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Capítulo 98: Esperanza.

Noah se recostó en la cama adormilado, después de esa gran comida solo quería descansar y dormir un rato. La puerta abriéndose lo hizo cerrar los ojos fingiendo dormir. Un peso extra se hizo presente en la cama, para después un calor apoderarse de su cabeza, algo estaba moviendo su cabello, le hacía cosquillas pero de igual manera se mantuvo quieto, Nate soltó un leve suspiró y el peso abandonó la cama, escuchó los pasos recorrer la habitación hasta detenerse, abrió un poco los ojos y vió a Nate de espaldas quitándose la camisa que tenía puesta, no pudo evitar mirarlo, jamás imaginó que tuviera ese tipo de cuerpo, jamás lo había visto sin ropa, siempre acostumbraba vestir camisas de manga larga, suéters o abrigos, sabía que iba al gimnasio pero no pensó que tendría el cuerpo casi igual que el de Christian. Sonrió y escondió su cabeza entre las almohadas, jamás imaginó terminar así con Nate, después de algunas bebidas él mismo fue el que inició todo para terminar ambos enredados entre las sábanas. De solo recordarlo lo hacía avergonzarse, ni siquiera había llegado tan lejos de esa forma con Sam, con Nate todo le resultó fácil y de manera más natural, ya que parecía que Nate simplemente quería conversar, comer y beber algo para pasar el rato, ¿Y terminar haciendo ese tipo de cosas? Técnicamente él lo había provocado.

Un tacto en su cabeza lo espantó, levantó la cabeza encontrando a esas perlas esmeralda mirándolo. No fue capaz decir nada, se debió ver tan estúpido ya que Nate sonrió de forma leve.

- ¿Que pasa?

- Nada.- le respondió apartando la mirada.

- Vale...- dijo, se levantó de la cama y caminó hasta el armario, para después volver a voltearse hacia la cama en dónde estaba Noah.- ¿Vamos a comer algo afuera?

- Claro.- dijo casi de inmediato.

- Tomaré una ducha.- dicho eso desapareció de su vista al entrar al baño, segundos después se escuchó el agua cayendo.

Noah bajó la mirada. ¿Que era lo diferente? Todo. Absolutamente todo. Ese fuerte olor se confundía en su mente. La casa era diferente, el perfume era diferente, las camas, las almohadas, la distribución de todo, la cocina, la comida, el trato era diferente, eso solo era porque las personas eran diferentes. Estaba muy entrenado al comportamiento dominante y posesivo de Sam que le resultaba diferente hasta la manera de respirar de ambos. Sam solo lo buscaba cuando quería follar, nunca le preguntaba si quería ir a algún lado, ni siquiera tomaba en cuenta su opinión, solo daba las órdenes y él obedecía, lo citaba en un lugar, lo llevaba a comer, terminaba bebiendo de más y Sam se aprovechaba de su estado. En cambio, Nate lo llamó para decirle sus sentimientos, fue hasta su casa a buscarlo, pidió su permiso para llevarlo a comer, después de volver de la casa de Lucas, comieron un poco, bebieron, hablaron, y Nate jamás intento ni siquiera tocarlo, llegó un punto en el que pensó que no quería o algo parecido, pero en cuanto, por primera vez en su vida, decidió tomar el control de la situación Nate lo siguió y se tomó el tiempo de hacer las cosas bien. Justo en eso recordaba las palabras que Christian le había dicho esa noche... "¿Seguirás detrás de ese engreído que solo te quiere para follar?". Aún drogado hasta más no poder Christian siempre resultaba tener la razón de todo. Lo más seguro era que Christian ya sabía de los sentimientos de Nate, justo ahora, recordaba todas las veces que le daba indirectas hacerca de Nate, pero en ese entonces era demasiado tonto como para entenderlas. Ahora se daba cuenta. Nate siempre lo había tratado diferente, siempre lo trato con más cariño que a los demás, solo que su manera de demostrar cariño era tan mínima que apenas y si se lograba percibir, ahora entendía su molestia cuando le contó como había follado con Christian, recordaba su rostro, no era molestia, eran celos, celos disfrazados con molestia. Todos sus cumpleaños era el primero en darle un obsequio, pero siempre estaba más pendiente de Sam que no lograba ver ese tipo de atención. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Siempre era Nate quien los consolaba cada vez que peleaba con Sam, esa manera en la que lo miraba, ¡Nate siempre estuvo enamorado! Sus labios temblaron.

Se levantó de la cama y fue hasta la puerta del baño temblando, la abrió y entró sigilosamente, llegó a la puerta de la ducha abriendo está de forma brusca, espantando a Nate, este se quitó el jabón de los ojos y lo miró.

- ¿Que pasa?- sin poder responder se acercó y lo abrazo, mojandose con el agua que caía.- Oye te estás mojando.

- No me importa.

- ¿Que pasa?

- ¿Siempre te guste, cierto?- Nate frunció el seño al escucharlo.- Joder, es increíble cómo no me di cuenta. Eres increíble Nate.- dijo estrechandólo aún más.- Siempre estuve más pendiente de lo que hacía el estúpido de Sam que de lo que intentabas hacer.

- Ya relájate. Tampoco es que me esforzará demasiado en hacerme notar.

- Me felicitabas a las doce y uno en mi cumpleaños, eras el primero en darme un regalo, siempre me escuchabas, si quería ir a algún lugar me acompañabas, siempre...- su voz se quebró.- Lo siento...

- Oye tranquilo,- lo hizo levantar la cabeza, Noah estaba llorando, nunca sabía que hacer cuando una persona lloraba, con Christian y Lucas siempre funcionaba cambiar de tema rápido y siempre dejaban de llorar.- No es tu culpa, te gustaba Sam así que tampoco me esforzaba mucho, no te preocupes por esas cosas, ya pasó bastante tiempo desde eso...- Noah no aguanto más y lo besó.

...

- ¿Y entonces?

- Nunca fui bueno para escoger ropa, Lucas siempre me decía que ponerme.

- Papá está durmiendo, no voy a molestarlo ahora.

- Eres una niña, colócate algo rosado y ya.

- No me gusta el rosado. Me gusta el verde.- señaló la pared. Christian soltó una risita.

- Mira...- se acercó a sus cosas y buscó su bolso sacando de este la pequeña cartuchera y agarró dos colores.- Este color es verde.- se lo mostró y lo puso junto a la pared.- Y este color es el que te gusta, es turquesa.

- ¿Turquesa? Me suena a hamburguesa.- Christian la miró.

- Joder.- sonrió.- Aby trato de decirte las diferencias entre los colores y solo piensas en comida.- la niña rió.

- No sabía que habían diferencias entre los colores. ¿Con todos los colores es igual?

- Si. Tienen tonalidades, algunos más oscuros otros más claros, y eso.

- ¿Enserio?

- Ve a la computadora y busca la paleta completa de colores.

- Vale.- salió del cuarto corriendo directo a la computadora, Jack la miró extrañado, después de unos segundos ella lo miró y alzó el brazo hacia el conector abriendo y cerrando la mano, aún no lo alcanzaba. Jack suspiró y fue hacia allá, encendiendo el equipo viendo como ella torpemente se subía sola en la silla.

- ¿Que vas a hacer?

- Buscaré los colores...- dijo presionando las teclas para buscar.

- ¿Por qué?

- Papá Chris recuerdo que quería mostrarmela y hasta ahora lo recuerdo.

Se metió en la pestaña de imágenes y vio a lo que Christian se refería. Jack vió como los ojos de la niña se paseaban por toda la pantalla en algún tipo de trance, impresionada por todo lo que veía. Ella lo miró.

- ¿Que?

- Yo quiero eso.

- ¿Quieres imprimirlo?

- Los colores.

- ¿Todos?- ella asintió.- ¿Para que quieres tantos?- Aby fijó sus ojos en la pantalla mordiendo su dedo.

- ¿No puedo? ¿Por qué no puedo?- la puerta del cuarto de Lucas se abrió fijando su mirada en ellos, Aby lo llamó, él fue hasta ellos.

- Quiere colores.

- Cómpralos.- dijo se cubrió la boca con la mano bostezando.

- Son 1500 colores.- Lucas interrumpió su bostezo y miró a Aby, ella le sonrió.

- ¿Para que quieres tantos?- un frío llegó a su espalda y vió unos brazos rodear su cuello, esa respiración chocaba contra su oreja.

- Papá Chris me dijo algo de los colores,- esa suave risa retumbó en su cabeza.

- Solo cómpralos, son solo colores. Después te preocupas si te pide comprar un consolador.- Lucas al escuchar eso no pudo aguantar sonreír, dejando a Jack y Aby en shock, ya que había pasado mucho tiempo desde que lo habían visto sonreír así.

- Cómpralos son solo colores.- dijo y fue a la cocina por un vaso de agua. Se escucharon las patitas de Princesa chocar contra el suelo al bajar de la cama, vió como está corría directo al balcón y se sentaba, se movió un poco en su sitio y vió a Christian acariciando su cabeza.

Esa idea de verlo lo atormentaba, no sabía la razón, le hacía pensar que se estaba volviendo loco, pero sabía que Aby también lo veía, así que... ¿Que era lo que tenían ellos dos como para verlo? Quería creer miles de cosas, miles de pensamientos, miles de explicaciones, pero ninguna le parecía acertada. Muchas veces tenía ese pensamiento estúpido de aún seguir en coma, que solo estaba soñando, que todo era parte del sueño y que pronto despertaría. Aún tenía esa esperanza.

...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...

Aquí el último de hoy :D

Cuidense princesitas y princesitos.

Disfruten el capítulo.

Voten y Comenten.

Bye ❤️

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