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Capítulo 42: No me Decepciones.

- ¿Que te parece si hoy salimos a dar una vuelta?- preguntó Harri. Christian frunció el seño sin mirarlo.

- No tengo ganas de salir.

- Chris, vamos.- dijo tirándose en el sofá. Enterrando la cabeza en en cojín. Balbuceo algo que Christian no entendió. Levantó la mirada de su teléfono y lo miró.

- ¿Que dijiste?- Harri respiro profundo y levantó un poco la cabeza.

- Dije, que llevas casi medio año sin salir de tu casa.

- ¿Y?

Su vida había cambiado, era casi finales de Enero, la nieve se estaba disipando de los alrededores, aunque continuaban los días fríos y las noches heladas.

Las visitas de Harri a la casa de Christian se habían convertido en idas diarias, por petición de Lucas, Harri llegaba antes de que se despertara y se iba en la noche cuando se dormía. Los primeros días, le fastidiaba hacerlo, aunque al pasar los días en compañía de Christian, comenzó a ver otra faceta, una versión diferente del mundo, con un nuevo color. Christian la mayoría del tiempo se la pasaba pegado al teléfono, o viendo televisión, otras veces dormía, y unas pocas veces se le veía pegado a la computadora. Su amistad con Christian se había vuelto más fuerte y ya tenían un bonito lazo de cercanía. Las visitas se Royer eran de unas o dos horas los fines de semana, que era cuando venía a traerle comida y a darle encargos de la empresa que el hacía desde su computadora. En ese tiempo se dió cuenta de que Christian cambiaba demasiado de actitud cuando venían a visitarlo Maddi o un chico llamado Noah, recibía visitas de un hombre extraño que no sabía quién era, tampoco Christian le iba a dar esa información y el no iba a pedirla. Prefirió no tomarle mucha importancia, solo venía una o dos veces por semana y Christian le daba unas cosas y se iba, así que dejó de tomarle atención.

- Vamos.- dijo jalandoló del brazo, pero Christian lo superaba en fuerza, y lo único que lograba era moverlo unos milímetros. Christian volteo los ojos, dejando que jugará con su brazo sin despegar la vista del teléfono.

- No sigas, Harri. Royer me convirtió en un atleta en tres meses, tengo la suficiente fuerza como para derribar a tres hombres. Tu eres una hojita.- hizo un extraño movimiento con el brazo, jalo a Harri del brazo y cayó al piso.

- Idiota.- se quejo. Se levantó y fue hacia él.- ¿Que haces?- dijo curioso acercándose por detrás, apoyando su cabeza en el hombro de Christian. Comenzó a leer la conversación.

- Que chismoso.- dijo Christian sonriendo.

- ¿Que es eso?

- Es una conferencia con los directores del control de exportaciones de mi empresa.

- ¿Conferencia de que...?- no había entendido ni una palabra. Christian echo la cabeza hacia atrás y resopló.

- Es la gente que se encarga de traer los materiales para mis productos.- explico. Harri asintió.

- ¿Y... Eso... Es importante?

- No tanto. Si ellos no aceptan mi oferta iré a otro control y habrá personas que si lo querrán. En estos momentos la empresa está casi vacía, no tenemos material, y no hay productos, y no tengo mucho dinero, así que... No puedo ofrecer demasiado.

- ¿Y de que es tu empresa?

- Productos de seguridad, autos, taller.

- ¿Esas alarmas son las cosas raras que suenan cuando alguien se mete a tu casa?- Christian sonrió.

- Si, algo así.- sonrió más ampliamente al darse cuenta lo que había dicho Harri.- Son... Alarmas, pero mi empresa se especializa en hacer productos silenciosos.

- Una alarma debería ser... Ruidosa... ¿O no?

- Si, pero en algunas ocasiones se necesitan cosas silenciosas. También hacen pequeños aparatos, prácticamente indetectables a la vista.

- ¿Como que?- Christian respiro profundo. Harri en algunos momentos le irritaba. Se levantó del sofá.

- Dame tu teléfono.- Harri lo saco de su bolsillo y se lo dió. Christian hizo algo que él no supo. Después de unos segundos levantó la mirada hacia el.- Ven vamos al estacionamiento.

Bajaron en el ascensor hasta el estacionamiento, Harri nunca había estado tan cerca de autos tan caros. Creía que con tan solo mirarlos podría dañarlos.

- ¿Que pasa? ¿Nunca habías visto un auto?

- ¿Un auto que vale más de 80 mil dólares? La verdad no había estado tan cerca de uno. ¿Cuál es el tuyo?

- Pues...- saco un pequeño control de su bolsillo.- Casi todos. Creo que aquí hay veinte autos míos.

- Ya me lo imaginaba. ¿Y que? ¿Solo utilizas cuatro de ellos?

- En realidad uso tres.- caminaron por todo el gran estacionamiento hasta llegar a un convertible blanco.- Entra.- Harri con un poco de miedo abrió la puerta.- ¿Ves esto?- le mostró su teléfono. Había una pequeña ventana que decía: "su auto está siendo abierto".- Entra y no olvides ponerte el cinturón antes de robarte un auto...- entro en el auto. Sintiendo como lo que había dicho no cuadraba.

- Cuando robas un auto no te preocupas por ponerte el cinturón.- susurró.

- Exacto.- dijo Christian. Oprimió un botón en el control. El asiento se echó bruscamente hacia adelante, dejándolo pegado el volante sin oportunidad de moverse a ningún lado.

- Genial.- dijo sonriendo.- Oye ya, comienza a doler.- oprimió un botón y el asiento lentamente se separó del volante.

- Ponte el cinturón.- Harri lo hizo.- Mi papá siempre estuvo metido en accidentes, y siempre pensó en hacer los cinturones de seguridad más... Pues más seguros.- sonó un sello.- Esto sirve para que la correa del cinturón no siga cediendo, también puedes tener acceso a todo solo con este control, puedes trabar el volante, el acelerador, el freno, y el piloto automático. Las ventanas son automáticas, y toda la estructura del auto es a prueba de balas, el control y todos nuestros materiales son aprueba de agua y el alcance del control es de más de dos cuadras.

Harri se quedó hipnotizado con lo que le decía, no le prestó atención en nada de lo que acababa de decir, podría hablarle de cualquier estupidez y él con mucho gusto se quedaría escuchándolo por horas.

- Cierra la boca, Harri. Te va a entrar una mosca.

Harri instintivamente cerró la boca. Esa voz, lograba llevar a otro mundo a cualquier persona. Era grave pero a la vez tranquila y suave, y tenía un bonito matiz que concordaba a la perfección con su personalidad y con su manera de ser.

- Eres genial.- dijo sin pensarlo. Christian lo miró.

- ¿Que?- Harri bajo la mirada, avergonzado. Christian sonrió.- Eso solía decírmelo Lucas.- bajo unos segundos la mirada. Recordandólo.

- No sabes nada de él, ¿Verdad?

- No.- dijo simplemente. Suspiro y se enderezó.- Venga, volvamos a casa. Tengo frío.

Y con eso volvieron a subir en el ascensor. Entraron en la casa, Christian fue a su cuarto y busco un abrigo y se lo puso, saco otro y fue a la sala.

- Ten.- dijo tirandoseló a Harri en la cabeza.- me di cuenta hace rato que estabas temblando.- Harri sin decir nada, se lo puso.

Por su mente solo pasaba una cosa... ¿Porque Lucas se había ido? ¿Porque había dejado a Christian? ¿No sé suponía que eran mejores amigos? Christian parecía buena persona, y también se dió cuenta que se dejaba llevar demasiado por las emociones. Interrumpiendo sus pensamientos, alguien tocó la puerta.

- ¿Puedes abrir? Debo terminar unas cosas aquí.

Harri se levantó del sofá y fue a la puerta. La abrió y ahí estaba ese hombre.

- Busco a Christian.- desde donde estaban se pudo escuchar como Christian se levantaba apresuradamente de la silla.

- ¿Que haces aquí?- le preguntó Christian apenas estuvo en la puerta. El hombre le dió una mirada rápida a Harri. Él los miro por unos segundos.

- Si, claro. Perdón.- dijo y se alejo de la puerta, fue a la cocina y yo un poco de agua. No se quedaba tranquilo teniendo a ese hombre ahí.

...

- ¿Que quieres? No tengo nada para ti hoy.

- El jefe quiere verte.- Christian cerró los ojos. Esa una frase que odiaba escuchar. De solo pensar que ese hombre de tan prestigioso estatus en la pirámide de la mafia quería hablar con él, solo hacia que se le erizará toda la piel.

- Ya voy.- se dió la vuelta y fue al cuarto. Harri lo miro desde el marco de la puerta. Christian se puso las botas y agarró las llaves del estante. Cuando iba a salir se chocó con Harri.

- Ya veo que soy invisible.- susurró mirándolo fijamente.

- Voy a salir.

- ¿A dónde?

- Adiós, Harri.- dijo eso y se escuchó la puerta principal siendo cerrada.

...

Llegaron a la casa. Christian se bajó del auto. Caminaron por el patio, hasta llegar a la puerta.

- Pero miren quien sale de su cueva.- escucho la irritante voz de Daimon detrás de él.- El niño de los ojos azules.- se acercó a él y lo miró.- Veo que te cortaste el cabello, y te afeitasté. Una lastima, te veías más hombre con barba.

