- ¿Que vas a hacer?- le preguntó Royer directamente.
- No lo sé.
- Ya están comenzando a preguntar. La mentira de que "estaba enfermo" se la creyeron los primeros días, pero ya pasaron casi tres meses.
- No sé que podemos hacer.
- ¿Y él no puede...?
- No, no puede. Lo internaron. Ya no puede salir. Y no creo que pueda hacerlo en un tiempo.
- Y tampoco podemos decir lo que le pasa. Eso sería un problema. No podrías ir al hospital trabquilo.- Royer levantó un poco la mirada hacia al frente y vio, no muy lejos de ahí, prácticamente escondiéndose, alguien que conocía de memoria.- Demonios. Un reportero de la central.- susurró y bajo la mirada hacia el piso. Lucas frunció el ceño, conteniendo las ganas que tenía de querer voltear.
- Ajá si, y tú querías que nos viéramos afuera del hospital.- se cruzó de brazos, pensando que ahora debía dar un par de vueltas para que no lo vieran entrar directamente al hospital.- ¿Estás seguro que es uno de la central?
- Si claro. Es de la central, trabaja en el quinto departamento. No vayas a ir directamente al hospital, camina por ahí, no se, comete un helado. Enserio te ves mal.
- Ajá, gracias.- dijo sarcástico. Royer se cruzó de brazos y lo miro.- ¿Que?
- Ya me voy a poner igual que tú.
- ¿De qué hablas?
- ¿Hace cuánto que no duermes?- le preguntó sonriendo. Lucas le volteo los ojos.- No hagas eso, me molesta.
- Me molesta.- lo copio.
- Ahora me copias.- Lucas resopló y lo miro.- No, ya. Enserio... ¿Hace cuánto que no duermes bien?
- Unos...- levantó la mirada al cielo, pensando.- Ocho años.- lo miro. Royer frunció el ceño al escuchar esa respuesta.- Si, ocho años, cuatro meses y catorce días.
- ¿No me das los segundos también? Bueno ya, vete. Debo irme yo también. Da unas vueltas antes de llegar al hospital.- Lucas asintió. Royer se despidió, camino hasta su auto y se fue.
Mientras conducía de regreso a su casa, pensaba en... ¿Por qué se había encaprichádo tanto en el proyecto de Christian? Por lo general, solo los ayudaba a iniciar, y normalmente, cuando ya eran reconocidos se buscaban un mejor productor y algunas veces hasta se cambiaban de compañía y de patrocinadores.
La fama se les subía a la cabeza.
Pero el proyecto de Christian resultó ser completamente diferente. Él no era igual, literal. Cuando Malcom lo llamó esa vez para representarlo, y cuando se enteró del "accidente" en la primera sesión, la chispita de curiosidad lo llamó y quizás por eso fue que acepto. No acostumbrado a tomar aspirantes que estaban en la lista de rechazados, más bien, no lo hacía, nunca.
Cuando lo conoció, todo bien. Cuando Marcus le dijo lo de su condición, dudo, no de Christian, sino de él mismo. No sabía si sería capaz de manejar cosas así. Cuando se enteró de su poca paciencia y de extrema facilidad para descontrolarse, se preocupo, no por él, sino por los que estaban a su alrededor. Cuando murieron sus padres, comenzó a darlo por perdido. Y cuando se enteró que tenía unas pequeñas preferencias por los hombres, realmente lo dió por perdido. Loco, bipolar, depresivo, ¿Y gay? En un punto llegó a querer tirar todo por la borda y abandonar. Pero algo no lo dejo.
Cuando comenzó a trabajar con él, no notó nada, parecía una persona normal, pero cuando conoció su historia, casi se le cayó el corazón. La historia tenía dos versiones, como la contaba Christian, y como la veía él, él y todo el mundo.
La historia como la contaba Christian, un niño de cinco años diagnosticado con hiperactividad excesiva. A los seis, le diagnosticaron bipolaridad, a pocos meses de cumplir los siete apareció de sorpresa la esquizofrenia. Y poco después lo internaron de lleno en un instituto mental, para protegerlo.
La primera vez que lo escucho decir eso, estaba enseñándole a hablar alemán. Y su impresión fue totalmente diferente.
En resumen, un niño de cinco años con mucha imaginación y descontrol. A los seis, bipolaridad y casi a los seis esquizofrenia, y dos semanas antes de cumplir los siete años, lo dejan, no, lo abandonan en un instituto mental en Rusia y se largan a Londres. Se quedó unos días pensando en todo.
Nunca olvidará en esa sesión, cuando comenzaron a hablar en el equipo de cosas raras de médiums y regresiones y esas cosas. Y cosas del otro mundo.
[...]
- Yo escuché... Que cuando tenemos problemas o dificultades ahora, se deben a las cosas malas que hicimos en nuestra vida pasada.- dijo Chloe con una sonrisa maliciosa.
Royer enseguida miro a Christian que estaba al otro lado de la habitación jugando UNO con Lucas, Noah y Nate. Frunció el ceño y bajo la mirada. ¿Que habrá hecho este para tener una vida así? Se enderezó y levantó la mirada, y sigue escuchando lo que ellos decían.
- Dicen que cuando las personas están viviendo su primera vida, tienen un brillo diferente y único en los ojos.- dijo Harri desconcertando a todos ahí.- Escuché que eso pasa, porque como están viviendo su primera vida son muy curiosos y divertidos, y todos le sorprende, porque no la habían visto antes.
Eso dejó Royer completamente desconcertado, recordaba todas las veces que los fotógrafos le habían dicho a Christian que tenía un brillo intenso y único en sus ojos. ¿Y si era su primera vida? Ni siquiera sabía porque se estaba preguntando eso. Pero... ¿Y si era así? no sabía si era porque había pasado la mitad de su vida en un instituto, pero la verdad era que Christian era demasiado fácil de impresionar y siempre se la pasaba curioseando por todos lados viendo qué cosas nuevas conseguía.
Miró en su dirección. Comenzó a cuestionarse todo, no quería pensar estupideces sólo por estar hablando de ese tema en específico, pero la verdad le resultaba imposible no hacerlo. Y más con Christian. ¿Primera vida? Quizás. ¿Curioso? Totalmente. ¿Fácil de impresionar? Definitivamente. Noto como él lo miraba de reojo. En un momento lo miro. ¿Brilló en los ojos? Demasiado, quizás hasta más de lo normal. ¿Divertido? Eso quizás no. Contradiciendo completamente su pensamiento. La mirada de Christian se volvió más seria, parecía estar copiándolo, hizo pucheros con su boca entre cerrando los ojos. Duró así por unos segundos y de repente le sonrió. Una sonrisa putamente contagiosa que no tardó mucho no poder evitar sonreír él también. Christian volvió la mirada al juego orgulloso de haber cumplido su meta. ¿Divertido? Básicamente comprobado en el momento. Quizá si era su primera vida. Volvió a mirarlo. Vaya primera vida.
[...]
- Vaya primera vida.- susurró.
Descubrió que eso que decían de que las personas con enfermedades mentales aprendían más rápido que los demás era verdad. Enseñarle cosas a Christian era cómo meter la información a una computadora, no importaba si se lo decía o se lo explicaba una vez, eso de alguna extraña manera se mantenía en su cerebro para siempre.
Por la muerte de sus padres le tocó que aprender muchos idiomas. Sabía tres idiomas es el principio. Ruso, que era su idioma de origen. Francés, que lo aprendió por Lucas. Y japonés que lo aprendió porque sí. Aparte de que cuando llegó le tocó que aprender a hablar inglés, porque su familia era Rusa y en aquel entonces aún no hablaba en inglés. Y pues como estuvo en un instituto ruso el idioma que manejaba no era el ruso, obviamente. En un año y había tocado que aprender a escribir y hablar fluidamente el alemán, italiano, coreano, irlandés, noruego, escocés y holandés. Que eran prácticamente los países con los que más se manejaba la empresa.
Quizás por esa razón decidió seguir con él. Claro y quizá porque también le había agarrado un poco de cariño, pero mucho más allá de eso necesitaba una figura de autoridad que lo guiará, y en ese entonces, Lucas estaba más pendiente de cómo le hacía para separar a Christian que se veía un poco interesado en ese joven canadiense.
Aunque tratará de disimularlo, con esos ojos de querer fusilarlo, y esa mirada de querer desaparecerló de la faz de la tierra, simplemente Lucas se delataba. Y esa carita de niño regañado que ponía cada vez que Christian lo ignoraba por prestarle más atención a Harri. En esos momentos era mejor que una novela mexicana y en serio se divertía imaginándose los diálogos y dramas.
Christian en vez de ser un simple trabajo resultó un desafío. Con altos y bajos, con momentos buenos y momentos malos, risas, lágrimas, sangre, sudor, esfuerzo, sacrificio, de todo un poco.
...
