Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

D I E C I N U E V E

Taehyung esperaba pacientemente a que las mucamas prepararan el desayuno de Jimin, después de todo aquel alboroto, transcurrieron al menos tres días en lo que su amigo no había querido probar bocado. Recordar el dolor con el que BonHwa le había contado todo, le hacía compartir inmediatamente el sentimiento de la Omega.

—¡Ella fue, Taehyung! ¡Esa mujer se está encargando de acabar con todo lo que amo!

—Relájate, esto no es bueno para ti.

—¿Qué harías si tú estuvieras en mi lugar? – la chica se acercó lo más que pudo al alfa – ¿También pensarías lo mismo?

—No, pero quiero recuperes la cordura, BonHwa – retrocedió algunos pasos – reitero que eso no te hace nada bien.

—Kyrell está obsesionada con Jungkook, él no quiere nada con ella – tragó saliva – yo discutí con Jimin porque había estado comportándose como un patán total y le pedí que hasta que no me de el lugar que merezco, diera por muerta nuestra relación, ¿Y sabes qué ocurrió después? Se aprovechó de que Jungkook me besó y que Jimin nos vió para después aprovecharse de él y vengarse de una vez por todas, ¿Y aún así me pides que me mantenga cuerda?

—Pero, ¿Por qué Jimin intentaría asesinarte?

—¡Porque ella lo obligó a hacerlo! – BonHwa no pudo retener más sus lágrimas y se quebró frente a Taehyung – ¡Usó su magia para obligarlo a hacer eso, envenenó su corazón! ¡¿Entiendes la gravedad de todo?!

—Joven Taehyung, todo está listo.

Parpadeó un par de veces volviendo a su realidad, sonrió agradeciendo con una ligera reverencia para posteriormente tomar aquella charola entre sus manos. Caminó con lentitud hasta los calabozos, observaba todo a su alrededor notando como todo lucía pulcro, a comparación de los calabozos de Timoría, dónde había solamente suciedad, algunos roedores e insectos.

Al llegar, se percató de que Jimin portaba unos brazaletes de plata alrededor de sus muñecas, su cabello estaba desaliñado, su ropa sucia y su rostro con una expresión de furia. Alzó su vista en cuanto escuchó a Taehyung tocar uno de los barrotes de la reja.

—No quiero nada, vete.

—Debes comer algo, y no es opcional – el pelinegro quitó el candado y se adentró hasta quedar junto a Jimin – come.

—He dicho que no quiero nada – masculló entre dientes – lárgate, Kim.

—¿Quién eres? – Taehyung dejó a un lado la bandeja – ¿Qué le hiciste a mi mejor amigo?

—Dale las gracias a BonHwa...– se levantó para después aterrizar su puño en la mejilla del castaño.

—¡Reacciona, Jimin! – lo tomó con brusquedad de la camisa y lo acercó a su rostro – ¡Kyrell te está manipulando, te estás convirtiendo en su maldito títere!

—¿Será conveniente aliarme con ella y formular una venganza? – Taehyung se había quedado sin palabras al ver a su casi hermano expresarse con tanta frialdad y reírse en su rostro – eso sería aún más interesante que permanecer aquí.

—Eres una porquería, Park – lo soltó sin el más mínimo cuidado – no entiendo porque BonHwa sigue amándote.

—Prefirió revolcarse entre las piernas de ese hombre antes que darme amor – rió – tan patética.

—Por favor, Jimin, deja de decir estupideces.

—Yo mismo los ví – el alfa apretó sus puños con fuerza – no puedo negar lo innegable.

—Esta vez Kyrell lo logró – caminó hasta salir de la celda colocando nuevamente el candado, miró a Jimin y negó con su cabeza – logró su cometido.

—¿Abrirme los ojos fue un pecado?

—Arruinarte fue su mayor hazaña, de eso no me queda duda alguna.

—Tonta, tonta, eres una tonta.

BonHwa se encontraba en la parte trasera del castillo, portaba entre sus manos su espada y llevaba al menos dos horas entrenando con los muñecos de madera que SeokJin le había regalado años atrás, antes de ser coronada como reina de Hilgrand. Golpeaba con fuerza desfogando todos sus sentimientos, en cada tajo había dolor, decepción, rabia, confusión y un sinfín de emociones que no podía tan siquiera describir. Por un lado, se sentía culpable de todo lo que estaba sucediendo, porque si Jimin no los hubiera visto besándose, Kyrell no hubiera tenido oportunidad de hacerle daño, y por el otro, creía que había hecho lo correcto en cuestión a hacer que su alfa valorara su presencia durante ese tiempo.