- ¡Daimon! ¿Olvidaste lo que te dije está mañana?- lo regañó Griffin.

- Discúlpeme su real alteza. Pase, está en su casa.- Christian lo miro con odio. Metió sus manos en los bolsillos y camino y chocó con fuerza el hombro de Daimon. Entro en la casa y Griffin lo guío hasta el comedor. Abrió la puerta y ahí estaba él. En la mesa central del comedor. Griffin lo dejo pasar y se fue cerrando la puerta.

- Christian. Me da gusto verte. Parece que tiene mejor cara.

- Si.- dijo simplemente.

- ¿No quieres acompañarme a desayunar?

- No gracias, ya comí.- la mirada que le dió lo dejo completamente en blanco.

- Saca las manos de los bolsillos, es de mala educación.- camino hasta la mesa y se sentó. En cuestión de segundos, unas mujeres de servicio entraron y le sirvieron.- Sabes...- comenzó a hablar.- Se acerca la fiesta que hacen los mayores líderes de la mafia.

- Si, ya me lo habías dicho.- tomo un poco del jugo de naranja que le habían dado.

- ¿Has pensando en cómo vas a desarrollar tu vida?- Christian lo miro.- ¿Vas a avanzar o vas a seguir llorando porque Lucas te dejo?- bajo la mirada y miró su reloj.- Cada segundo que pasa es importante, Christian. No puedes desperdiciar ninguno.

- Lo se.- bajo la mirada y observó un punto inexistente en la mesa.- Es difícil hacerlo solo.

- Siempre estuviste muy apegado a Lucas. Eso se nota. Sam volvió con sus padres, Nate está desaparecido, Andy sigue bajo tierra. Tú hermana te odia, y tus padres murieron.

- Si, gracias por recordarme lo miserable de mi vida.

- El sufrimiento ayuda a formar nuestro carácter. Las dificultades sin una pequeña piedra en el camino, y tú eres el único que decide si detenerse o apartarla del camino y seguir.

- No soy tan fuerte como parezco.

- Lo se. Desde que entraste al clan, supe que tenías potencial, tienes madera de líder, determinación y valentía. No cualquier chico de diecisiete años y de primera clase viene a un clan de la mafia a buscar trabajo, en tu lugar, viniste a buscar ayuda para sacar a tu familia de la quiebra. Tu padre te dejo la empresa porque conocía tu determinación y liderazgo. No puedes estancárte ahora, ahora que lo tienes todo. Lo he pensado bien... Y... Quiero que seas mi protegido.

- ¿Que?

- La fiesta es en unos mesess.- se veía tan tranquilo. Comiendo de su plato. Sin mirarlo.- Y cada una de las mafias internacionales se reunirán en una cena formal, y cada uno llevará a un protegido para.... Digamos que es para presumir.

- ¿Y tú qué vas a presumir de mi?

- Eso es lo que quería hablar contigo. Ya está decidido, serás mi protegido. Tendrás todo el material que necesites para sacar adelante tu empresa y tú carrera como modelo.- Christian se quedó en blanco.- Si necesitas dinero te lo daré. Todo el que quiera, cada billete, tu solamente pídelo y te lo daré. Trabajarás por todo este mes. ¿Lo harás?

- ¡Claro que sí!- dijo.- Haré todo lo posible. Me esforzaré.

- Bien. Mejor así, espero que no me decepciones.

Paso un par de horas en esa casa. El jefe le mostró toda su casa. Estaban en el balcón del segundo piso, mirando la ciudad.

- He estado pensado...- dijo en un tono bajo.- En que seas mi sucesor.- Christian lo miro. Él estaba mirando hacia adelante, con la vista pérdida.- Tienes lo que se necesita para ser un buen líder. Sigo llegó a morir... Todos de este clan tienen la obligación de seguirte y obedecérte. Todos y cada uno de ellos serán tus seguidores y tú serás el jefe, y J.J se encargará de que eso se cumpla.- Christian no podía articular ni una sola palabra. Se limitaba a mirar hacia adelante imaginandosé todo eso.- Se que serás un buen jefe algún día, Christian. Pronto toda esta cuidad te pertenecerá... Y tendrás el control total de todo... El gobierno estará a tus pies, llorando y suplicandoté. Todo será tuyo.

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Je 😑✌️ otro capítulo en donde tampoco digo el nombre de "el jefe"... Todavía no debo decirlo. Pero pronto 🙂👌

Total estoy haciendo más corto el pasado. Ya me salte otro mes.

𝕍𝕠𝕥𝕖𝕟 𝕪 ℂ𝕠𝕞𝕖𝕟𝕥𝕖𝕟.

𝚋𝚢𝚎 ❤️

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