Capítulo 44: ¿Quién soy?
𝙳𝚘𝚜 𝚜𝚎𝚖𝚊𝚗𝚊𝚜 𝚍𝚎𝚜𝚙𝚞𝚎́𝚜...
Teniendo en cuenta todo lo que ha había pasado, cada vez se sentía más confundido. Estaba en el baño del hospital tomando una ducha, todo el cuerpo le dolía, y también algo dentro dentro de él le hacía pensar que este cuerpo no le pertenecía, se sentía ajeno a él. Cerró la llave del agua y salió. Se seco con una toalla y se vistió. Seco su cabello, y fue al espejo. Se miró en el espejo, no reconocía ese rostro, esos ojos azules, ese cabello azul oscuro con las puntas plateadas. ¿Esa persona que estaba viendo en el espejo era él? Pues parece que si.
Salió del baño y cerró la puerta. Camino por los pasillos del hospital, llegó a la parte baja y salió al patio. Se sentó en una banca, miro a todas las personas de ahí, todas tenían algo. Cáncer terminal. Soltó un suspiro al recordar esas palabras. Saco su teléfono, y se busco a si mismo.
"Christian Joshuev Evans Adish, joven empresario, modelo y fotógrafo de 24 años, casado con Lucas Willsom desde hace cuatro años. Dos hijos: Abygail y Jack Evans Adish. Dos hermanas: Mia y Maddison Evans Adish. Padres fallecidos hace siete años."
Solo había eso. Guardó el teléfono, no era de mucha ayuda.
Esa tarde le dieron de alta a Christian. Ya estaba lo suficientemente fuerte como para irse a su casa. El camino a la casa fueron los cuarenta minutos más incómodos del mundo. No se sentía a gusto con él, algunas veces lo miraba de reojo, era mucha desconfianza, demasiados nervios.
Lucas frunció el seño. Él no era tonto, había pasado más de doce años descubriendo las manías que tenía Christian. Se había dado cuenta, notaba que lo miraba con desconfianza, la manera de torcerse los dedos a modo de nerviosismo.
- No hagas eso.- le dijo, su voz lo espanto.- Puedes hacerte daño.- Christian separó sus manos colocándolas encima de sus rodillas.
Llegaron a la casa, abrió la puerta y dejó que el entrara primero, dejo las llaves en la mesa, y se quedó en el marco de la cocina, mirándolo. Christian entro, camino lentamente por todo, mirando a todos lados. No reconocía nada. Miró a Lucas, él se acercó y le puso la mano en el hombro. Lo guío hasta el cuarto. Abrió la puerta y Christian entró.
- Este es nuestro cuarto.- dijo en un tono suave.
- Joder.- dijo cerrando los ojos y se puso una mano en la frente.
- ¿Que pasa?- se preocupó.
- Me duele la cabeza.- susurró.
- Creo ya es demasiado. ¿Porque no duermes? Te hará bien descansar.
- Vale.
- Yo dormiré en el otro cuarto... Para que tengas tu espacio.
- Si, gracias.
- Aquí están todas tus cosas, ahí está tu ropa y allá está el baño. Si necesitas algo me avisas.
Christian simplemente asintió, Lucas le dió una última mirada, cerró la puerta y se fue. Salió de la casa y se quedó en el pequeño parque que tenía el edificio. Saco su teléfono y llamo a Frank.
- ¿Tan pronto entraste en pánico?
- No es divertido, Frank.
- ¿Que pasa?
- Solo te llamé para calmarme.
- Si necesitabas la voz de la tranquilidad y paz, creo que debiste haber llamado a Royer.
- ¿Que puedo hacer?
- Darle tiempo. En estos momentos debe estar nervioso y muy desconfiado. Debes darle lo que pida, y debes ser cuidadoso con lo que dices. Con cualquier pequeño cosa podría entrar en pánico, y lo único que hacen es huir.
- ¿Realmente no puedo hacer nada?- hubo un silencio del otro lado de la línea.- Frank dime. Si ahí algo que pueda hacer lo haré. Solo dímelo.
- Pues... Se que te dije que no debías apresurarlo, pero puedes hacerlo indirectamente.
- ¿De que hablas?
- La mente de una persona en este estado, suelen tener los recuerdos muy en el fondo de su mente y ser muy vulnerables a los recuerdos repentinos.
- ¿Entonces?
- Sus recuerdos está ahí, y se pueden activar con cualquier cosa... Con un sonido, con un acto, un olor, un evento, puedes llevarlo a lugares que ambos frecuentaban, o comer algo que le gustaba. Cosas así, sencillas. También puedes pedirle ayuda a los demás. A Maddi, Royer, Aby... Todas las personas son necesarias en estos momentos.
- Vale. Gracias, Frank.
Y colgó. Sonidos, actos, olores, lugares, eventos. Eso sería difícil. Christian hacia demasiadas cosas. Su teléfono comenzó a sonar. Se espanto un poco al ver el nombre en la pantalla. Christian.
- ¿Hola?
- Oye...- su dulce voz sonó al otro lado de la línea.- Eh... ¿Dónde estás? ¿Porque te fuiste?
