Capítulo 138: Casa...
6
Una semana después...
Cuando Félix se despertó la mañana siguiente la cama estaba vacía, buscó en toda la casa y Christian no estaba, se había ido. Se desesperó un poco hasta revisar su teléfono y ver varios mensajes de él.
«Tuve que irme porque debo hacer un trabajo»
«Te veías muy lindo durmiendo por eso no te desperté»
«Llámame o escríbeme cuando te despiertes»
Félix restregó sus ojos y miró la hora del mensaje, cuatro y veintisiete de la mañana, ¿A esa hora se había ido? Joder.
...
Christian solo pudo reír nerviosamente cuando vió las fotos de ese día. Royer lo miró por mucho rato viendo cómo su rostro inconscientemente se ponía rojizo.
—¿Que hace ese chico ahí?
—No lo se, Christian... —le respondió Malcom con gracia.
—¿Esa es la foto que usarán de publicidad?
—Si, ya las publicaron en todos lados. —Christian revisó en su computadora viendo que la foto de perfil de la cuenta del club en Instagram era esa, y casi se le cortó la respiración cuando vió que ya sobrepasaban los doscientos mil likes. ¿Doscientas mil personas ya habían visto esa foto?
—Que horror —se cubrió la boca viendo la foto, sus ojos se movieron por toda la pantalla y se le escapó una risita—, que rico estoy, joder.
Malcom ni siquiera pudo aguantar la risa cuando lo escuchó, Royer sonrió.
—¿No me haz visto? Jamás pensé que mis piernas se vieran tan bien. Ir al gimnasio si da resultados.
—Christian, tu... —Malcom se detuvo cuando Christian le dijo que se callara.
—Deja que me admire un rato más.
—Debemos estar listos para ir al próximo trabajo antes de las once, y aún no desayunas. —le dijo Malcom, Christian volteó los ojos resopló, Malcom frunció el seño—. Debes estar listo —Royer vió como Christian dejaba de mirar a la pantalla de la computadora y fue para mirar a Malcom algo molesto—. Pediré algo para que comas.
Christian, que comenzó a mover una de sus piernas impaciente, se reclinó en la silla mirando a Malcom, este reconocía esa mirada, estaba esperando a que se retractara de sus palabras y lo dejara libre para que hiciera lo que quisiera, pero no iba a dejarse caer, no había parpadeado, realmente Christian era aterrador.
—¿Que quieres comer? —dijo en el mismo tono imponente. Christian cambió su mirada rendido.
—Pide algo de pan... —dijo y le sonrió. Malcom asintió y salió de la oficina.
Royer se quedó para poder hablar con él, habían pasado muchos días en los que se había desaparecido y quería...
—Vete, Royer —esas palabras interrumpieron sus pensamientos, Christian lo miró fríamente—, ¿No escuchaste?
—Quería hablar contigo de...
—Te pedí que te fueras.
Royer frunció el seño y lo miró molesto, se dió la vuelta y se fue a la puerta de la oficina. Justo en ese momento el teléfono de Christian comenzó a sonar, se levantó de la silla y se sentó en el suelo del balcón.
—Te despertaste temprano, conejito. —Royer se frenó al estar justo con la mano en la perilla, sintió una furia verdadera y se fue de la oficina.
—¿Por qué te fuiste?
—¿No leíste mis mensajes? Debo hacer un trabajo hoy.
—¡Ah, si! Es que acabo de despertar.
—Te dejé dinero para que pidieras algo para comer.
—Yo puedo cocinar algo, Chris. No me gusta que me dejes dinero.
—No es nada importante, si no lo quieres gastar en comida guárdalo para comprarte otra cosa.
—Eres un caso serio, Chris.
—No me prestes atención.
—¿A qué hora volverás? —no le respondió al instante, lo escuchó suspirar.
—No cuánto tiempo duré la sesión —le dijo—, iré para cenar juntos, solo espérame.
—Vale.
—Debo colgar, nos vemos más tarde, Félix.
—Vale, adiós.
...