Habían pasado muchas cosas entre Christian y él, que de solo recordarlas lo hacía avergonzarse, eso los más probable se lo llevaría a la tumba, era una persona demasiado amable y tierna, y de alguna menta sentía que lo había utilizado. Suspiró. Esa vez... Había jugado con su propia debilidad, y después de un tiempo simplemente comenzó a aceptarlo, no del todo, pero si en parte. Lo negaba. De solo recordar los problemas que había tenido con Andy después de eso lo hacían ponerse nervioso. Odiaba a millón tocar ese tema, y Andy no hacía más que sacarselo en cara cada vez que algo malo pasaba. Y aunque tratara de negarlo... Le había gustado...
...
Respiró profundo recordando esos momentos, un sentimiento de melancolía se apoderó de él una vez que entraba en su casa. En ese momento se pregunto qué sería de su vida si Christian llegaba a... Sacudió su cabeza. No quería ni imaginar si eso llegara a pasar. No sabría ni cómo presentarse sería aburrido. Dejaría atrás esa presentación que realmente le da orgullo decir: "Hola, soy Royer Park, soy el representante de Christian Evans." Tendría que volver a lo típico.
Aburrido.
La fama y popularidad de Christian en estos momentos estaba por nubes, quizás hasta más arriba, repasando por poco la decente reputación que había conseguido Maddi y que mantenía muy bien equilibrada, cuando logro el reconocimiento se mantuvo hay, no subía más, pero no disminuía, y pues también ambos superaban por mucho la poca reputación de Mia.
Cerró los ojos al recordar eso, Mia. Esa era una persona que realmente había prendido el instinto asesino en él, el que todas las personas llevan dentro. Que muchas veces se había contenido de agarrarla del cabello y sacarla arrastrando de donde sea que estuvieran. Había escuchado que había vuelto, con tal y no fuera a fastidiar como cuando murieron sus padres, todo bien. Cada vez que intervenía las cosas terminarán mal.
Su preocupación creció cuando le llegó un mensaje de la misma compañía pidiendo una sesión, era la cuarta vez que lo contactaban estaban ese día, se suponía que estaban promocionando su nueva marca de ropa y necesitaban un empujón para salir al mercado. Colocar a Christian como cara de su marca era que todo se agotará un par de horas. Con un poco de pánico llamó a Lucas.
- ¿Que pasa Royer? ¿Ya me extrañas?
- ¿Qué mierda dices idiota?
- Ya tranquilo, no te pongas nervioso. ¿Que pasa?
- Oye... ¿Enserio Chris no puede salir?
- ¿Por qué? No me estarás pidiendo que...
- Solo serán unas... Dos horas.
- Royer.
- Con eso la gente se quedará tranquila otros tres meses más.
- No lo sé...
- No pasará nada. Solo debemos planearlo.
- Lo que me estás pidiendo es muy delicado, Royer.
- Lo se... Pero... ¿Que otra cosa podemos hacer? Si se mantiene escondido más tiempo, lo más probable es que ya no puedas entrar en el hospital tranquilo.- un largo silencio se hizo el otro lado de la línea, Royer de inmediato supe que él Lucas no sabía qué hacer.- Al menos piénsalo. No te estoy obligando, sólo es... Una proposición. Piénsalo.
- Bien- y colgó.
Lucas al otro lado de la ciudad, en el cuarto del hospital, miraba a Christian dormir. Ese hospital estaba haciendo algo malo con él, con él y con Christian. Sentía que en vez de mejorar, lo que hacía era empeorar. Había llegado hasta el mal grado de tener que dormir conectado a un tanque de oxígeno. Había visto en internet que cuando le tenían que dar oxígeno ya estaba grave.
Y si estaba grave, no podía sacarlo del hospital, para complacer el capricho de la gente. ¿Y si aceptaba? ¿Todo estaría bien? ¿Y si no? ¿Y si algo malo pasaba? Christian resultaba ser algunas veces una cajita de sorpresas, nunca se sabe qué puede pasar con él. No podía darse el lujo de que se enteraron que Christian tenía cáncer. Eso era algo que no podría ocultar, sí ese pequeño detalle llegaba a saberse aquí, y en menos de una hora eso estaría dándole la vuelta a todo el mundo. Y con eso todo estaría mal. Ya no podría venir al hospital tranquilo. Pero... Por otro lado eso ya comenzaba a ser un problema, ya habían comenzado a perseguirlo, lo seguirían hasta su casa, y por más que diera vueltas antes de llegar en algún momento lo verían entrando al hospital.
- Demonios.- susurró frustrado.
𝒀𝒐𝒉𝒂𝑹♡︎
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