Ese día se levantó sin ánimos, como todos los días, Royer no estaba en la casa así que supuso que se había ido en la mañana. Pasaban de las once de la mañana, ahora sí estaba durmiendo bien. Pero no era lo mismo. Se acostaba muy tarde, y despertaba tarde, era una jodida rutina que se repetía constantemente. Ya estaba arto. Le fastidiaba su propia vida.

Se vistió y decidió salir de la casa, había pasado más de tres semanas encerrado en la casa, lamentándose y llorando todo el día, debía dejar de hacer eso, por su mente había pasado la idea de suicidarse. Lo había pensado. Un mundo sin Christian era lo peor, sufría mucho, le dolía el alma.

Terminó sentado en una banca en la plaza favorita de Christian. Suspiró. Todo le recordaba a él, cualquier cosa que hiciera, a cualquier lugar que fuera sentía su presencia.

...

Había pensado mucho en eso, había considerado la idea de decir hacerca de la condición de Christian, le ahorraría el problema. Royer había cambiado la contraseña de todo. No podía entrar en Facebook, Instagram, ni Twitter, quería que evitará a toda costa tener que ver cómo lo insultabán por "maltratar" a Christian.

...

Su mente comenzó a divagar, dejo de concentrarse en lo que pasaba a su alrededor, la gente que pasaba por allí lo miraban con desprecio.

Cuando comenzó a estar con Christian, trató de que su vida personal no se supiese públicamente, pero eso rápidamente estresó a Christian y la única salida que tuvo fue aflojar un poco la cuerda, pero él terminó cediendo ante su petición. Cosa que en su momento estaba bien, aunque Christian comenzó a ser más insistente, y después se eso... Formalizaron su relación, comenzaron a vivir ellos solos, hicieron su relación pública... Y la cosa se volvió aún más seria cuando Christian le pidió que se casará con él.

El amor era una cosa que nunca intento entender, jamás le tomó importancia cuando era niño, pero...

Después de esa vez se dió cuenta de manera abrupta que no le gustaban las mujeres, y justo después de eso, su amistad con Christian comenzó a avanzar y su mente simplemente unió la partes del rompecabezas, enamorarse de él fue lo peor que pudo haber hecho, quizás pensar eso estaba mal, pero... Christian era una condena, una persona buena, cariñosa, que se preocupaba por las personas, era demasiado fácil encariñarse con él. Eso se lo había dicho Royer una vez, y todas las personas que lo conocían decían lo mismo.

Aunque... Era difícil tener que lidiar con sus crisis, y ataques, pero Christian siempre trataba de compensar esas escenas de locura. Sonrió. Era una persona hermosa. No podía quejarse de él. Era lamentable tener que aceptar que lo amaba, y que jamás podría enamorarse de nuevo...

-¿Todavía tienes la dignidad de mostrar tu cara?- esa voz lo saco de sus pensamientos, encontrándose con un reportero mirándolo con desprecio.- Estás aquí tan tranquilo. Debería darte vergüenza.- Lucas suspiró.

-No estoy para aguantar esto.- dijo y se levantó. Comenzó a caminar en otra dirección, hasta que la voz del hombre lo detuvo.

-¿Te sientes bien sabiendo que se suicidó por tu culpa?- volvió en sus pasos y lo miro fijamente con el seño fruncido.

-¿Te sientes bien sabiendo que no sabes cuál es la verdad de toda esta situación? Porque se que el vídeo está alterado para que solo se vea la parte en dónde Royer y yo lo golpeamos, pero... ¿Sabes cuál es la verdad? ¿Sabes lo que pasaba? ¿Sabes porque lo golpeé?- el reportero lo miró confundido.- ¿¡Lo sabes!?- le gritó. El hombre dió un paso atrás un poco asustado. Miró a su alrededor y vio a más personas. Lucas respiro profundo, está era la situación que esperaba, sino lo hacia ahora nunca lo haría.- ¡Sino sabes las cosas entonces no opines nada!- ya estaba desesperado. Necesitaba algo más. Algo...

-¿¡Entonces por qué niegas dar la verdad!? ¿¡Es tan difícil!?

-¡Si es difícil! ¡Y quizás no lo entiendan! ¡Porque personas como tú se especializan en colocar mal a los demás!

-¡Sino tienes nada que temer entonces dilo! ¡Descárgate y...!

-¡¡Christian tenía una enfermedad mental!!- lo dijo. ¡Ya! ¡Lo dijo! Todo el lugar se quedó en silencio, logró ver qué habían personas grabando con sus teléfonos. Eso le facilitaría las cosas un poco.- ¡Tenía esquizofrenia y era bipolar! ¡Tenía crisis, tomaba pastillas, varias veces terminaba en un jodido hospital por sobredosis!... ¡Todas la veces que dije que estaba enfermo, que salía del país, que estaba descansando! ¡¡Todas esas veces fue porque tuvo un accidente!! ¡Pero jamás entenderán eso!- dijo eso último no para ellos, ni para nadie, solo él sabía el significado de eso, aunque... Quizás una sola persona entendiera eso.- ¡Ya lo dije! ¿¡Eso era lo que querías, no!? ¡Pues ya lo hice! ¡Ahora déjenme en paz!- se dió la vuelta y fue hasta su auto, cerró las puertas y se quedó quieto por unos segundos.- Lo siento, Chris...- dijo con los ojos llenos de lágrimas, se sentía estúpido, quería simplemente desaparecer.- P-prometí que nunca diría algo sobre eso... Pero...

-Creo que ya era tiempo de hacerlo... No te preocupes... No te sientas mal por eso...

-Pero...

-Lucas.- lo llamó. Él lo miró.- No hagas esto.- le dijo. Esa voz estaba muy seria, llegaba a asustarle, su mirada estaba serena y tenía una postura firme, pero había algo que le faltaba.- Deja de culparté por esto, yo ya estoy muerto.- eso fue un golpe fuerte, le dió dónde más le dolía y sintió su corazón romperse en segundos.- No pudiste hacer nada para evitar que muriera, no fue tu culpa que muriera, no es tu culpa, no había forma de que sobreviviera a eso. Debes liberarte.- Christian apoyo la cabeza en su hombro, justo en eso Lucas sintió el peso.- Debes dejarme ir, Lucas.

...

Lucas miraba en la televisión como todos los canales de noticias hablaban acerca de esto. Lo llamaban, le llegaban mensajes de todos, logró ver varias llamadas perdidas de su padre, pero era la persona con la que menos quería hablar, llegó un punto del día en que su teléfono comenzó a sonar tanto, que decidió apagarlo. Se sentó en el sofá de la sala con las luces apagadas, mirando programas de cocina. Toda su alma estaba en el piso, todos su orgullo, su autoridad, su vida, todo estaba en el fondo.

La puerta principal se abrió y Royer entró en la casa con Aby y Jack. Ambos niños fueron a sus respectivos cuartos, mientras Royer entró en la casa y fue hasta donde estaba Lucas.

-No me digas nada. No estoy de humor.- dijo Lucas metiéndose una cucharada de helado de chocolate en su boca, sintiendo las lágrimas bajando por sus mejillas.

-¿Por qué crees que te diría algo malo? Era algo que tenías que hacer. Será mejor que no salgas por un tiempo, y los chicos tampoco. Deja que yo arregle esto.

-Vale.- respondió sin darle mucha importancia.

-¿Estás bien?- le preguntó. Lucas le volteo los ojos.

-Deja de hacerme esa maldita pregunta. ¿¡Cuál es el maldito problema!?- dijo en un tono alto.- Si estoy bien o mal es problema mío. Deja de fastidiarme la vida.

Royer se frenó en seco al escuchar esa respuesta tan cortante. Asintió levemente con la cabeza, se dió la vuelta y salió de la casa. Lucas frunció el seño. Esto iba a ser el jodido inicio que necesitaba, ya no iba a ser el mismo, algo se había roto dentro de él. Y solo había una cosa que lograría resolverlo.