Christian jamás imaginó que las luces del estudio quemarían tanto, sentirse tan vacío mientras trabajaba, pero había algo que le estaba divirtiendo, al mirar a la cámara cada vez que se lo ordenaban lograba notar el nerviosismo en la mirada del chico de la cámara cada vez que sus ojos se encontraban.
Jakob, tragaba cantidades exageradas de saliva cada vez que Christian lo miraba tan intensamente, se estaba poniendo nervioso, muy nervioso, sus ojos temblaban mientras viajaban por todo ese bien definido cuerpo, jamás le había excitado tanto ver a un hombre posar frente a su cámara.
Con cada flash que iluminaba la habitación sus ojos jamás se separaban más bien se daba cuenta como los ojos de Christian lo esperaban, lo buscaba.
Su jefe, que era el que lo dirigía la sesión de fotos de repente le dijo a Christian que mirara directo a la cámara simplemente y esa mirada que Jakob vió a través del visor logró despertar unas sensaciones sumamente nuevas y ajenas a él, un temblor recorrió su cuerpo y fue consiente cómo ese mismo cosquilleo bajaba rápidamente hasta su entrepierna, bajó un segundo su vista hacia abajo viendo el bulto que sobresalía de su pantalón.
Cuando la sesión terminó, Royer le dijo que se cambiara de ropa mientras él hablaba con el director para coordinar el pago. Jakob miraba en el reflejo de la computadora a Christian mientras se cambiaba detrás de él, jamás se había excitado tanto en su vida.
Christian no era idiota, se daba cuenta como lo miraba, le encantaba cuando la gente lo admiraba y lo deseaba, alimentaba su ego y su orgullo. Sonrió y se volteó hacia él, apoyando las manos en el escritorio.
—¿Te gusta lo que ves? —le dijo, Jakob se detuvo en ese momento, todo su cuerpo se paralizó—. Creo que me estás mirando demasiado —vió como empezaba a acercarse a donde él estaba—, incluso cuando me cambiaba, te veía mirándome...
Jakob no se había movido, su cuerpo temblaba demasiado. No tenía el valor de voltearse.
—¿Te gusto? —vió como la mano de Christian se apoyaba en su mesa.
—No se de qué está hablando.
—Claro. —lo escuchó reír suavemente, Christian acercó una silla y se sentó junto a él.
—¿Quieres ver las fotos? —le preguntó tratando de cambiar el tema, entró en la carpeta de las fotos que había tomado y se las fue mostrando.
Trataba de concentrarse pero tenerlo tan cerca lo ponía nervioso, Christian tenía una apariencia muy imponente pero esa sonrisa que proyectaba le encantaba. Nunca le había llamado la atención un hombre, entonces...
—Te ves bien en la fotos.
—¿Verdad que si? —dijo emocionado, cuando sus ojos se consiguieron Jakob se sintió nervioso de nuevo, bajó la mirada a sus labios y ese sentimiento se intensificó aún más cuando Christian le sonrió.
—Si. —se enderezó de forma nerviosa cuando la puerta se abrió.
—Christian gracias por esto. —el cuerpo de Christian abandonó la silla y fue a despedirse del jefe—. Logras acoplarte bastante bien al ambiente, eso no lo tiene todo el mundo. Ya acordamos el pago, y las fotos se publicarán la próxima semana.
...
Cuando Royer se quedó a solas con Christian en el auto aprovechó la oportunidad para poder hablar, antes de que encendiera el auto Royer colocó una mano sobre su brazo deteniendo todo, Christian lo miró.
—¿Que pasa?
—¿Por qué estás tan frío conmigo?
—¿De que hablas? —soltó junto con una risa.
—Estás muy diferente...
—¿Te molesta mi actitud o que no haya follado contigo en estos días?
—Christian... no es lo que quiero decir.
—Déjate de estupideces y dime las cosas de una vez.
—¿Por que siento que te estás alejando de mi?
—Ya no me sirves.
—¿Que?
—Follar contigo ya se volvió aburrido, ya no me hace nada.
—¿Estás jodiendo?
—No. Simplemente ya no me sirves.
Encendió el auto y condujo hasta la empresa, dejó a Royer allí y se fue para su casa. Creí sentir que debía hablar con Lucas... se arrepentiría... realmente se arrepentiría de ir.
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