Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 71: Condena.

Christian se quedó sentado en un banco de la plaza, esperando a que Lucas terminará una reunión importante con los patrocinadores, era el momento para decirles acerca de su enfermedad. Apretaba sus manos con fuerza, odiaba tener que soportar esa clase de nervios tan intensos, hablar de su enfermedad lo ponía en un momento de tensión extrema. Habían estado preguntando por Christian todos estos días y Lucas solo había respondido hacías sus preocupaciones con la excusa de que estaba enfermo.

Lucas salió por la puerta principal de la empresa y se acercó a él. Christian enseguida supo que las cosas no iban bien, esa expresión se lo decía todo. Se sentó a su lado y miró un punto inexistente en el suelo.

- ¿Y entonces...?

- Están molestos,- comenzó a decir.- Me preguntaron varias veces porque no había dicho eso antes

- Si hubieran sabido acerca de eso... ¿Hubieran aceptado?

- No.- le respondió seriamente.

- ¿Y que hago?

- Lo que sabes hacer mejor.- Christian lo miró. Lucas le sonrió, le puso una mano en el hombro y se levantó. Respiro profundo antes de volver a mirarlo.- Vamos, Chris. Debes hablar con ellos.

Christian se quedó unos segundos tratando de procesar lo que Lucas le acababa de decir, hasta que comprendió. Suspiró queriendo reír en ese momento, pero se aguanto. Se levantó y ambos caminaron hasta la empresa. Entraron en el primera puerta apenas entrar. Las cinco personas en ese lugar lo miraron apenas cruzó la puerta.

Se mantuvieron un tiempo en silencio, creando un ambiente tenso e incómodo. Hasta que Marco decidió hablar.

- Deberías habernos dicho sobre tu condición antes.- dijo él.

- ¿Para que? No era algo que necesitaran saber. Es algo personal que mantenemos en secreto por muchas razones.- Lucas trató de excusarlo.

- Es algo que no puedes tomarte a la ligera.- dijo está vez Jhonatan.- Una enfermedad mental es algo serio.

- ¿Por qué?- preguntó Lucas.

- Es una jodida enfermedad mental, ¿Y preguntas porqué? Es inestable, ¿Entiendes lo que significa el término "inestable"?- dijo Gregory.- Esto no es un juego. Esquizofrenia y bipolaridad, es algo serio y peligroso.

Christian bajó la mirada. Sintió una fuerte presión en la garganta, se preparó mentalmente para vomitar. Una punzada en la cabeza lo hizo reaccionar, no del todo.

- Los tres hemos hablado, y creo que debemos pensarlo. No es algo que podamos decidir en cuestión de segundos, debemos organizarnos y ver si podemos...- se interrumpió al ver a Christian estar al borde de llorar.

Sin siquiera pedirle permiso a su mente, las lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas. Una fuerte punzada en su pecho hizo que levantará la vista hacia Gregory, dándole una mirada tétrica y descontrolada, pero a la vez triste y desesperada.

- ¿P-por que...?- sin querer tartamudeo.- ¿Me están juzgando? ¿Solo por tener esto? He vivido con esto por diecinueve años...- lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.- Yo no... Yo no soy peligroso.

Lucas apretó la mandíbula al verlo llorar, que interesante manera de manipular a la gente. Christian aún no estaba bien, solo habían pasado unos días desde que había dejado su crisis atrás, y aún estaba mal, aunque... Usando las palabras correctas, sabía que Christian hacia todo lo que le dijera sin siquiera darse cuenta de lo que hacía. Malcom estaba conteniendo la risa que le causaba el momento, ver a Christian llorando lograba ablandaría el corazón de cualquiera. Miró a Royer, él le dió una mirada cómplice conociendo la situación. Gregory se arrepintió de lo que había dicho, no quería herir sus sentimientos, solo quería que entendiera que debía pensar.

- Christian no llores, no era lo quería decir...

- Ya no me importa.- lo interrumpió, Gregory se frenó en seco al ver esos ojos, comenzó a caminar en dirección hacia donde estaba, quedando a unos centímetros de él. - ¿Crees que soy peligroso, Gregory? ¿Tan mal crees que estoy? Porque hasta el punto en el que nos conocemos no has visto nada, pruebamé y puedo mostrarte que tan peligroso puedo llegar a ser.

- Christian ya es suficiente.- mandó Lucas. Christian lo miró de reojo, apretó las manos, ya estaba descontrolado, quería seguir. Dió un paso más hacia Gregory.- Christian, sabes que no me gusta decirte las cosas dos veces.- Christian suavizó la mirada y asintió levemente.

- Hagan lo que quieran.- molesto, se dió la vuelta y miró a Lucas, este le sonrió y se acercó a su oído.

- Lo hiciste bien.- susurró.- Nos vemos en casa.

La voz de Lucas hizo que todo su cuerpo se desequilibrará, lo miro por unos segundos y salió de la empresa. Gregory miró a Lucas buscando una explicación. Este simplemente agarró su chaqueta y sonrió.

- ¿Lo ves?- le dijo directamente a Gregory.- Un poco de lo que es capaz de hacer.

- ¿Lo hizo a propósito?

- Con la mente de Christian se puede jugar, Gregory. Solo hay que saber cómo.

- ¿Entonces?

- Solo te mostré un poco de su potencial, claro, si es que sabes a lo que me refiero.- le sonrió.- Hubiera dejado que lo hiciera con los tres, pero... Me pareció una perdida de tiempo, así que, dejaré que cada uno tenga criterio propio para decidir las cosas de ahora en adelante, aunque puedo imaginar lo que pasa en este momento por tu mente, Gregory. Por eso, puedo asegurar que se dejarán llevar por su instinto y no por su mente. Piensenló el tiempo que necesiten, esperaremos su llamada para saber cuál fue su decisión. Buenas tardes.- les dió una última mirada y se fue. Salió de la empresa y fue hasta su auto.

Royer sonrió y lo siguió. Lo vió llegar hasta ese auto plateado.

- Algunas veces das miedo, Lucas.- le dijo. Lucas se detuvo antes de entrar en su auto y se volteo para mirarlo.

- Lo sé.- dijo y le sonrió.- De hecho... Aún no has visto de lo que somos capaces.- entró en su auto y se fue.

Royer sonrió más ampliamente viendo el auto alejarse hasta desaparecer de su vista. Suspiró metiendo las manos en sus bolsillos. Soltó una risita.

- Y no sabes cuánto ansió descubrirlo.- murmuró para si mismo y fue hasta su auto.

...

¿Pensar? ¿Que necesita pensar? ¿Tan débil se veía? Que deprimente. ¿Quien mierda los necesita? Nadie los necesita. Puedo hacer lo que yo quiera, puedo hacerlo yo solo. Sin ver por dónde iba terminó por chocar con alguien.

- Lo siento, joder. No te ví.

- No te preocupes.

- Déjame ayudarte.- le tendió la mano, pero el no la agarró.- Toma mi mano.

- Es que... No veo.- Christian no entendió al instante a lo que se refería, pero después de unos segundos comprendió y agarró su brazo levantandólo.

- ¿Estás bien?

- Si. Estoy bien.

- Vale. Enserio, lo siento...

- No te preocupes.- un silencio incómodo se concentro en ese lugar. Era la primera vez que se conseguía con alguien ciego... ¿Que se supone que debía hacer? ¿Debía decirle algo?

- ¿Sigues ahí?

- Si, lo siento...- bajo la mirada.

- ¿Podrías decirme dónde estamos?

- En la plaza central de Vident.

- ¿Podrías ayudarme a llegar a la parada de autobuses?

- ¿A dónde necesitas ir? La verdad no sé mucho de calles.

- Al asilo San Francisco...- Christian frunció el seño... ¿Que era un asilo?

- Si quieres puedo llevarte.

...

Treinta minutos después, se encontraba estacionando su auto en la entrada de una casa bastante grande, por alguna razón quiso entrar, no tenía idea de que era un asilo y quería averiguarlo. El chico se sacó unas llaves del bolsillo y con demasiada facilidad abrió la puerta. Entraron a un patio bastante grande para lo pequeño que se veía el lugar desde afuera.

Llegaron hasta un cuarto, con una cama, un armario y una mesita en dónde había varias cosas. El chico se disculpó y entró en el baño. Un fuerte escalofrío recorrió toda su espalda al ver las blancas paredes. Cerró los ojos y respiro profundo.

- Cálmate, Christian. No seas imbécil.

Miró todo el cuarto. Encima de la mesita había varias cosas, no entendía mucho como se manejaban las personas ciegas pero... Para tener un impedimento visual tenía demasiados libros. Agarró un cuadro con una foto enmarcada. Habían tres personas, un hombre, una mujer y un niño. Ese presentimiento de perdida se apoderó de él, y solo pensó que sus padres se habían muerto. La puerta del baño se abrió espantandoló. Tuvo un leve impulso de querer explicar lo que estaba haciendo, pero después recordó que no podía ver y simplemente dejo el cuadro en dónde estaba.

- ¿Cómo te llamas?

- Christian.

- Yo soy Francis.

En ese momento, Christian sintió todo su mundo detenerse, en cuanto Francis giró la cabeza justo hacia donde él estaba parado, fijando esos ojos, que tenían un color gris pálido, no había pupila, no había color, solo era blanco. Por alguna razón quiso vomitar pero se aguanto.

- Y... Ya no sé de qué podríamos hablar.- Christian soltó una risita nerviosa. Francis sonrió.

- Jamás había visto a una persona que no pudiera...- ese extraño reflejo que tenía de mirarlo lo ponía extremadamente nervioso.

- ¿Ciega? Es algo normal al principio. Aunque soy buena persona, eso dice la directora de este lugar.- dijo y le sonrió. Con mucha más facilidad, agarró unos lentes negros que habían en la mesa y se los colocó, para el bien de sus ojos sensibles al sol y para el bien interno de Christian, al menos no tendría que seguir viendo esos tenebrosos ojos. De solo pensar en eso le hacía que toda su piel se erizará del miedo.

Caminaron por todo el lugar hasta llegar a la cocina central del lugar, otra vez, guiado por Francis, seguía sorprendiedolé la facilidad con la que hacía las cosas. Supuso que simplemente las personas así tienden a ser más... ¿Capaces?

- Francis, te dije que debías llegar antes de las doce.- le dijo una mujer apenas entraron a la cocina.

- Lo siento... Es que me perdí.

- Debes tener cuidado, no es la primera vez que te pasa, y...- se interrumpió al ver a Christian.- ¿Y quién es tu amigo?

.- Él es Christian.- dijo con una sonrisa.

- Es un placer.- dijo Christian tendiendolé la mano. Ella amablemente correspondió a su saludo.

- ¿Por qué no le muestras el lugar, Francis?

- Claro.

Salieron de la cocina y Francis le mostró el lugar, diciéndole para que era cada lugar. Descubriendo que era lo que realmente era un asilo. Se sentaron en una silla que habían en el patio central del lugar. Christian lo miró, ¿Que hacía viviendo ahí? ¿Sus padres murieron? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuando? Y sin siquiera pensarlo le planteó la pregunta.

- ¿Por qué vives aquí?- notó como la mirada de Francis cambiaba. Bajó la mirada.

- Hace unos años, tuve un accidente con mis padres, ellos murieron.- se detuvo por un momento, antes de volver a hablar.- A mi me llevaron a un hospital y al tiempo deje de ver. Desde eso vivo aquí, es el único lugar que decidió acogerme sin cobrarme o ponerme a hacer algún trabajo.

- ¿Cuántos años tienes?

- Dieciséis.- le respondió.

- ¿Hace cuánto fue eso?

- Como diez años, quizás más, no lo recuerdo bien.- Christian bajo la mirada sacando las cuentas.- Pero estoy bien. Aquí me tratan bien.- dijo con una sonrisa. Christian lo miró.

- Claro...- susurró. Su teléfono comenzó a sonar. Soltó un suspiro lleno de fastidio al ver el nombre en la pantalla. Contestó.- ¿Que quieres, Mia?

- Si, también estoy feliz de hablar contigo. Solo te llamé para decir que ya estoy planeando lo del funeral, te llamé varias veces y a Maddi igual pero ninguno contestaba...

- Espera, espera... ¿Funeral? ¿De que hablas?

- El funeral de nuestros padres, idiota. ¿O es que acaso Lucas aún no te ha dicho que consiguieron sus cuerpos?

Hubo un silencio tan desagradable que ni siquiera Mia fue capaz de hablar. Christian se quedó perdido. ¿Cuerpos? ¿Eso era posible? ¿En medio del mar? Apretó el teléfono en su mano.

- Te llamaré más tarde, Mia.

- Vale.- y con eso cortó la llamada.

Frunció el seño. "¿O es que acaso Lucas aún no te ha dicho...?" Así que Lucas sabía de eso... Genial.

- Debo irme, Francis. Lo siento.- esa voz tan grave lo asustó.

- ¿Todo está bien?

- Si, no te preocupes.- Francis se levantó.

Christian sentía su cuerpo perder fuerza a cada segundo, sus padres, dos personas a las que siempre amo, que apreciaba con todo su corazón... Ya no estaban... Ni siquiera tuvo tiempo de estar con ellos. Solo decidieron irse y jamás volver, igual que aquella vez. Sus piernas perdieron toda la fuerza y cayó arrodillado en el piso, llorando. Francis se agachó y lo tomó por los hombros, y Christian por simple reflejo, lo abrazo con fuerza. Sin saber que otra cosa hacer, solo le acarició el cabello suavemente intentando calmarlo. Comenzó a arrullarló como si fuera un bebé, sintiendo lentamente el cuerpo de Christian relajarse.

Cómo muchas veces, Francis deseaba poder ver, quería ver a la persona que tenía enfrente, Christian era una persona dulce y tranquilo, lo trataba como si fuera cualquier otra. Después de un rato, Christian logró calmarse, aunque seguía agarrando la camisa de Francis con fuerza. Sentía esos cálidos dedos jugar entre su cabello, dándole ese aire conocido, le gustaba y lo tranquilizabá.

...

Se fue de ese lugar, prometiendolé a Francis volver, sin mencionarle nada acerca de lo que le había pasado, y él tampoco hizo ningún indicio de querer saber o preguntarle nada al respecto, así que el tema quedó cerrado. Por ahora. Dando inicio a una de muchas condenas.

.............................................................

⊙﹏⊙ No diré nada aquí tampoco, la idea es que creen sus teorías, y me las digan en los comentarios XD nos veremos la siguiente semana con otros tres capítulos.

Cuidense princesitas y princesitos.

Voten y Comenten.

Bye ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro