D I E C I S E I S
BonHwa y Jungkook se vieron fijamente para después la omega ser la primera en correr hacia el castillo, poco le importó llevar aquella ropa y calzado tan estorboso para llegar rápidamente al castillo, todavía había bastantes personas ahí, dificultando más su paso por el centro. Se aproximó hasta Taehyung quien se hallaba conversando con algunos guardias, en cuanto vió a la Omega correr, intentó alcanzarla antes de que llegara a su lugar.
—¿Qué sucedió?
—No lo sabemos, pero estamos tratando todo con suma discreción – el chico mordía sus uñas con nerviosismo – no queremos alertar al pueblo.
—¿SeokJin sabe de esto?
—Él se está encargando de la fiesta ahora, me dejó esto a mí.
Ella colocó su mano en su cabeza, tratando de pensar dónde se pudo haber metido aquel alfa tan arrebatado. Descartó lugares como el lago, su habitación o el pueblo, puesto que no eran espacios que él frecuentara seguido, pensó en el bosque pero le aterraba entrar ahí sola de nuevo, esta vez no estaría Jungkook para salvarla si algo ocurría.
Dejó su temor de lado y salió despavorida hacia los establos ignorando los llamados de Taehyung, buscó su caballo y subiéndose en un solo movimiento salió en dirección al bosque. Agudizó sus sentidos, tanto el olfato como su oído, Jimin poseía un aroma único y fácil de reconocer, por lo que no tenía mayor problema con eso, sin embargo, era demasiado sigiloso, tanto que daba miedo. Su visión nocturna no era buena en esos momentos, los pocos alimentos que había consumido en el día le hacían sentirse algo mareada y débil, no obstante, ignoró las alertas de su cuerpo siguiendo su camino.
Pudo distinguir unos pasos cerca de ahí, pero ningún aroma que reconociera con facilidad, giró su cabeza tratando de buscar alguna señal, a cambio sólo obtuvo una risa que le hizo estremecerse. Activó su magia preparando un arco mágico color azul brillante arriesgando su estabilidad sobre el animal.
—Un nuevo corazón roto y dos en la misma noche, vaya que eres toda una reina digna de admirar – apuntó detrás de ella topándose con Kyrell – dime, ¿Es tu venganza por todo lo que te he hecho?
—¿A qué te refieres?
—Primero tu alfa, luego a mi hombre – negó con la cabeza mientras reía – ¿No te cansas de ser tan patética?
—Jungkook no es de tu propiedad, Kyrell, jamás va a serlo – frunció el ceño – es un hombre libre, no está atado a tí.
—¿Sólo piensas en él? Creí que te interesaría saber dónde está Park – rió burlona – se veía tan abatido después de que los vió besándose en el lago.
BonHwa sintió como si hubiese vaciado sobre ella un balde de agua fría, una sensación de culpa le atacaba, sin embargo, no se dejó amedrentar.
—¿Qué le hiciste, bruja? – estiró la cuerda mágica preparando su tiro – habla.
—Oh cariño – sonrió ampliamente – eso deberás adivinarlo tú.
Al lanzar aquella flecha azul, la mujer se esfumó desapareciendo por completo del lugar, BonHwa gritó con frustración tomando las riendas del caballo nuevamente, esta vez avanzó con más rapidez en medio de la oscuridad del bosque mientras gritaba el nombre de su alfa esperando una respuesta de él. Recorrió casi toda la extensión del bosque, deteniéndose en un lago que colindaba con Timoría, se bajó del animal y tuvo que sostenerse de un árbol para no desfallecer, sus piernas flaquearon y todo le daba vueltas.
Caminó hasta sentarse en la orilla, metió sus manos al agua para después mojar su rostro, notó como algo brillaba debajo del agua, era una especie de cápsula que captó su atención por completo. Entrecerró sus ojos para observarla mejor y una sensación fría recorrió su cuerpo al ver un cabello castaño flotar en esa cápsula, se quitó los zapatos y sin pensarlo dos veces se aventó al agua, nadando con velocidad para llegar hasta Jimin.
Sus ojos estaban cerrados y sus labios algo pálidos, generando aún más desesperación en ella, sintió como algunas algas se enredaban en sus tobillos jalándola hasta el fondo del lago, supuso que Kyrell había planeado todo con el total afán de deshacerse de ambos de una vez por todas. Luchó con fuerza para lograr romper aquellas plantas, usando como complemento su magia, una vez que pudo liberarse por completo, siguió nadando hasta estar cerca de Jimin. Introdujo su mano en la cápsula atravesando aquella pared mágica y tomar la mano del chico.
Él abrió sus ojos, cerrándolos de nuevo en un solo instante, tiró de su brazo para poder sacarlo de ahí, una vez que ya estuvo fuera, la cápsula explotó como una burbuja, colocó el brazo del alfa sobre sus hombros para nadar con más facilidad y llegar a salvo a la superficie. BonHwa empezó a respirar de nuevo con agresividad después de pasar tanto tiempo debajo del agua, se apresuró a colocar a Jimin sobre el pasto para después subir ella.
Su vestido pesaba debido al agua que había absorbido, dificultando sus movimientos, eso no la detuvo para tomar entre sus manos las mejillas frías de Jimin y pegarle sin lastimarlo para que recuperara la consciencia.
—Minie...– susurró – despierta, por favor.
—¡BonHwa! – el fuerte galopeo del caballo y la gruesa voz de Jungkook – ¿Lo encontraste?
—S-Si, pero...– masculló con la voz temblorosa y entrecortada – es mi culpa, Kook.
El chico bajó de su caballo acercándose hasta donde estaban para agacharse a su altura, tocó la piel de Jimin y frunció su ceño.
—Él no está bien – Jungkook miró fijamente a BonHwa – tiene un hechizo.
—No, no, no – negó sintiendo sus lágrimas caer una tras otra sin parar – ¡Maldita sea, no!
—Necesitamos llevarlo de vuelta al castillo, pero rápido – cargó con cuidado el cuerpo del castaño – ayúdame a subirlo al caballo.
Se levantó del suelo temblando adelantándose a tomar las riendas del caballo de Jungkook, primero colocó al alfa sobre el animal para después subirse él, con su mano libre agarró la rienda observando a BonHwa.
—Iré detrás de ti – cerró sus ojos sintiendo como todo giraba a su alrededor – espera, mejor te guiaré.
—¿Te sientes bien? Estás muy pálida.
—No te preocupes por mí, enfócate en Jimin.
Su cuerpo le pedía cerrar sus ojos pero su Omega interior era la que le mantenía despierta en su totalidad. Se subió al caballo para después ser la primera en tomar camino hasta Hilgrand, afortunadamente el camino estaba totalmente despejado, incluído las calles de la aldea, no supo cómo es que habían llegado tan rápido pero en cuanto vió la entrada del castillo un alivio llegó a su corazón. Taehyung esperaba en la puerta junto a ChungHa, aparentemente todos los ciudadanos se habían retirado logrando su cometido de ser absolutamente discretos.
Se bajó del caballo ayudando posteriormente a Jungkook, indicándole a algunas mucamas que lo guiaran hasta la habitación de Jimin. Ella se quedó parada mirando hacia la nada, su cuerpo temblaba de una manera espectacular y no podía controlarlo, dirigió su vista a sus manos y estas se hallaban igual.
—¿BonHwa? – Taehyung se acercó a ella con la intención de brindarle ropa seca y una manta pero al ver que la chica no reaccionaba, giró su cuerpo bruscamente – ¿Qué te sucede?
La Omega se desvaneció en su brazos momentáneamente, abrazó su cintura para poder sostenerla con estabilidad, abrió sus ojos sintiéndose débil, escuchaba la voz de Taehyung lejana hasta que un poco de agua sobre sus labios le hizo recobrar un poco más los sentidos.
—¿Me escuchas, Bon? – el chico la sacudía con suavidad – hey, BonHwa.
—Es mi culpa, es mi maldita culpa – musitó en voz baja – no debí ser tan tajante con él.
—¿Qué pasó? Si no me dices no puedo ayudarte.
Estaba por decirle todo lo que había ocurrido, independientemente si podía comprenderlo o no, cuando una voz detrás de ellos le hizo cerrar sus labios.
—BonHwa, te necesito aquí – Jungkook apareció limpiando el sudor de su frente – es urgente.
—Deja que se estabilice un poco, está muy frágil.
—Estoy bien...– se levantó tambaleándose un poco – vamos.
Jungkook le tomó de la mano para evitar que cayera y caminaron hasta la habitación del castaño, algunas mucamas colocaban paños calientes en su cuerpo para que recuperara el calor, su ropa ya no estaba mojada y su piel no se veía tan pálida como en el lago.
—Reina Bae, que alegría que esté nuevamente aquí – todas hicieron una reverencia – ¿Desea que nos retiremos?
Ella asintió sin decir una palabra, nuevamente se reverenciaron frente a su persona y abandonaron el lugar, miró a Jungkook y suspiró.
—¿Pudiste identificar el hechizo?
—Desafortunadamente no, Bon, yo no puedo hacer eso, pero sé quién puede ayudarnos.
—Hoseok, ¿Cierto? – él asintió – necesito sacarlo de Phoenix, pero ahora mismo.
—No, estás vulnerable y débil, no voy a exponerte a salir en esas condiciones – el alfa suspiró – podemos crear una solución rápida, sólo para que su estado no empeore.
—¿Qué sugieres?
—Si no lo traemos de nuevo a la consciencia, no podrá despertar jamás – ambos dirigieron su vista al castaño – Jimin necesita alimentarse de tu magia para que no ceda ante el hechizo.
Aunque debo de admitir que me siento con pocas ganas de actualizar el libro porque no está teniendo el recibimiento esperado, sigo aquí por aquellos que siguen confiando en mí. ❤️
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