- Pues pensé que te gustaría tener tu espacio...
- ¿Puedes volver? No me dejes solo...
Su corazón latía con fuerza. Una lágrima se deslizó por su mejilla al escuchar esas palabras. Sonrió.
- Si claro. Ya subo.
Guardó el teléfono y volvió a subir. Abrió la puerta y entro. Christian estaba sentado en el sofá de la sala, tenía esa típica mirada de pánico que siempre ponía cuando él decidía desaparecer y dejarlo solo. Christian seguía ahí, y de cualquier manera lo haría volver.
- ¿Quieres... Salir un rato?- le dijo. Christian bajo la mirada. ¿Que otra cosa podía hacer? Quedarse?
- Bueno.
Salieron de la casa y bajaron al estacionamiento, se subieron al auto y Lucas lo que hizo fue conducir. Christian solo miraba por la ventana, pareció un niño pequeño descubriendo algo nuevo.
- ¿Nací aquí?- preguntó. Su voz sonaba diferente, era más suave y dulce. No la típica voz oscura y grave que siempre tenía.
- No. Naciste en Rusia.
- Rusia.- repitió.- ¿Hace cuánto vivo aquí?
- Hace más de nueve años.
- ¿A dónde me llevas?- dijo.
- Quiero llevarte a tu lugar favorito.
Llegaron a un bonito local. Lucas le dijo que se bajara.
- Espera aquí.- le dijo Lucas. Lo vio alejarse y entrar en el lugar. ¿Que se suponía que hacían ahí? ¿Lugar favorito? Levantó la vista, ¿Un local de batidos era su lugar favorito? Interesante. Lucas volvió con dos vasos medianos. Le dió uno.
- Toma.
- ¿Que es esto?
- Veneno con azúcar.- dijo serio. Christian frunció el seño. Lucas lo miro.- Joder, Chris. Solo es un batido de chocolate.- dijo haciendo pucheros bajando la mirada. Christian lo miro por unos segundos y tomo un poco del vaso.
- Uff joder. Me va a dar un coma de azúcar con esto.- dijo. Lucas sonrió. Pasaron unos cortos segundos para que su cerebro comprendiera la información. En ese instante se mente se bloqueó, muchos recuerdos completamente borrosos comenzaron a ligarse en su mente. Eran como las piezas de un rompecabezas, uno complicado con millones de piezas. Ese sabor sentía que lo conocía. Lucas levantó la mirada.
- Oye... ¿Estás bien?
- No lo sé...- comenzó a dolerle la cabeza.- Me duele la cabeza.
- Vamos a casa.
Se subieron en el auto, todo el camino de regreso, fue silencioso y extrañamente cómodo. Christian siguió tomándose lentamente el batido, con cada sirvo trataba de recordar, se forzaba a buscar dentro de su cerebro algo que coincidiera con lo que estaba pasando.
Llegaron a la casa, Christian fue al baño y se metió en la ducha. Abrió la llave y dejó que el agua cayera sobre él. Se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el piso de la tina. Puso la traba en la tina, y se comenzó a llenar. Tomo agua y se lavo la cara. Cerró el agua. Miró todo su cuerpo, tenía muchas cicatrices, se preguntó que clase de vida retorcida llevaba. Dejo de pensar en eso. Se deslizó por la tina hasta quedar hundido en el agua.
Lucas acaba de ducharse. Salió del baño y se vistió. Fue a la cocina. Toda la casa estaba sola, Jack y Aby estaban en la casa de Maddi así que estaban solos. Paso cerca de una hora, y no habían rastros de Christian. Fue al cuarto y abrió la puerta. Abrió la puerta del baño y no lo vio.
- ¿Christian?- no estaba.- ¿Christian?- nada.- ¿¡Christian!?- se espanto cuando Christian levantó la cabeza. Soltó un suspiro cuando lo vio.
- ¿Que pasa?- dijo en un tono suave, mientras se pasaba una mano por la cara quitando el agua.
- No no es nada. Es que... No sabía dónde estabas. No me asustes así.
- Lo siento.- bajo la mirada y volvió a mirar Lucas.- ¿Cuánto llevo aquí?
- Más de una hora.
- Joder.
- Termina ahí... Y vienes a cenar.
- Vale.
Lucas salió del baño y fue otra vez a la cocina. Christian dentro del baño, se quedó mirando la puerta, Lucas le resultaba muy tierno. Algo dentro de él lo atraía hacia él, cuando está cerca, su corazón siempre late con fuerza, se sentía nervioso, cómodo, protegido, amado. Tuvo que quererlo demasiado como para llegar al punto de casarse con él, y su corazón, una poca cercanía que tenía con Lucas, y su corazón se emocionaba, como si quisiera decirle que con él es con la única persona que tendría que estar.
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(╥﹏╥) Que romántico el final ❤️
Me preguntaron si ser el protegido del jefe era algo malo. Pues en cierto modo,.... Pos si... Pero eso lo diré más adelante 😑👌
Cuídense princesitas y princesitos.
Bye ❤️
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