracias, Taehyung.
—Gracias por siempre amar a mis padres, aún después de su deceso – BonHwa alzó su copa de vino – salud por ellos y por todo Hilgrand.
Todos aplaudían gustosos de escuchar a su reina, se veía majestuosa con aquel vestido azul oscuro cubierto de pedrería fina, un maquillaje a base de pigmentos naturales, como un bálsamo hecho con cerezas y un rubor con frutos secos de tonalidades cafés, además de que la corona en su cabeza resaltaban su cabello suelto cayendo en ondas por su espalda. Pocas veces los usaba así, debido a que es muy difícil arreglarlo, por lo que optaba por atarlo en una coleta alta o en una cebolla, acompañada de su ropa casual.
Bajó del estrado con ayuda de Jungkook, quien tomó su mano para evitar que tropezara, hoy se estaba realizando en el castillo, a diferencia de los otros días, el pueblo vestía con sus prendas más bonitas para el baile con el que finalizaban la noche, BonHwa decía que para bailar una pieza no necesitabas ser una persona de la realeza, con que tuvieras el deseo bastaba para hacerlo realidad.
—¿Me concede este baile? – Jungkook estiró delicadamente su mano hacia la omega, haciéndola sonreír – ¿Majestad?
—Acepto – colocó su mano sobre la palma contraria – joven Jeon.
Ambos se dirigieron al centro de la pista, siendo rodeados por todos. El alfa colocó su mano en su cintura acercándose más a ella, mientras que la otra posaba una de sus manos en el hombro del chico y entrelazando su otra mano con la de él. Ambos sabían moverse al compás de la música lenta, disfrutando del momento.
—Luces más hermosa que de costumbre.
—Por favor, ya quiero quitarme todo esto, no lo soporto – ambos rieron – siempre lo odié.
—La ocasión lo amerita, pronto terminará.
Ella rebuscó disimuladamente con la mirada a Jimin por encima del hombro de Jungkook, sabía que hoy tampoco estaría presente pero quiso conservar esa pequeña esperanza dentro de ella, suspiró y siguió bailando con el alfa como si nada estuviera pasando.
—BonHwa – una vez que captó su atención, se acercó a su oído – ¿Podrías acompañarme un momento al jardín?
—Claro, sólo déjame avisarle a SeokJin.
—Es muy rápido, ven.
Se separó de ella para agarrar su mano y guiarle entre las personas hasta el lugar. La luna brillaba más que otras ocasiones, acompañada de un frío arrasador que de no ser por las telas gruesas de las que estaban hechas sus prendas, estarían temblando. Jungkook la guió por todo el rosal hasta llegar al pequeño lago del castillo.
—¿Y bien? – BonHwa sonrió – ¿Qué tienes que decirme?
Sin previo aviso tomó las mejillas de la Omega uniendo sus labios en un beso, ambos se dejaron llevar por el momento disfrutando de ese beso tan cálido y lleno de amor, sin darse cuenta que un alfa sollozaba en silencio detrás de ellos.
—Lo sabía...– susurró apretando el trío de rosas que sostenía en una de sus manos – yo lo sabía.
Soltó las rosas corriendo lejos de ahí, sin ver cómo BonHwa alejaba a Jungkook bruscamente, la chica mantenía una expresión de sorpresa en el rostro mientras tocaba sus labios.
—Jungkook...– musitó – esto no está bien.
—¿Por qué? – cuestionó – no hay nadie que lo impida.
—Yo...– ella suspiró – no puedo.
Él rió asintiendo.
—Esto era lo único que necesitaba saber – bajó su mirada – tú sigues amando a Jimin a pesar de todo, y por favor, no lo niegues.
—Está bien, tienes toda la razón – BonHwa se acercó a él elevando su mentón para que pudiera verla – eres maravilloso, Kook y te amo como una persona muy especial dentro de mi vida, pero no puedo amarte como tú me amas.
—Estuve consciente de ello desde un principio, y quiero confesarte que me estoy aferrando a una relación que jamás va a ser real – tragó saliva intentando deshacer el nudo en su garganta – sin embargo, quiero tu felicidad, y si tú eres feliz a su lado, yo también voy a serlo.
Ella lo abrazó con fuerza.
—Gracias, Jungkook, gracias – apretó más su cuerpo con el del alfa – pero prométeme que encontrarás a alguien que te haga igual de feliz.
—¿Algo como Jimin por ti y tú por él? – ambos rieron separándose – ese hombre quería asesinarme con la mirada cada cinco segundos.
—¿Él estaba cerca de nosotros?
—Tenía intenciones de acercarse a tí, pero nunca lo hizo.
—¡Chicos, chicos! – una ChungHa agitada se acercó corriendo a ellos – no encuentran al príncipe Jimin por ningún lado.
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