Capítulo 121: ¿Papá...?
2021:
Christian se despertó en la cabaña de Royer, pero.... Recordaba haber vuelto de ese lugar hace ya varios días.
Lejanos recuerdos de no poder escapar de ese lugar lo hicieron temblar. Volvió a concentrarse en el sitio en dónde se encontraba, volviendo a escuchar así los rasguños a los lados de la cama. Realmente no tenía ganas de mirar que era lo que provocaba esos sonidos. Una fría brisa de invierno entró por la ventana abierta y recorrió todo su cuerpo paralizandoló.
Un pesado suspiró se escuchó detrás de él, había sido diferente, era más grave y más tenebroso. Sintió un peso encima de la cama, justo a su lado. Estuvo a punto de voltear de no haber escuchado a alguien reírse enfrente, para después volver a escuchar los rasguños en la madera. Un fuerte trueno lo hizo voltear a la ventana, viendo una sombra mirándolo fijamente con esos ojos rojos, lograba ver en la oscuridad como le sonreía.
Pesadas gotas de lluvia caían en la fría nieve, comenzando así una fuerte tormenta afuera de la cabaña.
Completamente distraído de todo, miró hacia abajo consiguiendo a esa tenebrosa mujer observándolo. Un toque en su hombro lo hizo saltar de cama y caer de manera estrepitosa en el suelo, estando este inundado de un líquido desagradable y baboso. Notó tiempo después como ese líquido comenzaba a subir, cubriéndole del todo las piernas. De lo profundo, salió la mujer cubierta con ese líquido que resultó ser sangre.
—¿Ya estás bien, hijo? —Le preguntó con voz dulce. Christian la miró confundido, ella le sonrió cálidamente acariciando su mejilla—. Ya estás bien, hijo —Se lo dijo está vez en tono de afirmación que en lugar de calmarlo, lo puso más nervioso. Ella de repente apartó la mano de su rostro y cambió su tranquila mirada para verlo con una exagerada molestia, tenía el seño fruncido y sus ojos reflejaban enojo y rabia—. ¡No! ¡¡Nunca estarás bien!! —le gritó, Christian se espantó al escucharla— ¡¡Jamás estarás bien!! — sintió una respiración en su nuca.
—Despierta, Christian.
...
Abrió los ojos espantado consiguiendo una total oscuridad en todo su alrededor. Escuchó un débil sonido provocado por la cortina siendo movida por el viento que entraba por la ventana. Una mano en su brazo lo hizo saltar en su lugar.
—¿Christian? —esa voz... Era de Lucas... ¿Lucas? ¿Por qué estaba él? ¿Que hacía él en la cabaña? No era posible... ¿Por qué? ¿Debía ser una simple visión? ¿Debía seguir soñando?
Al no obtener respuesta y sentir el brazo de Christian en completa tensión decidió levantarse y encendió la luz, cegando a Christian por unos segundos.
Vió como él inspeccionaba el cuarto con sus ojos, nervioso. Eso había pasado muchas en los últimos días, se despertaba en mitad de la noche con esa mirada perdida de no saber en dónde está y al darse cuenta de dónde se encontraba parecía preguntarse como había llegado ahí. Christian en un momento lo miró con lágrimas en sus ojos, Lucas se acercó a él para calmarlo. Lo abrazó, sintiéndolo temblar, pasó la mano por su espalda arrullandolo.
—Tranquilo, Chris.
—¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto? —lloriqueo aferrándose al brazo de Lucas—. No me gusta... No me gusta...
—Lo se. Tranquilo. Se te pasará.
—No me gusta... Lucas... —a su pesar, lo que decía hacia que Lucas se sintiera mal, odiaba verlo así. Habían pasado un par de semanas desde que Royer simplemente le había traído a Christian inconsciente. No le dijo nada, no dió explicaciones o alguna justificación de su repentina llegada. Una simple mirada era lo que le había dado. Sus ojos reflejaban puro arrepentimiento y tristeza.
Christian había llegado diferente, su manera de caminar, de vestir, de comer, de hablar, hasta su manera de respirar. Royer actuaba extraño, Andy igual, sentía que algo malo había pasado, era extraño.
Algunos días después Lucas realmente no pudo ignorar el comportamiento que tenía Christian.
—Christian... ¿Pasó algo mientras estabas lejos? —Le preguntó. Christian bajó la mirada.
...
Christian se sentía extasiado, sentía su miembro palpitar, sentía la mano de Andy rodear con fuerza su cuello, junto con las uñas de Royer enterrandose en su cintura a la vez que Andy apretaba su cabello entre su mano.
Su cuerpo se movía frenéticamente con cada embestida provocada por Royer, sus propios gemidos ya no eran controlados. Andy lo empujó más hacia abajo haciendo que se ahogara con su miembro, trataba de respirar mientras todo eso pasaba, agarraba con fuerza las sábanas de la cama sintiendo como se corría de nuevo. Andy jaló su cabello hacia arriba haciendo que lo mirara.
— Jamás debes decirle esto a Lucas, ¿Lo sabes, verdad?— le dijo. Christian asintió.
...
—No pasó nada —le dijo simplemente. Lucas supuso muchas cosas en ese momento. Pero la más coherente era de que no quería decirle.
—Vale, sino quieres decirme está bien. Malcom quería hablar contigo, pasaron varias cosas en la empresa mientras no estabas, podrías distraerte con él un rato.
—Vale.
...
—¿No están bonitos? —le preguntó emocionado—. Debe de gustarte... Aunque sea un poco.
—¿No crees que es muy brillante? —le preguntó Christian mirando las fotos.
—Pues si, pero el fondo contrasta bien con la ropa neón.
—Vale... Tu sabes más que yo, así que, debería estar bien lo que tú decidas. Con solo pensar en ese día hace que me duela la cabeza.
—Fueron casi ochenta fotos en un día. Pero gracias a ese soporte pudimos llevar bien tu reposo. Tus fotos fueron bastane buenas y los contratos están corriendo. Solo que Royer aún no quiere cargarte de trabajo, por ahora es mejor que sigas centrado en la empresa que también está renaciendo.
—Claro, me parece bien.
—Tal y como pediste, el taller se inauguró el mes pasado. Nate y Sam quedaron a cargo de el lugar junto con dos más que tienenas experiencia para que les sirvan de guías.
—Haces bastante Malcom.
—Es mi trabajo nada más. Melanie hace mucho más que yo... —La voz de Malcom se fue apagando en cuanto vio que Christian no lo estaba mirando a él. Cuando se levantó de la mesa se espantó.
No había visto mal, caminó rápidamente tratando de alcanzar a esa persona, su respiración se aceleró. ¿Había visto mal? ¿Era lo que pensaba? ¿Su mente volvía a engañarlo?... De nuevo...
Agarró el brazo del hombre y este al sentir el contacto volteó a mirarlo. Ambos se inspeccionaron demasiado, el rostro del hombre que tenía enfrente se descompuso en cuanto logró reconocer esa misma mirada, esos mismos ojos...
—Christian, ¿Que paso? —llegó Malcom junto a él—. ¿Por qué te fuiste así?
—¿Christian? —dijo el hombre con algo de sorpresa en su tono. Dudó, realmente estaba dudando, debía concentrarse. Para cuándo Malcom lo miró ya habían pasado cinco minutos y Christian aún seguía sin pronunciar ninguna palabra—. ¿Realmente eres Christian? —no lo entendía, ¿Que estaba pasando? Su corazón latía con más fuerza.
—¿Pa... papá? —el hombre desconocido con un exagerado parecido a su padre lo abrazo. Christian se quedó en shock. El hombre volvió a separarse y lo miró está vez sonriendo.
—Mírate, has crecido mucho. La última vez que te vi tenías cinco años... —se detuvo al ver que sus ojos se llenaban de lágrimas.
—Papá... —susurró—. ¿Por qué...?
—No soy tu padre. Soy el hermano de Markus. Ven, todos estamos aquí —lo agarró de la mano y lo llevo dentro de un restaurante siendo seguidos por Malcom. Llegaron hasta una mesa bastante grande donde estaban sentadas muchas personas.
—Isaac, ¿Dónde estabas? —lo interrogó un hombre bastante mayor.
—¡Miren a quien encontré!
En segundos estaba siendo rodeado de personas abrazándolo y sonriendo, siendo que él aún no sabía ni siquiera quienes eran.
—Oye cariño, ya quita esa cara —le dijo una mujer mientras lo miraba—. Somos tu familia.
—¿Familia?
—Claro, yo soy la madre de Markus.
Christian sin querer la empujó con pánico. ¿Familia? ¡Él no tenía familia! No recordaba ninguna familia aparte de sus padres y sus hermanas. ¿Abuelos? ¿Tíos? ¿Primos? Salió del restaurante sintiéndose atacado, sofocado. Malcom ni fue capaz de seguirle el paso, cuando logró llegar hasta él, ya lo había dejado y se había ido en su auto a toda prisa. Malcom le mandó varios mensajes a Lucas explicándole lo que había pasado y la única respuesta que obtuvo fue tan confusa que combinaba completamente con toda la situación. "¿Familia?, ¿Que familia?", Esa fue su respuesta.
...
—Lo siento. Creo que Christian estaba nervioso.
—Lo sabemos. A veces Markus actuaba así de pedante con nosotros —dijo la mujer mayor llamada Gabriela.
—Creo que Christian ni siquiera sabía de su existencia, o no parecía recordarlo.
—Eso parece —dijo el esposo de la Gabriela, Thomas—. De todos modos no vemos a Christian desde que tenía aproximadamente cinco años.
—No quiero meterme mucho pero... ¿Puedo preguntar por qué?
—No hay problema. Es solo que Markus cuando Christian llegó era muy delicado con todo lo referente a él, y cuando supo de su condición decidió dejarlo escondido.
—Vale.
—Y María era una serpiente venenosa —soltó Gabriela con molestia—. Siempre quería mandar, manipulaba demasiado al pobre Markus. Por su culpa fue que Christian estuvo en ese psiquiátrico. Debió quedar bastante trastornado por culpa de ese lugar.
—¿Sabes cómo Christian lleva su vida? —le preguntó Thomas—. ¿Lleva su propia vida o alguien lo manipula?
Esa pregunta lo dejo en blanco. Se quedó pensando bastante tiempo en que responder para al final decir que no lo conocía tan a fondo y que era simplemente un trabajador de su empresa. Cosa que no era mentira, solo evitó cualquier comentario que hiciera parecer que su relación era más cercana como para conocer cosas más íntimas de él. Le parecía que dar esa información era de alguna forma traicionar a Lucas.
...
Después de invitarle el almuerzo, lo llevaron de regreso a la empresa.
—¿Podrías mantenernos informados acerca de Christian? —le dijo Isaac.
—Él está a cargo de un tutor.
Al decir eso puso a todos en alerta.
—Pero no es alguien malo, era la salvación de la familia siempre. Lo quiere bastante y lo cuida.
—Vale, eso al menos es más reconfortante —Isaac sacó de su billetera una tarjeta. Malcom la agarró y miró la tarjeta para conseguir lo que estaba buscando, el mismo apellido—. Por favor, dile a su tutor que queremos acercarnos a él, así sea lentamente pero queremos seguir junto a él como su familia.
—Vale, lo haré.
Se despidieron y se fueron en su auto. Malcom volvió a entrar en la empresa mientras pensaba en todo lo que había pasado.
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