Escuchar con In silence – Janet Suhh

—Rodeen el castillo – jadeó secando el sudor de su frente – ningún forastero debe entrar al palacio.

BonHwa había estado luchando con aquella gente desde algunas horas atrás, la sangre se había impregnado en su piel y en su ropa, su espalda goteaba tintando el suelo. Miraba a todos lados de manera feroz, sin que se pudiera dar cuenta, sus ojos cambiaban de color, intimidando a cualquiera que le viera.

Caminaba de un lado a otro sin parar, su cabello se movía al compás del aire y su aroma comenzaba a dispersarse por todo el lugar. SeokJin se acercó a ella colocando su mano sobre su hombro, giró su rostro alerta a qué fuese alguien más, sin embargo, respiró con tranquilidad al ver al beta junto a ella.

—¿Te sientes bien? – frunció su ceño – tu aroma llega hasta la entrada.

—Estoy cansada – suspiró – pero debemos mantenernos despiertos.

—Son las tres de la mañana, BonHwa, deberías descansar un poco – SeokJin frotó suavemente su espalda – ya no hay nadie, todos están a salvo, a excepción de algunos destrozos, pero nada que no se pueda reparar.

—Hay algo que me lo impide, mi corazón y mi loba se sienten inquietos – BonHwa tocó su pecho – no quiero pensar que Jimin esté en peligro.

—No siempre tendrá que influir ese príncipe en tus emociones, Bon – el beta se posó frente a ella – ¿Acaso no estás viendo esta situación? A todos nos tiene con el corazón en un hilo, ¿Y tú lo estás relacionando con ese patético alfa?

—Cada día me decepcionas más, Kim – rió jugando con su espada – no cabe duda que no eres el mismo amigo de antes, ¿Cambiaste sólo porque decidí enamorarme?

—No es así...– ella no pudo contenerse más y enterró el arma en el suelo.

—¡Tus padres ayudaron a miles de personas sin importar su origen! – su pecho subía y bajaba frenéticamente – ¡Tú mismo me dijiste que ellos eran de bandos enemigos, más sin embargo, se enamoraron! ¡Tú eres la prueba viviente de su amor sin límites!

—La reina HaNa y el rey SeoHo les dió la bienvenida a Hilgrand, brindándoles todo su apoyo incondicional – suspiró – la pregunta aquí es, ¿Quién los va a cuidar y proteger de la misma manera?

BonHwa desvió su vista hacia atrás de su amigo, tiró del brazo de SeokJin para hacerlo a un lado y evitar que el hombre que caminaba hacia él pudiera enterrar su daga sobre su espalda. No podía distinguir el rostro de aquel que suponía que era un alfa, sin embargo, su risa fue la encargada de hacerle saber a BonHwa quién era.

—Sobrina mía...– JiHwan quitó la capucha que cubría su cabeza dejando ver una sonrisa malévola hacia la Omega – es un placer verte.

—¿Qué es lo que quieres? – BonHwa le miró fijamente – ¿Apoderarte de mi reino?

—Tu cabeza, en realidad – los ojos de la Omega comenzaban a brillar nuevamente, haciendo que el alfa riera – esa mujer tenía razón, eres bruja.

—Kyrell...– susurró en voz baja – maldita sea.

—BonHwa no es ninguna bruja – SeokJin intervino – ¿De dónde saca esa gran falacia? ¿De su imaginación?

—Piensa lo que quieras – BonHwa rió – de todas maneras, eso no es lo que te interesa ni a lo que veniste, ¿No?

—Eres igual de intuitiva que tú padre, nunca decepcionas – JiHwan desenvainó su espada con una sonrisa en el rostro – ¿Qué estamos esperando para la diversión?

—Nada, JiHwan – BonHwa no se dejó intimidar y con una sonrisa sarcástica desenterró su espada del suelo – que comience la diversión.

—¡BonHwa, no!

—¡Resguárdate, SeokJin! – ella le miró quedarse estático – ¡Vete!

La Omega alejó a SeokJin con un empujón, empezó a combatir con JiHwan frente a frente, el alfa no tenía miramientos para atacarla, no obstante, esquivaba los golpes con gracia mientras buscaba el punto débil de su oponente, los truenos comenzaron a azotar el lugar y algunas gotas de agua caían sobre ellos. BonHwa tropezó con una piedra logrando caer al suelo, por lo que el alfa aprovechó para querer enterrar su espada en su abdomen, ella fue más astuta y rodó hacia su izquierda para después golpear su pierna y tirarlo al suelo, se montó encima de él dejando su espada a un lado, sus puños aterrizaban con rudeza sobre el rostro de JiHwan, las lágrimas se deslizaban por sus ojos y su respiración era irregular.

—Esto es por mis padres – sollozó – por mi pueblo, y por nosotros.

—¿Ustedes? – habló mientras reía con dificultad – ¿Te refieres a Park Jimin?

—Arruinaste mi vida – golpeó nuevamente el rostro de JiHwan – me hiciste infeliz sólo por tu patética ambición, tu envidia y tu odio irracional hacia nuestra familia.

—Mírate, BonHwa – tosió escupiendo un poco de sangre – lastimando a tu propia familia por un tonto príncipe.

—Tú no eres mi familia, JiHwan...– susurró con dolor – tú eres un monstruo.

El hombre aprovechó la debilidad de la Omega golpeando sus costillas e intercambiando sus posiciones, ahora BonHwa se encontraba debajo de JiHwan, quien tomó sus muñecas con fuerza.

—No mereces la corona que portas, eres débil y patética – acercó su rostro al de la Omega – ni siquiera puedes defenderte sin ayuda de alguien.

—Soy más de lo que todos piensan – retuvo sus sollozos – no soy la niña inmadura y sin carácter que todos creen.

Golpeó sus partes bajas quitándolo con agilidad de encima suyo, corrió por su espada, la tomó entre sus manos y la colocó en el cuello del alfa.

—¿Vas a matarme? – rió acercando más el metal a su piel – ¡Házlo, cobarde!

—¡Bae BonHwa! – una gruesa voz acompañada de un trueno resonaron en sus oídos, giró su vista y reconoció aquella figura imponente caminar entre el bosque.

—Taehyung...– susurró para después ver a JiHwan reír – no cantes victoria, basura.

—Creo que el alfa tiene que decirte algo importante – siguió riendo – quizás anunciarte la muerte de tu amado príncipe.

Sin pensarlo dos veces pasó con fuerza la espada sobre el rostro de JiHwan, haciendo una gran marca sangrante acompañada de los gritos del hombre.

—¿Sigo siendo patética? – ahora ella rió al ver la expresión de sorpresa de JiHwan – ¿Acaso tienes miedo de esta reina tan débil e inútil?

—Eres una...– guardó silencio cuando la punta de aquel metal se posó sobre su garganta.

—Cuida tus palabras, alfa inservible. No tendré la más mínima piedad de tí y te mataré de un sólo corte.

—Detente, por favor – Taehyung llegó hasta ella intentando apaciguarla – te necesito.

—Debo matarlo o seguirá haciéndonos daño, incluso más que ahora – volvió a sollozar, esta vez con más fuerza – no puedo dejarlo vivo.

—Jimin está en peligro – la Omega se quedó estupefacta – créeme, te necesito ahora.

—¿Está muerto? – JiHwan comenzó a carcajearse con fuerza – ¿SoRa logró asesinarlo?

BonHwa alzó su espada con intenciones de enterrarla en el cuello de Choi, sin embargo, Taehyung se posó detrás de ella tomando sus manos con fuerza. Notó que ella no paraba de solloza, no podía controlar su respiración y su espalda se contraía con agresividad debido a su llanto.

—Jimin te necesita, BonHwa...– musitó en voz baja en su oído – te prometo que después de tener a salvo a Min podrás asesinarlo.

—Nos hará más daño, lo sé – su llanto era desgarrador ante cualquier oído – lo conozco.

—Si quieres puedes asesinarme ahora – el alfa la miró intimidante – pero olvídate de que Phoenix sea libre.

Nuevamente afianzó el agarre del arma para introducirla en el cuerpo del hombre, sin embargo, Taehyung tomó la iniciativa de abrazarla y caer ambos lejos de JiHwan.

—BonHwa...– ella se removió desesperada.

—¡Suéltame, Taehyung, por favor! – la chica observó cómo el hombre se levantó con una sonrisa en el rostro huyendo de ahí – ¡Se está yendo!

Tener a BonHwa en esa posición trajo una pequeña memoria a su cabeza, el cual le dejó muy desconcertado.

—¡Aún no tengo su corazón, Taehyung!  – gritó con desesperación – ¡Ella no se puede ir de mi lado, aún no!

Parpadeó un par de veces antes de abrazar con más fuerza a la Omega.

—Ahora mismo se está debatiendo entre la vida y la muerte – mordió su labio – si tú sueltas esa espada, te llevaré a Timoría y te ayudaré a sacarlo de ahí.

Sus sollozos no podían controlarse, sin embargo, relajó su cuerpo mojado por la lluvia recargando su cabeza sobre el brazo del alfa.

—Estoy cansada, Taehyung – poco a poco fue soltando el arma – s-sólo quiero vivir mi amor con Jimin, ser feliz.

—No sé porque ambos se aferran con tanta firmeza a vivir esto – suspiró – pero voy a apoyarlos dentro de mis posibilidades.

Se quedaron unos minutos más en esa posición para después BonHwa ser la primera en levantarse, respiró hondo y miró fijamente a Taehyung, el chico también notó lo brillantes que eran sus ojos, no obstante, antes de hacer suposiciones y cuestionar, pensó que fue como si ella se hubiese transformado de un momento a otro en una persona nueva, y que a pesar de la oscuridad de la noche, se veía imponente.

—Llévame hasta Jimin – metió su espada en su funda – hoy correrá sangre, y no será precisamente la de mi alfa.

Con BonHwa empoderada, ya se viene lo bueno, familia.

Les prometo que el siguiente capítulo será muy cardíaco, así que prepárense para la acción.

Disfruten, ¡Los amo! ❤️