- ¡¡Christian!!- el grito de Lucas despertó repentinamente a Sam en el cuarto de al lado, maldijo por lo bajo molesto, se levantó de la cama y fue al baño. Se duchó, se vistió y salió del cuarto.

Jim en la cocina revisaba su teléfono, al verlo se levantó y le sirvió una taza de café.

- Buenos días.- Sam no le contestó, ni hizo el más mínimo esfuerzo de mirarlo.- ¿No dormiste bien anoche?- Sam lo miró con fastidio.- Si vale, entiendo.

- Gritó toda la maldita noche, ¿Dónde está Christian?

- Se fue.

- ¿A dónde? Joder.

...

Le había dado un jodido tranquilizante para dormirlo, y no había cerrado los ojos en toda la noche y ni siquiera se veía con rastros de sueño. Sam se fue molesto de la casa, Jim preparó desayuno, lo colocó todo en una bandeja y fue al cuarto, abrió la puerta y Lucas lo miró con desespero.

- Papá... ¿Dónde está Christian?

- Él está bien.

- ¡¿Dónde está Christian?!

- ¿Vas a desayunar?

- ¡¡¿Dónde mierda esta Christian?!!

- Mientras estés con esa actitud Christian seguirá lo suficiente lejos de ti.- Lucas sintió las frías lágrimas bajar por su rostro, volvió a dejar la cabeza sobre la almohada.- Déjame buscar tu medicina.- Jim volvió a salir del cuarto.

- Chris... ¿Dónde estás?- dijo en un sollozo.- Vuelve.

...

- ¡Vamos, Christian! No es tan lejos.- se detuvo a esperarlo, pensaba llevarlo a un pequeño campo de frutas que tenía cerca de la cabaña, pero era más lejos de lo que recordaba y el frágil cuerpo de Christian no resistía tanto como pensaba.- ¿A qué me dijiste que eras alérgico?- le preguntó. Christian se agarró de su brazo jadeando estaba exhausto, sus piernas temblaban. Royer agarró un mecho de su cabello.

- A la canela, vainilla, y los arándanos.

- Deberías cortarte el cabello.

- No me jodas. ¿Cuánto falta?

- ¿Eres alérgico a las fresas?

- No lo sé.

- Lo averiguaremos, de todos modos tengo tus inyecciones en mi auto.

- Habías dicho que quedaba cerca.- Royer sonrió, le agarró el brazo y terminó arrastrándolo el resto del camino.

...

- ¿Que es esto?- preguntó Christian.

- Esas son fresas.

- ¿Puedo comerlas?- Royer asintió.

Royer se quedó en la puerta mirándolo, Christian por el momento no mostraba ninguna reacción extraña a las frutas que comía, no pudo evitar sonreír al ver su reacción al comer una simple fresa para después atragantarse con ellas, le parecía muy tierno, pero seguía preocupado, en la noche lo había escuchado llorar y logró calmarlo para después darle el sedante. Se notaba que lo ponía mal estar lejos de Lucas, aunque está vez era diferente. La anterior vez que se habían separado, Lucas simplemente se fue un día sin decir nada, y Christian se deprimió de distinta manera, pero ahora...

- ¿Que es esto?- la voz de Christian lo sacó de sus pensamientos, él lo miraba esperando una respuesta, Royer carraspeó levemente y se enderezó.

- Esos son duraznos.- la manera en la que Christian miraba cada cosa era extraña, como si nunca los hubiera visto, sabía que al estar en un manicomio desde pequeño sus conocimientos del exterior eran bastante limitados, pero se negaba a pensar que le negaran el conocimiento de tantas cosas.- ¿Habías comido frutas algunas vez?

- Casi siempre era en jugos que hacían en el instituto pero casi siempre lo botaba.

- ¿Por qué?

- Siempre tenía un sabor amargo y nunca le ponían azúcar. Nadie se lo tomaba.

- ¿Y la comida?

- La comida si era buena.- dijo agarrando otro durazno. Royer por fin tomó valor y le planteo la pregunta que había estado rondando por su mente en todo este tiempo.

- Christian, ¿Que tipo de cosas hacían en el instituto?

- No mucho.- respondió dándole un mordisco al durazno.- Era muy rutinario. En la mañana cuando despertaba me daban el desayuno, limpiaba mi cuarto, si estaba bien hacia algunas tareas, si estaba mal volvían medicarme y volvía a dormir hasta el mediodía, me daban el almuerzo, tenía cinco clases cada tarde, si me portaba bien me dejaban salir al patio una hora, y si me portaba mal me quedaba en el cuarto a esperar la cena. En la noche me daban la cena y me inyectaban para que me muriera hasta el siguiente día.

- ¿Te trataban bien?- Christian sonrió.

- Esa es una interesante pregunta. Le caía mal a varias enfermeras después de haber matado a una sin querer. Algunas veces me daban dulces arreglados que siempre tenían pastillas para dormir para que no fastidiara. Pero de igual manera eran dulces. Solo me trataban bien Lucas, Jim, una de las cocineras y el vigilante de la puerta.

- No te gustaba estar ahí, ¿Verdad?

- No me puedo quejar. No me gustaba la sala de control y era el lugar al que más iba, tampoco me gustaban las terapias.

- ¿Que tipo de terapias te hacían?

- La que más me hacían a mi, era la del cuarto. Me encerraban en un cuarto pequeño todo oscuro y me dejaban ahí por horas. Me hicieron la terapia del agua solo tres veces porque no pude aguantar. En ese tiempo le tenía bastante miedo al agua así que... Casi siempre entraba en pánico.

- ¿Alguna vez viste un caballo?- le preguntó de repente, Christian lo miró.

...

- ¡No Royer déjame!- gritó.

- No te hará nada. Está entrenado.- dijo arrastrándolo hasta dentro del establo.

- ¡No déjame!- Royer lo soltó y se acercó al caballo.

- No tengas miedo. No te hará nada. Se llama relámpago.- le acarició el lomo bajo la atenta mirada de Christian, quien un poco asustado se fue acercando con cautela. Acercó su mano a su cabeza y lo tocó levemente. Royer le agarró la mano y la pasó por la cabeza alterando los nervios de Christian.- Relájate, los caballos son amigables.- Christian apartó su mano y salió del establo. Royer sonrió negando con la cabeza y volvió a cerrar las puertas. Cuando salió Christian estaba muy entretenido jugando con su perro Green. Lo veía bastante animado, por suerte tenía bastantes cosas que podía mostrarle, y había muchas cosas que podía hacer para mantenerlo ocupado y distraído.

¿Cómo estará Lucas? Ese pensamiento fugaz cruzó su mente en cuanto vió a Christian sonreír.

...

- ¡Lucas si vuelves a morderme voy a golpearte!

- ¡¿Por qué me haces esto papá?!

- ¡A Christian no le gustaría verte así! ¡Que crees que diría al verte así! ¡Si tú no logras mejoras, él tampoco lo hará! ¡Debes tranquilizarte!

- Papá déjame ver a Christian. Quiero estar con él.

- Estarás con él cuando mejores.

- Pero... Quiero estar con él. ¡¿Por qué todo contigo siempre debe ser tan complicado?!

- ¡Tú eres quién lo hace complicado!- suspiró con pesadez.- Joder.- susurró y miró a Lucas, le desagradaba ver a su hijo así, ¿Que clase de mounstro había creado? De solo recordar con la rabia y frialdad con la que había dicho esas palabras lo hacía dudar de su estabilidad, "Christian no es nadie sin mi"... Le daba miedo que clase de cosas intentará hacerle a Christian con esa mentalidad.- ¿Si te dejo hablar con él te calmas un poco?

...

- Te dejare hablar con él, pero no quiero que llores, no le grites, no lo alteres, Lucas, te lo digo enserio, Royer dijo que Christian estaba tranquilo, así que, te exijo que te mantengas al margen.

- Vale.- accedió limpiando su rostro.

...

Royer estaba sentado en un tronco seco viendo a Christian jugar con su perro un poco preocupado por la llamada que estaban a punto de hacerle. Christian hasta el momento estaba tranquilo y le asustaba que al escuchar a Lucas pudiera desequilibrarse.

Se espantó en cuanto su teléfono comenzó a sonar.

- Christian.- lo llamó. Este vino hasta donde él se encontraba.- Es para ti.- dijo dándole el teléfono.

...

- ¿Lucas?

- Hola Christian. ¿Cómo estás?

- Bien, ¿Cómo estás tú?

- Yo estoy bien, quédate tranquilo. Y... ¿Dónde estás?

- No lo sé... Desperté aquí.

- ¿Estás tranquilo?

- Si, un poco. ¿Y tú?

- Todo estará bien, ¿Vale? Pronto volverás, pronto volverás conmigo, solo espera.- hubo un pequeño silencio del otro lado de la línea hasta que se escuchó una respiración baja, casi como si tuviera miedo.- Chris, de verdad te quiero. ¿Tu me quieres?

- Sabes que si.

- Vale. Ya debo colgar, cuídate Christian, te quiero.- escuchó un leve sollozo, y después una risita nerviosa.- Chris vuelve.- susurró.

La llamada se cortó, Christian se quedó en el mismo lugar mirando la pantalla del teléfono, sentía las frías lágrimas bajar por sus mejillas, aunque trató de mantenerse tranquilo logró percibir ese ligero temblor en la voz de Lucas. Quería volver, quería ir con Lucas, quería estar con él. Sus piernas perdieron la fuerza y cayó arrodillado en el piso. Apretaba el teléfono en su mano, Royer fue hasta donde estaba, y lo abrazo. Christian se aferró a Royer, llorando.

- Quiero ir con Lucas...- lloriqueó.

- Todo estará bien. Volvamos a la casa...- ignorando lo que había dicho le agarró la mano y comenzó a caminar, escuchándolo llorar.

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Khe riko..... Digo.... Khe? Este... Que lindo, para que sepan porque le dicen siempre que se corte el pelito :3

Picrew te amo ;-; pude hacer uno de Christian y convenientemente tenía esos detalles que estaba buscando (｡♡‿♡｡) también hice uno de Lucas :3 pero... El de Lucas lo nuestro después :D

Según la historia original, Christian lleva seis años sin cortarse el cabello (adecuadamente, o sea, que alguien profesional se lo corte) el bb Christian cuando le pega la luna se echa tijera el mismo, y hasta donde llegan mis cálculos, el cabello en este punto de la historia está casi llegandole a los hombros, tan bello :3

Disfruten princesitas y princesitos.

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Bye ❤️