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|22| La Emboscada

"Hablamos de Silva, ¿no? El tipo que te crio"

——⚜——

《Annelisse》

Llego al campus de practica donde varios especialistas rodean algo en particular, este dia hay mas gente de lo normal y eso me extraña un poco.

A lo lejos veo a Andreas de Eraklyon junto a Rosalind, sobre el puente mientras que muchos (demasiados para mi gusto) los rodean y estan por todos lados como buitres.

Cuando escucharon pisadas, todos giraron encontrandose con mi presencia y empezaron a abrirse entre si, cediendome el paso como si estuviera entrando a la boca del lobo en una noche de luna llena. Todos los especialistas me ven de arriba a abajo mientras me dejan pasar, como si me trataran de un escarabajo.

Pero resulta que soy quien los gobernara en años.

Junto a Andreas de Eraklyon estaba Riven, Maxwell, Sky y Dale como si fueran sus guardaespaldas. A la par que junto a Rosalind estaba Beatrix con su cuaderno, anotando todo lo que estaba pasando.

-¿Que, que esta pasando? -pregunte con un tono firme, marcando respeto por mi persona y mi apellido.

-Vas a pelear, princesa -exclamo con burla Dave en la ultima palabra, yo frunzo mis cejas confundida. Jamas me hicieron pelear desde que Rosalind asumio el papel de directora y Andreas el de entrenador.

Todos los especialistas me rodearon, dejandome dentro de un enorme circulo. Yo empiezo a mirar en todas las direcciones, estan dementes si creen que voy a pelear con todos a la vez.

Observo que cada especialista carga su arma de combate y solo hace falta que le den la señal para que vengan hacia mi.

-¿¡Que?! Jamas la hicieron pelear, ella no puede pelear -de la nada Azriel se aparecio entre todos los especialistas, empujandolos para entrar en el circulo y enfrentando a los directivos- ¡Las hadas no pueden pelear!

-Si... es cierto... -Andreas hizo una pausa, dando un paso adelante y metiendose dentro del circulo, vacilando con su tono y sus gestos- Pero la princesa Annelisse es un hada especialista, ella es un especialista. Ahora debe cumplir con su requisito.

-Pudieron hacerlo desde que comenzo el semestre, no voy a dejar que ella pelee ahora -mi hermano sentencio su postura como una amenaza a todos los que me toquen.

Azriel agito su brazo derecho hacia abajo, invocando una gran espada de filo hecha de fuego. Acto seguido, comenzo a ver a todos los especialistas que eran mas de doscientos que nos rodeaban a nosotros dos.

-Tranquilo, principe Azriel... hoy puede descansar -dijo Rosalind y antes de que reaccione, noquearon a mi hermano con la ayuda de un hada de mi mente, dejando que caiga en los brazos de dos especialistas que empezaron a llevarselo fuera del circulo.

-¡No! ¡Azriel, AZRIEL! -comence a gritar cuando quise detenerlos pero todos los especialistas me cerraron el paso y metian fuerza para que no me mueva del circulo.

Yo miro mal a los especialistas, ya que no me dejan moverme y me retienen ahi.

Antes de que saquen a Azriel, levanto mi mano derecha con total enojo, cargada de odio y negacion. Mi mano invoco todo un circulo de llamas altas y peligrosas que rodea todo el circulo para que nadie entra o salga.

Miro a Rosalind y Andreas, levantando mi mano izquierda para lograr una llama en esa mano. Ellos saben que no pueden meterse conmigo y menos cuando estoy enojada. Mi cabello flota en el aire cuando conjure mi don, de la misma forma que hace meses contra los quemados.

-Annelisse... relajate -pidio Rosalind sin moverse un poco, manteniendo su postura y tono.

Niego de lado a lado.

-Peleare... pero suelten a mi hermano o sera su Rey quien gobernara la escuela -les dije apretando mi mandibula y una expresion neutra. De mi mano izquierda nacio una llama que empezo a tratar un camino hacia Rosalind.