—Creí que estabas con YeonJun – la voz de SeokJin detrás de ella hizo que detuviera sus movimientos – sigue, no quise interrumpirte.

—Está bien – limpió el sudor de su frente – y no, YeonJun se fue con Jungkook al pueblo a comprar algunas cosas.

Ambos guardaron silencio, viéndose la cara por algunos minutos, así que para romper el hielo, el beta decidió hablar.

—¿Qué piensas hacer?

—No lo sé – suspiró – tengo demasiadas cosas en la cabeza que no puedo pensar con claridad.

—Bon, yo...– guardó silencio un momento y negó con su cabeza – no es nada.

—Tenías algo que decir, dilo.

—Me tomé el atrevimiento de buscar ayuda en otro reino – SeokJin suspiró – RyuJin me comentó que había una bruja muy buena en Kakaoti, y la trajimos.

—De acuerdo, la buscaré en un rato.

—Ella quiere verte ahorita – sus miradas se encontraron – en privado.

Asintió lentamente, dejando su espada sobre el suelo, suspiró y regresó nuevamente a las paredes de su castillo, se topó en el camino con algunos trabajadores a los cuales saludó respetuosamente, llegó al salón principal y divisó a RyuJin junto con aquella anciana que había conocido por boca de Taehyung y ChungHa durante su primera vida en Hilgrand. Hizo una reverencia la cual no tardó en ser correspondida por la omega frente a ella.

—Bon, ella es Son NaMi.

—Mucho gusto, yo soy...– la mujer le interrumpió.

—No necesito que me lo digas, sé perfectamente quien eres – miró a RyuJin – ya puede irse, princesa Shin.

La rubia asintió dejando solas a ambas omegas, la anciana olfateó el lugar percibiendo muchos aromas, sin embargo, uno confirmó sus sospechas.

—Mi consejero me notificó que quería verme.

—Jengibre –NaMi ignoró las palabras de BonHwa – ese es el aroma de tu alfa, ¿No?

—Si...– respondió con duda – ese es.

—Tiene otro aroma, uno nauseabundo – frunció su ceño – huele a un alfa hechizado.

—¿Cómo es que lo sabe? – murmuró sorprendida – él encuentra algo lejos de aquí.

—Llevo casi toda mi vida haciendo esto, reina Bae, así que para mí no es algo difícil de descifrar – sonrió – inclusive, yo fuí quién le dijo a tu madre que estaba en cinta.

BonHwa se quedó sorprendida por lo veterana que era esa mujer, eso le hizo sentir poco más de confianza en ella.

—Yo no sabía eso – la anciana asintió sin decir nada en relación a ello.

—En fin, tu alfa tiene el corazón envenenado, la persona que lo hizo sólo lo hizo con la intención de fastidiarte, fastidiarlo o fastidiarlos – suspiró – no abarcó su alma, pero si no hacemos algo, podría llegar hasta ahí.

—Un amigo me dió un antídoto...– nuevamente la interrumpió.

—Si lo supe, pero eso sólo sirvió para que recobrara la conciencia, no para deshacer el hechizo, debo de admitir que ese muchacho hizo lo más importante – NaMi posó su vista en BonHwa – tú estás llena de magia, de poder, de fortaleza, ¿Qué es lo que te impide curar a tu alfa?

La omega  guardó silencio debatiéndose entre sincerarse con la anciana o no, sin embargo, era algo con lo que ya no podía cargar.

—Kyrell es más poderosa que yo, no puedo contra ella sola – mordió el interior de su mejilla – mi apoyo era él, pero ahora que no está de mi lado, siento que sólo empeorará todo.

—Estás destinada a ser la salvación de miles de alfas, omegas y betas, derrocarás dos de los más grandes imperios, fuiste dotada con una inmensa cantidad de poder, ¿Y no confías en tí?

—Es demasiada presión para mí – BonHwa se abrazó a sí misma – yo sólo...quiero ser feliz con mi alfa y nada más.

—¿Ya terminaste de hablar? – la chica asintió sin decir nada – ¿No vas a agregar nada?

—¿Tendría que decir algo más?

—De acuerdo, seré directa y rápida – la anciana colocó sus manos sobre los hombros de la chica – toma al toro por los cuernos lo más antes posible, no sigas postergando todo por miedo.

—¿En verdad cree que sea el mejor momento?

—No te estoy diciendo que vayas ahora, pero si ya se atrevieron a atacar, no les va a temblar la mano para hacerlo una segunda vez – NaMi alzó sus cejas – y esta vez no será para tu alfa, sino para tí.

—Entonces, ¿Cuando debería ir a Phoenix?

—Te entrenaré por algunos días – sonrió – así que en una semana estarás enfrentándote con Choi JiHwan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro