Capítulo 47: Responsabilidad 1/2
Una mujer caminaba empujando un pequeño coche, en donde dormía tranquilamente una niña de algunos meses de nacida. El dinero ya no le alcanzaba, algo debía hacer. Fue hasta una parte no muy concurrida por la gente, solía ser la parte más vacía del parque. Pero ese lugar era el favorito de alguien. Se sentó en esa banca a esperar.
Todos los días, sin falta, pasaba por aquí, exactamente a las siete de la mañana, caminaba y se sentaba en esa misma banca, mientras se tomaba un café caliente, y revisaba su teléfono, se quedaba cerca de cuarenta minutos, y luego se iba. Lo había vigilado por más de dos semanas. Nunca le ponía una traba a su rutina. Todos los días sin falta. Acomodo el cochecito cerca de la banca, colocó la mochila que traía en la parte de abajo, se sacó un pequeño sobre del bolsillo y lo dejo encima de la niña. Se despidió de ella por última vez, era lo mejor para ambas, con lágrimas en los ojos le dijo con voz quebrada, su último adiós. Se levantó y se fue caminando hasta unos metros allá, para observar.
Como lo esperaba lo miro desde que entró en el parque, caminando tranquilamente por el camino de piedras, y cómo de costumbre se adentro en la part solitaria del parque. Rápidamente se acercó a esa banca.
...
Una rutina bastante tonta, todos los días era lo mismo. Llendo a la misma plaza a sentarse, a esperar y pensar, o en otras palabras, a torturar su mente por unos cuarenta minutos, pensando estupideces y cosas sin sentido. Hace más de dos semanas se había sentido raro, casi no había dormido, eso era malo. En cualquier momento explotaría y perdería el control.
Salió de su casa, y caminando lentamente, fue al parque, compro un café, las calles aún estaba cubiertas de nieve, hacía frío incesante todo el día. No había manera de mantenerse caliente por siempre. Camino por la plaza, escuchando el raro sonido que hacían sus pies en la nieve. Entro en la parte solitaria del parque y fue a su banca favorita. Mientras se acercaba noto un coche, justo en esa banca. Se terminó de acercar y bajo la vista, mirando directamente al cochecito. Levantó la parte de arriba, y se dió cuenta de que había un bebé.
- ¿Que demonios...?
Lo inspeccionó con detalle. ¿Que era esto? Vió un bolso en la parte de abajo, se percató de un pequeño sobre. Lo agarro y lo miró. Se espanto al ver el nombre que tenía. "Para: Christian Evans Adish". Frunció el seño. ¿Que era esto? Abrió el sobre y se sentó.
"No puedo poner en palabras lo doloroso que es para mí hacer esto. Pero es lo mejor para ambas, aún soy muy joven, no tengo los recursos para lograr mantenerla, no puedo darle una buena vida, debo mantener a mis dos padres enfermos, y debo trabajar, no me queda tiempo para atender a un bebé. Solo espero que contigo tenga un mejor futuro. Lo siento. Cuidala."
Christian se quedó en shock. Leyó la carta más de diez veces. Aún no creía que esto estuviera pasando. ¿¡Un bebé!? ¿¡Con él!? Se levantó de la banca y miro el coche.
- Esto no puede estar pasando...
Saco su teléfono y llamo a Royer. No le contestaba, lo llamo unas veinte veces hasta que por fin contesto.
- Christian son las siete de la mañana...
- Royer...- apenas escucho esa voz, cerró los ojos esperando lo peor. Odiaba esa voz, solo le decía que algo malo le esperaba.- Tenemos un problema.
- ¿Dónde estás?
- En el parque. A dos calles del edificio...
- Bien. Llegó en diez minutos.- y colgó.
Guardó el teléfono. Levantó la parte de arriba, en eso se dió cuenta que era una niña. Demasiado rosa. Volvió a sentarse en la banca. Frunció el seño, ¿Como sabía que venía a este parque? ¿Y la hora exacta? ¿El lugar exacto? ¿Lo vigilaban? ¿Tan bien se veía como para que alguien decidiera hacer algo así? Una mano en su hombro lo hizo reaccionar. Royer lo miraba con una expresión sombría y adormiladá.
- ¿Que pasa?- le dijo y bostezo.
- Creo que con esto se te va a quitar el sueño.- dijo y señaló a su lado. Royer dió la vuelta y vio el coche. Levantó la parte de arriba. Miro a Christian, miro al coche y volvió a Christian.
- ¿Que significa esto?- Christian le dió la carta. La expresión de Royer cambio en el segundo en el que terminó de leer la nota.- Joder.- lo miro.- ¿Te vigilaban?
- Creo que si. Esto es raro...
...
Después de pensarlo demasiado, terminaron llevando al bebé a la casa. Por suerte Harri y Sam habían salido. Christian acostó a la bebé en su cama, él se la pasaba dando vueltas por todo el cuarto, mirándola.
- ¿Que mierda voy a hacer?
- Según esto... Tiene cinco meses de nacida, se llama Abygail, y nació aquí. Y hasta te dejo los papeles de adopción.- Christian se sentó en el piso, al lado de la cama, sin dejar de mirarla.- Creo que esto va enserio.
- ¿Que hay en el bolso?
- Ropa, algunos juguetes, y otras cosas.
- Me la quiero quedar.- Royer soltó una risita al escuchar la forma en la que el había dicho eso.
- ¿Sabes que un bebé no es un juguete? ¿Cierto? Un bebé significa una gran responsabilidad. No es fácil. Y menos para ti.
- Si.
- ¿No crees que sería mejor dejarla en un orfanato?- dijo. Christian bajo la mirada. ¿Orfanato? Miles de recuerdos comenzaron a ligarse en su mente. Niños, cuartos, hora del desayuno, del almuerzo, de la cena, patio, duchas, peleas... Orfanato, orfanato, orfanato, instituto... Se levantó del piso sintiéndose ahogado, sofocado.
- ¡No! No la voy a dejarla en el instituto.- Royer frunció el seño. ¿Instituto? Se acercó a él y lo abrazo.
- Ya tranquilo. La despertarás.- Christian se aferraba fuertemente a su brazo. Respiraba con dificultad.- Relájate. Se quedará aquí.- cerró los ojos. ¿Dónde mierda estaba Lucas? ¿Por qué se había ido? Le había dejado todo el paquete a él solo. Y tenía que lidiar con Christian, con aquella situación él solo.
El día siguió transcurriendo con normalidad. Royer le advirtió a ambos chicos que Christian no estaba bien, mientras menos lo tratarán estaba bien. Christian dentro del cuarto, lo único que había hecho en cuatro horas, había sido mirarla. Ese pequeño cuerpo encima de la cama, durmiendo. Se movió un poco y abrió los ojos. En el segundo que esas pequeñas perlitas azules se juntaron con las de él, sintió un nudo en el estómago. Ella se quedó inmóvil, mirando toda su cara, como si lo estuviera inspeccionando. Christian con miedo acerco su mano y con un dedo tocó cuidadosamente su cara, esa sensación, ese sentimiento, ese momento tan... tan extraño, pero a la vez tan cálido. ¿Que era lo que le pasaba? Harri entro en el cuarto y se acerco.
- Eres muy tierno. Levantate.- Christian lo miro y se levantó. El se acercó, agarro a la bebé y se la puso para que la cargará.- ¿Ves? Pon tu mano aquí, y sujeta su cabeza.- su corazón latía con fuerza, pensaba que en cualquier momento se le saldría del pecho. Sus ojos estaban en ella, era una atracción extrema, dentro de él comenzaba a florecer un sentimiento de tranquilidad. Levantó la mirada y vio a Harri. Él le sonrió.- Que linda.- dijo.- Tiene el mismo color se tus ojos.- lo miro. Justo en ese momento sus ojos cambiaron de azules a negros, quedando solo una fina rayita de color azul. Casi imperceptible. Harri lo miro y Christian a él. Haciendo ese momento completamente de ellos. Rápidamente la situación comenzó a cambiar de sentido, Harri aparto la mirada nervioso.
Ya de noche, Christian estaba en la cama, dándole un biberón. Jamás se había sentido así. Ella con sus pequeñas manitas trataba de sostener el biberón. Algo dentro de él, le decía que debía cambiar. Sentía que debía cuidarla, nada más el hecho de dejarla en un orfanato le aterraba, esos lugares son detestables, sería como repetir el suceso de su familia. Lentamente vio como sus ojos se cerraban y se dormía. La cubrió con la cobija y se recostó al lado. ¿Sería capaz de hacerlo? ¿Cargar con esa responsabilidad? ¿Cambiar su estilo de vida por ese pequeño ser que estaba durmiendo a su lado? Recordó las palabras de Andy.
...
- Nada es imposible en esta vida, Christian. Yo era un ladrón, me ensucie las manos con sangre, me drogaba, pero logré escalar de eso. Nada es imposible.
...
- Nada es imposible.- susurró.
Cambiaría, haría lo que fuera para salir adelante. Se levantó con cuidado, agarro algunas almohadas y las puso en los bordes a modo de barrera, había visto que hacían eso en la televisión, para evitar que se cayeran de la cama. Volvió a acostarse y no duró mucho en dormirse.
•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Debo decir que todo lo que conocen de la vida del joven Christian, es una... Digamos "farsa". Así que por eso Aby no la adoptaron Lucas y Christian. No es por recordarles que el sufre de esquizofrenia, lo que le provoca alucinaciones y delirios. Así que varias cosas tienes dos o tres caras de cómo sucedió en realidad. Y su mente transforma ciertas cosas para olvidarse de los malos acontecimientos de su vida. Por eso hay dos versiones de cómo se conocieron Christian y Lucas. Que ninguna de las dos es la verdadera. Pero ajá ya dije mucho.
Lo estaré explicando a medida que avance para que no se pierdan.
Cuidense princesitas y princesitos.
Voten y Comenten.
Bye ❤️.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro