- Toma.- dijo dándole una taza con té caliente.- El té ayudará a que te calmes.

- Gracias.- dijo tomando la taza entre sus manos.

Algunas horas después, Lucas y Royer estaban en la cocina, el segundo tenía una lucha mental en su mente de como iba a decirle lo que estaba pasando. Lucas bebía el té de forma lenta, con la mirada baja, mientras las lágrimas salían sin control. Esa expresión de estar destrozándose por dentro, le rompía el corazón, conocía a Lucas desde hace años y había logrado agarrarle cariño, uno igual que el que le tenía a Christian, uno protector, de querer cuidarlo. Pero era difícil ver a Lucas de esa manera, tan desgastada y frágil, no muchas veces se le podía ver así de mal, las pocas veces que había percibido ese comportamiento era cuando peleaba con Christian, pero eso igualmente no duraba mucho ya que al poco tiempo ya volvían a estar igual, ninguno soportaba estar lejos del otro. Para los dos era muy torturandór. La repentina mirada de Lucas lo hizo salir de sus pensamientos.

- ¿Pasa algo?- preguntó por lo bajo. Royer frunció el seño, dudando.

- No es nada. Tú quédate tranquilo.

El teléfono de Lucas sonó encima del mesón de la cocina, lo agarro y era un vídeo. Frunció el seño. Abrió el archivo, se quedó totalmente paralizado, cada segundo que pasaba era como una puñalada que le daban a su corazón. Lágrimas comenzaron a aglomerarsé en sus ojos, para salir y bajar por sus mejillas. Levantó la mirada hacia Royer, este tenía la cabeza baja.

- ¿T-tú sabías de esto?- le preguntó. Sentía que todo el cuerpo le temblaba, sus manos sudaban y se sentía abatido.- ¿Que es esto, Royer? ¿Maltratador? ¡Royer sabes que yo no golpeaba a Christian!- dijo nervioso al notar esa pizca de duda en el comportamiento de Royer.- Lo sabes ¿No? ¡Jamás haría algo para lastimarlo! ¡Jamás...!

- ¡¡Ya cállate!!- lo interrumpió levantándose de la silla. Lucas se freno de golpe al ver ese repentino aceleró en Royer, tenía una expresión de cansancio y estrés, era obvio que lo sabía, solo... No sabía cómo decirle. Joder.- Se que jamás haría una cosa de esa magnitud. No soy idiota, Lucas. Te conozco. ¡Te conozco! ¡Se cómo eres! Y dañar a Christian es algo jamás harías si en la situación no lo necesitará, pero...- Lucas se quedó en blanco, jamás había visto a Royer de esa manera. Él siempre era el que se mantenía en la línea de cualquier situación y buscaba soluciones antes de desesperarse, y ahora que lo veía así, le sorprendía, después de todo nadie podía mantener la cordura por siempre.- Es que... Todo esto... Me está colmando la paciencia, ya no que mierda hacer, no sé que hacer para arreglar esto, ¡¿Porque todo contigo siempre tiene ser complicado?!- esa última frase le dejo los pelos de punta. Royer de repente perdió toda la poca fuerza que estaba tratando de mantener dentro del cuerpo, se dejó caer en la silla y apoyo la cabeza en el mesón. Lucas aún seguía demasiado sorprendido como para reaccionar.- Yo también lo extraño, Lucas.- le tembló la voz al hablar al estar al borde de llorar. En eso, apenas lo escucho, salió de su trance para así poder darse cuenta de lo que estaba pasando.- Pensé que si no decía nada lograría que se fuera de mi mente... Pero no puedo... Yo también lo extraño. Yo también dependía de él, mi estabilidad dependía de él, ahora todo es aburrido, y ya no se que hacer, no quiero ser el representante de nadie. No creo que nadie sea tan bueno como él, no creo volver a conseguir otra persona como Christian...

- ¿Piensas retirarte?

- Si, ya no quiero hacer eso. Sin Christian ya nada tiene sentido, prefiero retirarme y no volver a lidiar con nada de eso.

- ¿Vas a dejar eso por Christian?

- Nada es lo mismo sin Christian. Él me cambio mi manera de pensar, cambio mi manera de vivir, hasta mi manera de trabajar la cambio. Jamás fui un representante reconocido ni mucho menos codiciado... Hasta que llegó Christian, después de que comencé a trabajar con él mi vida dió un giro de 360°, trate de acostumbrarme a eso... Pero cada vez que veía o hablaba con alguno, mi mente siempre los comparaba con él, y al final termine rechazando a todos. No es lo mismo.

Duraron unos minutos en completo silencio. Ninguno decía nada que comenzaba a sentirse el ambiente tenso y extraño.

Que detestable debía verse en esas entrevistas cuando comparaba a unos chicos de diecisiete o dieciocho años con Christian, él que se había convertido en una figura pública muy reconocida y famosa en cada parte del mundo y mucho más en Londres, recordaba las caras de desilusión de los jóvenes cuando él los rechazaba "por no ser como Christian". ¿Estaba buscando un reemplazo? ¿Quería a alguien igual a Christian? ¿No podía olvidarlo? Que vergüenza. Se limpio la cara con el dorso de su chaqueta y volvió a mirar a Lucas.

- Lo siento... Creo que... Me deje llevar... Lo siento.

- No importa. Todos necesitamos hacer eso alguna vez... En algún momento.

- Debo irme. Por favor no salgas de la casa.

- No es como si quisiera.

- Vale. Me voy. Trata de quedarte tranquilo. Hazlo por él.- Lucas asintió.

Royer se fue de la casa y mientras conducía de regreso a su casa solo podía pensar en Christian, ese idiota tan amable y divertido que siempre lograba sacarle una sonrisa a cualquiera.

[...]

- Royer... ¿Como se hace esto?- preguntó. Royer se volteo hacia él y se acercó.

- Veinte años y no sabes hacer el nudo de una corbata.- dijo y le comenzó a anudar la corbata. Christian lo miraba.- Que horror. Eres una vergüenza.- Christian frunció el seño entrecerrado los ojos.- Relájate, un día de estos te enseñaré.

- Si.- Royer se colocó detrás de él, y lo miro en el reflejo del espejo.

- Que apuesto...- Christian sonrió y bajo la mirada.- Y que formal para una simple reunión.

- Es una reunión para conseguir un contrato. Papá siempre se vestía así cuando iba a reuniones de ese tipo... Y siempre llegaba a la casa presumiendo que lo había logrado conseguirlo.

- El atuendo de la suerte.- lo agarro de los hombros y lo volteo para que lo mirara.- Vale, pues... Ve y consigue el contrato, ve y enorgullece a tu familia.

- ¡Claro que sí!- dijo entusiasmado.- ¡Lo haré! Me voy... Adiós Royer.- se despidió y salió de la casa.

Royer sonrió negando con la cabeza.

- Tonto, Christian.- susurró.

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7-7 porque siempre lloro escribiendo. Soy de corazón débil 💔 me disculpo.

Hoy me desperté con ganas de hacer dos capítulos del Presente seguidos 🙂✌️

Weno me voy...

Cuídense princesitas y princesitos.

Voten y Comenten.

Bye ❤️