Sin embargo, ella esta mas orgullosa de mi que asustada de ver mis dones.

-Sky, lleva a Azriel a su suite y dejalo ahi, sin que le pase nada -ordeno su padre mientras me ve, a lo que su hijo le hizo caso al pie de la letra, agarrando a mi hermano y me miro, dandome una mirada inexpresiva.

No quiero hacerte daño, Sky.

Las llamas desaparecieron cuando bajaron al suelo, al igual que el fuego en mis manos y mi cabello cayo de vuelta sobre mis hombros.

Observe que Sky agarraba a Azriel y se lo llevaba lejos del campus hacia su habitacion. Vuelvo a mirar a Andreas y Rosalind, esperando que me den las ordenes.

Estiro mis manos hacia el suelo, convocando dos dagas de largo tamaño y punta filosas de fuego, mostrandole cuales seran mis armas de comienzo.

Tanto Rosalind y Andreas se dedicaron a desaparecer del circulo, indicandome que suba a la tarima sobre el agua, a lo que yo voy abriendome paso y empujando a los demas especialistas para terminar de una vez con todo este circo, debemos estar pendiente del translado de Crius y de Silva, pasaran por una ruta a diez kilometros de aqui.

Mientras iba subiendo las escaleras hacia la tarima del puente, detras mio me seguian Dale, Riven, Max, Aremis, Zander y otros amigos de mis hermanos que esta vez eran mis enemigos.

Termine de subir y todos ellos (que eran diez) empezaron a caminar por todo mi alrededor, como si fueran buitres volando alrededor de su proxima presa, escaneandome de arriba a abajo.

-¡Hasta que sangren! -nos grito Andres desde abajo, cruzando de brazos y esperando que empezemos a pelear.

Yo miro en todas las direcciones, todos tienen sus espadas ya en manos e intercambian miradas sobre que movimiento hacer para hacer que sangre.

Nadie quiere dar el primer golpe.

-¡Vamos, señoritas! ¿Esto es un baile o una pelea? -indico Andreas impaciente, ya que los diez hombres mas fuertes y mejores de su clase me rodean sin hacer nada mas.

Dale fue el primer en venir, este agarro su espada y lanzo un golpe directo hacia mi con su espada, pero yo transforme mi daga en una gran espada para ponerla frente a mi y parar el golpe, mientras que la otra daga la transforme en un latigo que enrede en la muñeca de Max y lo tironee hacia mi, dandole una patada en el estomago para empujarlo y que se tambalee en la orilla de la plataforma.

Esquivo el golpe que Riven casi me proporciona a mis espaldas y mr agacho, evitando que la espada de Aremis me roce unos centimetros, envolviendo su espads con mi latigo y tironeandola lejos nuestro.

-Prometo no ser duro, muñeca -giro lentamente hacia Riven, que portaba dos dagas y jugaba con ellas, arrojandolas al aire y atrapandolas de vuelta.

Yo sonrio de lado.

-Sabes que me gusta lo duro -respondi y en ese momento, otro de los muchachos viene a mi pero lo esquivo dando un mortal a un lado y lo empujo con ayuda de mi codo, directo al agua. Uno menos.

Aremis es el siguiente, empujandome y dejando que caiga a un lado, logrando que chille por lo bajo ya que me dolio realmente. La punta de su espada viene directo a mis ojos pero formo una espada para evitarlo y paso mi pierna sobre sus gemelos, tambien tirandolo al suelo.

No pude levantarme porque otro cuerpo mas pesado se avalanzo sobre el mio, bloqueando mis muñecas para que no pueda moverme.

-Lastima que tus hermanos no estan aqui para verte caer -musito Kai, uno de los amigos de Rhaegal y Azriel, siempre quiso verme caer y que mis hermanos vea que no estoy a su altura.

-Lastima que tu novia si este para verte perder -le dije con dificultad. y abri mis manos, convocando una bola de fuego que fue directo a su pecho, causandole una quemadura en aquella zona y con la fuerza lo empuje directo a las escaleras, empezando a rodar hacia abajo.

Y asi, me libre de casi todos los muchachos sin mucho problema y evitando que me corten. Usaba mi magia y mis armas conjugadas para defenderme y mis increibles habilidades elasticas.

Mi espada paso por la costilla de Crux, para luego empujarlo con mi pie directo al agua, cayendo a los segundos debido a la altura.

Giro lentamente, viendo que solamente me quedaban Dale y Riven en la plataforma y podria irme de aqui. El duo intercambia miradas juguetonas para volver a verme.

-Vamos, muñeca -Riven movio sus dedos, indicandome que vaya a el de forma seductora- Enseñame tus movimientos.

Yo apreto mi mandibula, mordiendome la mejilla interior para no decirle nada.

Dale y Riven se acercaron a mi de forma amenazante, rodeandome para atacarme a la vez pero yo invoque dos espadas y previne que una de las suyas me toque, empujando a Riven para poder batallar sola contra Dale, quien da movimientos bruscos y para nada pensados. Imprudente.

Mis dos espadas se transforman en dos mas chicas, pudiendo estar mas agil a la hora de defenderme y atacar, ya que uso ambas con agilidad.

La punta de la daga de Dale rozo mi camiseta, rompiendola pero no abriendo mi piel.

-¡Oh vamos! No me digas que le tienes cariño -bromeo Andreas, impaciente de que casi todos sus muchachos fracasaron al hacerme sangrar.

Escucho a Riven venir a mis espaldas, pero entonces me agacho hacia un lado y conjuro un latigo para azotar la mano de Dale (lastimando su piel por una quemadura), tirando la espada a un lado y conjuro una bola de fuego que lanzo directo a su pecho, empujandolo para atras y este cae metros abajo hacia el agua.

Listo, uno menos...

Me levante del suelo, viendo que Riven aun estaba de pie y esperando por mi.

-Vamos, muñeca. Muevete para mi -bromeo el castaño con una sonrisa ladina y un tono de coqueteo. Mientras seguia moviendo sus dedos hacia mi.

Tanto Riven como yo nos deshacemos de nuestras armas, juntandonos en el centro de la tarima y comenzamos a pelear, yo esquivo sus golpes pero el es mas rapido que yo.

Riven me pega en la costilla y yo intento defenderme, pero este me tumba directo al piso boca abajo y se posiciona detras mio, tirando de mi cabello para que quede arrodillada de espaldas a el.

Una daga se asomo sobre la piel de mi cuello, dejandome totalmente dura sin moverme.

-Mi muñequita hermosa... se termino -ronroneo en mi oreja y yo intento girar a otro lado- Ah-ah-ah -exclamo- Un movimiento y pierdes.

-Vamos, Riven... -canturreo Andreas desde abajo, con una estupida sonrisa- Te creia mejor.

Riven rie.

-¿Quieres que le haga un corte de pelo? -pregunto atras mio.

-Si, hazlo... hasta que sangre -le respondio Andreas y todo el mundo se detuvo a ver, queriendo que Riven lo haga de una vez y yo pierda.

-¿Ultimas palabras, muñeca? -su boca estaba sobre mi oreja, y el arma habia bajado un poco de mi piel, haciendo que yo solo gire mis ojos y eleve una de mis cejas.

-No... me digas muñeca...

Agarre a Riven y lo tironee para que pase por encima mio hacia delante, sacandole la daga de la mano y clavandola en su pierna derecha, logrando que gima y yo termino por tirarlo hacia el agua como al resto de sus compañeros.

Lo hice...

Me levanto con pocas fuerzas (como puedo) y miro a Andreas, quien estaba a punto de matar a sus seleccionados por creersela mas.

Por otro lado, Rosalind y Beatrix anotan en un cuaderno quien sabe que cosas.

[...]

《Narrador Omnisciente》

Stella habia llegado a la fortaleza de los especialistas, donde se topo con Andreas de Eraklyon y un equipo de especialistas, tramando una especie de emboscada en el bosque mediante varios vehiculos de la escuela y la Reina Luna.

-...El cowboy pasara a diez kilometros de aqui... solo sera cuestion de tiempo para distraer a los vehiculos Ignianos y sacar a Crius de ahi mismo, dispararemos a las ruedas -dijo Andreas, señalando diversos puntos en un mapa del bosque, indicandole a los especialistas que habia que hacer para la emboscada.

Los jovenes asintieron.

Fue ahi que Beatrix habia pedido para ir con ellos, pero Andreas se lo nego y le dijo que tenia que ser los ojos de Rosalind por toda la escuela, causando una disconformidad en la muchacha de rizos rojos y mirada fria. Beatrix la insulto, logrando un enojo en Andreas quien de inmediato ordeno que todos se retiren, dejandolo solo con la niña quien empezo a regañarla.

-...Al menos ahi afuera podia hacer lo que quiera... -musito Beatrix en un tono bajo, algo triste.

Andreas suspiro.

-Sabes que tenemos que adaptarnos, cariño -le dijo el hombre mayor y le sobo la espalda con cuidado- Pasamos dieciocho años alli afuera, ahora las cosas han cambiado para nosotros tres. Debemos tener un perfil bajo.

-Maxwell tuvo mas libertad que yo, el vino a Alfea, estudio, hizo amigos, fue el mejor amigo de Rhaegal TrueBlood y...

-Tu hermano Max tenia una sola mision, Beatrix -Andreas la interrumpio y le mostro su dedo indice. Stella entrecerro un poco sus ojos azules, con extrañez al escuchar todo eso- Llevar a los quemados para que maten a los TrueBlood esa noche en el bosque... pero de imprudencia el escapo y estuvo un año afuera. Crei que Rhaegal murio esa noche, pero parece que renacio de sus cenizas como un fenix.

Stella permanecia quieta en un lugar, utilizando su poder de invisibilidad mientras escuchaba atentamente todo lo que se hablaba, ella estaba totalmente sorprendida de todo lo que escuchaba y como nombraban a su pareja como si fuera algo insignificante.

No podia creerlo, Andreas y los dos niños habian tenido algo que ver con lo que sucedio hace dos años en el bosque con los TrueBlood y sus amigos cuando preparaban la fiesta de los especialistas.

-Y luego... le pusieron esa daga de sueño, Farah sabia donde se metia y aun asi, prefirio mantenerlo en un ataud debajo de la escuela -continuo el, chasqueando su lengua con ironia- Si no hubiese sido estupido, toda la generacion Trueblood hubiera muerto esa noche. 

-Annelisse es el Fenix Original, ella no hubiera muerto tampoco... -susurro Beatrix y alargando sus palabras, sentandose encima del vehiculo y viendolo mejor a Andreas, con una expresion de inocencia.

Y raramente, Andreas de Eraklyon esbozo una sonrisa de burla, mirando a su hija adoptiva como si se tratara de un chiste.

-Esas fueron las mismas palabras de Daeron Trueblood antes de transformarse en un quemado, y las de su madre... -ahora, se dedico a soltar un suspiro de amor- La Reina Sophie Anne... la Reina Madre 

Stella contuvo la respiracion y sus ganas de respirar, estaba con un shock total.

-Nunca me contaste de tu historia de ella -recalco Beatrix, con sus ojos abiertos como platos. Como respuesta tuvo una mirada melancolica de su padre adoptivo, mirando un punto fijo y perdiendose en el mismo.

-Ella sabia que si no estaria conmigo.... no iba a estar con el viejo Rhysand Trueblood, mi mejor amigo -comenzo, asintiendo varias veces con lentitud- Y se lo dije, muchas veces... y no iba a dejar que siga con el, pero entonces tuvieron cuatro principes... y sabia que si no aprovechaba ese momento, jamas lo haria... y luego, su hijo Daeron llego al rescate pero un quemado pudo detenerlo y evitar que el vuelva a Ignis para decirle a su padre que paso realmente con su madre. Solo sus anillos fueron encontrados, porque yo asi lo quise.

La rubia tapo su boca con asombro, teniendo sus ojos mojados y estaba mas shockeada que antes. Andreas de Eraklyon si habia tenido que ver con la extraña desaparicion de la Reina Sophie Anne y su primer hijo Daeron Trueblood, el primogenito del Rey y primer nieto de Rhadamenthus Trueblood, el hombre de negro.

Ella ya no podia permanecer ahi mismo, tenia que irse y buscar a Rhaegal. Stella espero a que Beatrix y Andreas se marchen por la puerta trasera de esa bodega, para darse media vuelta y comenzar a caminar con cuidado sobre la tierra mojada sin hacer el minimo ruido.

[...]

《Annelisse》

Andreas quiere embocar al comboy de Ignis y rescatar a Crius, pero nosotros no dejaremos que eso pase y salvaremos a Silva, podemos culpar que su perdida se debe a un ataque sorpresa de Andreas de Eraklyon.

Stella habia llegado a nosotros tres con la voz temblando y muy asustada, al punto de ponerse a llorar y nosotros no sabiamos porque estaba de esa forma. Rhaegal le dijo que despues de la emboscada iban a hablar acerca de lo que escucho, pero que ahora el estaba centrado en recuperar a Silva.

Escondidos ya en nuestra posicion, vemos a lo lejos a las cinco camionetas de Ignis llegar por el camino Real directo al Phoenix, mierda, parece que reforzaron la seguridad mas de lo normal y dudo que nuestro padre este ahi mismo.

Aisha en ese momento usa su don para recargar los motores de agua, logrando que dos camionetas se queden en el camino mientras que las otras tres seguian adelante. Luego, Musa pudo dormir a los conductores de las dos primeras camionetas y solamente nos quedaba donde estaban los prisioneros.

Mis dos hermanos salen de su escondite y usan el don de musa para desmayar a los conductores y que nadie vea quien ataco al comboy, luego prosiguen a romper las cadenas de las puertas con ayuda del don de fuego y sacan las puertas por la fuerza, encontrandonos con los dos prisioneros.

-Tanto tiempo, Silva -le dije subiendo a la camioneta y viendo que Saul Silva portaba una gran barba y un largo cabello oscuro, alguien necesita un baño y un corte urgente. Por otro lado, Crius estaba frente a el tambien esposado por todos lados sin poder moverse.

Rhaegal rompe las cadenas de Silva y lo agarra del brazo para sacarlo de la camioneta, dejando a Crius ahi adentro.

-¿Que, que hay de mi? -exclamo Crius con tonos altos, a lo que nosotros cuatro lo vemos. Su rostro nos regala un gran panico y miedo acerca de lo que le puede pasar en el Phoenix.

-Buena suerte en el Phoenix, tio... -musito Azriel, y uso el tono sarcastico en la ultima palabra, para luego cerrarle la puerta y hacerle señas a Musa, para que despierte a los conductores y estos puedan manejar como si nada hubiera pasado en esos minutos.

Escoltamos a Silva lejos del camino real y nos internamos en el bosque, donde deberiamos estar solos para poder abrir un portal al mundo humano y poder ocultar a Silva ahi mismo, con uno de sus tantos amigos que vive alli.

Azriel estaba a punto de abrir su portal, pero entonces una flecha viene a gran velocidad hacia nosotros y se incrusta en mi hombro derecho, causandome que caiga al suelo sin aire y totalmente inmovil.

-Annelisse -Rhaegal se agacha a mi altura y levanta mi espalda del suelo, yo intento decir algo pero lo unico que sale de mi boca es un poco de sangre, siento miles de espinas de madera dentro de mi piel esparciendose mas si no me saco esta flecha- ¡Azriel, abre ese portal!

Observo a los que me emboscaron en la cima de una montaña, preparando mas flechas para atacarnos y de seguro una va a mi frente. Azriel abre un portal y toma a Silva del brazo para meterse dentro del portal casi corriendo, Rhaegal me toma en brazos y tambien entra conmigo en el portal, evitando que otra flecha venga a nosotros.













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